Llegamos al penúltimo juego destacado entre nuestras selección de los 15 exclusivos de Xbox con los que hemos ido repasando la trayectoria de la consola que lo inició todo. A estas alturas quienes hayáis estado siguiendo esta serie de artículos tendréis ya más o menos una perspectiva de lo logrado por los de Redmond con su primera consola. Pero todavía quedan algunos retazos finales antes de que el testigo pasase a manos de la inmortal Xbox 360. Y el juego de hoy vuelve a ser un gran ejemplo del momento y situación en la que se encontraba la marca Xbox.
Se trata de Conker Live & Reloaded. Un trabajo de Rare para Xbox con el que no solo se recuperaba la carismática licencia de la compañía, sino que suponía un «regalo» que el estudio hacia a Microsoft tras un primer título realizado para la máquina que había dejado que desear: Grabbed by the Ghoulies. Conker Live & Reloaded traía de vuelta en forma de remake el juego de Nintendo 64 (Conker’s Bad Fury Day), donde el título protagonizado por la macarra ardilla tampoco había llegado a convencer en ventas a pesar de sus virtudes.
Aunque con Nintendo las cosas fueron fenomenal durante mucho tiempo, llegó un momento en el que las relaciones entre Rare y la gran N comenzaron a estropearse principalmente por razones comerciales. Esto abrió una puerta a que Rare fuese adquirida por alguna otra compañía. Es ahí donde entró Microsoft en el juego, que apostó fuerte por el estudio. Aunque como os hemos contado hasta ahora al hablaros de los anteriores juegos, Xbox estaba claramente enfocada a un tipo de jugador, el futuro de la marca dependía también de conseguir ampliar su catálogo de juegos con una mayor variedad de propuestas.
Rare era un estudio muy especial. Eran capaces de crear juegos frescos que sorprendían al público, con un toque cercano al de la propia Nintendo (que siempre fue un espejo, una especie de padre adoptivo, para la compañía), pero impregnados de un perfil, podríamos decir, más occidental, como un sutil humor británico. Y eso era justo el tipo de juegos que Xbox necesitaba para su oferta.
Conker Live & Realoded suponía además un gran representante de lo que Rare era capaz de hacer. Era una aventura inspirada en unas mecánicas clásicas, pero cargada del humor adulto del que hacía gala la aventura protagonizada por la ardilla. Añadiendo a eso un portentoso apartado técnico, algo en lo que Microsoft también era muy exigente. El lanzamiento de Conker Live & Realoaded fue el último de Rare antes de comenzar a trabajar para Xbox 360. El estudio llegó a los dominios de Microsoft con la generación bastante avanzada, y Conker Live & Reloaded era una especie de aviso por parte de Microsoft. Una forma de decirle al jugador: «Oye, nosotros también tendremos este tipo de juegos en Xbox. ¡Nosotros tenemos a Rare!»
Sin embargo, los posteriores juegos realizados por Rare para Xbox 360 no llegaron a alcanzar el éxito esperado. Había algo en esa frescura de la compañía que se había quedado por el camino. Quizás fue la necesidad de habituarse al nuevo modelo de trabajo con Microsoft, que no llegaba a cuadrar del todo con los hábitos de la empresa, o quizás, simplemente, que lo que el público quería había cambiado y las fórmulas del estudio no se habían adaptado tan bien a los nuevos tiempos.
A pesar de todo, la calidad que ha acompañado cada nuevo lanzamiento de Rare para Xbox ha sido incuestionable, con juegos como Banjo-Kazooie, Viva Piñata o Kameo. Y tras haber superado la fase Kinect, el estudio vuelve a estar en el punto de mira ahora con Sea of Thieves. El prometedor juego de piratas parece ser el escenario ideal para recuperar lo mejor de la compañía. Con un estilo desenfadado, mucho humor y sobre todo, una gran capacidad de sorprender; Sea of Thieves podría convertirse en el gran regreso de Rare pero adaptado a las tendencias actuales, como es el multijugador. Y ojalá finalmente sea así, porque sería casi poético jugar a Sea of Thieves tras haber recordado lo mejor de la compañía con Rare Replay, ¿no os parece?