Hoy os traemos el análisis de Blasphemous en Xbox One. Un estupendo “soulsvania” de origen español, que nos lleva a un mundo gótico y atormentado, claramente influido por la tradición religiosa española y europea. Blasphemous es un juego muy entretenido, perfecto para los adeptos a este género que quieran ponerse a prueba con una propuesta que no será especialmente fácil. A pesar de presentar algunos pequeños fallos jugables, lo último de The Game Kitchen es altamente recomendable. Sin más, os dejamos con el análisis de Blasphemous en Xbox One.
The Game Kitchen, talento indie sevillano
The Game Kitchen nace en 2010, después de que un grupo de amigos desarrolladores de videojuegos se unieran y decidieran crear sus juegos propios. En 2013 lanzaron una campaña en Kickstarter para financiar el que sería su primer gran proyecto, The Last Door. Una aventura point and clic que recoge el espíritu más puro de H.P. Lovecraft y Edgar Alan Poe. El juego contó con ocho episodios en total, que tenéis disponibles en Xbox Game Pass para PC.
Sin embargo, ha sido Blasphemous su éxito más reciente y destacado. El juego también llegó a Kickstarter en 2017, convirtiéndose en el título español que más ha recaudado hasta la fecha, sumando un total de 333.246 $. Para lanzarlo a la venta, el equipo ha contado con el apoyo de Team17; una distribuidora independiente que nos ha hecho llegar títulos de la talla de Overcooked y The Escapists.
Blasphemous, la Semana Santa más sangrienta
Blasphemous es un juego de acción y plataformas no lineal, en tercera persona y 2D. El título nos lleva al mundo de Cvstodia, un lugar oscuro donde la religión es lo más importante para el pueblo, donde la superstición domina la razón y donde las iglesias duplican el número de habitantes. Cvstodia está inmersa en plena Edad de la Corrupción y nosotros, en la piel del Penitente, deberemos acabar con el mal y devolverle la paz al mundo.
Este juego puede definirse como un “soulsvania” al combinar elementos propios de los metroidvania (un mundo abierto no lineal con plataformas y elementos RPG) con ciertos aspectos tomados de la saga Dark Souls, incluyendo la dificultad de los combates. Y será de estos de los que hablaremos en primer lugar. Blasphemous toma la esencia de los hack-and-slash y la dificultad, entre otros elementos, de Dark Souls. Por ello, nos encontraremos con combates rápidos y frenéticos, en los que apenas tendremos tiempo para reaccionar a los ataques de los enemigos que nos encontremos y en los que tendremos que ser mucho más diestros que ellos. A ello se añadirá que los enemigos tendrán una dificultad y resistencia elevadas, así que nos tocará armarnos de paciencia y aprender a dominarlos para poder derrotarlos.
Para conseguirlo, iremos equipados de nuestra mejor aliada: la espada Mea Culpa. Un arma nacida del dolor y de la culpa, que podremos ir mejorando para ir poco a poco superando a nuestros rivales. Aunque este sea el único arma que encontremos en la aventura, podremos ir potenciándola desbloqueando distintas habilidades especiales. Por ejemplo, podremos lanzar un potente ataque especial llamado Ira Pecaminosa o saltar y atacar en el aire, hacia abajo. Estas habilidades se irán desbloqueando en zonas específicas que nos encontraremos en el mapa, los llamados Altares de Mea Culpa, y requerirán que invirtamos en ellas Lágrimas de enmienda, el dinero del juego.
Para combatir, no solo dispondremos de la espada, sino que también podremos mejorar las habilidades del Penitente. Podremos contraatacar a los enemigos y esquivar sus ataques; dos movimientos que nos serán tan útiles como necesarios si queremos avanzar en el juego. Aunque en general los combates no supongan graves dificultades, sí resultan imprecisos en ocasiones. Así que no será raro que los contraataques o los “parry” no funcionen como deberían siempre, porque tendremos que medirlos al milímetro y, en ocasiones, ni así surtirán efecto.
A pesar del diseño similar al de los hack-and-slash, los combates serán algo más complejos. Y nos tocará idear una estrategia de ataque de antemano, incluso con los enemigos que se vayan generando. Como buen metrodvania, Blasphemous cuenta con una variedad de enemigos brutal, que harán que nuestra aventura no nos resulte en ningún momento aburrida.
