Hoy os traemos el análisis de Castlevania Anniversary Collection para Xbox One. Siguiente recopilatorio que nos llega de Konami, después de su Arcade Classics Anniversary Collection. Esta vez la colección recoge juegos clásicos de una de sus sagas más queridas, además de otros que serán una sorpresa para los fans que en su momento no pudieran probarlos. Castlevania Anniversary Collection nos trae de lo mejor y también de lo peor de Castlevania; aunque muchos de los juegos sigan siendo buenos hoy en día, de otros no podemos decir lo mismo. Aprovechando esta colección, hemos querido hablaros más detenidamente de la saga, para que así la conozcáis un poco mejor. En vez de dejar la colección en una simple review. Sin más, esperamos que disfrutéis de nuestro análisis de Castlevania Anniversary Collection para Xbox One.
Simon Belmont quiere librarnos de la maldición de Drácula
Castlevania Anniversary Collection comienza presentándonos los juegos que forman parte de la tetralogía original de la saga: Castlevania, Castlevania II: Simon’s Quest, Castlevania III: Dracula’s Curse y Super Castlevania IV. Tetralogía que, pese a ser la original y la que nos introdujo en lo que es y representa Castlevania, tenemos que decir que no ha envejecido todo lo bien que nos gustaría. A excepción de Super Castlevania IV, que sigue siendo una maravilla a día de hoy y del que hablaremos más adelante.
La aventura en la noche transilvana comienza con Castlevania, juego lineal de acción lanzado en 1986 para NES y que nos presenta a uno de los protagonistas más emblemáticos de la saga: Simon Belmont. Legendario cazador de vampiros que se adentrará en el castillo de Drácula para librarnos de su maldición. Castlevania nos presenta la base de lo que será la saga en adelante. El protagonista debe avanzar por una serie de niveles, localizados en el castillo de Drácula, y acabar con todos los enemigos que se encuentre a su paso gracias a Vampire Killer, látigo legendario que acompañará a los Belmont durante toda la saga. Belmont también encontrará armas secundarias escondidas en los candelabros que decorarán los pasillos del castillo y que podremos destruir. Estos candelabros también soltarán corazones (que usaremos para cargar las armas) y bonus de puntuación.
Uno de los aspectos más interesantes del juego es su curioso bestiario de enemigos, que se volverá más prolífico conforme avance la saga. El juego contará con Frankenstein, el propio Drácula, tritones basados en clásicos del cine como El monstruo de la laguna negra o las siempre pesadas cabezas de Medusa.

Castlevania II: Simon’s Quest mejora respecto a Castlevania, pero no envejece del todo bien.
Pese a esto, los años no han pasado del todo bien por Castlevania. Y es muy posible que resulte bastante frustrante para los jugadores actuales. El control es tosco y Belmont no responde a nuestros movimientos todo lo rápido que nos gustaría, haciendo que los combates sean bastante injustos. Además Vampire Killer es poco preciso y nos costará bastante atinar a los enemigos que nos encontremos. Aunque tampoco podemos tratar injustamente a Castlevania. Sí, es cierto que le pesan los años, pero también lo es que se remonta a 1986 y no podemos pedir milagros. Castlevania ofrece lo que ofrecían los juegos en esa época, algo de lo que no podemos culparlo en pleno 2019.
Simon Belmont recupera su protagonismo en Castlevania II: Simon’s Quest (1987, NES). Lejos de haberse librado de Drácula, Simon es víctima de una maldición que no le afecta solo a él, sino a todo el pueblo de Veros. Castlevania II: Simon’s Quest presenta cambios respecto al anterior juego, incluyendo elementos RPG, armas más variadas y un ciclo día-noche que afectará a todo el pueblo. A pesar de estos interesantes cambios, que ya empezarían a marcar el camino hacia el género metroidvania, Castlevania II tampoco resulta ninguna maravilla a nivel jugable.
Comenzaremos nuestra aventura en el pueblo y no tendremos demasiada ayuda para saber hacia dónde ir. Ayuda que no aparecerá ni en este mi en ningún otro momento del juego, porque nadie nos indicará nada. Así que es muy probable que tomemos un camino que no debemos, con enemigos imposibles, y acabemos destrozados en apenas un minuto. El ciclo día-noche implica que los personajes humanos se transformarán en monstruos durante la noche, algo que deberemos manejar y tener en cuenta en nuestra aventura. La exploración también se nos hará algo pesada, porque los mapas son muy parecidos entre sí.
