Beach Buggy Racing es un juego creado por el estudio independiente Vector Unit, dedicado principalmente al mercado móvil, aunque también tiene producciones en consola y PC. En esta ocasión han decidido adaptar a consolas la continuación de Beach Buggy Blitz, con el que no les fue nada mal. Beach Buggy Racing es un juego de carreras de karts de corte clásico, con un control sencillo, y en el que tenemos que superar a los rivales por medio de los power-ups que vamos recogiendo por el camino.
Caja sin sorpresa
No es ningún secreto que Beach Buggy Racing bebe directamente de los títulos referencia en cuanto a carreras de karts de fantasía, como Mario Kart o Sonic & Sega All Stars Racing. El problema de cuando se copia una fórmula, es que debes de dotarla de la suficiente personalidad para diferenciar tu producto y hacerlo atractivo. Y en este sentido, el juego de Vector Unit resulta muy conformista. Es cierto que tiene elementos propios, de los que ahora hablaremos, pero no llegan a alterar la esencia del juego como para diferenciarlo de otros títulos similares. En este sentido puede resultar algo decepcionante, ya que con los títulos indie se suele esperar que las compañías tomen algo más de riesgo y pongan algo más en juego para lograr destacar su producto de algún modo.
El sistema de juego ya lo conocéis de sobra: carreras rápidas, con circuitos con obstáculos, saltos, atajos y trampas. Más los power-ups que vamos recogiendo en algunos tramos, y con los que podemos fastidiar y estorbar a los rivales, y por supuesto también salir fastidiados nosotros. Precisamente los power-ups pretenden ser una de las señas de identidad de Beach Buggy Racing, con una cantidad de armas y poderes bastante elevada de la que pocos títulos del estilo pueden presumir. Sin embargo, acaban siendo una pequeña decepción ya que la mayoría de ellos terminan resultando muy similares a efectos prácticos, y además al existir tanta cantidad perdemos en cierto modo esa motivación por conseguir un poder concreto. Cuando pensamos en Mario Kart, por ejemplo, todos nos acordamos de la emoción por conseguir una concha azul y reservarla para un momento concreto, en Beach Buggy Racing, sin embargo, terminamos lanzando poderes y trampas sin importarnos mucho el momento o el power-up que usemos, perdiendo también en cierto modo ese componente estratégico. A pesar de todo, algunos poderes son particularmente originales y divertidos, como inflar las ruedas de los rivales haciendo que sus coches reboten contra el suelo, o tomar el control del kart de delante y hacer que imite nuestros movimientos.
Por otro lado tenemos un control sencillo, pero algo tosco, que puede frustrar en alguna ocasión. Además se han perdido algunas opciones que sí están presentes en otros juegos del género y que dan algo más de «sabor» a la conducción: los derrapes, saltos o piruetas, y tampoco podemos echar la vista atrás para obersvar a nuestros perseguidores, ni cambiar la dirección de lanzamiento de los poderes de atrás hacia delante, o vicerversa. Esa pérdida de opciones hace que se pierda un nivel en la importancia de la habilidad a la hora de ganar las carreras. Todo ello hace que la sensación de conducir sea menos vivaz, y resulte por algunos momentos algo soporífera. En general, la experiencia de juego al conducir es bastante plana, y no está a la altura de otros juegos del género.
En los personajes y los coches podemos encontrar algunas de esas ideas innovadoras que pedía, sin embargo, su implementación resulta bastante irrelevante al resultado final. Cada coche tiene cuatro características que lo definen: aceleración, velocidad máxima, manejo y rendimiento. Y podemos elegir entre una variedad de coches para competir, con diferentes formas, y que podemos pintar del color que nos apetezca. Sin embargo a la hora de conducir no existe prácticamente diferencia entre la conducción de uno u otro modelo. La diferencia se encuentra únicamente en las características que hemos mencionado, pero teniendo en cuenta que conforme vamos jugando y consiguiendo monedas, podemos ir mejorando las características iniciales de todos los coches, el resultado final es que todos los karts terminan siendo iguales, salvo que conscientemente decidamos potenciar en unos modelos unas caracterísitcas y otras en otros. Por su parte, se ha querido dotar a los personajes de cierto carisma y personalidad propia, aunque no llegan a resultar demasiado atractivos, y esa personalidad queda resumida en un pequeño texto que aparece junto a los personajes en el momento de elegirlos. Sí que es cierto que cada personaje tiene una habilidad especial propia para usar en las carreras, normalmente más potente que los poderes comunes. Pero una vez más vuelve a ser irrelevante, ya que solo podemos usar dicha habilidad una vez por carrera, y usemos la que usemos el resultado es igual de efectivo, por lo que cambiar entre un personaje u otro en función de su habilidad especial no tiene mucho sentido.
