Hace un mes tuvimos la oportunidad de probar tanto la beta cerrada como la beta abierta de Diablo II Resurrected para Xbox Series X. A pesar de que la experiencia estaba enormemente limitada, al reducirse tan solo a los dos primeros capítulos del juego, nuestras impresiones fueron muy positivas.
Ahora, con el juego disponible en su totalidad, hemos podido explorarlo a fondo de manera exhaustiva e incluso probar las clases que no se encontraban disponibles durante las betas. Sin más retraso, aquí os dejamos con nuestro análisis de Diablo II Resurrected.

Disculpad por la tardanza.
El clásico del 2000, no como era en aquel entonces, pero sí tal cual lo recuerdas tú
Probablemente el aspecto que resulte de más interés a la hora de hablar de la remasterización de un clásico es: ¿cuánto han mejorado los gráficos? ¿Respeta la esencia del título original? ¿Han habido cambios más allá de los visuales?
Vayamos por partes. Primero de todo, como algunos ya os imaginaréis tras ver imágenes y tráilers, el apartado técnico de Diablo II Resurrected ha sido reconstruido totalmente de cero. Atrás quedan los escenarios prerrenderizados del título original y los sprites dibujados para los modelados de personajes y monstruos. Vicarious Visions ha creado unos modelos en 3D para todo el título, acompañados a su vez de nuevos efectos y un motor de iluminación dinámico, capaz de iluminar y oscurecer los escenarios de manera realista a través del sol, hechizos, y cualquier otro tipo de fuente de luz.
Toda esta recreación del arte del juego ha sido elaborada con un respeto absoluto y un gusto exquisito hacia el material original. No son pocas las personas que han probado Diablo II Resurrected y han afirmado que el título se ve exactamente tal cual lo recuerdan, 11 años después, solo para después comprobar cuán equivocados estaban tras probar el modo legado (un modo que se activa pulsando LT + el botón Vista), el cual permite cambiar entre los gráficos clásicos y modernos instantáneamente, de manera similar a como se puede hacer en Halo: The Master Chief Collection. La memoria puede jugarnos malas pasadas, sobretodo cuando se trata de Vicarious Visions, quienes también han realizado remasterizaciones increíblemente fieles para clásicos como la trilogía original de Crash Bandicoot y Tony Hawk 1 y 2.
Los líderes detrás de Diablo 4 y World of Warcraft habrían sido despedidos de Blizzard
Y no se queda ahí todo el aspecto técnico, por supuesto. Mientras que el título original funcionaba a un máximo de 25 imágenes por segundo, debido a limitaciones del motor gráfico y de los sprites que empleaba, esta remasterización es capaz de funcionar hasta a 60 fps en Xbox Series X a través de su modo rendimiento. Es difícil enfatizar la enorme mejora en fluidez que supone pasar de 25 a 30 fps, y muchísimo más si hablamos de alcanzar los 60 fps en su modo de rendimiento.
En cuanto a resolución, si preferimos obtener la máxima calidad gráfica, el juego se mantendrá la mayor parte del tiempo a una resolución de 4K, muy lejos de los 800×600 píxeles de los que hacía gala el título original. No obstante, si queremos disfrutar de la máxima resolución posible nos veremos obligados a jugar a 30 fps. En el caso de querer disfrutar de la fluidez extra de los 60 fps, el juego rondará una resolución de 1440p con bajadas de píxeles ocasionales.
A la hora de la verdad, es cuestión de vuestro propio gusto personal elegir cuál de los dos modos preferís, por lo que os recomendamos probar ambos y experimentar sus diferencias por vosotros mismos. De manera personal, nosotros hemos preferido jugar en el modo de rendimiento, ya que en un juego que en ocasiones puede llegar a ser tan frenético como este y en el que estaremos la mayor parte del tiempo en constante movimiento, valoramos más la fluidez extra que ofrecen las 60 imágenes por segundo.
En cuanto a la jugabilidad, Vicarous Visions ha querido cambiar lo mínimo posible, por lo que todo lo que hace a Diablo 2 sentirse como Diablo 2 sigue ahí de forma intacta. De hecho, el motor del título original sigue funcionando tras la nueva capa gráfica, haciendo todos los cálculos y todo el trabajo en este aspecto, por lo que es bastante difícil conseguir un nivel de fidelidad mayor que este.
Los pocos aspectos que los desarrolladores han decidido modificar son, a nuestro juicio, cambios muy acertados. Uno de los más notorios es un aumento de espacio en el alijo. Ahora dispondremos de 4 pestañas de espacio, 3 de las cuales serán compartidas entre todos los personajes que tengamos en nuestra cuenta. Este aspecto facilitará de manera inmensa el almacenamiento de objetos y el traspaso de los mismos entre los personajes, pudiendo dejar de lado el tedio que podía suponer intercambiar objetos entre ellos antiguamente.
También se ha añadido una opción (que los más puristas pueden desactivar, si así lo desean) para recoger el oro que sueltan los monstruos de manera automática, simplemente pasando encima de él. De nuevo, se trata de una opción de la que es difícil quejarse, ya que simplemente hace más cómoda la jugabilidad.

