Desarrollar un juego de la franquicia Assassin’s Creed alejándose de su tradicional estilo en tres dimensiones es un movimiento un tanto arriesgado. Pero a Assassin’s Creed Chronicles China la jugada le ha salido bien. Desarrollado inicialmente como un DLC para Assassin’s Creed Unity y finalmente lanzado como juego independiente tras la polémica desatada por los numerosos fallos técnicos de Unity, Assassin’s Creed Chronicles (el ambientado en China y los dos que están por llegar ambientados en India y Rusia) abandona las tres dimensiones y entra de lleno en las 2.5D. Un estilo que, la verdad, le sienta francamente bien.
Obviamente este cambio de dimensiones hace que Assassin’s Creed Chronicles China abandone el género de acción/aventura (aunque acción y aventura no le falta al juego) y se pase al campo de las plataformas. Por suerte el sigilo, elemento tan importante en la saga principal (aunque a algunos esto les suene a chino), sigue siendo uno de los componentes clave del juego, dotando así a Assassin’s Creed Chronicles China de una jugabilidad muy interesante.
Una vieja conocida
Assassin’s Creed Chronicles China supone el regreso de Shao Jun, aunque por primera vez en un juego (y por ende de manera jugable). Anteriormente ya la habíamos conocido en Assassin’s Creed Embers, un cortometraje de poco más de veinte minutos en el que Shao Jun acompaña a un anciano Ezio Auditore en la que será su última aventura. En el juego corre el año 1526, y tras entrenarse en Florencia junto al legendario maestro de asesinos, Shao Jun regresa a China para acabar con aquellos que destruyeron la orden china de los asesinos, una rama de los templarios conocida como Los Tigres.
No se puede decir que la historia que se desarrolla en el juego sea de las mejores de la saga. Básicamente narra de una manera bastante lineal la venganza de Shao Jun y los giros argumentales, si es que se pueden llamar así, son bastante escasos. Sin embargo, al igual que en resto de entregas de la franquicia, el trasfondo de la historia es mucho más «complejo» de lo que se nos muestra a primera vista en las cinemáticas. Aunque claro, para descubrir toda la historia tendremos primero que encontrar una serie de pergaminos guardados en cofres ocultos (que a decir verdad, conseguirlos no entraña mucha dificultad) y después leer su contenido, que básicamente narra la historia de Shao Jun previa a los acontecimientos narrados en el juego.
Por otra parte, como viene siendo habitual en los spin-off de la franquicia, como Assassin’s Creed III: Liberation, el juego carece completamente de trama en la actualidad, defecto que esperemos no se permeabilice definitivamente en la saga principal, como ya empezamos a ver en Unity. Sin embargo en este caso no se siente como algo negativo dada la naturaleza del juego.
Sigilo de dos dimensiones
Posiblemente lo que más haga destacar a Assassin’s Creed Chronicles China respecto al resto de juegos de la franquicia es que se trata de un juego de scroll lateral. Sin embargo los chicos de Climax Studios han sabido implementar a la perfección el sigilo en un género, el de plataformas, en el que por lo general la premisa es avanzar lo más rápida y fluidamente posible. Avanzar «a lo loco» y enfrentarse a los enemigos en combate abierto es posible, pero nada recomendable. En algunas zonas rápidamente aparecen refuerzos y nuestra barra de vida es muy escasa. Por ello lo más interesante es aprovechar y hacer gala de las habilidades de sigilo que se van desbloqueando poco a poco a lo largo del juego.
Así, tendremos que avanzar pasando de escondrijo en escondrijo, como si se tratase de una película de dibujos animados en la que los personajes se esconden detrás de los árboles, mantenernos fuera del cono de visión de los enemigos (ah, Commandos…), evitar hacer ruido al caminar sobre superficies de madera o golpear elementos que pueden llamar la atención sobre nosotros. Por suerte nuestros esfuerzos no sólo se verán recompensados con pasar al siguiente recuerdo, sino que cuanto mejor resolvamos una fase mayor será nuestra puntuación y más recompensas obtendremos al final, desbloqueando mejoras para Shao Jun, característica que enfatiza el toque arcade de Assassin’s Creed Chronicles China.
Eso sí, a menos que seáis de esos a los que en los videojuegos les salga todo bien a la primera, no esperéis un paseo por la China de la dinastía Ming. Si bien no es un juego que se pueda decir que es difícil y en muchas ocasiones avanzar es simple cuestión de tirar p’alante, algunas fases resultan complejas y no queda otra que tirar de la vieja técnica de ensayo y error, lo cual puede incluso duplicar la duración de algunas secuencias.
China, cuna de invenciones
Assassin’s Creed Chronicles China hace uso del Unreal Engine 3, un potente y veterano motor gráfico que, para las exigencias de éste título, cumple sobradamente. Porque técnicamente Assassin’s Creed Chronicles China no puede presumir de ser el último grito, pero rinde de lujo con una estabilidad de cuadros por minuto muy sólida, lo cual es muy de agradecer. Además, a pesar de su sencillez, el juego ofrece una amplia variedad de efectos visuales con muchos efectos de luces, sobre todo en cierto recuerdo en el que las llamas lo devoran todo.
La inteligencia artificial de los enemigos tampoco está cargada de demasiados artificios. Como ya hemos dicho, se trata de un juego sin una dificultad demasiado elevada, y aunque hay variedad en las funciones y habilidades de los guardias, es raro que nos sorprendan una vez hayamos estudiado su comportamiento. Si somos descubiertos y eludimos el enfrentamiento retrocediendo hasta un lugar seguro (incluso a veces hasta avanzando), no tardarán en «olvidarse» de nosotros y seguirán su patrulla como hasta ahora, y podremos volver a intentarlo de nuevo sin preocuparnos por que estén más alerta.
La magia de oriente
Sin lugar a dudas donde más destaca Assassin’s Creed Chronicles China, aparte de en su intachable mezcla de plataformas y sigilo, es en su aspecto visual. Para la ocasión Climax Studios ha elegido una estética de acuarela o de tinta china que al juego le viene que ni pintada, ya que recuerda a las típicas obras pictóricas del gigante asiático, tan frecuentes en cualquier restaurante chino.
Por otro lado, una banda sonora ejecutada con los milenarios instrumentos chinos, le otorga al título la nota que convierte a su ambientación en un apartado redondo. Y no sólo eso. A diferencia de otras entregas de la franquicia, Assassin’s Creed Chronicles China logra desmarcarse de los demás títulos, con partituras nuevas y un sabor propio y bien integrado en la temática del juego, si bien, con ciertas referencias a temas clave en las bandas sonoras de títulos anteriores.
En definitiva, Assassin’s Creed Chronicles China es un juego que sorprende por su jugabilidad que combina sin mácula sigilo y plataformas, y por el sabor oriental que desprende por los cuatro costados. Tampoco es que se pueda esperar una obra maestra, pues algo tan importante como el argumento no es su principal atractivo, y los puntos fuertes de éste están «escondidos» a modo de coleccionable. Sin lugar a dudas este apartado lo disfrutarán más intensamente los verdaderos aficionados a la franquicia, mientras que el resto de jugadores pueden encontrar un juego interesante gracias a su «diferente» jugabilidad dentro del género de las plataformas.