Desde Lyon, Francia, de la mano de Microids y creado por Artefacts Studio, nos llega Agatha Christie – The ABC Murders, una aventura gráfica que toma su guión de la novela homónima de Agatha Christie (titulada El misterio de la guía de ferrocarriles en español). The ABC Murders es el primer título de los franceses para consolas de sobremesa, aunque les avala una dilatada trayectoria en portátiles y PC, así como que la mayoría de sus componentes formaron parte de la extinta Infogrames, responsable de títulos como RollerCoaster Tycoon o el mismísimo Alone in the dark.
The ABC Murders es una aventura gráfica con un corte muy similar a los juegos de Sherlock Holmes de Frogwares, en el que tendremos que reunir pistas para luego desarrollar una serie de conclusiones que nos lleven hasta el asesino. La principal diferencia es que se trata de un juego mucho más modesto, tanto en duración, innovación o recursos técnicos. Aun así, es un título que resulta llamativo para los aficionados del género. ¿Pero, qué ofrece realmente Agatha Christie – The ABC Murders? Acompáñanos a descubrirlo en nuestro análisis de Agatha Christie – The ABC Murders.
Mejor guion adaptado
Como toda aventura de misterio y asesinatos, resulta imperativo que Agatha Christie – The ABC Murders tenga una historia que atraiga y que enganche. Y en el caso que nos ocupa, no es para menos. Todo empieza el día, en el que el famoso detective belga afincado en Londres recibe una críptica misiva firmada por un misterioso A.B.C. En ella, el remitente insta a Poirot a prestar atención a lo que pueda acontecer en Andover el 21 de junio. Desconcertados por la carta, pero sin pistas que seguir, Hercule Poirot y su inseparable compañero, el capitán Arthur Hastings, terminan olvidándose de ella hasta que 22 de junio recibe una llamada del inspector jefe Japp de Scotland Yard: una mujer ha sido asesinada en Andover el día anterior.
A partir de ahí empieza una carrera contrarreloj en la que Poirot deberá investigar una serie de crímenes perpetrados por el enigmático A.B.C., unos crímenes cuyos únicos puntos en común son la firma del homicida, una guía de ferrocarriles dejada abierta por la página de la localidad en la que ha sido cometido el asesinato, y que todos los homicidios vienen precedidos de una carta en la que el asesino avisa de la fecha y del lugar del asesinato. Más allá de ello, las víctimas no parecen guardar ninguna relación, salvo que el agresor parece elegir a sus víctimas (y la localidad para cometer sus crímenes) por orden alfabético
Agatha Christie – The ABC Murders la verdad es que tiene un gran guion, algo que por suerte hace que termines olvidándote de las profundas carencias técnicas del juego. Aunque tiene un gran ‘pero’: el guión fue escrito hace ochenta años, nada más y nada menos. Tampoco es que sea algo que desmerezca el trabajo de los chicos de Artefacts Studio. La verdad es que el trabajo de adaptación del guion es muy bueno. El juego, dentro de la necesidad de reducir el número de escenarios (principalmente para que no tengamos que ir constantemente de un lado a otro innecesariamente), sabe sintetizar perfectamente los acontecimientos del libro y darnos la información necesaria reduciendo el número de personajes y de localizaciones. Menos es más.
En el juego hay numerosas frases y situaciones sacadas literalmente de la novela, algo que por un lado es gran un guiño hacia la propia novela y a los aficionados al pequeño detective belga. Por otro lado, que el juego siga la historia del libro al dedillo, con tantas referencias, puede hacer que los conocedores del caso pierdan rápidamente el interés por la historia del juego, la cual es, sin duda, su punto más fuerte. Es decir, que posiblemente quienes ya hayan leído la novela ‘El misterio de la guía de ferrocarriles’ no encuentren gran cosa de interés en Agatha Christie – The ABC Murders.
Pequeñas células grises
Todo buen detective necesita un buen juego de herramientas que le ayuden en su trabajo para poder llevar a los criminales ante la justicia. A diferencia del archiconocido Sherlock Holmes, Hercule Poirot no depende tanto en las pruebas físicas que deban ser analizadas con complicados procesos científicos, sino que confía más en las declaraciones de los testigos y en detalles que saltan más a la vista, pero que, sin embargo, sólo él parece ser capaz de encontrarles relación gracias a sus pequeñas células grises.
