Directo como un proyectil de NERF llega nuestro análisis de Micromachines World Series para Xbox One, un juego que apunta a nuestra nostalgia y, a base de licencias conocidas y estos simpatiquísimos coches busca que le dediquemos un buen puñado de horas este caluroso verano. Micromachines World Series llega a precio reducido y en formato físico (29,99€) poco después que otro juego de conducción con licencia de cochecitos metálicos legendarios (Forza Horizon 3 Hot Wheels).
Está claro que siempre es especial para jugadores criados en la década de los años 90 contar con juegos de este estilo, y más si pertenece a una saga legendaria que nos ha regalado varias entregas (algunas buenísimas) en diferentes consolas a lo largo de los años. Los coches en miniatura y los escenarios gigantes y cotidianos son la norma en este juego que cumple su papel de arma cargada de nostalgia a la perfección. Sin embargo, ¿conseguirá mantener el nivel más allá de las licencias que incluye? Acompañadnos en nuestro análisis de Micromachines World Series.
A la infancia en Micro Machine
Generaciones más jóvenes a lo mejor no lo entienden o lo valoran suficiente, pero los Micro Machines son, para muchos en estos tiempos, un objeto de culto. Eran de metal, rodaban genial, eran resistentes y tenían un gran diseño. Eran los juguetes perfectos para organizar carreras domésticas (o donde fuera) con amigos o flipándonos en solitario. En aquellos tiempos caían un par de videojuegos al año y el resto del tiempo estábamos jugando con otras cosas »analógicas», aunque parezca mentira. Por eso, una licencia como la de Micro Machines World Series siempre funcionará (a la fuerza) entre buena parte del público consolero.
Micro Machines World Series recoge el testigo de los juegos de la propia saga de hace 25 años y los adapta a las necesidades actuales (como el online, del que hablaremos más adelante) y nos ofrece un juego de desarrollo rapidísimo, con partidas muy cortas, perspectiva casi cenital y 12 coches en pantalla dándose leñazos unos contra otros… o contra el suelo al caer por ese precipicio llamado »mesa de billar».
Ya habéis leído, 12 coches son los que tendremos a nuestra disposición en Micro Machines World Series, una cifra bastante pequeña que se intenta disimular con una serie de skins y demás opciones de personalización para cada vehículo. Eso sí, aunque es un roster bastante escaso, hay cochecitos para todos los gustos, desde el típico coche futurista hasta un tanque, pasando por una ambulancia, un coche de G.I. Joe o un overcraft, entre otros. Son simpáticos y cada uno tiene diferentes frases que les dan personalidad y que ayudan a meternos en esta ambientación noventera.
El control de cada uno de los vehículos, en la práctica, es realmente similar, pero hay armas para dar y tomar que cambiar un poco cada vehículo. Por ejemplo, el tanque dispara cañonazos mientras el coche de bomberos lanza spray y la ambulancia cura o destruye con una especie de rayo verde que fija a los contrincantes de manera bastante efectiva. Y es que, Micro Machines World Series no solo va de correr, sino de desmontar los coches rivales. El juego tiene varios modos y, lo decimos ya, no hay ningún modo »campaña» que nos sirva para desbloquear nuevos vehículos o progresar. Esta es una gran ausencia que limita mucho el juego y que no habría estorbado para nada. Es una decisión extraña de diseño el hacer el juego solo online, pero es lo que nos encontramos.
Eso sí, tiene bastantes modos en los que podremos competir con y contra la IA y otros usuarios a través de internet. El modo carrera no podía faltar, con diferentes circuitos en escenarios de lo más variopintos en los que 12 jugadores buscaremos la victoria. En el trazado nos encontraremos diferentes »ítems» que nos darán acceso a armas como pistolas NERF o mazos. Y es que, no solo cuenta ser el más rápido (el control es bastante duro, sobre todo al principio y en las curvas) sino machacar lo máximo posible al rival. Bien echándolo del trazado, obligando a que pase por las trampas de la pista o a martillazo limpio, el objetivo es ganar.
Este es el modo más clásico, pero encontramos la variación de »último superviviente» (donde se elimina al último de cada vuelta, y modos de combate puro y duro donde el objetivo será colocar una bomba en la base rival (por equipos), coger la bandera o reventarnos mutuamente. En este modo »Batalla», tendremos cuatro acciones diferentes por vehículo que nos permitirán acabar con los rivales. Esto es, curiosamente, incluso más divertido que el propio modo carrera, pero lo mejor es una especie de modo sorpresa donde los modos se mezclan y donde en cada respawn apareceremos con un vehículo nuevo. ¡Ah! Al llegar al nivel 10, que nos llevará algunas horas, desbloquearemos el modo competitivo.
Sin duda, Micro Machines World Series es divertido, aunque hay una pega en la infraestructura online. Y es que, cada vez que terminamos una carrera debemos volver al menú a elegir modo, lo que ralentiza y hace bastante pesado el jugar partidas seguidas. Eso sí, la búsqueda de las mismas es bastante ágil ya que, si no encuentra jugadores rellena los huecos con coches de la IA. Además, tiene modo local para 4 jugadores que nos permitirá rememorar los míticos multijugadores de sofá que tan buenos ratos nos deparan siempre.
Donde el juego es sobresaliente es el tema de ambientación. Los diferentes vehículos están muy bien diseñados y reconstruidos y los escenarios son una gozada. A lo mejor se echan en falta algunos más, pero los que hay tienen un montón de elementos como revistas, clips, lápices y demás objetos cotidianos que nos hacen creer que estamos en una carrera en superficies que podría haber en cualquier casa (en cualquier casa de alguien que pueda tener una mesa de billar, claro está). La ambientación está genial y las físicas, aunque nos jugarán más de una mala pasada, son un problema para todos los jugadores, por lo que no es algo realmente negativo. En el ámbito sonoro sí se echan en falta temas más inspirados, pese a las voces en castellano de los diferentes vehículos.
Conclusión
Pese a los fallos comentados, que son gordos porque limitan mucho la diversión, Micro Machines World Series es un juego que debéis tener en cuenta bajo diferentes circunstancias. Definitivamente, se trata de un juego muy divertido, eso hay que dejarlo claro ya que, aunque a veces nos parezca que es injusto debido a unas físicas bastante traicioneras, lo es para los 12 jugadores y, por tanto, todos estamos igual. Es de esos juegos que nos »pican» con el clásico »voy a echar una partida y termino echando 10 seguidas».
Además, si tenéis amigos o familiares en casa este verano, se trata de una compra que amortizaréis gracias al multijugador local, ya que supone risas aseguradas. Sí, que no haya un modo en solitario con desbloqueables es algo que se le puede echar en cara. También la escasez de vehículos (sobre todo teniendo en cuenta que hay decenas de cochecitos Micro Machines), pero es algo que se »perdona» a debido a lo divertido que es.
Tiene multitud de guiños (que sólo pillaréis los veteranos de la saga) y elementos que nos sacarán más de una sonrisa y nos devolverán a esas calurosas tardes de verano jugando a los cochecitos (en consola o en la »vida real») sin las preocupaciones del día a día. Si ese factor no hace »click» en vuestro cerebro, a lo mejor no lo disfrutáis igual, pero, al margen de todo el valor nostálgico, el juego es divertido por sí mismo.