El año 2020 fue, sin lugar a duda, el año más atípico de nuestras vidas y en el mundo de los videojuegos se vio reflejado con retrasos en los desarrollos, cambios en las metodologías de trabajo y un lanzamiento de una nueva generación que hasta 3 años después parece que está empezando a arrancar.
En 2020 se lanzó Cyberpunk 2077, el juego más esperado de la última década, y el resultado final se quedó muy lejos de lo que esperaba cualquier fan. Versiones de consola extremadamente pobres y bugs por todas las esquinas forzaron a CD Projekt a devolver el dinero a todo aquel que lo solicitase, e incluso Sony retiró el juego de su tienda digital.
Casi 3 años después, la situación ha dado la vuelta: Cyberpunk 2077 cuenta con una muy buena versión en consolas (de actual generación), se han solucionado muchísimos de sus bugs y la mala prensa que se generó durante su salida y los meses posteriores se ha visto mitigada con un feedback positivo de los usuarios que lo han jugado y un anime de Netflix, Cyberpunk Edgerunners, que ha atraído a multitud de nuevos jugadores (o jugadores que lo habían abandonado).
Phantom Liberty es la última pieza en el plan de redención de CD Projekt RED. Esta expansión de pago va acompañada de una actualización gratuita que actualiza las mecánicas de juego, las habilidades, inteligencia artificial y que -a grandes rasgos- da un lavado de cara completo a cómo se juega y siente Cyberpunk 2077. Bienvenidos a nuestro análisis de Cyberpunk 2077: Phantom Liberty.
Cyberpunk 2077: Phantom Liberty es una expansión de pago de Cyberpunk 2077 que necesita del juego base para poder ser jugada. Esta expansión nos sitúa una vez más en la piel de V, presentando nuevos personajes como Solomon Reed, mientras se abre a tiros en el temible barrio de Dogtown. Estará disponible a partir del 26 de septiembre en formato digital en Xbox Series X|S, PC y PlayStation 5.
Análisis de Cyberpunk 2077: Phantom Liberty
Esto es Dogtown, Chum
Phantom Liberty nos llevará al barrio de Dogtown, una miniciudad sin ley dentro de la ciudad sin ley que es Night City. Una llamada de Songbird, una misteriosa Netrunner que quiere ayudar a V con su mortal problema, llevará a nuestro protagonista a las puertas de Dogtown. Desde ese momento, los sucesos comenzarán a pasar ante nuestros ojos a un ritmo vertiginoso. Si os lo estáis preguntando, para empezar a jugar a Phantom Liberty tenéis dos formas: la primera es teniendo una partida guardada donde hayáis superado la misión en la que V pacta con Los Hijos del Vudú para intentar contactar con Alt Cunningham; la segunda es comenzando una nueva partida y seleccionando la opción de comenzar directamente Phantom Liberty.
Si ya habéis jugado a Cyberpunk 2077, lo más seguro es que tengáis una partida justo antes de la misión final, así que esa partida os sirve. Si vais a adentraros de 0 en Cyberpunk, nuestra recomendación es que juguéis al juego principal a vuestro ritmo y comencéis Phantom Liberty cuando el juego os deje (o cuando os apetezca). Esta es una experiencia que se disfruta mucho más mientras más empatía tienes con V y más conoces su situación.
Siguiendo con la trama de la expansión, V se ve arrastrado a un incidente que involucra a la mismísima presidenta de los Nuevos Estados Unidos y que nos destapa un plan que se cuece en las entrañas de Dogtown, involucrando al propio gobierno de los Nuevos Estados Unidos y las Megacorpos que ya estaban en Guerra Fría durante el juego principal. Porque, ¿qué sería de una gran historia de espionaje y suspense sin grandes poderes metidos de por medio?
Phantom Liberty se podría definir como un thriller de espías y agentes especiales basado en el universo de Cyberpunk 2077. Tras un tramo inicial bastante lineal que sirve para sentar las bases de la trama de la expansión, se nos abre el acceso al barrio de Dogtown y con ello las diferentes misiones de la trama.
Sin entrar en mucho detalle, el objetivo de V será el de hacer un enorme favor a la presidenta de los Nuevos Estados Unidos, Rosalind Myers, a cambio de poder conseguir un remedio para su gran mal. Esta empresa hará que V reúna a un grupo de agentes especiales de élite, comenzando por Solomon Reed, un agente durmiente que antaño sirvió con total dedicación a su patria y que está interpretado de maravilla por Idris Elba.
A lo largo de toda la expansión reclutaremos a antiguos compañeros y conocidos de Reed, quien nos acompañará durante gran parte de la historia y que presenta una interesante dualidad con el personaje de Johnny Silverhand. Es el propio Johnny quien muchas veces recalca el parecido entre ambos, cuando quizás la realidad es que Reed representa la figura de lo que Johnny se cree que es (o aspira a ser).
