Treinta y dos. Esos son los años que han transcurrido desde que la franquicia Alone in the Dark naciera en PC de la mano de Infogrames (la antigua Atari) y supusiera un antes y un después dentro del género de terror. No en vano, se la considera como una de las sagas pioneras y una de las mayores influencias para licencias tan populares y queridas como Resident Evil y Silent Hill, que siguieron sus pasos pocos años después.
El terror nunca ha sido el género más popular en la industria del videojuego y Alone in the Dark no fue una excepción, hasta el punto de desaparecer y no ofrecernos ni un solo nuevo juego en casi una década. La espera termina ahora. Y es que en el día de hoy queremos compartir contigo nuestro análisis de Alone in the Dark, una suerte de reinicio con tintes de remake de la entrega original, ahora desarrollado por Pieces Interactive y publicado por THQ Nordic. Acompáñanos en las siguientes líneas para descubrir qué nos ha parecido.
Derceto, lugar maldito
El nuevo Alone in the Dark tiene muy claro lo que quiere ser y eso se nota desde los primeros compases hasta el mismísimo final. El juego es, ante todo, un homenaje al título original que dio comienzo a la saga (y prácticamente al género) en 1992. El argumento y muchos de los personajes implicados en él son los mismos que eran hace más de tres décadas, pero Pieces Interactive ha querido dar un giro de tuerca y hacer algo más que un remake, aportando nuevos elementos e incluso algunas modificaciones narrativas que sirven para modernizar la historia, para complementarla y también como referencias al original.
Alone in the Dark nos lleva hasta la Nueva Orleans, Luisiana, de la década de 1920. En los entresijos del bayou se encuentra Derceto, una antigua mansión ahora convertida en centro mental. Allí es donde se dirigen nuestros protagonistas. Por un lado Emily Hartwood (interpretada por Jodie Comer), que ha recibido una perturbadora carta de su tío Jeremy, que se encuentra internado en el lugar; por otro, Edward Carnby (interpretado por David Harbour), un detective al que Emily ha contratado porque no sabe bien qué esperar de su visita a las profundidades de los Estados Unidos más sureños.
En este contexto, y tras la elegante cinemática introductoria, Alone in the Dark nos ofrece la elección más importante del juego: con qué personaje queremos jugar. Y al igual que ocurre con algunas grandes entregas de Resident Evil, lo nuevo de Pieces cuenta con dos campañas distintas, una para cada personaje, con sus propias variaciones y elementos únicos. Más adelante profundizaremos en ello sin spoilers, pero ya te avanzamos que deberás jugar las dos para poder ver la historia al completo.
Terror de la vieja escuela
Todo el mundo tiene claro lo que es el terror moderno. La corriente, iniciada en gran medida por Outlast en 2013, nos situaba en una propuesta de puro pavor, de absoluta indefensión y de jugar al gato y el ratón, escondiéndonos a cada paso. Alone in the Dark nos lleva hasta un terror old school, uno que fue increíblemente popular a finales de los 90 y principios del siglo XXI. Lo hace, además, actualizando la fórmula lo justo, pero manteniendo la esencia de este tipo de propuestas, para bien y para mal.
Para que te hagas una idea, Alone in the Dark es mucho más un juego de puzles que uno de terror. El elemento terrorífico es más atmosférico y ambiental y deja de lado el jump scare que tan en boga está a día de hoy. La mecánica principal del título consiste en explorar la mansión Derceto, tratando de desbloquear las puertas cerradas con llave, encontrando documentos que nos den trasfondo sobre la historia y pistas sobre los puzles y, en última instancia, resolviéndolos para acceder a nuevas zonas y seguir progresando. Las partes de acción se suelen reservar para fuera de Derceto.
De vez en cuando conseguimos acceder a uno de los recuerdos de Jeremy. Explorarlos es esencial para descubrir qué ha sido de él y será ahí cuando nos enfrentemos a oscuras criaturas. Para ello contaremos con armas de fuego (no muchas, pero un surtido aceptable), armas cuerpo a cuerpo con durabilidad limitada y también elementos del entorno con los que interactuar bien para distraer a los enemigos, bien para aturdirlos o incluso quemarlos. No cabe duda de que la acción no es el punto fuerte de Alone in the Dark. Tampoco es la parte más importante, de modo que se entiende que se haya puesto toda la carne en el asador en otros apartados.
Podemos esprintar y también contamos con una esquiva, elementos suficientes para que el combate se sienta correcto, pero nada más allá. Has disparado mejor, combatido mejor y esquivado mejor en otros muchos juegos, pero aquí es una simple excusa para avanzar en la historia, conocer más sobre los personajes implicados y descubrir el trasfondo de nuestro protagonista. Ahí reside el verdadero potencial de Alone in the Dark, y es precisamente donde Pieces Interactive ha querido hacerse fuerte.
Adaptado a los nuevos tiempos
Los responsables de esta reimaginación de Alone in the Dark saben que habrá diversos públicos interesados en el juego, por lo que el título cuenta con herramientas para contentar a todos ellos. Si eres un hardcore de la vieja escuela te gustará saber que el videojuego cuenta con la posibilidad de eliminar todas las ayudas. Hablamos de prescindir de destacados en negrita en los documentos que encontremos, de evitar que aparezcan pistas sobre los objetivos principales y subobjetivos asociados e incluso de eliminar toda ayuda en el mapa de Dercerto, como qué puertas se pueden abrir o qué puzles se pueden resolver con los objetos o la información que ya posees.
