Dos años han tenido que pasar para que por fin volvamos a las andadas con una nueva aventura de Assassin’s Creed, una de las sagas más importantes de la editora gala Ubisoft, que después de la polémica acaecida con Unity y la constante saturación de entregas anuales, hizo que se replantease completamente el sistema de lanzamientos seguidos hasta la fecha, otorgándole a esta un descanso más que merecido para volver a arrancar más fuerte que nunca. La pregunta que nos surge no es otra que, ¿habrá conseguido Ubisoft establecer un reinicio a la altura de lo esperado? En el análisis de Assassin’s Creed Origins repasaremos los puntos más importantes que hacen de esta una de las mejores de toda la saga.
Teniendo en cuenta el ligero avance jugable que han supuesto los últimos lanzamientos de la saga respecto a anteriores entregas, una de las peticiones existentes al conocer el desarrollo de Origins fue que este arriesgase más ofreciendo al jugador un concepto ligeramente distinto a lo que habíamos estado disfrutando desde que se lanzara en 2007 su entrega original. Aunque en esencia se mantiene lo que podemos llegar a esperar de un Assassin’s Creed, este logra dar un paso más allá gracias a los avances que hemos podido disfrutar en juegos como For Honor o incluso Ghost Recon: Wildlands, con un combate que se presenta como la novedad jugable más reconocible. Por otro lado, también se notan reminiscencias de juegos como The Witcher 3 o incluso Zelda Breath of the Wild, haciendo de este un compendio que logra entrelazar lo mejor de cada título bajo una ambientación realmente sublime.
Nacido para proteger al pueblo
En Assassin’s Creed Origins nos pondremos en la piel del Medjay Bayek, originario de Siwa, en el año 49 a.c en una historia de venganza contra ‘La orden de los antiguos’, unos extraños enmascarados que dirigen desde las sombras a los grandes líderes del imperio en una época en la que Egipto sufre las consecuencias de una gran inestabilidad política en la que participan importantes personalidades históricas como Cleopatra, Ptolomeo III y Julio César entre otros muchos. Los Medjay eran una especie de policía en el Antiguo Egipto, cuya misión principal era proteger a los Faraones, dioses y por supuesto al pueblo de toda la civilización egipcia. También destacaban por sus habilidades como exploradores del desierto, algo que sentiremos de primera mano gracias al protagonista de una historia que pesar de algunos bajones ocasionales de ritmo debido en gran parte a su concepto de mundo abierto, logra resultar interesante hasta el final aprovechando perfectamente la impresionante ambientación en la que se desarrolla.
Por el contrario, no podemos decir lo mismo con la trama relacionada con el presente en la que controlaremos a Layla Hassam en su investigación para descubrir un artefacto oculto en la región de Qattara gracias a una nueva versión portátil del Animus, y es que finalmente llega a resultar meramente anecdótica tal y como viene ocurriendo desde el lanzamiento de Asssassin’s Creed IV Black Flag, juego desarrollado por el mismo equipo que Origins, algo que nos puede llegar a ofrecer una gran idea de las debilidades y virtudes de este nuevo título.
Egipto a nuestros pies
Como viene siendo habitual, la ambientación vuelve a ser el apartado más destacable de todo el programa resaltando el trabajo realizado para mostrarnos el pasado con la mayor veracidad posible, con una impresionante recreación hasta el más mínimo detalle que resultará una delicia para todos aquellos jugadores que estábamos deseando adentrarnos en el Antiguo Egipto, ciudades como Alejandría o Menfis resultan realmente asombrosas, siendo un verdadero placer recorrer el extenso mapeado (el más grande de toda la saga junto con Black Flag), dividido en más de treinta zonas para descubrir cada uno de sus secretos escondidos.
Que no nos engañe que el mapa en su mayor parte contenga zonas desérticas, ya que ofrecerán mucho por descubrir con unos efectos climatológicos como las tormentas de arena que nos dejarán sin visión y sin la posibilidad de usar a nuestro más leal compañero Senu. Con el águila Senu podremos recorrer con absoluta libertad y sin límite alguno todo el escenario de Assassin’s Creed Origins, dándonos una visión desde el aire sin igual, sin embargo, la utilidad más importante de Senu será la busqueda de objetivos mediante una “realista visión del águila” que nos dará la posibilidad de marcar a los enemigos que veamos con ella para así plantear un asalto o incluso conocer la ubicación exacta en la que se encuentran las misiones y tareas destacables. En este caso, el juego no nos pone las cosas tan fáciles y guiadas como en los anteriores ya que todo será mucho más manual, otorgándonos un mayor realismo
Sangre en la arena
Como comentamos al comienzo del análisis, la gran novedad jugable que presenta Origins es su renovado sistema de combate que imita en el estilo, no tanto en su profundidad, al de la serie creada por From Software. Ahora el combate será mucho más pausado y táctico, debiendo medir cada movimiento a la hora de enfrentarnos a los numerosos enemigos que nos esperan, bloqueando ataques, esquivando en el momento exacto, fijando objetivos, etc. Para adaptar los controles del mando a este nuevo estilo, Ubisoft ha cambiado completamente el esquema, asignando el ataque ligero a RB y el pesado al RT, siendo LB el que nos meterá o sacará del modo combate. Si este cambio no nos convence, siempre podemos seguir manteniendo los controles clásicos en el menú de opciones. Unido a este giro de tuerca en el sistema de combate, ahora será mucho más difícil salir airosos de un enfrentamiento con más de dos enemigos, se acabaron esos momentos en los que estábamos rodeados de oponentes que esperaban su turno para atacar y acabábamos lo más cinematográficamente posible con todos ellos sin casi despeinarnos, por lo que ahora el juego nos obliga a plantear una estrategia mucho mayor cuando ataquemos una base para evitar, en la medida de lo posible, un enfrentamiento directo con contrincantes de mayor nivel o más numerosos.
