La franquicia Call of Duty cuenta con más de 42 juegos que han sido lanzados a lo largo de muchos, muchos años. A una entrega por año, muchos usuarios se han ido cansando y alejando de la saga, ya que los juegos presentaban entre pocos o ningún cambio que no fuese en términos de ambientación o historia, ya que llevan utilizando la misma fórmula jugable desde el increíble y abrumador éxito que consiguieron en el año 2007 con Call of Duty 4: Modern Warfare. El juego que trajo una bocanada de aire fresco a la franquicia fue, de nuevo, la entrega de Call of Duty: Modern Warfare (2019), consiguiendo que muchos usuarios volviesen a subirse al tren de Activision.
Con un nuevo motor gráfico muy potente, una base jugable con novedades y uno de los mejores añadidos que se podía conseguir: Warzone. Infinity Ward volvió a dar en la tecla correcta con una fórmula renovada. Pero con la entrega del año siguiente, Black Ops Cold War, volvieron a bajar las expectativas ya que ni la campaña (aunque Raven Software hizo un trabajo enorme con una historia muy elaborada), ni el modo multijugador, ni siquiera el modo Zombies llegaban a las cuotas de calidad que se consiguieron con Modern Warfare de 2019. Sabiendo todo esto, muchos de nosotros teníamos nuestras dudas con la nueva obra de Sledgehammer Games, y en este análisis de Call of Duty: Vanguard desgranaremos parte por parte si el título cumple las expectativas.
Sledgehammer Games ha creado su mejor obra hasta la fecha
El estudio californiano tuvo su primera oportunidad con su propia entrega en el año 2014 con Call of Duty: Advanced Warfare. El juego tuvo opiniones muy contrariadas, donde la mayoría de jugadores se quejaron por la inclusión de los exotrajes, que hacía del título un festival de saltos demasiado exagerado, sobre todo en el multijugador. 3 años después de la salida de Avanced Warfare, y la comunidad harta de la ambientación futurista, Sledgehammer decidió volver a las raíces de la saga con una entrega ambientada en la Segunda Guerra Mundial, pero que al final pasó bastante de tapadillo.
Este año, Vanguard se anunció bastante tarde en comparación con las entregas de anteriores años, y lo que se enseñó del título no tuvo todo el revuelo que esperábamos del nuevo juego de la franquicia, aunque hay que decir que la demo que el estudio decidió enseñar del nivel de Stalingrado plantó un interés por la campaña bastante grande (entre los que me incluyo, ya que en menos de 10 minutos, se notaron novedades bastante interesantes).
Después de haber disfrutado al completo de la campaña y haber hecho un intensivo tanto del modo multijugador como del modo Zombies, podemos asegurar que Sledgehammer Games ha desarrollado su mejor obra con diferencia, siguiendo con la base jugable que Modern Warfare (2019) estableció, con un multijugador con mucho contenido para disfrutar, un modo Zombies desarrollado por Treyarch que apuesta por ofrecer una experiencia nueva y diferente, y una campaña épica y con unos personajes que no hacen sino engrandecer la trama que Vanguard nos cuenta.
La Vanguardia contra los restos del Tercer Reich
La historia que el estudio ha creado nos traslada a los últimos momentos de la guerra, con una Alemania muy debilitada y dando sus últimos coletazos de vida. En vez de seguir los pasos que pudimos ver en, por ejemplo, World at War, donde la campaña nos llevaba a los dos frentes más importantes y crudos: el del Pacífico controlando a los Estadounidenses y el Europeo, donde controlamos a los rusos, deciden alejarse de esa idea y contarnos la historia de un grupo de especialistas provenientes de diferentes países (lo componen un australiano, dos británicos, una rusa y un americano), quienes se tienen que encargar de eliminar los remanentes del Tercer Reich.
Lo que más sorprende de la campaña son, sin lugar a dudas, los personajes principales que forman La Vanguardia, ya que, como en la vida real, son personas con diferentes historias, distintas motivaciones, diversas maneras de ser, pero que les une algo en común: el odio y el dolor que la guerra les ha provocado en sus vidas. Gracias a las actuaciones estelares de los actores que dan vida a los miembros del equipo protagonista (mención especial a Laura Bailey como la francotiradora rusa Polina Petrova, quien hace un papel estelar) les acabamos por coger un cariño enorme a todos, y mentiría si dijese que no me quedé con muchas ganas de que las aventuras de La Vanguardia siguiesen durante algunas horas más cuando vi los créditos finales.
Uno de los puntos más a favor que tiene esta campaña es, sin lugar a duda, la variedad de escenarios que visitamos durante las aproximadas 7 horas de duración de la historia, pudiendo presenciar la batalla de Stalingrado, las playas de Normandía o los desiertos de Tobruk, Libia. Además, la recreación de los escenarios es simplemente impresionante, gracias al motor gráfico que la franquicia lleva utilizando desde 2019, y que visualmente da unos resultados increíbles, haciendo de la campaña de Vanguard un deleite visual y jugable.
