La inspiración en otros productos es algo a menudo recurrido por muchos desarrolladores de videojuegos, incluyendo elementos de algún u otro juego del género, o incluso incluyendo cosas atípicas a lo normalmente visto en los mismos, creando novedades que acaban asentándose en otras obras posteriores. No cabe dudas de que Code Vein, el último videojuego creado por la gente de Bandai Namco, bebe, y mucho de otra de las sagas de la compañía, Dark Souls. No obstante, ¿está al nivel de lo visto en la obra creada por From Software?
¿El Dark Souls del anime?
Lo primero que escuchamos de manera oficial por parte de Bandai Namco sobre la jugabilidad de Code Vein fue que podía considerarse como el Dark Souls del anime. Sí y no. No hay duda de que el estilo jugable de Code Vein nos recuerda enormemente a lo visto en la saga creada por Hidetaka Miyazaki, aunque con varios contrastes.
En lo que respecta a la jugabilidad propiamente dicha, Code Vein, a diferencia de Dark Souls, nos presenta unos controles centrados en los botones clásicos, olvidándose de los gatillos que tan emblemáticos han sido para la saga Souls, y para muchos de los juegos que se han basado en ella. En esta ocasión, el botón X hará de ataque suave, mientras que será el Y con el que podremos ejecutar el ataque potente. Además, con la combinación de los mismos y R1 podremos hacer ataques especiales, dependiendo del arma que empuñemos.
El principal rasgo característico de esta entrega lo encontramos en el botón A, dónde haremos uso de los velos de sangre. Estos velos nos permitirán sustraer los icores sangre de nuestros enemigos. Estos icores nos permitirán ejecutar diferentes habilidades de los personajes, que irán ligadas en muchas ocasiones a determinados Códigos de Sangre.
Los Códigos de Sangre es otro de los aspectos a destacar en Code Vein, ya que supone una de las novedades más interesantes incluidas en el videojuego. A lo largo de la historia iremos encontrando diferentes tipos de Códigos, lo que nos concederá un tipo u otro de destrezas. Por ejemplo, tenemos el Código Prometeo, que nos ofrece una gran habilidad de lucha, pero que en cambio nos dotará de una mayor fragilidad que si usamos el Código de Cazador. De esta manera, y según vayamos encontrando los diferentes Códigos, podremos ir variando en nuestra forma de jugar, ya que no solo se modifican los atributos físicos. También aspectos como las resistencias a ciertos estados, o la mejora de ciertas magias se encuentran estrechamente ligadas a estos.
Como hemos comentado, dependiendo del Código de Sangre que tengamos equipado, podremos hacer uso de una importante cantidad de dones, ya sean pasivos o activos. Entre los dones pasivos encontraremos algunos como la mejora de salud, o el aumento de fuerza. Pero es en los dones activos donde encontramos una mayor variedad. Con ellos podremos realizar desde ataques especiales, hasta mejorar nuestras estadísticas temporalmente, pasando por la posibilidad de volver a la última “hoguera”, o más conocido en es juego como muérdago. Estos dones podrán ser adquiridos a cambio de neblina, debiendo ser desbloqueados directamente desde los distintos Códigos de Sangre. Además, también cuentan con la posibilidad de ser mejorados, potenciando aún más sus efectos.
Uno de los aspectos fundamentales de la saga Souls es la libertad con la que nos permite subir el nivel de las distintas estadísticas de nuestro personaje. En este aspecto, Code Vein se desmarca de la saga en la que bebe, para optar por un sistema clásico de subida de niveles, mejorando de manera automática las diferentes estadísticas. No hay duda que de esta manera lo que se ha pretendido potenciar es la utilización de los Códigos de Sangre, lo que unido a la subida de nivel nos permitirá acercarnos al tipo de personaje que queremos manejar.
Finalmente, en un juego de estas características no podemos dejar de hablar de la dificultad. Dark Souls ha sido capaz de marcar a toda una generación de jugadores, entre otras cosas, gracias al gran reto que supone hacer frente a los enemigos que nos propone. Code Vein, sin embargo, no lo consigue con tanta maestría. El comienzo del juego se hace demasiado sencillo para aquellos que lleven rodaje en este tipo de títulos, y conforme la historia avanza, no podemos evitar notar cierta “artificialidad” en la dificultad. No obstante, y pese a estar lejos de lo vivido en la saga de la que bebe, está mejor conseguida que otros juegos del género.
La Caza de los Resucitados
Code Vein se ambienta en un mundo distópico, en el que el gran cataclismo ocurrido tras la caída de la Gran Reina ha provocado la destrucción de las grandes urbes. Tras esto, las ciudades se han visto envueltas de unas barreras de sangre que impiden que los Resucitados, humanos que han sido convertidos en vampiros, puedan avanzar libremente en busca de las perlas de sangre. Éstas serán necesarias para calmar su sed, y evitar así convertirse en “Perdidos”, resucitados que han perdido toda capacidad de raciocinio y humanidad para dar paso a terribles bestias.
