Blackwood Crossing es el primer título de la desarrolladora independiente PaperSeven. Una propuesta sencilla y modesta, pero con una carga emocional que podría rivalizar con la de cualquier AAA. Blackwood Crossing es una aventura que gira en torno a temas tan trascendentales como el amor, la vida y la madurez. Un juego que nos dejará con el corazón en un puño y las ganas de seguir muy de cerca al equipo que se encuentra detrás.
PaperSeven: la magia de Disney corre por sus venas
PaperSeven es un pequeño estudio de videojuegos de Brighton (Reino Unido). Formado en 2011 por antiguos miembros de Black Rock Studio (creadores de títulos como Pure o Split/Second), el equipo se compone actualmente de 14 miembros. Algunos de la talla de Alice Guy, co-fundadora de PaperSeven y anterior productora y directora de Disney Interactive Studios.
Este estudio ha trabajado desarrollando productos para marcas tan importantes como Nokia o la cadena británica Channel 4. No obstante, desde 2014 se han centrado principalmente en desarrollar sus propias IP.
Blackwood Crossing es el primer proyecto de PaperSeven en llegar a consolas. Para ello han contado con colaboradores de la talla de Oliver Reid-Smith, guionista del juego. Smith fue anteriormente guionista del juego The Room y diseñador de Disney Infinity.
A pesar de tratarse de una empresa modesta, PaperSeven consigue mostrarnos todo su potencial argumental con Blackwood Crossing y demostrarnos que es capaz de más.
Blackwood Crossing y el miedo a aceptar los cambios
Blackwood Crossing nos ofrece una historia que, aunque a priori parezca sencilla, es muy compleja. En esta aventura en primera persona nosotros encarnaremos a Scarlett, una joven que se despierta en un tren sin saber muy bien cómo ha llegado allí.
Después de encontrarse con su hermano pequeño Finn, Scarlett descubrirá que ese viaje no es en absoluto normal. El tren parece moverse sin rumbo alguno, los demás «pasajeros» están igual de desorientados que ella y una misteriosa figura con máscara de conejo no dejará de acecharla.
Scarlett deberá además examinar su relación con Finn. Su hermano se encuentra especialmente tenso desde hace algún tiempo. Scarlett deberá averiguar por qué, pese a haber estado siempre tan unidos, se han vuelto tan distantes y ponerle remedio.
Blackwood Crossing nos presenta unas mecánicas sencillas, pero nada bien ejecutadas. Para avanzar a lo largo de la historia bastará con interactuar con los objetos que encontremos y, en ocasiones, combinarlos entre sí. A veces podremos encontrarnos con algún puzzle que necesitaremos solucionar para continuar nuestro viaje, pero no serán frecuentes.
Sí lo serán, sin embargo, los minijuegos de encontrar parejas. Scarlett se irá encontrando con diferentes personajes importantes en su vida. Con la ayuda de las frases sin contexto que digan esos personajes, nosotros tendremos que unirlos por parejas para seguir avanzando. PaperSeven hace un trabajo estupendo en este campo, utilizando muy bien estos minijuegos para ir dibujando poco a poco la historia.
La pobre jugabilidad nos entorpece la aventura…
Sin embargo, el apartado jugable de Blackwood Crossing flojea notablemente. El control es bastante tosco, dificultándonos en muchas ocasiones la interacción con los objetos. No bastará con acercanos a ellos, sino que tendremos que hacerlo en el punto exacto. Lo que se hace muy molesto si, por ejemplo, estamos buscando una pista muy pequeña.
Sin embargo, si hay algo que lleguemos a echar en falta es sin duda el botón de correr. Scarlett irá caminando durante todo el juego, algo que nos resultará muy molesto cuando queramos recorrer distancias a paso ligero.
Blackwood Crossing también peca de no dejarnos claros los objetivos que tenemos que conseguir ni cómo llegar a ellos. No nos ofrece ningún sistema consejos que puedan ayudarnos a avanzar. Además será frecuente que las pistas que necesitemos para resolver los acertijos estén muy bien escondidas.
Durante nuestra aventura nos iremos encontrando objetos que almacenaremos en nuestro inventario. Sin embargo, no será raro encontrarnos con algún objeto que no tenga ningún tipo de importancia en la trama. El inventario tampoco llega a estar del todo bien ejecutado; algunos objetos cuyo valor es puramente coleccionable se almacenan ahí sin utilidad alguna. Por otro lado, para encontrar el objeto que necesitemos tendremos que ir abriéndolos uno a uno, algo que nos resultará bastante tedioso y poco útil.
Scarlett conseguirá distintos poderes a lo largo de la historia. Por ejemplo, podrá controlar el fuego y también a una sombra misteriosa llamada Umbra, cuyo significado no nos quedará claro hasta el final. Pero el desarrollo de estos poderes está bastante limitado y, como ocurre con el resto del juego, simplemente habrá que usarlos en momentos predeterminados.
En definitiva, Blackwood Crossing presenta grandes fallos jugables que bien podrían haberse solucionado con algo más de tiempo o cuidado.
… y técnicamente no es nada memorable…
Blackwood Crossing tiene algunos problemas de “clipping”, así que muchas veces atravesaremos literalmente los objetos. Gráficamente cumple con lo que promete y nos ofrece un diseño que nos recordará a las películas de Disney. Las texturas son algo deficientes, aunque los diseños y la estética logran que visualmente sea muy atractivo.