Un multijugador continuista pero que funciona
Le toca el turno al modo multijugador, uno de los alicientes que más usuarios atrae esta saga, y que podemos decir que en esta entrega, sigue muy a pies juntillas lo conseguido en Modern Warfare. Sledgehammer Games ha decidido no alejarse prácticamente nada de la fórmula que Infinity Ward consiguió en 2019, algo que sí hizo Treyarch en Cold War y que acarreó más de una queja por parte de los usuarios. Se nota y mucho que la estrategia de Activision es la de unificar cada entrega de la franquicia con el modo Warzone, y es que los 3 últimos juegos tienen los mismos menús, la misma personalización de armas e incluso comparten la idea de los operadores, todo para no influir en cambios que puedan pesar en el modo Warzone, la gallina de los huevos de oro de Activision desde su lanzamiento. A algunos usuarios les puede parecer una muy buena idea, pero a otros les puede quitar esa sensación de estar jugando a un juego «totalmente nuevo» y más a una especie de «expansión» de las anteriores entregas.
Lo que no se puede negar es que, en estos instantes, el multijugador funciona como un tiro, ya que no hemos encontrado problemas de desconexión o errores gráficos o de rendimientos, como si encontramos en Cold War, algo que aún hoy en día es inadmisible que siga pasando. Jugablemente es más frenético que las dos entregas anteriores, sobre todo gracias a sus modos de «ritmo frenético», donde podemos estar hasta 24 jugadores en cada equipo luchando por la victoria, un añadido genial que añade aún más caos a las partidas. Los modos de juego son exactamente los mismos de cada entrega, y con 20 mapas multijugador disponibles (los cuáles son muy variados entre ellos), nos esperan muchas, muchas horas de diversión y vicio por delante, para conseguir llegar al máximo prestigio, y subir los niveles de las armas y los operadores para que los más completistas tengan su ración de farmeo puro.
Los Zombies de Treyarch vuelven, pero con muchos cambios y novedades
Por último, nos queda hablar del querido modo Zombies, esta vez desarrollado al completo por Treyarch. En Vanguard, el modo recibe muchos cambios que hacen alejarse de la idea original que llevamos viendo desde World at War y Black Ops, ya que ahora el objetivo principal no es solamente sobrevivir a hordas y hordas incesantes de zombies, si no que tendremos a varios personajes que nos irán explicando diferentes misiones que deberemos completar para así poder acabar con el plan del Oberführer Von List, el villano de la historia del modo Zombies. De momento nos olvidaremos de esos easter eggs tan y tan complejos que pudimos ver en anteriores entregas, los cuáles desentrañaban una historia muy enrevesada pero a la vez original y única, pero Treyarch ha confirmado que se agregará más adelante la misión que servirá a modo de easter egg.
Der Anfang es el único mapa que tenemos disponible por el momento, y tiene lugar en Stalingrado, aunque gracias a una especie de portales mágicos podremos ir viajando a diferentes lugares de la Segunda Guerra Mundial, aunque esta vez estarán un poco cambiados, con un aspecto más terrorífico. Jugablemente es igual que en las demás entregas, solamente que ahora las rondas pasarán cada vez que superemos una misión. Aspectos como el Pack-a-Punch, la caja misteriosa, la mesa de fabricación o las bebidas (ahora tienen pinta de ser pociones más que otra cosa) vuelven, ya que pertenecen tanto al ADN del modo que es imposible deshacerse de ellos. A muchos usuarios no les hará ninguna gracia que todo esto cambie, pero siendo sinceros, los cambios le sientan como una bocanada de aire fresco, y si consiguen seguir con una historia interesante, prometerá y mucho este modo.
Vanguard no innova, pero es muy sólido en todos sus aspectos
Como conclusiones finales, solamente queda decir que Call of Duty: Vanguard es una entrega más que sólida dentro de la franquicia de Activision. Sledgehammer no tiene una sub-saga con un renombre tan icónico como sí tienen Infinity Ward o Activision, pero Vanguard va por el buen camino. Aunque no sea el golpetazo en la mesa que supuso Modern Warfare (2019), sigue mejor la base creada por Infinity Ward mejor que lo que hizo Treyarch con Black Ops Cold War. Con una campaña más que sólida, y unos personajes muy carismáticos con los que conectas durante la historia, consiguen que te quedes con ganas de saber más de la historia de La Vanguardia. Además, el multijugador es mu continuista, tanto en lo bueno como en lo malo, y los Zombies son lo suficientemente diferentes como para que incluso los más veteranos de la saga se sorprendan con todas las novedades que presentan.