En la otra cara de la moneda, si no quieres quedarte atascado en ningún momento y te apetece una experiencia más directa, todos estos elementos estarán a tu disposición para facilitar tu avance en el juego. Ni mejor ni peor, simplemente a tu gusto, como debería ser siempre. Nunca nos quejaremos de que se ofrezca la mayor cantidad de ayudas opcionales para los usuarios. En caso de no activar ninguna de estas ayudas está claro que Alone in the Dark ofrecerá una experiencia mucho más old school y, por supuesto, más compleja y confusa.
Independientemente de ello, lo cierto es que no se trata de un juego particularmente difícil. La exploración no tiene demasiada complicación, puesto que Derceto no es un escenario tan grande y tienes a tu disposición el mapa desde casi el principio. Algún puzle se te podría atascar algunos minutos, pero en línea general son muy divertidos y amenos de resolver. Las pistas siempre están cerca o el ensayo y error es el encargado de permitirnos avanzar.
Dos historias, ¿una conclusión?
Pieces Interactive y THQ Nordic han insistido por activa y por pasiva en la necesidad de jugar las dos historias (la de Emily y la de Edward) para poder conocer el argumento al completo. Aunque lo cierto es que hay parte de razón en ello, nos ha decepcionado la forma en que se ha ejecutado. La elección del personaje con el que jugarás toda la historia se produce en el mismísimo inicio. Desde entonces tomas su rol y juegas a lo largo de toda la partida (nos ha durado unas 7 horas y media la primera run y unas 6 la segunda).
El principal problema de esta mecánica de “necesidad” de jugar dos veces al juego es que Alone in the Dark apenas cambia nada. El título está dividido en cinco episodios. Pues bien, excepto una gran parte del cuarto, todo el resto del juego es prácticamente idéntico para ambos personajes. Puzles, situaciones de acción, historia e incluso el orden en el que se resuelven los enigmas y se desbloquean las nuevas zonas. Lo único que cambia realmente son las conversaciones que tiene nuestro protagonista con los NPCs con los que se va encontrando.
Otro punto débil de la doble campaña es la incompatibilidad absoluta entre ambas. Al gran referente moderno en esta cuestión, Resident Evil 2 Remake, le ocurría algo parecido. Claire y Leon estaban en el mismo sitio en el mismo momento en sus respectivas campañas, pero no coincidían. Sin embargo, gran parte de la aventura tenía sentido por separado y también al juntar ambos argumentos. En Alone in the Dark no. Si juegas como Emily ella es la heroína de la historia, mientras que Edward es un mero figurante y viceversa. Solo el final coincide y da sentido a la historia conjunta.
Con todo, y teniendo en cuenta la ya mencionada breve duración del juego, te recomendamos que las juegues ambas, descubras los trasfondos de los dos personajes y extraigas tus propias conclusiones. Nuestro punto de vista es que la historia de Emily Hartwood es más interesante que la de Edward por tener un vínculo más fuerte con el eje central de la trama: Jeremy Hartwood.
Apartado técnico
Alone in the Dark cuenta con dos modos gráficos: uno centrado en la resolución y con el 4K como objetivo y el otro enfocado en la resolución y con los 60 frames por segundo como meta. THQ Nordic nos facilitó el código del juego con bastante antelación, por lo que el parche día uno estaba muy lejos de llegar. Los pequeños problemas de rendimiento se corregirán de cara al lanzamiento oficial, pero nos hemos topado con algunos otros problemas adicionales que no se mencionan entre los errores conocidos. El más grave de todos y que ha afectado a nuestras dos partidas en su totalidad es uno que hace sonar los disparos un par de segundos después de haber disparado el arma. No impide jugar, pero es verdaderamente molesto y confuso.
Otro, bastante menor, no refleja adecuadamente cuándo algunos puzles han sido resueltos o cuándo una habitación ha sido completada en el mapa de Derceto. Puede resultar incómodo o activar tu toc, pero no tiene mayor peso. En lo que respecta al apartado audiovisual del título, gráficamente está a un buen nivel. Cierto es que no se trata de la mayor producción que hayamos visto nunca, pero los interiores lucen fenomenales y los exteriores bastante bien, especialmente gracias al buen trabajo de iluminación. Los modelados faciales de Jodie Comer y David Harbour son sensacionales, aunque los del resto de NPCs están muy lejos de su calidad.
Musicalmente Alone in the Dark es una delicia. La banda sonora, con el característico sonido blues de la saga, que tan bien le sienta a una propuesta detectivesca de este tipo complementa el buen hacer en lo visual. A ello hay que añadir una actuación más que correcta de Comer y Harbour en su primera aparición en un videojuego, aunque no sea memorable.
Conclusiones
Alone in the Dark no va a revolucionar el género de terror ni es lo que pretende. En su lugar es una reimaginación de un clásico, el título que inspiró todo un género. Y lo cierto es que es una reimaginación muy acertada. Conservando los elementos originales adecuados, añadiendo los suyos propios y otorgándole a la propuesta identidad gracias a las incorporaciones de Jodie Comer y David Harbour, Pieces Interactive ha dado vida al que, con suerte, será el inicio de una nueva vida para Alone in the Dark, como ya ha ocurrido con el reciente renacer de Resident Evil o podría ocurrir con Silent Hill.
El juego tiene sus defectos, como un combate poco más que correcto, algunos problemas técnicos (que esperamos que se corrijan de lanzamiento) o una errónea concepción de la doble campaña, pero es una experiencia tremendamente satisfactoria para los amantes del género, sobre todo para aquellos que crecieron con juegos de terror como estos y que ahora regresan con todo el poderío de los originales pero incorporando elementos modernos que les sientan como un guante.