Dual Stick Shooters, Dual Joystick Shooters, Twin Stick Shooters… Nombres diferentes para definir a un género antiguo pero actualmente en auge en el panorama independiente, muy especialmente en Xbox One. Parece ser que Microsoft no tiene miedo alguno de incluir en su tienda toda una hornada de nuevos títulos de dicho género: Geometry Wars 3, Polychromatic, Crimsonland, We Are Doomed, Ultratron, Sixty Second Shooter y, finalmente, AIPD.
Primero dispara, luego pregunta
Artificial Intelligence Police Department —lo dejaremos en AIPD de ahora en adelante, dada la nula historia y relevancia consiguiente del significado de las siglas— se sube al carro con ciertas mecánicas originales pero mermadas por un acabado general desganado y un tanto escuálido. Un ejemplo de ello es que la localización al castellano tiene cierto tufo a traductor online.
Más allá de ese feo, AIPD nos convierte en una nave (¿policial?) situada en un plano oscuro y repleto de colores neón al más puro estilo TRON, cuya única misión es destruir y no ser destruido. Una nave que podemos personalizar de forma muy simple en su arma principal y su chásis, para lo cual iremos desbloqueando más de una decena de alternativas.
Los drones, arponeros, transportadores y demás criaturas del averno fluorescente llegarán en forma de oleadas, hasta un total de 15. Como es obvio, con cada ronda aumentará la dificultad en cuanto a número y tipo de enemigos, pero además AIPD nos obliga a elegir después cada oleada entre dos opciones para aumentar la dificultad a cambio de multiplicadores. Esta es una de las grandes innovaciones del título respecto a otros juegos, puesto que se nos dará a elegir entre que ciertos enemigos exploten al morir o que otros disparen un mayor número de proyectiles; o entre que al chocarnos con el borde del mapa nos haga daño y que los enemigos que transportan armas secundarias estén escoltados por otros. Se trata de cambios que perduran durante toda la partida, por lo que deberemos usar la cabeza antes de lanzarnos a lo loco. En esencia, para los jugadores menos experimentados, se convierte en una elección en busca del mal menor, sabiendo que cuanto más avancemos menos opciones tendremos.
Gadgeto-metralleta
Como indicábamos, a nuestra disposición tendremos tres tipos de herramientas. La más básica es el arma principal, que podrá recalentarse, impidiéndonos disparar durante un par de segundos y soltando una bomba de calor que puede usarse de forma inteligente para eliminar objetivos o de forma torpe para dañarse a uno mismo. Después están las armas secundarias, con usos limitados y que recibiremos al acabar con un tipo concreto de enemigo. Se trata de bombas, torpedos y otros artilugios mucho más potentes que nuestra arma corriente y moliente, por lo que habrá que usarlas con cautela. Finalmente toparemos con diferentes objetos como escudos o ralentizadores del tiempo, mucho más comunes pero igualmente indispensables para nuestra supervivencia.
Todas estas piezas se articulan bien para formar un gameplay relativamente sólido y adictivo, que no deja nada al azar. Los controles son precisos y, en consecuencia, sabes que no te van a dejar vendido en cualquier acción que requiera precisión milimétrica y nervios de acero.
Visualmente agradecemos el uso de las partículas y efectos del Unreal Engine 4, que aplicados sobre el fondo oscuro hacen que el título luzca vistoso y, sobre todo, nos ayude a controlar la posición de las amenazas en todo momento.
Y esto es todo amigos
El problema de AIPD es, como en muchos otros títulos del género, su falta de contenido. Como comentábamos, sólo hay 15 oleadas. Tal cual. Es cierto que superarlas no es un reto desdeñable, y que en sus niveles de dificultad más altos puede ser una auténtica locura. Pero en esencia, y a pesar de lo complicado del desafío, sigue siendo el mismo modo de juego. Los modos alternativos al estándar sólo son pequeñas variaciones del mismo, y aquellos modos personalizables no aportan nada que no hayamos visto anteriormente. Parece que la desarrolladora confía en que los jugadores se «piquen» en las tablas de mejores puntuaciones, estando dispuestos a repetir hasta el infinito su fórmula; y personalmente no creo que eso ocurra para la inmensa mayoría de usuarios.
El cooperativo de hasta cuatro jugadores de forma local le añade algunas horas de diversión, siendo una pena que no incorpore un cooperativo online,
AIPD podría haber llegado a ser un imprescindible dentro del género con más tiempo y dedicación. Resulta decepcionante que Blazing Badger no haya sabido explotar unos muy buenos conceptos de base y, aunque resulte muy gratificante el disparar a todo lo que se mueve en él, AIPD necesita más modos de juego y variedad. No es un mal juego, pero hay opciones más reseñables en el catálogo de One.