En 2012 la saga Assassin’s Creed nos había contado la historia de Altaïr y de Ezio. De este último tuvimos nada más y nada menos que tres juegos en tres años. La sensación general era que la saga estaba sufriendo de un excesivo continuismo además de un agotamiento excesivo. Assassin’s Creed se había convertido en el FIFA o Call of Duty de turno, con su entrega anual y que añadía muy pocos cambios respecto a lo visto anteriormente. Y ahí llegaba Connor, Ratonhnhaké:ton, con la misión de dar aire fresco a una saga que comenzaba a agotarse y de hacer olvidar a Ezio Auditore.
Si me pedís que defina Assassin’s Creed III en una palabra seguramente os diría que «incomprendido» es el adjetivo que mejor le sienta a un juego del que han bebido las entregas más exitosas que posteriormente lanzó Ubisoft. Assassin’s Creed III fue un cambio radical -demasiado quizás para algunos fans-, Connor fue un personaje que se alejaba por completo del dicharachero Ezio y la ambientación de la Guerra de la Independencia no acabó de cuajar. Pero pese a todo eso Ubisoft ha decidido remasterizar el juego, además dedicando un gran esfuerzo a ello y dejando el trabajo en manos de su estudio español, Ubisoft Barcelona. Que no se han limitado en subir la resolución del juego y ya está (Assassin’s Creed Rogue Remastered o Assassin’s Creed The Ezio Collection), sino que han implementado nuevas texturas tanto en HD como en 4k, han renovado por completo el sistema de iluminación, han pulido las animaciones y han añadido opciones al gameplay que antes no existían.
Assassin’s Creed III es un juego muy importante para la saga y creo que los fans se han dado cuenta de ello con los años. Raro era ver a gente defenderlo en 2012, pero hoy en día las tornas están cambiadas. Y creo que el tiempo ha sido el que ha acabado dando la razón a la visión que tuvieron en ese año el equipo de Ubisoft Montreal y el director del juego, Alex Hutchinson.
Una segunda oportunidad
Assassin’s Creed III Remastered es una segunda oportunidad para el juego. Adaptado a los estándares actuales en cuanto a gráficos y gameplay, queda claro que esta es la mejor versión del juego. Disponible de manera gratuita para aquellos que compraron Assassin’s Creed Odyseey con su season pass, Assassin’s Creed III Remastered resulta de lo más atractivo.
Assassin’s Creed III Remastered incluye el juego base con todos los DLC así como el juego Assassin’s Creed Liberation Remastered, que se lanzó para PS Vita y más tarde llegó a Xbox 360. La inclusión de este juego en el pack no es algo aleatorio. La historia de Aveline y Connor se cruza y complementan ambos juegos. Claro que para haberlo rematado creo que Assassin’s Creed Rogue Remastered también debería haber aparecido en este pack, ya que la trama de Shay Cormac ocupa tiempo durante y después Assassin’s Creed III. En este caso la ausencia es algo comprensible ya que el remaster de Assassin’s Creed Rogue se lanzó el pasado año y no cuenta con las mejoras gráficas de las que sí gozan estos títulos.
En general, Assassin’s Creed III Remastered busca ofrecer a los nuevos jugadores de la saga, aquellos que se han visto atraídos por las propuestas de Origins y Odyssey, una oportunidad de revivir mejor que nunca la entrega que sentó las bases de la saga actual.
Assassin’s Creed III es el último juego de la saga de Desmond Miles (sí amigos, antes importaba la historia del presente), después de vivir las vidas de Altaïr y Ezio Desmond debía acceder a una cámara donde se encontraba la solución a la inminente tormenta solar que iba a freír la Tierra. La Primer Civilización (los llamados Isu en Origins y Odyssey) fueron dando pistas a Desmond y causando dolores de cabeza a un Ezio que no entendía nada. Es por eso que después de ir apareciendo esporádicamente en los otros títulos, en Assassin’s Creed III tenemos a la Primera Civilización presente desde el primer momento.
Desmond accede a la cámara pero para continuar más allá de una enorme puerta necesita una llave, claro que Juno lo tiene todo calculado y obliga a Desmond a conectarse al Animus a vivir la vida de su antepasado, del guardián de la Cripta, al Assassin que se promocionó en el marketing del juego, al mestizo inglés y mohawk, a Connor Kenway.
