Antes de realizar este análisis de Bright Memory: Infinite me he tomado la tarea de volver a jugar a Bright Memory, lo que fuera una suerte de demo del actual juego, y que duraba alrededor de 30 minutos. La idea era analizar cuán diferentes iban a ser ambos juegos. Sobre todo luego de darme cuenta que Bright Memory: Infinite pesaba solo 8GB, lo que es asombrosamente poco teniendo en cuenta la apuesta por gráficos hiperrealistas que hizo FYQD-Studio.
Sorprendentemente, este juego no es otra demo más. Es de hecho un juego con todas las letras que aunque es bastante corto, cumple con lo que promete al menos en jugabilidad. Bright Memory: Infinite es un shooter de acción desmedida que combina poderes, disparos y combate cuerpo a cuerpo en un formato lineal con una historia casi nula (además de poco interesante), pero divertido de jugar. Tiene varios problemas técnicos, pero su principal problema, a mi parecer, es que no termina por ser tan autentico como pretende.
Dos Bright Memory
Bright Memory hace parte de esos juegos desarrollados por una sola persona. Y aunque es algo realmente meritorio, sí creo que debo decir que en general un videojuego debería ser desarrollado por un equipo completo. Su creador, Zeng Xiancheng creó Bright Memory en su tiempo libre. Ofrecía gráficos interesantes, buena acción, pero una duración muy corta. Bright Memory: Infinite es el proyecto que asumió Xiancheng para rehacer Bright Memory, pero esta vez ya con un equipo.
Bright Memory: Infinite es una evolución clara frente a lo que era el juego original. En todos los sentidos ha mejorado: encontramos una mayor cantidad de escenarios, enemigos, además de que se ha mejorado mucho el gameplay en general. Y sin embargo, el producto final no fue completamente satisfactorio para mí, por lo limitado que sigue siendo en cuanto a variación, extensión y profundidad.
¿La historia importa?
Bright Memory: Infinite no es un juego que vas a probar por su historia, espero, porque a pesar de que tiene un argumento, es tan extraño y tan mal contado, que básicamente no importa. Si te remites a una sinopsis oficial del juego, encontrarás que la historia del juego gira en torno a un agujero negro que se produce en los cielos de todo el mundo y que tiene desconcertados a los científicos. Y todo termina estando relacionado con una misteriosa historia entre dos mundos interconectados. De esto no te enteras en el juego.
Análisis de Bright Memory – Xbox Series X|S
Y es que al final tampoco importa. Como tampoco que la protagonista, Shelia, sea una agente de la Organización de Investigación de Ciencias Sobrenaturales. Son datos que nos dan, pero que en el juego ni se desarrollan, ni parecen necesarios. Y es que los detalles de la historia serán lo último en lo que pienses cuando empieces a abrirte paso entre los enemigos de Bright Memory: Infinite.
La acción lo es todo
En general, Bright Memory: Infinite es un juego que se esfuerza por darte una alta dosis de acción. El combate, en el que combinas una cantidad interesante de elementos, tiene grandes momentos. Combinar las armas de Shelia con su surtido de otras habilidades llega a ser bastante satisfactorio. Aunque a veces la combinación de botones para lograr ciertas habilidades pueden ser confusas, en general vas a disfrutar matando en esta corta aventura.
Sobre todo cuando te das cuenta que puede mejorar las habilidades de tu personaje, lo que además impacta en tus capacidades de matar. Desde la posibilidad de lanzar enemigos al aire, despedazarlos, congelarlos en el aire, hasta convertir tu espada de luz en un arma capaz de lanzar proyectiles cortantes con cada golpe, además con un buen balance para que sigas necesitando tu rifle, o alguna de tus otras armas en el combate.
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Además de ataque, el juego ofrece una especie de parry. A la vez que disparas, también podrás bloquear ataques de tus enemigos, sean balas o ataques cuerpo a cuerpo. Esto lo harás con tu espada que funciona como herramienta defensiva, permitiéndote desviar los ataques cuerpo a cuerpo y devolver los proyectiles a tus enemigos. Si lo haces bien, podrás aturdir a tus enemigos y romper su barra de armadura, dejándolos expuestos a un combo devastador. Aunque he de decir que no es muy preciso tampoco.
En el juego, además de dar balazos o espadazos, tienes un conjunto de cuatro habilidades que complementan el gameplay de manera interesante. Inicialmente tienes a disposición una onda de pulso electromagnético que convierte a los enemigos en papilla y un rayo tractor puede arrastrar a los enemigos hacia ti antes de devolverlos en pedazos dentados. Hay un diminuto árbol de habilidades que añade algunas opciones más a tu repertorio, como un puñetazo propulsado por un cohete y un poderoso golpe en el suelo.
La diversidad no es su fuerte
Debo decir que frente a lo experimentado en Bright Memory, se aumentó significativamente la variedad de enemigos. Además de los soldados que te encuentras usualmente, también hay una suerte guerreros con espadas, lanzas y escudos que aparecen luego de que hay una especie de saltos temporales. Y por supuesto los jefes, que tienen un diseño bastante especial. Lo malo es que esta variedad de enemigos no se traduce en un gameplay más complejo.
Al final no deberás alterar demasiado tu estrategia. Debes esquivas y matar. Quizás la única variación de gameplay que tiene el juego es una sección de sigilo, que en comparación con el resto del juego, parece que sobra completamente y es además decepcionante, tanto por lo rudimentario como porque es contrario a uno de los puntos fuertes de Bright Memory: Infinite, su ritmo implacable que te lleva a cada vez más acción.
Los gráficos y el sonido
Creo que uno de los puntos fuertes de Bright Memory: Infinite son sus gráficos dentro del juego, los que al mismo tiempo contrastan con las cinemáticas bastante más pobres en todo sentido. Es cierto que no tenemos muchas cinemáticas, pero cada una de ellas muestra una animación extraña en todos los sentidos, además de que es notoria la baja de calidad. En cambio, las animaciones y movimientos en el gameplay son bastante buenas.
Gameplay de Bright Memory: Infinite
También están los escenarios que si bien son entornos grises y lluviosos que carecen de diversidad, llegan a ser bastante impresionantes, además de que no se vuelven aburridos justamente por lo corto del juego. Es cierto que a veces se siente que la interacción con el escenario es bastante limitada, lo mismo las zonas que puedes explorar o por donde puedes moverte, lo que resulta a veces en una experiencia un poco incompleta, casi como si fuera una coreografía.
El sonido es quizás un punto bastante más flojo. Se trata de actuaciones de voz bastante malas, y en general el sonido ambiental pudo ser mucho mejor.
Conclusión del análisis de Bright Memory: Infinite
Bright Memory: Infinite no es un juego especialmente bueno en ningún sentido. Tiene algunos problemas técnicos, fallos en los que se bloquea el personaje y no puedes hacer nada más que reiniciar el juego y perder lo que has avanzado. No puedes saltarte las cinemáticas, lo que es molesto por lo poco interesantes que son, además de que las tendrás que ver de nuevo si quieres rejugar el juego en la dificultad más alta (solo disponible al finalizar el juego la primera vez).
Bright Memory: Infinite es un juego que ofrece una mezcla satisfactoria de disparos rápidos y acción dinámica. A veces se parece mucho a una versión más torpe de Titan Fall en jugabilidad. A veces se siente realmente auténtico. Pero lo cierto es que al final el resultado no es totalmente satisfactorio, tanto por lo limitado de su propuesta, como por los problemas técnicos y de profundidad. La duración también puede ser un problema.