Por el otro lado tendremos a una nueva facción, los Barghest, una fuerza militar que domina con mano de hierro Dogtown gracias a Kurt Hansen, un antiguo coronel que se aprovechó de una situación inmejorable para crear su propio legado dentro del barrio más peligroso de Night City. Kurt será un antagonista temible, inteligente y fuerte, con relaciones de lo más importantes con todas las altas esferas de la ciudad. Como máximo mandatario de Dogtown, está claro que tendrá un papel clave en la trama que involucra a V, Rosalind Myers, Solomon Reed y Songbird.
A lo largo de todas las misiones principales viviremos una variedad de situaciones mayor que en el juego principal, centrándose en las nuevas mecánicas introducidas como las persecuciones en coches. También con más misiones al más puro estilo agente especial, donde veremos a los protagonistas plantear asaltos casi imposibles haciendo uso de todas las herramientas que tienen en su poder.
Muchas misiones contarán con varias fases, tanto en la preparación como en la propia misión, llevándonos por todo tipo de situaciones como escoltar desde la distancia a un compañero, sumergirnos por sistemas de desagües, plantar una emboscada a la mismísima Max-Tac, hacernos pasar por VIPs, sacar información a objetivos durante una partida en un casino…
Sinceramente, la variedad y calidad de las misiones principales es admirable, desembocando en un tramo final increíble donde la mecánica del juego cambia por completo y nos veremos envueltos en un juego de terror que me ha hecho sufrir más que ningún juego de miedo de los últimos años.
Por si fuese poco, las decisiones seguirán teniendo un enorme peso en la narrativa de la expansión. Además de las decisiones que podamos tomar en los encargos y misiones secundarias, en las misiones principales iremos tomando ciertas decisiones que se verán reflejadas durante la historia, desembocando en una decisión clave en el último tercio de la trama y que según lo que escojamos presentará todo un desenlace distinto según el camino escogido. En el compás final también habrá otra decisión que afectará al futuro de V…
Siguiendo con las misiones, además de las principales, también contaremos con unas pocas secundarias que consistirán en misiones de varias fases que aportan más sobre Dogtown y ciertos personajes. La gran sorpresa la encontramos en los encargos, esas misiones que en el juego base eran simplemente misiones que se basaban en asesinar o robar, esta vez tienen historia propia bastante elaborada y que sirven para desconectar de vez en cuando de la trama principal, porque algunas veces toman un camino inesperado, como un adicto a las HoloX que se cree que es el protagonista.
Finalmente, también tendremos nuevas misiones dinámicas, consistentes en paquetes de equipo que se lanzarán del cielo y caerán por todo Dogtown para ser recogidos y coches que tendremos que robar y llevar a un nuevo comprador.
A nivel narrativo, destacar una vez más el gran trabajo que CD Projekt ha realizado para presentar una genial historia con un elenco de personajes que consiguen llegarnos e interesarnos.
Cyberpunk 2077 2.0.
Hablar del gameplay de Phantom Liberty (que es el mismo que el de la nueva actualización de Cyberpunk) es hablar de un juego nuevo. El gunplay, el árbol de habilidades y todo aquello que influye también en la parte rolera del juego se ha modificado. Con esta nueva actualización, Cyberpunk 2077 se basa en “builds”. El juego se adaptará de maravilla a aquel tipo de build que creemos. El V de nuestra partida es un Netrunner también hábil en el combate con armas, por lo que hemos potenciado todos los implantes de nuestro personaje para ser lo más ofensivos posibles.
A eso, le hemos sumado un chip al que hemos cargado de hackeos rápidos, de forma que combinamos la acción con armas con los hackeos rápidos para inhabilitar a nuestros enemigos, propagar un efecto de estado, poner a robots o armas de nuestro lado… Un caos en batalla.
Pero hay más opciones: Podemos apostar por un personaje que vaya a saco con las armas y un Sandevistan que le de ese plus de reflejos y velocidad, o un tanque físico que con su Berserk aguante el daño y machaque al momento a los enemigos cercanos. Todas estas builds, que ya podías plantear en el juego base, se ven aquí reflejadas de verdad gracias a la extrema personalización que permiten las habilidades del árbol de habilidades y el cromo que le metemos a nuestro V. Además, podremos mejorar los niveles de nuestro ciberware en un matasanos para llevarlo todavía más allá.
Ahora, las mejoras de V son las que aportan blindaje y no la ropa. Este cromo que le pongamos a nuestro personaje irá sumando puntos hasta llegar a un máximo que podrá tolerar. Si llegamos al máximo de puntos, en el árbol de habilidad técnica nos podremos creer todo un Edgerunner y desbloquear una habilidad que nos permita utilizar cromo de mayor nivel y en cantidad superando ese límite, a expensas de consumir salud… pero también consumiendo menos RAM. En resumen, que literalmente podremos jugar como nos dé la gana y llevar ese estilo de juego al máximo con cada camino que tomemos.
También se ha cambiado por completo la forma en la que utilizamos objetos, ahora los objetos arrojadizos como las grandas no funcionan por cantidad, sino que cuando las utilizamos tienen un tiempo de refresco hasta que se pueden volver a utilizar. Lo mismo con los botiquines. Como novedad, también se ha introducido combate con armas desde los vehículos, algo que no tenía sentido que no estuviese en el juego desde buen inicio, así que al menos podemos contar ya con esto.