Mencionar al investigador victoriano de Doyle no es algo gratuito. Aparte de ser mencionado directamente en el juego (al igual que en la novela), la jugabilidad de Agatha Christie – The ABC Murders se nutre de manera muy evidente de los videojuegos de Sherlock Holmes de los ucranianos de Frogwares. Más allá de las mecánicas de cualquier aventura gráfica tradicional (examinar, recoger e interactuar con objetos del escenario), tanto el sistema de análisis de testigos y sospechosos para conseguir información que nos resulte útil en la inminente conversación o interrogatorio, el sistema de deducciones de las pequeñas células grises, o la reconstrucción del crimen, es algo que ya habíamos visto en juegos como Sherlock Holmes Crimes & Punishments. Dentro de la evidente inspiración, lo que más llama la atención es que estas mecánicas están menos pulidas que en los casos originales. Examinar a una persona para saber algo sobre ella antes de empezar a interrogarle rara vez marca la diferencia, y eso cuando tenemos claro que habernos tomado la molestia ha servido de algo. Nuestras deducciones, por otro lado, jamás serán erróneas. Ésto era algo muy bueno que tenía Crimes & Punishments, que podías llegar a conclusiones equivocadas, mientras que en The ABC Murders llegar a otra conclusión que no sea la acertada es imposible, lo cual convierte la mecánica de las pequeñas células grises en un juego más de ensayo y error (al menos cuando no somos capaces de dar con la respuesta correcta) que en un desafío a nuestro intelecto.
Y no únicamente en los juegos de Sherlock Holmes parecen inspirarse las mecánicas de The ABC Murders, aunque debido a lo vaga que es la similitud, posiblemente sea más bien una coincidencia. L.A. Noire fue famoso por introducir en el mercado de los videojuegos un novedoso sistema de captura de expresiones faciales, uno en el que hasta el más mínimo gesto del actor era representado después en el juego. Ésto nos obligaba a estar atento a las expresiones de los testigos y sospechosos para saber si estaban diciendo la verdad, mintiendo u ocultando algo. Obviamente The ABC Murders no es tan potente gráficamente como el juego de los chicos de Bondie, por lo que representar expresiones faciales con semejante nivel de detalle es algo imposible en el juego que nos ocupa. Sin embargo cada vez que un personaje responda a una de nuestras preguntas, a su lado aparecerán palabras como «sincero», «frío» o «dubitativo», las cuales nos ayudarán a seguir una u otra estrategia en nuestro interrogatorio, ya que de ir por mal camino podremos encontrarnos con que nuestro interlocutor se cierre en banda.
Ya dentro de las mecánicas que caben esperar en cualquier aventura gráfica, y más en una de naturaleza como The ABC Murders, nos encontramos con los puzzles, que son, cuanto menos, abundantes. La mayoría de ellos tiene cierto punto desafiante y a medida que avanza el juego van volviéndose o más complicados o más enrevesados, simplemente por adición de un puzzle sobre otro dentro del mismo rompecabezas. Por suerte, para quienes se vean atascados en uno de éstos y no quiera devanarse los sesos, puede pedir sopitas y el juego mismo avanzará el puzzle un paso. Sin embargo hay que decir que a menudo estos puzzles resultan inverosímiles. ¿Qué sentido tiene que una estanquera guarde la llave de su piso en un minúsculo compartimento secreto de la caja registradora, o que esa misma estanquera tenga en su apartamento dos cajas que sólo se puedan abrir si somos capaces de resolver sendos puzzles? Sin duda la mujer puede parecer una paranoica, pero cuando tienes que resolver puzzles hasta para poder poner un disco en el tocadiscos… Vamos, ¿quién le pone clave al tocadiscos?
Por lo demás nos encontramos ante un juego sencillo, en el que dirigimos a nuestro personaje por el escenario con un stick y con el otro seleccionamos los elementos con los que podemos interactuar. Se echa de menos poder hacer que Poirot se mueva más rápido por el mapa, volviendo bastante tediosos esos momentos en los que tienes que desplazar al personaje por todo el mapa. Además, los controles se llegan a hacer poco intuitivos, pareciendo más lógico intercambiar la función de cada stick, algo que por suerte podemos hacer en las opciones.
Tecnología de 1935
Si algunas mecánicas de The ABC Murders parecen sacadas de juegos como L.A. Noire o la saga de Sherlock Holmes, la estabilidad del juego, aunque sabemos que no, parece haberse inspirado en los juegos de Telltale. Se trata de un juego que por la calidad de sus gráficos y de la carga de eventos en pantalla no debería exigir demasiado a nuestra consola, y sin embargo son numerosos los momentos en los que notamos que el juego petardea, quedándose trabado un segundo antes de seguir como si nada.