La colección nos presenta a continuación Castlevania III: Dracula’s Curse (1989). Juego que probablemente sea el que más os suene ahora mismo, porque es el título en el que se ha basado Netflix para crear su serie de animación. En esta ocasión, el protagonista no es Simon Belmont, sino su antepasado Trevor. Ya la escena introductoria, con bastantes detalles, nos señala que se trata de un juego bastante más ambicioso que los anteriores y con interesantes cambios técnicos y de animación. Pese a esto, jugablemente sigue resultando farragoso y el protagonista, poco controlable. No ayuda demasiado que nos encontremos con unos controles “a la japonesa” y que los comandos A y X estén invertidos, complicándonos de entrada la jugabilidad en los juegos. Algo que ocurrirá en estos tres juegos.

Aquí, haciéndonos a los controles.
Con Castlevania III: Dracula’s Curse termina la trilogía original, porque Super Castlevania IV fue un remake del primer juego original. Y es precisamente con Super Castlevania IV, lanzado para Super Nintendo en 1991, cuando empezamos a disfrutar de verdad de Castlevania. Este fue el primer juego de la siguiente generación de consolas y se nota. Super Castlevania IV ofrece un salto impresionante a nivel técnico, artístico y sobre todo jugable, convirtiéndose en uno de los mejores juegos de la colección por méritos propios. Además de ser, para muchos, el segundo mejor juego de la saga, siendo tan solo superado por Symphony of The Night.
En este remake, volveremos a reencontrarnos con nuestro amigo Simon Belmont, que deberá detener a Drácula y el caos en el que pretende sumir al mundo, después de haber despertado de su letargo. Los recursos que ofrece la generación de los 16 bits son palpables nada más empezar nuestra aventura, porque Super Castlevania IV es lo mismo, pero muchísimo mejor.
El control de Simon es mucho más preciso y fluido que en los anteriores y los combates estarán más equilibrados. También nos reencontraremos con enemigos clásicos y nuevos, que se mantendrán a lo largo de la saga; esqueletos que lanzan huesos, ojos flotantes o tótems de cráneos de dragón que escupen rocas. Los escenarios también ofrecen más libertad, dinamismo y más posibilidades de movimiento; podremos balancearnos con cadenas, sortear tablas con pinchos y avanza por la ya típica sala de engranajes, pero mucho más refinada que en las versiones anteriores. El hecho de poder disparar el látigo- que también podremos mejorar- en varias direcciones, nos facilita enormemente la tarea. También ayuda que los controles sean los mismos a los que estamos acostumbrados ahora los jugadores occidentales.
En definitiva, Super Castlevania IV fue, es y probablemente será una maravilla a nivel jugable. Konami puso toda la carne en el asador con este título y se nota, porque el tiempo no ha pasado por él. Al contrario; ahora dan más ganas de rejugarlo y rememorar las sensaciones de antaño. Si con los tres anteriores la colección pierde algo de nivel, podemos afirmar, sin lugar a dudas, que Super Castlevania IV hace que merezca la pena hacerse con ella.

Super Castlevania IV sigue siendo uno de los mejores Castlevania en pleno 2019.
Christopher Belmont y su aventura en Game Boy aguantan el tipo
De Super Castlevania IV pasamos a la bilogía protagonizada por Christopher Belmont y perteneciente a Game Boy: The Castlevania Adventure (1989) y Castlevania II: Belmont’s Revenge. Christopher es descendiente de Trevor Belmont, pero antepasado de Simon. Lo que sitúa estos dos juegos entre los anteriormente mencionados. De nuevo, el Belmont protagonista tendrá que acabar con el Príncipe de las Tinieblas.
The Castlevania Adventure presenta bastantes menos elementos que los juegos anteriores. Por ejemplo, no tendremos armas secundarias y el personaje será más lento que el de las versiones de NES. Pero nos encontramos ante un juego que jugablemente resulta bastante más atractivo que estos. El control es bastante fluido y la capacidad de reacción de Christopher está bastante mejor ejecutada que la de Simon y Trevor (exceptuando, como era de imaginar, el Simon de Super Castlevania IV).
