Corría el año 2008 y el terror andaba necesitado de nuevos referentes ante un momento de bajón de las grandes licencias de la industria del videojuego. Dead Space llegó con mano firme y se convirtió en uno de los referentes de la época. Una década y media después lo sigue siendo. Tanto es así que ahora Electronic Arts ha decidido traerlo de vuelta en forma de remake de la mano de EA Motive, responsables de Star Wars Squadrons y la campaña de Battlefront II. En ese sentido, hoy te contamos qué nos ha parecido este esperadísimo remake en nuestro análisis de Dead Space para Xbox Series X tras haberlo podido jugar en profundidad.
Bienvenido al USG Ishimura
https://youtu.be/GS4vJVcLFyk
Eres Isaac Clarke, un ingeniero miembro de una nave que acude al encuentro del carguero y extractor planetario USG Ishimura, el mayor de la galaxia, para repararlo. El aterrizaje es accidentado y la cosa no mejora al desembarcar. Isaac y el resto de la tripulación de su nave se percatan de que no hay nadie para recibirles en el Ishimura y, lo que es peor, no tardan en descubrir que unas terribles criaturas a las que se conoce como necromorfos han infestado el carguero. La misión ha dejado de ser una de reparación para convertirse en una de búsqueda de respuestas y también de una escapatoria. Pero para Isaac es también mucho más personal. Su pareja, Nicole, es médico en el Ishimura y se encuentra en paradero desconocido. Isaac no descansará hasta encontrarla.
Esta era la premisa de Dead Space en 2008 y lo sigue siendo en 2023. Un fantástico punto de partida para una historia de terror y ciencia ficción espacial. Lo mejor de este remake de Motive y Electronic Arts es que han decidido mantenerse fieles al material original en la inmensa mayor parte del tiempo, lo cual es una gran noticia si tenemos en cuenta que el original era una obra maestra en lo suyo. Como probablemente ya sepas si has seguido el desarrollo de esta nueva versión, los principales cambios se encuentran en el propio Isaac, que ahora sí tiene líneas de diálogo, lo que ha obligado a reformular según qué momentos del juego (todos ellos con acierto y tino) y también un nuevo aspecto facial. Personalmente no soy muy fan del rediseño de la cara de Isaac, pero carece de importancia, pues el personaje lleva puesto su característico casco el 99% del tiempo.
Córtales las extremidades
Nada más llegar al USG Ishimura nos topamos con una pintada que habla bien claro: “Cut off their limbs” o córtales las extremidades. No tardaremos en darnos cuenta de a qué viene ese mensaje. Los necromorfos tienen extremidades alargadas y finas y es precisamente en ellas donde son vulnerables, no en la cabeza ni en ningún otro punto. Por suerte, Isaac Clarke es un hombre de recursos y tiene a su disposición multitud de herramientas para defenderse de los peligros que le acechan. Para empezar, un buen elenco de armas con un disparo principal y otra función secundaria que le aporta una variedad y una profundidad al gunplay estupenda. Pero nuestro ingeniero también puede hacer uso de una suerte de telequinesis para lanzar objetos del entorno a los enemigos y otro poder que le permite ralentizar tanto a los necromorfos como elementos de los niveles (por ejemplo, para poder pasar por puertas estropeadas o reparar maquinaria).
Por supuesto, no nos podemos olvidar del legendario pisotón de Isaac y que el creador original del juego Glen Schofield se llevó prestado al reciente The Callisto Protocol. Con él, nuestro protagonista puede rematar a enemigos que aún se arrastren hacia nosotros o patearlos una vez muertos para obtener recursos adicionales. Y es que como en cualquier buen survival horror, la gestión de la munición, los botiquines y demás ítems es esencial para garantizar nuestra seguridad a bordo del Ishimura.