La música resulta bastante olvidable en Blackwood Crossing. Una verdadera pena, porque en juegos como este, donde prima el argumento por encima de todo lo demás, siempre ayuda tener una buena banda sonora que acompañe. El sonido tampoco destaca, exceptuando ciertos momentos de tensión que sí consiguen ponernos la carne de gallina.
Los escenarios tampoco destacan por su gran variedad. La mayor parte de la historia transcurre en el tren, pero los vagones no presentan grandes diferencias entre sí. A veces nos dará la impresión de estar pasando por el mismo sitio una y otra vez. No obstante, de la mitad en adelante este problema mejora y nos ofrece muchos más lugares interesantes que recorrer.
Por otro lado, Blackwood Crossing tampoco es excesivamente largo, porque en unas 4 horas podremos tenerlo completado. Sin embargo, el juego nos invita a rejugarlo a través de diferentes mecanismos: por ejemplo, mediante coleccionables o invitándonos a tomar distintas decisiones según los momentos.
… pero la historia inclina la balanza a su favor.
A pesar de los fallos relacionados con la jugabilidad, el eje de Blackwood Crossing y por el que consigue brillar por encima de todo es su historia. Blackwood Crossing trata temas muy típicos, pero sin caer en ningún tópico. Temas como el amor, la vida, la pérdida de las relaciones y el miedo a aceptar los cambios marcan una historia que nos llegará al alma.
Nosotros encarnaremos a Scarlett, una adolescente más preocupada por los problemas típicos de su edad que por cosas más trascendentales. Sin embargo, cuando se despierte en el tren y la confusa aventura comience, tanto ella (como por extensión nosotros) nos replantearemos la importancia y las prioridades de las vida.
Sin embargo, el verdadero protagonista será el hermano pequeño de Scarlett: Finn. Finn es un chico con una gran imaginación que busca constantemente el apoyo, el cuidado y el cariño de su hermana mayor. El hecho de que ambos sean huérfanos potencia esta dependencia que llega a sentir por su hermana. Finn es con mucha diferencia el personaje más trabajado del juego. Es una montaña rusa de emociones que traspasarán la pantalla; a veces le odiaremos, a veces le querremos y a veces simplemente le entenderemos. Pero logrará que vivamos con él todas sus emociones y que entendamos el por qué de todo.
El resto de personajes estará, como la historia, envuelto en un continuo misterio que no se desvelará hasta el final. El jugador conseguirá empatizar con ellos y entender cuál es el fin de cada uno en este «cuento». Cabe destacar la labor del equipo con el Chico Conejo, el misterioso personaje con máscara de conejo que nos acechará toda la aventura. Aunque al principio se limite a asustarnos, pronto comprenderemos que esconde mucho más y que está más ligado a nosotros de lo que creemos.
El doblaje en inglés británico acompaña durante toda la historia. Los actores hacen un gran trabajo dando vida a todos los personajes, por pocos diálogos que tengan. De nuevo cabe resaltar la labor del actor Kit Connor, que conseguirá que Finn sea muy realista.
La historia puede resultarnos bastante confusa. Nosotros conoceremos lo que conoce Scarlett y entenderemos las cosas según las vaya entendiendo ella, cosa que nos sacará de quicio en ocasiones. Pero PaperSeven brilla en este aspecto y consigue, justo al final del juego, que absolutamente todo cobre sentido y que hasta el más mínimo detalle tenga su porqué.
Visual y estéticamente el juego es una maravilla. Tanto el tren como el resto de escenarios están llenos de vida y colores, resaltando ese aspecto fantasioso e infantil que PaperSeven se esmera tanto en ofrecernos.
También es de agradecer que Blackwood Crossing esté plagado de referencias culturales y que el jugador disfrute averiguándolas. Algunas son más obvias, como los posters del tren que imitan películas como Cadena perpetua, Liberad a Willy o El silencio de los corderos. Pero otras serán más sutiles, como algunos momentos directamente sacados de Alicia en el país de las maravillas o Jack y las judías mágicas.
Blackwood Crossing es un juego argumental que nos pondrá a prueba. No nos lo dará todo mascado, sino que jugará con nuestra inteligencia y con nuestra capacidad de entender sus referencias y metáforas. Cosa que agradeceremos cuando la trama se desvele y todo cobre sentido.
Conclusión: que la jugabilidad no nos estropee una historia brillante
Blackwood Crossing es una historia que trata temas típicos sin tópicos. PaperSeven consigue que nos metamos en la piel de una joven adolescente y que entendamos perfectamente lo que está viviendo, pero sin caer en los clichés de siempre. La profundidad de su trama nos recordará inevitablemente a juegos de gran carga emocional, como Life is Strange o Valiant Hearts.
Es cierto que jugable y técnicamente Blackwood Crossing no brilla todo lo que habría podido. El control tosco, la repetición de escenarios y las mecánicas poco elaboradas entorpecen nuestra experiencia. Pero el argumento consigue sobreponerse a estos problemas y logra que Blackwood Crossing se convierta en una experiencia por la que todos debamos pasar.