O no.
Debería haberte matado hace mucho
Haytham Kenway es el protagonista absoluto de las primeras 4-6 horas de Assassin’s Creed III y eso es algo que pilló a todos por sorpresa. En ningún momento se mencionó su existencia ni se habló de que en el juego habría más de un personaje jugable. Así que si te plantan ahí con un señor que no acabas de situar en un prólogo de más de 4 horas cuyas misiones no son de lo más elaboradas pues te acabas sintiendo perdido.
Y en eso creo que todos podemos coincidir, lo peor de Assassin’s Creed III es su lento prólogo. Pero, curiosamente, es lo que hace que luego el juego tenga la consistencia que tiene en cuanto a relaciones y personajes. En el primer Assassin’s Creed los Templarios no eran «los malos», tenían unas convicciones, distintas a las de los Assassin y por eso luchaban. Al final del juego incluso el mentor de Altaïr, Al Mualim, decidía cambiar de bando. En Assassin’s Creed III el prólogo sirve para introducir a los villanos que -sin entrar en mayor profundidad para no hacer spoilers- acaban resultando en los más humanos, logrados y reconocibles de toda la saga.
Haytham Kenway tuvo una aventura de una noche con la nativa Kaniehtí:io, resultando en el nacimiento de Connor. Una vez se ha construido la base del juego es cuando tomamos control de Connor. ¡Ya era hora, ahora vamos a enfundarnos las ropas de Assassin, nuestro molón Tomahawk y a acabar con los malvados templarios!
O no.
Otra vez nos toca pasar por un tutorial -esta vez no llega a la hora- en el que tenemos que conocer las mecánicas propias de los Assassin y ganarnos a pulso el poder llevar esas ropas. Ahora sí arranca el camino de Connor y su historia de venganza. Queda claro que la mayor pega del juego es su lento, terriblemente lento, arranque. Pero a partir de ahí os aseguro que el juego va hacia arriba en todo. A destacar los episodios en los que padre e hijo comparten aventuras y la épica resolución de la trama de Desmond, quien además visitará varios lugares en la actualidad por todo el mundo, uno de ellos muy querido por los fans de la saga.
La trama de Assassin’s Creed III es variada y cuenta con misiones de todo tipo. Se agradece volver a la época en la que si no actuabas con sigilo el juego te devolvía al anterior punto de control y debías continuar desde allí, aunque a expensas de un combate terriblemente más simple. Ahora los juegos de Assassin’s Creed han olvidado lo que significa el mantenerse en las sombras, uno de los principios del Credo.
Durante unas 20-40 horas viviremos la historia de Connor, dependiendo de lo mucho que queramos ahondar en ella nos ocupará más o menos. Obviamente no llega a los niveles de duración de los actuales Assassin’s Creed, donde a la mínima que vayas jugando tranquilamente te vas a más de 60 horas. Pero eso no quiere decir que Assassin’s Creed III no tenga contenido secundario.
En la Hacienda Davenport tenemos la base de operaciones de Connor pero también es el lugar donde forjamos una familia. A lo largo del juego aparecerán ciertas misiones secundarias relacionadas con gente que necesita ayuda y les podemos ofrecer nuestra Hacienda como refugio.
En esta entrega fue donde se plantó la semilla de las batallas navales, que sirvió para darnos uno de los mejores juegos (para muchos el mejor) de la saga. Connor tomará el timón de la Aquila y se enfrentará a pequeñas expediciones que proporcionarán una historia secundaria de lo más interesante.
Aun así, estoy orgulloso de ti en cierto modo
Llegamos a la parte importante de un remaster, a los gráficos. Si buscáis una respuesta fácil y rápida a la pregunta de si Assassin’s Creed III Remastered es un producto que vale la pena, mi contestación a eso es un sí rotundo. Obviamente si acabo aquí el análisis seguramente me tiraríais alguna que otra piedra así que me toca hablar del por qué de esa respuesta.
Assassin’s Creed III Remastered cuenta con una versión mejorada del AnvilNext, motor antecesor del utilizado en Assassin’s Creed Unity, Syndicate, Origins y Odyssey, por lo que no estamos ante un remake. El juego ha sido realizado en base a los assets originales pero mejorándolos al máximo y añadiendo ciertas novedades. Es por eso que tenemos un sistema de iluminación que antes simplemente no existía o un follaje casi al nivel de lo que podemos ver en Odyssey.