Esto no es todo de lo que debemos preocuparnos mientras exploramos la nave, no obstante. En Dead Space encontrarás almacenes que te permitirán guardar objetos para hacer hueco en tu inventario o para dejarlos para más adelante, vender ítems y comprar otros de los que andes escaso o mejoras para tu armadura y armas con los créditos que hayas ido acumulando en el USG Ishimura. A lo largo y ancho de los niveles también te toparás con nodos, unas fuentes de energía que te permitirán mejorar tus armas y tu armadura en puntos específicos de la nave. Invertirlos con cabeza es clave para sobrevivir, así que piénsate bien dónde vas a destinar cada uno de estos limitados y valiosos nodos.
Quince años después, modernidad
Por increíble que parezca, con pocos cambios el remake de Dead Space se siente como un juego moderno. Puede parecer una obviedad, pero lo cierto es que el género de terror nos tiene acostumbrados a magníficas ambientaciones, pero en ocasiones no cuenta con los mejores combates ni diseño de niveles. Dead Space tiene todo esto. De hecho, conjuga lo mejor de los action adventure de hace una década con los actuales. Tiene un mapeado pasillero, es sencillo seguirlo y moverse por él sin perderse, pero también va desbloqueando atajos a medida que avanzamos y de vez en cuando nos permite adentrarnos en alguna zona más amplia. También cuenta, y esto es lo más difícil, con un apartado de acción y combate sobresaliente. Combinar gunplay con los poderes de telequinesis y ralentización de Isaac hace que cualquier encuentro con enemigos sea divertido y dinámico, especialmente porque la idea de tener que disparar a las extremidades es brillante.
Pero es que la variedad de Dead Space va más allá. Unas de mis partes preferidas del original siempre fueron las zonas de gravedad cero y lo siguen siendo en este remake. Se trata de lugares ingrávidos en los que hacemos uso de nuestras botas propulsoras para movernos en cualquier dirección en el aire. Por lo general son localizaciones de paso, pero también admiten exploración, algo de combate y resolución de puzles. Son uno de esos elementos que contribuyen a que Dead Space nunca se haga repetitivo y, de hecho, una de las piezas más atractivas del videojuego.
¿El remake que esperábamos?
Esta nueva versión de Dead Space no se ha librado de su dosis de polémica, como comentábamos anteriormente. La nueva cara de Isaac no ha convencido a la mayoría y habrá otros que prefirieran al protagonista mudo que teníamos en el título original. Más allá de decisiones estéticas o sonoras como estas, lo que todos esperan saber de un remake es cómo se ve y si realmente justifica su existencia. Dead Space lo hace. Puede que no sea el juego con gráficos más punteros que hemos visto en la nueva generación de consolas, pero la mejora con respecto a la obra original es enorme. Tanto si ya has jugado al de 2008 como si llegas de nuevas, verás que luce muy bien.
Por defecto el juego viene con el modo rendimiento activado. No es para menos. Muchos jugadores buscan la estabilidad que te dan los 60 frames por segundo aunque prescindas de una mayor resolución. Incluso en este modo, el grano cinematográfico que también viene activo por defecto le sienta de lujo al juego. Lo puedes desactivar si así lo deseas, claro está. El modo resolución hace que Dead Space se vea sensiblemente mejor, pero hay un precio a pagar: volver a los 30 fps que muchos creímos haber dejado ya atrás. Sea como fuere, no hay una decisión acertada y otra equivocada y en este sentido siempre depende del gusto del consumidor.
Conclusiones
¿Qué se puede decir de Dead Space que no se haya dicho ya? La obra de Visceral Games es uno de los grandes juegos de terror de todos los tiempos y Motive le ha hecho un homenaje más que a la altura de su legado. Dead Space está más vivo que nunca gracias a este remake que se coloca entre las grandes reediciones de los últimos años. Nuevos caminos, líneas de diálogo para Isaac que amplían y mejoran su narrativa, un apartado visual fantástico y la misma tétrica y pavorosa ambientación de siempre. Recorrer el USG Ishimura nunca había sido tan terrorífico y ahora puedes hacerlo con los mismos sustos e intensidad, pero con una modernidad patente a cada paso que des. Compra obligatoria para los fans del terror, hayan o no jugado al original.