La saga mejora notablemente en su segunda parte, situada 15 años después, en la que Christopher tendrá que rescatar a su hijo Soleil de las manos del Conde transilvano. Castlevania II: Belmont’s Revenge introduce variedad en la saga, al presentarnos cuatro castillos que tendremos que conquistar. Jugablemente nos resultará más accesible, dinámico y mejor ejecutado. Además, los corazones estarán de vuelta en esta entrega, después de desaparecer en la anterior.
John Morris y el hijo de Drácula completan la colección
Castlevania: The New Generation (1994) (o Castlevania: Bloodlines, como se le conoció en Estados Unidos) es el único juego de la saga que llegó a Sega Megadrive y otra de las maravillas de esta colección. En esta ocasión podremos elegir entre dos personajes: John Morris y Eric Lecarde, cada uno con sus propias armas y motivos para querer acabar con el Conde Drácula. The New Generation ofrece novedades que marcan un nuevo salto en la saga. Las armas secundarias pueden lanzar ataques poderosos y además se trata de un juego especialmente gore y sangriento, lleno de cuerpos desmembrados y sangre por todas partes.

Con sus dos protagonistas, Castlevania: The New Generation aguanta muy bien el tipo hoy en día.
A modo de curiosidad diremos que The New Generation está íntimamente ligado al lore vampírico. John Morris es hijo de Quincy Morris, personaje de Drácula de Bram Stoker. Y entre los personajes encontramos a Elizabeth Bartley, claramente inspirada en la Condesa Ersébeth Bathory, una de las asesinas más sangrientas y despiadadas de la Historia.
La colección se completa con Kid Dracula, publicado por primera vez en Occidente. Una pequeña sorpresa que, además de encantadora, también ha envejecido muy bien desde el punto de vista jugable. Se trata de una parodia de la saga, un plataformas de acción parecido a Mega Man, en el que encarnamos a Kid Dracula, el entrañable hijo del Príncipe de las Tinieblas. Al levantarse de su ataúd, Kid deberá enfrentarse a todos los monstruos que se encuentre- adorables versiones de los que hemos conocido en los demás juegos- y sortear las trampas y plataformas que descubra en su aventura.
Symphony of The Night es el gran olvidado, pero no el único
La gran pega que le vemos a esta colección son los juegos que Konami se deja en el camino. Castlevania ha sido siempre una saga muy completa, abarcando distintas generaciones y cuyos juegos se han ido entrelazando argumentalmente. Así que es un fallo garrafal que ciertos juegos no estén en la colección. Tal vez el más llamativo sea Symphony of The Night, juego que creó el género metroidvania junto a Metroid Prime y también el mejor juego de toda la saga. Además de ser el primer juego con el que pudimos disfrutar del espectacular arte de Ayami Kojima. El fallo es aún mayor si tenemos en cuenta que hace no mucho, Konami lanzó en PS4 Castlevania Requiem, bilogía que incluye Symphony of The Night y su precuela, Rondo of Blood. Juego que también podría haberse incluido en Castlevania Collection.
Rondo of Blood introduce importantes novedades en la saga. Como, por ejemplo, el hecho de tener variedad de caminos entre los que escoger (con sus correspondientes recovecos) y más enemigos. Richter Belmont es el protagonista de esta historia, que deberá rescatar a su prometida Anette de las manos de Drácula. El juego presenta ciertos avances que explotarían en Symphony of The Night. Un juego enorme, completo, lleno de niveles y enemigos de lo más variado y que aprovecha al máximo los elementos RPG. En esta ocasión el gran protagonista será Alucard, pero volveremos a encontrarnos con un Richter, que ha desaparecido en el castillo de Drácula. Si queréis conocer el mejor Castlevania de todos, recordad que Symphony of The Night es retrocompatible con Xbox One y podéis haceros con él.

Symphony of The Night, el mejor Castlevania, es el gran olvidado de la colección. Un fallo enorme.
