No podemos salir de nuestro asombro con la llegada de una expansión para Forza Horizon 2, no porque sea inédito que esta saga se vea ampliada, sino por lo repentino de su llegada. Sin previo aviso, Storm Island ha surgido como una expansión por definición, pues, para entrar en materia debemos presentaros la isla en la que tendrá lugar un nuevo campeonato de Horizon. Si bien, la experiencia en Forza Horizon 2 podía hacerse algo corta, este nuevo campeonato dentro del festival podría ser la pieza que faltaba, aunque, dado su carácter, parece más bien la antítesis de lo que la propuesta glamourosa quería aportar.
Es tan sencillo como partir del lujoso puerto deportivo de Niza, lugar de donde partirá el barco que nos llevará una isla ubicada en el mar Mediterráneo, lugar indómito en el que la climatología no da tregua y, como excusa, nos emplaza en retos que desafían tanto el cronómetro, como a otros pilotos, como a la propia naturaleza. Dejamos a parte la soleada Costa Azul para llegar a una oscura y lluviosa isla, un mapa que no es demasiado grande, pero supone una ampliación del mapa original, algo que se reclamó para el primer título de la saga cuando vio la luz aquella expansión de los rallys.
Y en cierto modo, la historia se repite, el dejar a un lado el oscuro asfalto para dar rienda suelta a la vertiginosa velocidad en terrenos más resbaladizos e irregulares, es la base fundamental de esta nueva experiencia, que incluye, hasta 80 desafíos que conformarán una senda que nos llevará a otra final del festival, en la que nos coronaremos como reyes de la conducción offroad. Para ello, deberemos dejar a un lado los deportivos exóticos y calzarnos las botas de monte, para lo que se han añadido algunos vehículos preparados, y otros vehículos de corte clásico que, junto a los coches ya existentes, se podrán tunear para adaptarlos a este irregular terreno, conforman un catálogo interesante.
No obstante, este extra que permite adaptar los coches al segmento de los todoterrenos no ha recibido un filtro que lo limite, de modo que podremos adaptar a esta modalidad a todos los vehículos del catálogo. Esta opción, a título personal, no me parece en absoluto adecuada, no obstante, me parece bastante poco apropiado poder competir en pruebas todoterreno con un Aston Martin al que se le ha subido la suspensión y puesto un alerón macetero. Siendo un producto de la licencia Forza, debería considerar con más seriedad estos aspectos, ya que, como fanáticos de la conducción, deberían considerar que todo tiene un límite. Esta discrepancia no es nueva, ya el propio Forza Horizon 2 deja entrever que se han dejado llevar por la ilusión de hacer “el cabra”, lo que chocaría frontalmente con todo lo que conceptualmente ha supuesto Forza Motorsport.
Lejos de seguir dándole vueltas a si deberían o no filtrar los coches adaptables, el principal aspecto que haría referencia a que cualquier coche es válido es la conducción. Basándose en uno de los motores de físicas más espectaculares que ha visto la luz en los juegos de conducción, sobre todo para consolas, Forza Horizon 2 ha intentado llevarnos del punto A al B de cualquier modo. Si bien, cuando nos salimos de la carretera el coche pierde agarre y se nota, no podemos dejar de darnos cuenta que siguen acelerando como si el agarre solo desapareciese cuando giramos. Cierto es, que si salimos de la carretera con un vehículo de tracción trasera estamos en la cuerda floja y es probable que acabemos estampándonos contra un árbol, pero cuando nos tenemos que exponer a esta situación, por obligación, y podemos ir a 200km/h dando saltos con un Ferrari F40 en un evento de Experiencias Vitales, el entusiasmo por disfrutar de un mapa abierto con ciertos coches, se diluye, y en cierto modo, los puristas se pueden sentir algo traicionados.
Por lo demás, si nos ceñimos a la experiencia propuesta, haciendo uso de los vehículos de rally más extremos, o adaptando otros, seguiremos disfrutando de una experiencia impresionante. Si recurrimos a una conducción sin ayudas, la sensación de controlar el coche en todo momento se convierte en un reto de habilidad y precisión. Hacer frente a cualquier desafío o carrera es un ejercicio de estrategia y habilidad que, a diferencia de la conducción por planas carreteras de asfalto, exige atención absoluta a cada bache, a cada cambio de rasante y a cada curva. Dejando a un lado la precisión en la trazada, dejar deslizar el coche e intentar ir lo más rápido posible será nuestra obsesión, con el fin de obtener victorias, de ganar campeonatos y seguir avanzando por el campeonato de Storm Island hasta la final.
Ya hemos hecho una primera mención al mapa, por su extensión, pero como añadido, lo más relevante es su aspecto, rural, ante todo, pero como han implementado la meteorología es realmente espectacular. Forza Horizon 2 es un título espectacular, no hay duda, gracias a como la variable iluminación inunda todo, una iluminación que brilla por su ausencia ante la borrasca que cubre esta isla, una borrasca que no solo nos dejará lluvia torrencial y limitará nuestra visión, sino que llega a zarandear los escuálidos árboles y arbustos. A la hora de competir, este aspecto no solo afectará a la visibilidad, algo que tiene especial importancia, sino que a la hora de conducir nos podemos ver igualmente afectados, el fuerte viento puede desplazar nuestro vehículo y la lluvia embarra el firme que se hará más resbaladizo.
En este aspecto, la variable climatología afecta directamente al apartado visual y a la conducción. El efecto del fuerte viento, de la lluvia intensa, se deja notar en todo momento. Si bien, podemos confirmar que el mapa no es excesivamente grande, recoge una gran cantidad de carreras, algunos nuevos desafíos, carteles y un coche oculto adicional. Es evidente, Storm Island es un desafío en toda regla, no sólo por añadir nuevas pruebas, una nueva final y unos cuantos coches, ampliando así, las horas de juego, sino también por implicar cambios notables en la conducción y exponernos a una experiencia más complicada. De este modo, resulta interesante seguir conduciendo, aprovechando una de las experiencias más intensas de este género este año a un precio «razonable». Pese a lo razonable, no podemos dejar escapar el cuestionable aspecto de tener que pagar si o si pese a haber confiado en el producto y haber adquirido la edición de casi 100€ con todos los añadidos. Existiendo el precedente de la expansión de Rally, que fue incluído en el Seasson Pass, el cambio de este término por uno que solo es aplicable a los packs de coches, puede dar la sensación de abuso, no obstante, la experiencia propuesta puede merecer ese gasto por su extensión. Con todo esto, una interesante propuesta para seguir disfrutando de Forza Horizon 2.
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Lo bueno
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- Una ampliación considerable de la experiencia Horizon
- La ampliación del mapa, era necesaria
- El clima es impresionante, visualmente sobresaliente
- Nuevos coches y kits todoterreno para los ya existentes
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Lo malo
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- Pago obligatorio, aunque puede ser rentable
- Poder adaptar cualquier coche a todoterreno
- Las dimensiones del mapa son ridiculas
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