¿Sin multijugador online?
Podríamos decir que Beach Buggy Racing es un juego rico en cuanto a modos de juegos, porque tiene una buena variedad, pero llega sin multijugador online, uno de sus mayores errores. Y es que en los tiempos que corren no tiene mucho sentido concebir un juego de estas características sin su modo estrella, el multijugador online. Sí que podemos disfrutar del multijugador local, que permite competir hasta seis jugadores a pantalla partida.
En cambio, tiene una buena variedad de modos de juego individuales: carrera corta, campeonatos, desafíos, y un modo carrera. Este último, el más interesante: comenzamos a jugar con Redd como único personaje disponible, y poco a poco deberemos ir superando carreras y algunos desafíos para desbloquear las carreras cara a cara contra los personajes, y si les ganamos se unirán a nosotros como personaje jugable. Con cada carrera y desafío que vayamos jugando, ya sea dentro del modo carrera o fuera, iremos consiguiendo monedas con las que podremos ir mejorando los vehículos para poder hacer frente a los siguientes niveles. Un modo de juego sencillo, con un pequeño toque más de profundidad, y que nos puede durar varias horas superar para conseguir a todos los personajes.
Aunque, por desgracia, queda lastrado por el escaso número de pistas disponibles (solo 15). Pero sobre todo, por la poca variedad entre pistas. Conforme vas jugando y vas cambiando de escenarios vas teniendo la sensación de que siempre corres en las mismas pistas, y el problema no está tanto en que sean pocas, sino en que ninguna destaca especialmente por nada, por lo que la experiencia viene a ser la misma. Algo en lo que tampoco se encuentra a la altura de otro juegos del género, que tienen mucha más variedad, con pistas rápidas, otras centradas en los saltos, en las trampas, en atajos… Mientras que el corto número de corredores en pista, solo seis, hace que las carreras resulten bastante menos caóticas de lo que cabría esperar.
Estética cartoon
El diseño está basado en una estética cartoon: colorida, simpática y sencilla. Sin embargo se echa en falta algo más de originalidad y detalle tanto en el modelado de los coches, que salvo el monster truck y el vehículo lunar, resultan todos muy similares, como en los escenarios, en los que a excepción de algún atajo o tramo concreto tampoco hay demasiada variedad. Algunos efectos visuales, como el agua o el polvo, destacan por encima del resto. Mientras que el diseño de los personajes peca de ser demasiado sencillo y clásico.
El sonido, en la línea del resto, no dice demasiado. Hay una melodía para las carreras y otra para los menús. Y no son precisamente destacables, ni ayudan a transmitir intensidad a las carreras. Podemos decir que están ahí sin más. Unos efectos sonoros correctos y la ausencia de voces completan este apartado. Eso sí, los textos al menos nos llegan en español.
Conclusión
Beach Buggy Racing es en términos generales un juego que peca de ser demasiado conformista, tanto técnica como jugablemente. Y aquellos puntos innovadores con los que pretende reforzarse acaban teniendo muy poco peso, y pasan descapercibidos. Quizás como juego para tabletas es bueno, pero Vector Unit ha decidido traerlo a consolas de nueva generación, y ahí deja que desear. No obstante puede servir como entretenimiento para unas partidas en familia, y por su aspecto visual y sencillo control puede hacer disfrutar a los más pequeños, pero existen mejores opciones, aunque no sean dentro del mismo género.
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Lo bueno
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- Puede cumplir como juego familiar
- Por el momento es la única opción del género
- Muchos power-ups…
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Lo malo
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- …aunque muy similares
- Diseño poco inspirado y detallado
- Sin el imprescindible multijugador online
- El control es algo tosco, y le faltan algunas opciones
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