Tras unos días trasteando con la máquina, os traemos nuestra opinión y análisis de Xbox One X, la nueva consola de Microsoft que se lanzará el próximo 7 de noviembre. Llevábamos esperando este día durante mucho tiempo, ya que siempre es interesante el lanzamiento de un nuevo hardware, pero no sólo lo hemos tenido para disfrutar de él, sino para exprimirlo a fondo y contaros todo lo que debéis saber sobre Xbox One X.
A lo largo de las próximas líneas, detallaremos lo que debéis saber de la consola, pero la cobertura no acabará ahí ya que, hasta el día 7 de noviembre os ofreceremos más contenido de forma paulatina para que tengáis toda la información que os hace falta y podáis decidir si el martes vais a por vuestra consola, o no. Por cierto, los vídeos que acompañan este análisis de Xbox One X están capturados con la función Xbox DVR y subidos directamente a Youtube.
La bestia
Los primeros pasos con Xbox One son de sobra conocidos para los usuarios de las consolas anteriores. Tras una actualización de día uno (sí, os va a tocar actualizar, y el proceso de descarga sigue siendo rápido, pero el de comprobación e instalación sigue tardando lo suyo) toca configurar la señal para lograr la mejor imagen. Xbox One X incluye un cable HDMI 2.0 que nos permite disfrutar de HDR y resolución 4K y, además podremos toquetear qué profundidad de color por píxel queremos. Sin embargo, si esto es demasiado complicado, la propia consola nos echa una mano con una guía que nos indica qué admite realmente nuestra televisión para que no haya ningún tipo de lag ni fantasmas en la experiencia.
Supersampling, enhanced o HDR: Xbox detalla la tecnología de Xbox One X
Con eso estaríamos listos para comenzar, pero toca comentar brevemente cómo es Xbox One X por fuera. En términos de diseño, parece una Xbox One S, pero hay un par de puntos en los que se diferencia. El primero es que la rejilla de ventilación no está en la parte superior, sino en la inferior, lo que significa que el aire se expulsa por la parte trasera y, por tanto, no es adecuado tener la consola cerca de una pared. El segundo punto es la abertura para meter los Blu-Ray de juegos y los Blu-Ray UHD (sí, podremos ver películas Blu-Ray 4K en Xbox One X), ya que está algo hundido respecto al resto del frontal, disimulado bajo el »primer piso» de la consola.
Para ser más específicos respecto al tamaño, la máquina tiene unas dimensiones de 30x24x6cm, un peso de 3,8Kg y cuenta con dos puertos HDMI (uno de entrada y otro de salida), un puerto ethernet, un puerto para el adaptador de Kinect (que ya no es gratis), el puerto de sonido óptico y la toma de corriente. También, en el lateral derecho, encontramos dos hendiduras para el soporte vertical que, curiosamente, sólo viene incluido en la versión Project Scorpio y que no parece que se vaya a poner a la venta por separado.
El resto de especificaciones técnicas ya las sabéis. 6TF de potencia bruta, 12GB de memoria GDDR5 con un ancho de banda de 326GB/s, CPU de 8 núcleos a 2,3GHz y una GPU a 1.172MHz personalizada por AMD para correr a la perfección en DX12 y tres puertos USB 3.0. ¡Ah! Tiene 1TB de almacenamiento que se os va a quedar muy corto, por lo que es recomendable comprar un HDD externo (el que ya tenéis en una One se puede conectar a la perfección en One X y no hará falta formatear). Para terminar, incluye el mismo mando que Xbox One S, pero en color negro (con bumpers mejorados y la salida de audio vía jack).
Experiencia en Xbox One X
Al encender Xbox One X, además de la nueva animación de inicio, te topas con la nueva versión del dash, una versión que pretende ser más rápida y funcional y que, realmente, funciona de maravilla. Cuando tienes una nueva consola que te han dicho que mejora en cuanto a velocidad en las distintas acciones, automáticamente piensas que eso es así sin cuestionarte nada, pero, la verdad, no se me ocurre, ahora mismo, para qué querríamos más velocidad en el dash de Xbox One.
Todas las acciones se ejecutan como deben hacerlo. Es muy rápido pasar de estar jugando a consultar, por ejemplo, las capturas que has realizado o irte a »mis juegos y aplicaciones» para dejar algo actualizando y, acto seguir jugando donde lo dejaste. No hay ninguna ralentización y, aunque en Xbox One muchas cosas dependan de la velocidad de red, la consola se mueve genial en los menús que sólo dependen de lo que hay instalado.
