Pocas veces un universo de fantasía ha conseguido complacer tanto como el que Lionhead Studios presentó con Albion. Un territorio mágico y entrañable, donde el equilibrio y la lucha entre la luz y las sombras ha escrito grandes páginas de una historia definida por los grandes héroes. Pero los héroes no son algo que surge de la nada, son personalidades únicas y poderosas que se forjan en base a las decisiones que los convertirán en salvadores o ejecutores de la justicia. Es ahí donde un concepto tan ambicioso como complejo recaló en 2004 en Xbox gracias a Fable.
En una época donde los RPG se limitaban mucho en su experiencia, un brillante Peter Molyneux consiguió dar un importante salto con respecto a los juegos del catálogo disponible. Cuando hoy comenzamos a acostumbrarnos a tomar decisiones que determinarán el futuro de la historia que narra cada juego, Fable ya dispuso un sistema de moral que permitía dirigir la evolución del protagonista. Un protagonista que cautivó a todos los usuarios, ya que nos convierte en testigos de una historia oscura de venganza, responsabilizándonos de tomar el camino que creíamos oportuno. ¿Ganará la luz?¿Ganará la oscuridad?
Pocos juegos han atestiguado este camino de una forma tan espectacular como lo hizo Fable. Donde comenzábamos con un pequeño niño que veía morir a su familia a manos de la más siniestra oscuridad, pero que luego tendría en sus manos el poder hacer valer la justicia. Con un estilo muy personal y, sobre todo, una ambientación que enamoraba y ayudaba a introducirse en ese mundo de fantasía creado, Fable conquistó el corazón de los usuarios de Xbox amantes del RPG. Un sistema de combate más fluido, un montón de opciones interesantes, habilidades, magia y carisma rebosando por los límites de las televisiones.
La fuerza del universo creado por Lionhead permitió a Fable ser un juego fortalecido por su jugabilidad. Una historia de héroes derrotados que debían sobreponerse, que debían descubrirse. Un mundo de fantasía que invitaba a entrar, que invitaba a explorar, que se dejaba querer y que hacía sentir al jugador. Fable permitía adentrarse donde nadie había conseguido, porque la implicación del jugador para con la aventura era máxima, porque introducirse en la piel del personaje no había conseguido ser tan pasional y emotiva.
Nunca fue tan divertido ser bueno, pues el jugador era consciente de como hacía valer las decisiones tomadas en un árbol de habilidades, empatizando con el personaje a la hora de interactuar con los ciudadanos de Albion. Nunca fue tan intenso ser villano, pues acostumbrados a ser siempre el héroe estereotipado, podíamos convertirnos en ese chico malo que causaba el terror y se convertía en un arquetipo inusual de antihéroe. La combinación de todos estos elementos, cuál fórmula magistral, consagraron a Fable como una de las licencias más emblemáticas del género aplicado a la consola de Microsoft.
Con el paso de los años, las nuevas entregas ahondaban más en una experiencia que era cada vez más diversa y más inmersiva. Llegaban nuevas opciones, incluso la implicación de Lionhead en exprimir nuevos conceptos de multijugador, presentando un modo cooperativo que resultó experimental en Fable 2, pero que arrojaba luz a un potencial increible en su siguiente entrega. En todas ellas, se presentaba una propuesta que hilaba cada entrega, tomando como referencia icónica al anterior. Convertirse en un héroe pocas veces ha sido algo tan personal, pocas veces ha implicado tantos aspectos en torno a una historia. Una historia que quedaba grabada a fuego en las diferentes entregas, en un reino de magia y héroes, que conquistó todos los corazones. Un juego que fue remasterizado para la Xbox 360, en Fable Anniversary, y que permitió volver a sentir, con la misma intensidad, lo que se ofreció en 2004. Pocos son capaces de hacer algo igual.
Su ausencia se hace notar, pues difícilmente encontraremos un juego que desborde el mismo carisma, que sea capaz de despertar esos sentimientos, que inunde de magia una experiencia tan personal y diversa. Esto solo ratifica la relevancia que tuvo un título como Fable cuando llegó por primera vez a Xbox.
De hecho, estamos presentándoos un conjunto de juegos que fueron representativos de aquellos comienzos de Xbox. Una consola que dio origen a una comunidad hace 15 años gracias a una serie de juegos que estamos recordando en esta serie de artículos. Entre estos, hemos citado:
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Halo: Combat Evolved
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The Elder Scrolls III: Morrowind
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Shenmue II
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Panzer Dragon Orta
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Star Wars: Caballeros de la Antigua República
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Project Gotham Racing 2
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Ninja Gaiden
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Las Crónicas de Riddick: Fuga de Butcher Bay