Aunque es imposible escapar a las controversias y a la disparidad de opiniones, The Game Awards se ha metido en un buen jardín este año. Tras el cambio de bases solo unos días antes de confirmar las nominaciones para justificar lo que se venía, ayer se confirmó que Shadow of the Erdtree, el DLC de Elden Ring, será candidato al GOTY en la edición de 2024 de los premios organizados por Geoff Keighley, lo que ha dejado una reacción unánime entre la comunidad.
Más allá de las consecuencias de esta polémica nominación, la decisión abre un debate sobre otros fantásticos DLCs que no tuvieron la oportunidad de disputar el premio porque en su año no se quiso cambiar las normas. En ese sentido, hoy te hablamos de 5 DLCs que también deberían haber sido nominados al GOTY pero que no pudieron serlo porque las reglas lo impedían.
5 DLCs que también deberían haber sido nominados al GOTY
Cyberpunk 2077: Phantom Liberty
No nos iremos muy lejos en el tiempo. Todo el mundo conoce la capacidad narrativa de CD Projekt RED y el año pasado lo volvieron a demostrar con Phantom Liberty, la expansión de Cyberpunk 2077 que no solo trae consigo una nueva zona del mapa, sino actores de la talla de Idris Elba, un nuevo final para el juego principal y una historia digna de la mejor producción de Hollywood. Podría haber supuesto la redención final de la obra de CD Projekt, pero no se le permitió.
The Witcher 3: Blood and Wine
Y si hablamos de CD Projekt no podemos olvidarnos de Blood and Wine, la que para algunos aún es la mejor expansión de todos los tiempos. The Witcher 3 era casi perfecto, pero este segundo DLC no se quedó atrás. Geralt viajaba a Toussaint, la tierra del vino, para enfrentarse a un caso vampírico mientras se reunía con viejos conocidos como Regis. Un prodigio de la narrativa rolera y una historia que, vista retroactivamente, podría haber estado en la pelea en 2016.
Dark Souls 3: The Ringed City
La propia From Software tiene un historial de grandes DLCs. Algunos se quedan con The Old Hunters de Bloodborne, otros lo hacen con The Ringed City de Dark Souls 3. Sin embargo, hubo un tiempo en el que a The Game Awards no le interesaba la compañía japonesa (probablemente por no ser tan mediática como lo es ahora) y por ello ninguno de estos DLCs tuvieron el suficiente peso como para cambiar las normas como se ha hecho con Shadow of the Erdtree.
BioShock: Panteón marino
No todo el mundo adoró BioShock Infinite, la tercera entrega de la saga de Irrational Games, pero quienes se enamoraron de sus personajes, historia y ambientación descubrieron unos DLCs magníficos. Panteón marino (o Burial at Sea), dividido en dos partes, tomaba los personajes de Infinite y los sumergía (nunca mejor dicho) en Rapture, conectando todas las entregas de la franquicia y dándole una dimensión aún mayor. Un auténtico indispensable.
The Elder Scrolls IV: Oblivion: The Shivering Isles
Otro estudio experto en expandir sus juegos con contenido de calidad es Bethesda (este mismo año lo han hecho con Shattered Space y Starfield), pues los RPGs se prestan a ello. Aunque Dawnguard y Dragonborn de Skyrim son expansiones de nivel, la más querida por los seguidores de la compañía norteamericana es The Shivering Isles, un DLC de Oblivion que traía consigo una nueva localización, personajes, misiones y una historia considerablemente superior a la del juego base.