En la dificultad elevada, Assassin’s Creed Origins nos lo hará pasar muy mal gracias en gran parte a la IA mejorada que estará al tanto de todos los movimientos que hagamos reagrupando a los escuadrones para hacer imposible completar la tarea de acabar con ellos. Cuando estemos luchando, la barra de adrenalina irá subiendo progresivamente hasta llenarse y poder realizar así un movimiento letal que nos salvará en muchas ocasiones, por lo que debemos ser cautos y no usarlo con relativa facilidad. Para ajustar aún más la dificultad, la llamada hasta ahora “vista de águila”, que permitía localizar a los enemigos y objetivos con una gran facilidad, se sustituye por el ‘Pulso del Animus’ donde se resaltarán los objetos interesantes a nuestro alrededor durante unos segundos, esto nos hará recurrir a Senu, nuestro leal compañero, para marcar a los enemigos usando un sistema muy similar a lo que vimos en Wildlands con el dron de apoyo.
Otro de los aspectos que cambian en la aventura de Bayek es el propio género del juego, que se embarca hacia el RPG de mundo abierto, algo que le sienta muy bien y nos ofrece una mayor complejidad. A medida que realicemos cualquier tipo de misión, luchemos o incluso cacemos; nuestro personaje principal irá subiendo progresivamente de nivel, otorgándonos unos puntos de habilidad que usaremos en un completo árbol de habilidades en el que podremos especializar a nuestro protagonista entre tres vertientes entrelazadas: guerrero, vidente y cazador. En este caso, el nivel de las armas y armaduras cobrarán una gran importancia ya que dependiendo de este, sus cualidades y rareza serán completamente diferentes, sin embargo, en este último aspecto se echa en falta algo más de complejidad ya que solo habrá tres tipos de rareza: común, raro y legendario (con características especiales).
Los enemigos y animales que nos enfrentaremos también tendrán su propio nivel, por lo que debemos ser cautos a la hora de decidir si atacar a uno que esté al menos dos niveles por encima del nuestro, reduciéndose drásticamente la opción de sobrevivir si lo hacemos, esto hace que tengamos que recurrir al “leveo” para acceder sin problemas a diversas zonas. Hasta la salida de las nuevas expansiones del pase de temporada, el nivel máximo del juego estará en 40.
Nilo, el río de la vida
La enorme y variada fauna del vasto mapeado egipcio otorgará una gran vida a este, y es que los animales que componen el programa son más vivos que nunca, estableciendo relaciones entre ellos, dando lugar a momentos realmente preciosos en el que vemos escenas tan impactantes como la caza del cocodrilo del Nilo. Dichos animales serán una parte importante del componente RPG ya que podremos cazarlos para conseguir materiales que mejoren nuestro equipo. No faltarán las tiendas repartidas por las ciudades para poder vender los utensilios que no usemos, comprar nuevo equipamiento y armas e incluso mejorarlas.
Tampoco faltarán las llamadas microtransacciones para conseguir objetos especiales como armas legendarias, materiales, oro e incluso puntos de habilidad, mediante los ya conocidos créditos Hélix, aún así, Ubisoft nos ofrece la posibilidad de conseguirlos “jugando” mediante un comerciarte dentro del propio juego, por lo que no se exigirá el pago de dinero real para hacernos con dichos objetos.
No todo será descubrir antiguas tumbas y consumar la venganza de Bayek junto a su mujer Aya, que controlaremos en diversas ocasiones, ya que también habrá lugar para el “ocio” en el Alto y Bajo Egipto con las espectaculares carreras de cuadrigas celebradas dentro del hipódromo y el combate en la arena de gladiadores, donde tendremos que sobrevivir en una especie de modo horda en el que los enemigos llegarán por oleadas. Hay mucho por hacer en Assassin’s Creed Origins con la extensa campaña principal y las más de cien misiones secundarias que a pesar de ser algo repetitivas en algunas ocasiones, conforman un conjunto de lo más destacable, si a esto le añadimos todos los secretos que se esconden en el Antiguo Egipto junto con las tareas que podemos realizar, el juego se nos irá fácilmente a las más de 100 horas.
A pesar de que no hay un apartado multijugador, la desarrolladora ha querido incluir ciertos componentes sociales que unan a la comunidad como las llamadas ‘misiones de venganza’ donde tendremos que acabar con un enemigo que haya matado a un de nuestros amigos en su partida individual o el modo foto que nos permitirá captar la belleza del escenario y compartirla. No faltarán tampoco los marcadores en el hipódromo y en la arena de gladiadores para comparar nuestras hazañas con otros usuarios.
Por último, no nos podemos olvidar de un apartado gráfico que vuelve a sorprendernos gratamente por la increíble recreación de Egipto que Ubisoft es capaz de mover en Xbox One con tan solo algunas bajadas muy puntuales de imágenes por segundo. Todo ello se verá potenciado el próximo 7 de noviembre con el lanzamiento de Xbox One X, la mejor consola para disfrutar del juego, y es que no podemos olvidar que el popping y la escasa distancia de dibujado en la versión de Xbox One original es razón suficiente como para justificar su disfrute en One X. Aún así, la versión analizada en Xbox One S ha dado un resultado bastante satisfactorio con algunos momentos realmente bellos y sorprendentes. ¿A qué esperas para descubrir los secretos del Antiguo Egipto?