En Assassin’s Creed III gran parte del protagonismo en cuanto a mapeado se refiere lo ocupaba la Frontera, un lugar lleno de vida animal, árboles, bosques frondosos, pequeños pueblos, ríos y demás. En este remaster se ha conseguido realizar un lavado de cara completo a todo ese enorme escenario haciendo que se luzca durante las cuatro estaciones del año. Y es que otra de las novedades que en su día incorporó el AnvilNext fue el que se representen todo tipo de condiciones meteorológicas así como las estaciones del año. Así que durante el juego podemos ver un mismo terreno en el nevado invierno, primavera, verano y otoño. Cada estación con sus matices y características así como eventos climáticos como lluvia o nieve.
Pero una vez dejamos la Frontera tenemos las ciudades de Boston y Nueva York. Dos lugares relativamente nuevos, con pequeños edificios de madera que nos demuestran que lejos quedan las monumentales iglesias y estructuras europeas. Aquí es donde las nuevas texturas y la iluminación hacen que Assassin’s Creed III Remastered pase completamente como un juego actual. Si bien en el bosque el juego lucía bien y se notaba una gran mejora es en las ciudades donde se nota el esfuerzo en la remasterización. Los edificios, las calles llenas de vida, los reflejos del sol… Todo se ve muy bien pero sobre todo nítido y colorido, ya que Assassin’s Creed III Remastered aprovecha Xbox One X para ofrecer una experiencia en 4k y en HDR aunque a unos 30 fps estables, pero con algún tirón en la Frontera, aunque lejos del horrible framerate de la versión original.
En color es también donde Assassin’s Creed III Remastered gana más. Con el paso del tiempo nos hemos olvidado, pero Assassin’s Creed III tenía una paleta de colores muy apagada, algo que en este remaster han solucionado sin que desentone. Además la nueva iluminación proyecta sombras por todo el escenario y modelados, aunque algunas veces sea perjudicial.
Y es que la mayor pega que se le puede poner a este remaster son los rostros de los personajes. Sus modelados lucen fantásticos, hasta la ropa cuenta con detalles, pero son las caras las que salen mal paradas en algunas ocasiones. La sensación es que la nueva iluminación no acaba de casar con las nuevas texturas de las caras de los personajes y si estamos en escenas en las que les da el sol de cara parecerá que estamos ante figuras del Museo de Cera de Madrid, pero en cambio en otras situaciones sí que aguantan el tipo, lo que me hace pensar que quizás es un bug y habrá una solución más adelante. No sería la primera vez que los rostros de los personajes de un juego reciben una actualización que los mejora completamente, véase Mass Effect Andromeda.
Los juegos, tanto Assassin’s Creed III como Liberation vienen en su doblaje al castellano original, con la calidad que siempre aporta Ubisoft a sus trabajos donde la mayor pega reside en Luis Tosar, quien interpreta a George Washington y que nos demuestra que las profesiones de actores convencionales y actores de doblaje no siempre son compatibles.
Análisis de Assassin’s Creed III Remastered – Xbox One
Assassin’s Creed III Remastered es un trabajo por el que la gente de Ubisoft Barcelona debería felicitarse. He tenido la suerte de poder probar todos los demás remasters que la saga ha recibido y ninguno de ellos llega al nivel de este. Se nota que Ubisoft es consciente de la importancia del título y desde Barcelona han sabido honrar al juego original, mejorando, añadiendo y perfeccionando todo aquello que Assassin’s Creed III merece para hacerlo pasar por un juego actual de Xbox One.
Las aventuras de Connor y Aveline así como la historia alternativa en la que George Washington se erige como Rey de Norteamérica es el contenido que nos trae este pack, que se lanza a un precio reducido de 39 euros y gratuito en el pase de temporada de Assassin’s Creed Odyssey.
Assassin’s Creed III Remastered es un juego imprescindible para aquellos que disfrutaron de la entrega original, los que quieren darle una segunda oportunidad después de 7 años y los nuevos jugadores de la saga que quieren jugar -en condiciones actuales- uno de sus mejores juegos.