Es la Xbox One que todos conocéis, con los mismos menús en el apartado de configuración (aunque, lógicamente, con opciones como las capturas en 4K de las que ya hablaremos largo y tendido en un texto posterior) y todo se mueve como debe hacerlo.
Juegos de Xbox One X y tiempos de carga
Sin embargo, si tenemos una consola como esta, lo que queremos es jugar. De momento, hay algunos juegos que se han actualizado para mostrar mejores gráficos en la nueva máquina. Gears of War 4, Halo 3, Fallout 3, Quantum Break, Halo 5: Guardians, Titanfall 2, Dishonored 2, Outlast 2, Halo Wars 2 o Diablo III son algunos de ellos. Cada día se van añadiendo más títulos a la pestaña de »juegos mejorados para Xbox One X» y se prevé que haya unos 70 para la ventana de lanzamiento.
Hay juegos con parche y otros sin él y, aunque sí da la sensación que títulos como Forza 7 o Halo 5 tienen tiempos de carga más rápidos, Quantum Break o Halo 3 siguen tardando lo suyo en dejarte jugar. No sabemos si eso de »mejores tiempos de carga» sólo afecta a los juegos que han sido optimizados para ello, pero la experiencia que tendréis en este sentido en Xbox One X, es similar a la de la consola que se lanzó en 2013. Lo que sí ha mejorado es la velocidad de instalación de juegos en formato físico. Levemente, pero ha mejorado.

Orificios en los dos laterales por donde entra aire frío.
¿Qué pasa con los juegos sin parche? He podido probar juegos que no son juegos »mejorados» en el momento de escribir estas líneas, pero, aún así, se nota la diferencia respecto a los mismos juegos ejecutados en Xbox One. Microsoft ya dijo que todo iría mejor en la nueva consola sin la necesidad de un modo boost y, realmente, eso puede significar que, de forma automática, la consola mete un empujón de resolución escalada o nativa en títulos que no la tengan bloqueada.
En los mejorados, no hay duda. Cada uno de los juegos aprovecha la potencia de Xbox One X para mostrar más resolución, pero también efectos o elementos más definidos o de mayor calidad. Gears 4 es el estandarte, pero juegos como Forza, Sombras de Guerra, Assassin’s o Quantum lucen de maravilla.
Sí, es una imagen de Halo 4
Mucho se ha hablado sobre un tema polémico, eso de »Xbox One no tiene juegos». De momento, además de a los exclusivos en consola y los multiplataforma en su mejor versión, en Xbox One X podemos disfrutar de los retrocompatibles tanto de Xbox 360 como de la Xbox original totalmente gratis en el caso de tenerlos ya comprados en versión física o digital. Los juegos de Xbox 360 deben actualizase para soportar las mejoras de Xbox One X, pero los de Xbox original pegan, automáticamente, un subidón de resolución que los hacen muy apetecibles. Ninja Gaiden Black es un auténtico espectáculo en Xbox One X debido a la calidad de imagen que muestra.
Ruido y temperatura de Xbox One X
Este es uno de los apartados que más preocupa a los usuarios de consolas, el ruido y la temperatura. La frase de »cría fama y échate a dormir» tiene todo el sentido del mundo y sigue habiendo gente que piensa que las consolas de Microsoft están construidas de forma tan desastrosa como el primer modelo de Xbox 360. No, eso cambió con las Elite y con el modelo Slim de Xbox 360 y, por supuesto, con Xbox One.
Las actuales consolas de Microsoft están diseñadas para estar todo el día encendidas, ya sea jugando o en reposo. Xbox One refrigera muy bien, pero el equipo que ha diseñado Xbox One X se ha inspirado en el diseño de Xbox One S. Es una consola de unas dimensiones similares a One S y también tiene fuente de alimentación. Con ese tamaño, es lógico pensar que Xbox One X pueda calentarse, pero no es así.

El disipador de Xbox One X es enorme.
Además de aumentar la potencia, el equipo de investigación de Redmond ha mejorado el sistema de disipación de calor incluyendo una turbina (cuyo funcionamiento ya os explicamos) que, básicamente, aspira aire fresco por los laterales de la consola por la propia acción física y expulsa el caliente fuera de la carcasa por la parte trasera de la máquina (y no por la parte superior, como sí ocurría con los últimos modelos de consolas Xbox).
