En la Edad Antigua, el mundo era amorfo y estaba envuelto en niebla.
Una tierra de riscos grises, árboles gigantescos y dragones eternos.
Pero entonces llegó el Fuego.
Y con el Fuego, llegó la Disparidad. Calor y frio, vida y muerte, y por supuesto… Luz y Oscuridad.
Entonces, ellos surgieron de la oscuridad. Y encontraron las Almas de los Señores dentro de la llama.
Comienza el viaje
Así de épico y oscuro comienza nuestro viaje a través del mundo de Lordran, el mundo de Dark Souls Remastered.
No se cómo puedo explicar lo que significa la saga Dark Souls, y en concreto este primer juego, sin sentirme repetitivo. Para los que nos adentramos en la saga desde el principio, Dark Souls siempre tendrá un lugar en nuestros corazones. Aquí empezó todo. Fue el descubrimiento de un nuevo estilo de juego, una prueba para nuestra paciencia y una curva de aprendizaje un tanto extraña.
Lo primero que sientes al empezar este Dark Souls Remastered es nostalgia. Recuerdas como te costó que el juego te hiciese clic y, por fin, comprendieras lo que puedes y lo que no puedes hacer. “Pasear” de nuevo por el Burgo de los No Muertos es toda una experiencia. La cabeza vuelve a 2011 (ha llovido) para volver a encontrarnos con los NPCs, enemigos y bosses con los que nos hicimos mayores, en un sentido muy especial. Lo que está claro es que este primer Dark Souls es el más querido y posiblemente el mejor de la saga, aunque esto ya va en gustos. Desde luego, es con el que dejamos de ser vírgenes, y eso marca mucho. Por lo tanto, este Remastered, es una vuelta de tuerca a sus virtudes, a su gran lore y, por qué no, a sus defectos.
Volver a explorar zonas como Anor Londo, las profundidades o la maldita Ciudad Infestada, pelear contra las ratas o los caballeros negros, o enfrentarte a Havel, Sif, Nito o Gwyn, es algo mágico, nostálgico. Para la gente que no ha jugado, pondrá a prueba vuestra paciencia porque, no olvidemos, no deja de ser un juego de hace 7 años y eso pasa factura. Tanto en los controles como en la estructura total del juego. Todo esto ha mejorado en la versión Remastered que nos toca analizar hoy, pero tampoco esperes encontrar un juego nuevo.
Técnica y gráficamente
Lo más importante en esta versión Remastered es, sin duda, su mejora técnica. Gráficamente, se han mejorado las texturas de todo el juego, animaciones y efectos de iluminación, lo que hace que haya rejuvenecido unos años. En las consolas de sobremesa, han conseguido llevar el juego hasta una resolución de 1080p y 60 fps en Xbox One y PS4 e incluso a 4K en Xbox One X (la versión de Switch irá a 720p en modo portátil y 1080p en sobremesa y 30 fps) y, esto último, es importante. Muy importante. Quizá para los nuevos jugadores que atrape el juego no lo será tanto, pero para los que venimos del juego original nos acordamos perfectamente de las caídas de resolución que achacaba. Había zonas prácticamente imposibles de disfrutar por el bajo rendimiento del juego. Zonas como la Ciudad Infestada, que ya de por sí es una zona muy complicada del juego, se hacía más difícil si cabe por el aspecto técnico. Bajadas constantes de frames hacían que el juego fuese a tirones y esto, en un juego como Dark Souls, es algo muy importante.
Ya solo con esta mejora, merece la pena este Remastered. Y es que es una delicia ver como se mueve el personaje y la cámara. Tanta es la fluidez que yo tuve que bajar la velocidad de la cámara en opciones porque iba demasiado rápido para mi gusto.
Y hablando de opciones, entramos en algo que yo creo que se debería haber actualizado y no se ha hecho: los menús. Y no me refiero a la gestión ni a las opciones posibles, simplemente me refiero al aspecto visual. Con tantos años como tiene el juego, se ven muy anticuados y bastos. Creo que es algo muy fácil de actualizar y poco costoso. Vale que la esencia tenga que quedar intacta, pero una pequeña modificación de las fuentes, habría hecho que entrara mejor por los ojos. Al menos, en las opciones, se puede modificar para que los menús y hud para que aparezcan más pequeños y ligeros.
Mejorando el online
El online también ha sido mejorado, tanto en coop como en pvp. En este aspecto, si se han tomado recursos que se implementaron en Dark Souls 3 o Bloodborne, y es el uso de matchmaking con contraseña para emparejar y hacer más fácil la cooperación entre amigos (adecuando el nivel de los jugadores cuando hay mucha diferencia). Basta con decidir una palabra concreta entre los que vais a jugar e introducirla en el menú de red del juego. Eso hará que solo veas las señales de tus amigos. También hay que resaltar que la velocidad a la hora de ver las señales e invocar es muy buena. Está claro que la decisión de usar servidores dedicados ha sido de lo mejor que se ha adoptado en este Remastered. También se ha ampliado el número de jugadores online de cuatro a seis.
El PVP también ha sido mejorado con la inclusión de la arena, y con un rendimiento muy alto por parte de los servidores dedicados. Ya no hay excusa para no cruzarse la cara con otra persona al azar. Eso sí, sube antes de nivel porque la gente va muy preparada.
Conclusión
Un gran juego, pero con un remaster algo descafeinado. Vale que técnicamente ha mejorado una barbaridad, pero creo que se podría haber logrado más. Basta con echar un vistazo a Dark Souls II: Scholar of the First Sin donde, no solo se mejoraba el aspecto técnico y gráfico, sino que había algunas mejoras en cuanto a situación de enemigos y algunos objetos. Dejando esto de lado, vais a disfrutar de lo lindo. Tanto los nuevos jugadores como los seguidores de la saga, están llamados a disfrutar del comienzo del viaje. Además, el precio es más que llamativo, y más cuando también incluye el fabuloso DLC Artorias of the Abyss.