Los enemigos están profundamente basados en la cultura y credo cristianos, así que será habitual que nos encontremos con curas, monjes, penitentes, condenados y toda clase de criaturas con referencias cristianas. Cada uno de ellos será un reto en sí mismo y lo que hagamos con uno no necesariamente podrá valernos con los demás. Así que tendremos que estar en permanente alerta con los rivales que nos encontremos, para saber cómo atacarlos, con qué movimientos y a cuáles evitar.
Mención especial cabe hacer a los jefes; quienes, como no podía ser de otro modo, serán más complicados que los enemigos normales. Pero a la vez nos darán combates ajustados y satisfactorios. Otro de los aspectos que deberemos tener en cuenta es que, siguiendo la estela de Dark Souls con los Frascos de Estus y Hollow Knight con las Vasijas de Alma, En Blasphemous perderemos Matraces biliares allí donde nos maten. Así que nos tocará volver para recuperarlas.
Un mvndo vasto y oscvro
Como buen metroidvania, la acción se mezclará con zonas de plataformas bien diseñadas. Nuestro Penitente no solo podrá caminar, sino también saltar o agarrarse a bordes o cornisas. Lo que nos será muy útil para continuar y no arriesgarnos a morir tontamente. Para avanzar por las diferentes zonas, a veces necesitaremos Reliquias, de las que os hablaremos más adelante. El mundo de Cvstodia es vasto y amplio pero, por suerte, contaremos con los clásicos puntos de viaje rápido para movernos entre zonas desbloqueadas. Aunque la parte negativa es que estos puntos no serán muy frecuentes, así que quizá lleguemos a tener la sensación de que el juego se alarga innecesariamente.
Para avanzar, será muy importante localizar los Prie Dieu; la clásica zona de guardado de cualquier metroidvania. Se trata de la zona más ambicionada de cualquier juego del género porque, en ella, recuperaremos salud, Matraces y también funcionará como punto de guardado. Es cierto que hará que los enemigos se regeneren, pero será un precio que estemos más que dispuestos a pagar con tal de guardar nuestro progreso.
Pero Blasphemous llega con más detalles. En nuestra aventura encontraremos algunos Objetos clave y Reliquias, que nos conferirán dones especiales (por ejemplo, el de cruzar una neblina que cubre ciertas áreas) o acceder a zonas importantes antes inaccesibles. Además encontraremos repartidos por el mundo distintos Niños de la Luz Lunar; ángeles encarcelados a los que podremos liberar cuando nos crucemos con ellos.
El excelente apartado artístico, el gran fuerte de Blasphemous
El apartado artístico y el diseño visual son, sin dudarlo, los grandes fuertes de Blasphemous. The Game Kitchen consigue crear un mundo con personalidad propia, tan aterrador y sangriento como estéticamente bonito. Blasphemous exuda podredumbre, putrefacción y gore (que serán hipnóticos sobre todo en las ejecuciones de los enemigos) en pixel-art 2D, pero a la vez ofrece un diseño que no podemos dejar de admirar. Desde las variadas zonas que nos encontremos hasta el diseño de personajes y enemigos; en Blasphemous todo está cuidado hasta el más mínimo detalle.
Sevilla (con el Punte de Triana o La Giralda) y La Semana Santa son las inspiraciones más claras y obvias que encontramos en Blasphemous, pero se nota el dominio de The Game Kitchen en otras materias artísticas. Por supuesto, los jefes se llevan la palma en este aspecto. De ellos solo diremos que su diseño es espectacular y que no será raro que os quedéis admirando todos los detalles de la escena, antes de entrar en combate. Porque es mucho mejor que los descubráis vosotros mismos, sin apenas referencias externas.
Conclusión: un soulsvania nuestro que brilla
Blasphemous es brillante en todo lo que presenta. Aunque ciertas mecánicas jugables no lleguen a estar todo lo pulidas que deberían, lo cierto es que los combates, la estética y los enfrentamientos con los jefes hacen de este “soulsvania” algo por lo que tengamos que apostar sí o sí.