En general, las mejoras que se han hecho tanto en el planteamiento de nuestro personaje como en el gameplay le han sentado de lujo a Cyberpunk 2077, que parece una evolución (o casi una nueva entrega) más que una actualización.
En relación también con el gameplay, el juego base también ha recibido un nuevo sistema de inteligencia para la policía, que se comportará de una forma extremadamente parecida a la de Grand Theft Auto V y si llegamos al máximo nivel de búsqueda forzaremos la aparición de Max-Tac, mucha suerte ahí.
Exclusivo de la expansión Phantom Liberty tenemos el árbol de habilidades centrado en el Relic. Si siempre os habéis preguntado qué había que hacer para desbloquear esa pestaña que estaba bloqueada, la respuesta os la da Songbird en la expansión. Una vez tengamos acceso, las habilidades del Relic se desbloquearán encontrando cajas de Militech por todo Dogtown, en vez de con puntos de habilidad. Las habilidades que podemos obtener ahí potencian los diferentes estilos de lucha cuerpo a cuerpo con el holocable, las cuchillas Mantis, los proyectiles y los brazos de gorila.
Muchas luces y alguna sombra
El apartado técnico es el culpable de que Cyberpunk 2077 tuviese tantos problemas en su lanzamiento. Para Phantom Liberty el reto de CD Projekt era el de no volver a lanzar un juego en las condiciones en las que lo hicieron en 2020. Sin duda, han conseguido publicar una expansión pulida muy pero que muy lejos de esa experiencia de 2020, al menos en Xbox Series X, versión que hemos jugado y a la que pertenecen todas las capturas de este análisis.
Aunque eso sí, no hay que obviar los pequeños fallos gráficos. En ciertos momentos, donde la carga gráfica es mayor debido a los diferentes focos de luz, reflejos y demás, el juego generará artefactos visuales -presumiblemente culpa del FSR.
Como el juego base desde su parche de nueva generación, esta expansión se puede jugar tanto en modo trazado de rayos como en rendimiento. El primero sacrifica la tasa de FPS por un comportamiento de la luz extremadamente realista, mientras el segundo ofrece menor resolución y un comportamiento pre-fijado de la luz a cambio de alcanzar los 60 fps.
La verdad es que tras pasar 100 horas con Starfield a 30fps nos hemos arriesgado a utilizar el modo de trazado de rayos. El resultado es curioso, ya que no se siente tan fluido como en Starfield, pero la belleza de Dogtown, sus luces y sus personajes valen la pena el sacrificio. Phantom Liberty se ve de maravilla, sobre todo en las escenas más controladas, que pese a ser en tiempo real (y donde V es la propia cámara de la escena) destacan los efectos de iluminación y los modelados. El de Solomon Reed, sin ir más lejos es una salvajada.
Como punto negativo hay que destacar que pese a ser una expansión bastante pulida, cuenta con algunos bugs. Algunos de ellos controlados y que de salida CD Projekt nos promete que se solucionarán, como uno que hemos sufrido y que nos ha obligado a reiniciar parte de una misión porque el juego no nos dejaba abrir el teléfono de V para avanzar en la trama. Por suerte, cargando una partida de unos minutos atrás no se repitió. También hay que añadir que hemos sufrido un par de cuelgues del juego. No nos han bloqueado la consola, pero sí que han cerrado repentinamente el juego.
Sumando al apartado técnico, hay que alabar tanto la genial banda sonora original como al trabajo de doblaje, que ya en el juego principal estaba a un enorme nivel. Poder jugar a un juego de este calibre con este nivel de actuaciones en nuestro idioma es un enorme punto a favor que debería hacer sonrojar a los defensores de la versión original como única opción, demostrando que se pueden conseguir actuaciones de cine si se pone el empeño necesario. Un saludo a Rockstar.
Análisis de Cyberpunk 2077: Phantom Liberty – Conclusiones
Cyberpunk 2077 Phantom Liberty es un contenido obligatorio para cualquier jugador de Cyberpunk 2077, más si os habéis quedado con ganas de descubrir nuevas aventuras. Ya no solo es que expanda la experiencia del juego original, sino que la mejora con una trama propia lograda y vibrante, con misiones que se aprovechan de la nueva jugabilidad dándonos momentos increíbles y metiéndonos de lleno en un thriller de espías y agentes especiales.
Además, esta expansión nos permite obtener un nuevo final del juego, abriendo un nuevo camino para V y Silverhand. Solomon Reed se presenta como un personaje memorable, al nivel de Johnny Silverhand, mientras que Songbird nos acabará conmoviendo por su trama y el parecido con V hasta el punto que deseamos que hubiesen estado en el juego base.
El mensaje del juego se mantiene intacto en esta expansión (al igual que en el anime): gobiernos y Megacorporaciones se dedican a mover los hilos y jugar con sus peones, haciendo cualquier cosa para poder lograr sus egoístas objetivos, incluso si eso significa traicionar a aquellos que te consideran amigos.