Además, la estabilidad del juego no es lo único que falla técnicamente. Resulta muy poco convincente, e incluso suena a tomadura de pelo, que oigas hablar a un personaje pero éste no mueva los labios, cosa que en varios momentos de la aventura. Es algo que afecta en general a las animaciones de los personajes, que más allá de cuando están caminando, en reposo son bastante estáticos todos.
Por otro lado sorprende la cantidad de pantallas de carga que tiene The ABC Murders. Solo durante la secuencia de presentación, antes de empezar a controlar al personaje, ya nos habremos tenido que tragar tres pantallas de carga. Es verdad que éstas no son excesivamente largas, pero son abundantes, especialmente teniendo en cuenta las exigencias del título.
Andover, Bexhill, Churston…
Lejos de verse reducida al Londres de la época de entre guerras, la ambientación de The ABC Murders se extiende a las localidades en las que nuestro peligroso rival decide perpetrar sus crímenes, eligiendo cada vez un lugar que empiece por la letra del alfabeto siguiente a la del anterior asesinato. Aunque los pueblos son los mismos, como ya decíamos antes las localizaciones se han reducido respecto a la novela, algo comprensible si puedes aprovechar el mismo escenario en vez de llevar al jugador a uno nuevo para una simple conversación. Sin embargo, siguiendo esta lógica, sorprende la inclusión de dos o tres escenarios en los que lo único que hacemos es montarnos en el vehículo que nos llevará a nuestro destino. Habría sido mucho más lógico ahorrarse el trabajo y evitarle a los jugadores un pasos totalmente innecesarios, con sus correspondientes pantallas de carga.
Por otra parte nos encontramos con escenarios bastante correctos. Cumplen su función. Sirven para contar la historia, para ubicar las pistas de los crímenes, los puzzles y a los personajes con los que interactuar. Pero sus acabados, sobre todo en los planos más cercanos, dejan bastante que desear, con algunas texturas bastante mediocres que parecen sacadas de programas de diseño en 3D como Google SketchUp. Está claro que los chicos de Artefacts Studio han querido darle una imagen simplista a su obra, algo que también se nota en el diseño de los personajes, pero tal vez se hayan pasado. Por suerte esto es algo que, en cuanto te metes en la historia, comienzas a pensar en quien podría ser el asesino y a sacar tus propias conclusiones, se olvida por completo.
La ubicuidad del silencio
Por desgracia las voces del juego vienen en completo inglés, con un doblaje un tanto irregular, y que menos mal que se pueden activar los subtítulos (que por otra parte, quedan tapados cada vez que salta un logro, algo que ocurre a menudo), puesto que a Hercule Poirot no hay quien entienda lo que dice. Nunca sabes si está hablando en inglés con acento belga, o si habla directamente en alemán.
La banda sonora es bastante correcta, una partitura que sin duda no pasará a los anales de la historia de los videojuegos pero que hace su trabajo con dignidad. Aunque una vez más, The ABC Murders revela un aspecto en el que parece haberse inspirado en los juegos de Sherlock Holmes, y es que a veces la banda sonora no hace más que aumentar esa sensación de «a ésto ya he jugado antes» que viene acompañada inevitablemente de recuerdos de las fases de deducción de Sherlock Holmes.
Por último, y tal vez sea lo más nefasto de todo el juego, son los efectos de sonido, que son prácticamente inexistentes. Vamos a ver… ¿estás en una playa, en una ciudad de gran población de veraneo en pleno julio, y lo único que oyes es el graznido de una gaviota que encima suena más a pato de goma que a ave marina? No sé… El romper de las olas, el bullicio de la ciudad, tal vez el viento… Y esto es aplicable a todos y cada uno de los escenarios, en los que hay un efecto sonoro que copa la escena y los demás brillan por su ausencia. Salvo las pisadas de Poirot. La verdad es que nos encontramos ante un apartado muy, pero que muy pobre, que lo único que consigue es darle a todos y cada uno de los escenarios cierta sensación de irrealidad, que terminas creyendo que más que jugar a una aventura gráfica de asesinatos, estás viviendo algún tipo de experiencia onírica.
Caso cerrado
Lo cierto es que Agatha Christie – The ABC Murders es un título que da una de cal y otra de arena, con unos apartados técnicos bastante flojos por un lado pero a los que se les perdona por no ser tan relevantes, y por otro con un buen guión y unas mecánicas interesantes pero que pecan de falta de originalidad. No se puede decir que sea un mal juego, ni mucho menos, pero sí que decepciona en cierto grado, sobre todo si lo comparas con otros títulos del género. Ofrece pocas novedades, y menos aún si ya te has leído la novela en la que se basa el juego.