Además de estos dos títulos, hay otros que echamos en falta para darle un toque más redondo y completo a la colección. Alguno de los más interesantes habría sido Aria of Sorrow, probablemente el tercer mejor juego de la saga, después de Symphony of The Night y Super Castlevania IV. Aria of Sorrow nos lleva al año 2035 y está protagonizado por Soma Cruz, que viajará al castillo de Drácula. También habría sido interesante contar con su secuela, Dawn of Sorrow, o con Order of Ecclesia, el “Dark Souls de Castlevania”. Cabe destacar que Soma absorbe los poderes de los enemigos, mientras que Shanoa, la protagonista de Order of Ecclesia, se equipa unos glifos mágicos. Elementos distintos a los que hemos conocido hasta el momento en los protagonistas de la saga, que evolucionan lo que Konami introdujo con Symphony of The Night.
También habría sido curioso descubrir Portrait of Ruin, un Castlevania de lo más peculiar y jugablemente bueno, que nos presenta a Jonathan Morris, hijo de Quincy. Como secuela directa de Castlevania: The New Generation habría sido muy interesante introducirlo. Pero es muy probable que el control táctil de muchos de estos juegos, pertenecientes a Nintendo DS, hayan impedido su introducción en la colección.
Personalmente, también nos habría gustado que Konami hubiese aprovechado para presentarnos aquellos Castlevania menos conocidos y más ambiciosos. Legacy of Darkness (Nintendo 64) o Circle of The Moon (Game Boy Advance), protagonizados por nuevos personajes distintos a los Belmont o Morris, habrían sido un interesante detalle. Por no hablar de Castlevania Judgement, juego de lucha que nada tiene que ver con la saga original, pero que nos permitió disfrutar de los diseños de Takeshi Obata, creador del aclamado Death Note. Tal vez la compañía se anime con una Castlevania Anniversary Collection 2, porque hay muchos juegos que merecen (re) descubrirse.
Técnicamente es tal y como recordábamos
A parte del hecho de que nos falten títulos emblemáticos de la saga, la gran pega que hemos encontrado es que el menú esté en completo japonés. Tampoco sabemos si se trata de la anunciada actualización o si es posible cambiarlo al inglés. Porque el hecho de estar japonés, sin tener ni idea del idioma, nos hacía imposible navegar por él. Que los controles de los juegos aparezcan explicados en japonés tampoco ayuda bastante al jugador hispanohablante medio, que suele tener el japonés un “poco oxidado”.

La genealogía de los Belmont, uno de los muchos detalles del espectacular Bonus Book de la colección.
Al margen de este detalles, los juegos llegan emulados correctamente y podremos cambiar entre distintos modos de visualización. Los juegos son representaciones fieles a los que pudimos jugar en su momento, así que presentarán sus mismos fallos y ralentizaciones. Sí que tenemos que destacar, a favor de la saga, el increíble trabajo musical. Desde Castlevania, Konami creó unas creaciones icónicas y perfectas, que casaban muy bien con la historia y que a día de hoy seguirán encantándonos.
Como suele ocurrir con estas colecciones, otro gran punto a favor es el libro de arte de Castlevania: Bonus Book. En él no solo encontraremos bocetos, partes del proceso creativo y entrevistas con los desarrolladores, sino muchos más detalles de la saga. Descubriremos la genealogía de los personajes de los ocho juegos de la colección- algo fundamental para cualquier fan de la saga- de la historia de Drácula y de los monstruos que nos encontraremos. Un tremendo detalle que es de agradecer y que invita a conocer más en profundidad la emblemática saga.
Conclusión: una colección escasa, pero completa
Castlevania Anniversary Collection nos permite disfrutar de ocho juegos de la archiconocida saga de Konami. Aunque algunos hayan envejecido muy mal, otros nos encantarán en pleno 2019. Y demostrarán que los buenos juegos siempre lo serán. Aunque falten algunos juegos demasiado llamativos, especialmente Symphony of The Night, Castlevania Anniversary Collection es un homenaje a la saga, a los fans que llevan tiempo siguiéndola y una gran oportunidad de descubrir a los novatos sus raíces. Así que animaros, dadle una oportunidad, blandid el Vampire Killer y sobrevivid a la noche larga y maldita de Transilvania. Nos vemos en el castillo de Drácula.