Ahora bien, ¿se calienta Xbox One X? Este tema es siempre relativo, pero no, tras varias horas de juego a Gears of War 4, uno de los optimizados para la consola, la máquina no ha logrado mayores temperaturas que una Xbox One normal o una One S. El ruido ya es otra cosa. Y es que, la turbina de Xbox One X funciona de manera algo diferente al ventilador que expulsaba calor en los dos modelos anteriores. La rotación de las aspas y el tener que empujar el aire caliente a través de láminas de aluminio provoca que la consola se escuche algo más que las anteriores.
Eso sí, siempre con la televisión apagada. Tranquilos, que no vais a tener que subir el volumen de la televisión ni habrá picos de ruido cuando estéis ejecutando algo exigente. En este sentido, Xbox One X aguanta el tipo a la perfección y tanto el ruido como la temperatura son más que aceptables (la temperatura, incluso, sorprendente teniendo en cuenta las dimensiones de la consola). Eso sí, en reposo, la consola parece que está apagada. Hay momentos en los que se escucha más el traqueteo del HDD externo que el propio ventilador.
Análisis de Xbox One X, conclusión y opinión
Tras ver los puntos más importantes en este análisis de Xbox One X, es el momento de dar nuestra opinión. Los primeros minutos con la máquina de Microsoft son, ciertamente, desconcertantes. Cuando uno enciende una nueva consola, espera que haya elementos diferentes que resalten a simple vista más allá de una breve animación de inicio. Este es un problema que tiene PS4 Pro, por ejemplo. Sin embargo, cuando te adentras en los juegos, donde realmente se aprecian las diferencias, te das cuenta de para qué vale realmente Xbox One X.
Sí, Xbox One S es la consola para el usuario medio que no quiere gastarse demasiado dinero en una máquina y al que no le importa esperar a la siguiente generación real. Es una consola barata, que ya escala juegos a 4K y que incluye reproductor Blu-Ray UHD. Es la consola que debe triunfar. Xbox One X es otra cosa. Está pensada para usuarios que quieren lo mejor, que saben de qué podrán disfrutar y de cómo lo harán. Aunque es una consola pensada para el 4K, que es espectacular en juegos como Gears of War 4, en paneles 1080p también notarán mejoras gracias a la técnica del super sampling.
El no tener una tele 4K no debe limitar la compra de Xbox One X, ya que las mejoras en una tele FullHD también son evidentes. Se ha dicho mucho eso de »si no tienes 4K, no vale la pena» y, aunque es cierto que los juegos lucen mejor en una tele 4K debido a la definición real, en una 1080p también se ven de maravilla gracias a diferentes técnicas. Antes hablaba de Gears 4. Lo he probado en ambas teles y, aunque en 4K es espectacular, en un panel 1080p con el modo »calidad» activado en el juego, es evidente la reducción de dientes de sierra o la subida de resolución de texturas o sombras.
Llegados a este punto, hay dos tipos de preguntas. Si sois usuarios de Xbox One y no estáis seguros del salto, tenéis que plantearos si queréis jugar a lo mismo, pero con mejor calidad tanto en teles 1080p como en paneles 1440p o 4K, disfrutando de ventajas extra como la posibilidad de grabar gameplay a 4K60 desde la consola y ver películas a 4K en el caso de que vengáis desde la Xbox One original. Si llegáis de nuevas al mundo Xbox y, realmente, podéis hacer el desembolso de 500€, Xbox One X es la mejor opción. Todo va mejor en esta plataforma, tendréis una gran capturadora, fuente de alimentación interna, una máquina que no se calienta en exceso ni hace ruido. Y no sólo se mejora la imagen, también es capaz de ofrecer sonido Dolby Atmos para quienes tengáis dispositivos compatibles.
Xbox One X es un producto premium. No es necesaria si no os importan los gráficos y ya tenéis una One, pero cuando la tienes entre manos, aprecias lo que es capaz de ofrecer. Sólo estamos en el principio, por lo que queda esperar a ver lo que desarrolladores como Rockstar, ahora que tienen dos consolas »premium» en el mercado, pueden hacer en títulos como Red Dead Redemption II. Al final, lo que es importante destacar es que nadie necesita (como tal) Xbox One X, porque no es una nueva generación, sino un empujón a lo que ya tenemos, pero, desde luego, como usuario durante estos últimos días de la bestia de Microsoft (y amante de resoluciones y efectos gráficos), Xbox One X hace la experiencia más feliz y placentera. Y, vaya, disfrutar de la belleza de algunos juegos en todo su esplendor en Xbox One X, es una auténtica delicia.