Nuestro protagonista, que puede ser creado de la forma en la que se nos antoje gracias al completo editor del juego, se despertará en este mundo sin recordar absolutamente nada de su pasado, y descubrirá que es un elemento clave para evitar la caída de los Resucitados. Debido a que el Código de su sangre se perdió, será capaz de regenerar los Manantiales de las Perlas de Sangre, lo que evitará que los habitantes del mundo se abandonen a su sed. Además, cuando los manantiales sean regenerados, también eliminaremos el Miasma, las citadas barreras de sangre que impiden a los resucitados moverse por el vasto mundo que los rodea.
Tras un infortunio nos encontraremos con Louis, uno de nuestros principales aliados, cuyo objetivo no es otro que el de estudiar las Perlas de Sangre, y lograr que los Resucitados no vuelvan a tener que preocuparse por las mismas. Junto a él, contaremos con más aliados como Yakumo o Mia, lo cuáles podrán acompañarnos en nuestra aventura si así lo deseamos.
Además de la trama principal, uno de los aspectos interesantes que han sido incluidos ha sido el de los Vestigios, recuerdos que Resucitados caídos que nos permitirán revivir experiencias de su vida, y así poder conocer más tanto el mundo que nos rodea, como a algunos de nuestros aliados. Estos Vestigios se encontrarán repartidos por las diferentes zonas del mapeado, lo que sin duda alguna favorece la exploración de los escenarios.
Conforme vayamos avanzando en la trama, iremos conociendo más a nuestros compañeros, descubriendo la forma que tienen de ver las cosas, así como sus principales preocupaciones. Y, si bien es cierto que la trama no viene a revolucionar el género, si que cuenta con algún que otro momento interesante, aunque deja la sensación de poder haber sido mejor.
Barreras de Sangre
En lo que al apartado artístico se refiere, Code Vein hace uso de un estilo anime que, francamente, le sienta fenomenal. El diseño de personajes se encuentra a muy buen nivel, aunque no tanto el de los enemigos, que, pese a encontrar algunos que merecen mención, por lo general suelen tener un diseño genérico o antes visto en este tipo de juegos. Sin embargo, y pese al buen diseño de los personajes principales, este no se encuentra libres de problemas, contando con un molesto clipping a la hora de usar determinadas prendas o peinados.
En cuanto a los escenarios, el diseño de los mismos deja una bella estampa, contando con algunos que hacen un claro guiño, por decirlo de manera suave, al juego en el que se inspira. No obstante, no podemos decir lo mismo del diseño de niveles. Pese a que la intención de Bandai ha sido la de crear la misma sensación que teníamos en Dark Souls, con Code Vein sentimos que la forma en la que se conectan los escenarios es demasiado “artificial”. Además, varios de ellos parecen tener la finalidad de llevar al jugador a través de un escenario laberíntico, más que crear un mundo conexo entre las zonas disponibles.
Finalmente, en lo que respecta al rendimiento puro y duro, Code Vein funciona a una tasa de 60 cuadros por segundo, aunque en la versión de Xbox One S son constantes las bajadas a 30 fps, e incluso menos en algún momento. Además, también debemos sumar los grandes tiempos de carga que el juego nos obliga a esperar, dependiendo de la zona a la que nos movamos.
El último canto
En cuanto al apartado sonoro de Code Vein, el juego cuenta con una banda sonora de muy buena calidad, aunque algo escasa. Si bien es cierto que es capaz de mezclar diferentes estilos musicales, como canciones más rockeras u otras puramente orquestales, con el paso del tiempo se acaban haciendo repetitivas.
En cuanto al doblaje y localización del juego, Code Vein nos permitirá elegir entre voces en japonés o en inglés, aunque eso sí, textos completamente en castellano, tal y como Bandai Namco suele acostumbrar.
Conclusiones
Code Vein se sitúa como un buen soulslike. Pese a los errores y grandes diferencias que posee respecto a la saga creada por From Software, hay ciertos aspectos por los que merece la pena jugarlo. No obstante, no podemos evitar tener la sensación de que hay cosas que se han quedado a medias, como el ingenioso sistema de Códigos de Sangre, que tienen menos influencia de la que debiera, o la banda sonora, que pese a contar con temas pegadizos e hipnotizantes, con el paso de las horas acaban siendo escasos. Sin duda alguna, es un juego disfrutable, pero que nos dejará un amargo sabor de boca cuando lo acabemos por lo que podría haber llegado a ser.