Las cinemáticas también han sido recreadas totalmente de cero. El resultado es espectacular.
A niveles más avanzados se ha cambiado cómo funciona el nivel secreto de las vacas, probablemente el nivel secreto menos secreto y más popular de la historia de los videojuegos, el cual tenía una mecánica un tanto molesta que podía hacer imposible volver a acceder al mismo si no teníamos el suficiente cuidado o si se jugaba online con quien no debíamos, lo cual podía llegar a fastidiarnos el personaje al completo, ya que muchas builds dependen de acceder al nivel. Ya no será posible que ocurra eso. Además, todas las runewords que eran exclusivas del modo clasificatorio han pasado a estar disponibles en el resto de modos de juego, un cambio que llevaba siendo pedido por la comunidad desde hace años.
Sí que nos han resultado más preocupantes las afirmaciones de diversos usuarios de haber encontrado nuevos bugs en esta remasterización que no estaban presentes en el título original, como algunos que afirman haber tenido crasheos, haber sufrido minimapas que se “atascan” y no se actualizan como es debido o haber perdido personajes. De manera personal, y sin buscar invalidar las experiencias de esos usuarios, nuestra experiencia con Diablo II Resurrected ha estado libre de crasheos y de bugs casi en su totalidad. El único bug que hemos experimentado “de manera recurrente” es el de algunas puertas que se muestran cerradas aun estando abiertas, al jugar online. El error ha resultado mayormente una molestia, ya que esas puertas podían ser atravesadas aún con ello.
También hemos encontrado algunos problemas de inestabilidad en los servidores durante el primer y segundo día tras el lanzamiento del juego, lo cual es algo bastante esperable durante las salidas de títulos online con niveles tan altos de jugadores.

El modo legado, en todo su esplendor
No obstante, en Somosxbox también somos conscientes de que muchos de vosotros no habréis jugado al título original y probablemente no tengáis ni idea de la mitad de las cosas que acabamos de mencionar. En ese caso, ¿qué podéis esperar de Diablo II Resurrected?
Para empezar, a la hora de empezar a jugar contaréis con 7 clases de personaje diferentes entre las que elegir: la amazona, la asesina, el bárbaro, el nigromante, el druida, el paladín y la hechicera. Cada una de ellas os proporcionará un tipo de jugabilidad totalmente diferente, por ejemplo, mientras que el bárbaro se especializa en hacer una gran cantidad de daño mediante el combate cuerpo a cuerpo, pudiendo incluso empuñar dos armas a la vez, el nigromante se basará en gran medida en resucitar a un verdadero ejército de muertos, pudiendo evitar casi en su totalidad el combate directo.
Todas las clases son divertidas de maneras diferentes, y lo más probable es que haya como mínimo una que esté hecha para el gusto de cada jugador, por lo que os recomendamos probarlas todas en algún momento. Además, dentro de cada clase de personaje podremos especializarnos en diferentes tipos de habilidades, por ejemplo, la hechicera podrá especializarse en magia de fuego, de hielo o de rayo. Cada uno de los tres elementos tiene sus ventajas y sus desventajas, y será decisión nuestra que tipo de build de personaje preferimos.
El señor de la destrucción resurge
Una de las grandes diferencias de Diablo II respecto a otros RPGs de acción similares reside en la importancia de elegir la build adecuada para cada personaje. Mientras que por ejemplo, en Diablo 3 podremos cambiar estas habilidades al vuelo, según nos apetezca y sin ningún tipo de penalización, en Diablo II estaremos muy limitados en este aspecto, de manera que solo podremos reiniciar nuestras ramas de habilidades 3 veces por personaje, una vez al empezar cada una de sus 3 diferentes dificultades. Esta decisión añade una mayor profundidad a cada clase, de forma que no será extraño querer tener, por ejemplo, dos hechiceras diferentes, cada una con su propia rama de habilidades diferente
Por lo demás, mientras que muchos jugadores se limitarán en completar la (muy divertida y enormemente mejor que en Diablo 3) trama principal del título en dificultad normal, el mayor gancho consiste en jugar y rejugar diversas zonas y jefes, con el objetivo de conseguir el mejor equipo posible para superar así la dificultad más difícil de las tres que dispone el juego: Infierno. Probablemente una de las principales razones por la que muchos han seguido volviendo a Diablo II al cabo de los años, a pesar de existir títulos muchos más modernos en el género como Path of Exile y Diablo 3, es debido a su excelente sistema para conseguir objetos, y lo satisfactorio que resulta cuando, por fin, podemos completar la dificultad Infierno con nuestro personaje.
Diablo II no regala sus objetos de valor, la mayoría son muy difíciles de conseguir. Sin embargo, ofrece las suficientes alternativas para poder conseguir grandes progresos en nuestros personajes, si se trabaja en ello. Un ejemplo de esto son las runewords, las cuales podremos imbuir en objetos comunes con huecos para otorgarles útiles poderes mágicos. Pero para ello deberemos primero de farmear para conseguir las runas necesarias y objetos con los huecos exactos.
Resumidamente, Diablo II Resurrected ofrece una experiencia más “de la vieja escuela” por llamarlo de alguna manera, que otros títulos más recientes del género. Conseguir objetos de calidad para nuestro personaje no será una tarea tan fácil, y los primeros niveles del juego pueden hacerse duros, ya que nuestro personaje será débil hasta conseguir equiparlo decentemente y subir algunos niveles. Pero desde luego, si os gusta que conseguir un objeto os haga sentir como que realmente habéis conseguido algo útil y único, y notar un verdadero progreso de poder en cada uno de los compáses del juego, Diablo 2 es capaz de haceros sentir todo eso a niveles que pocos juegos han sido capaces de replicar.

Los menús son más cómodos de utilizar con teclado y ratón, aunque su control con mando es lo suficientemente correcto.
Desde ese momento viajamos juntos. Al este. Siempre hacia el este.
Y por supuesto, no tendremos por qué hacer nada de esto solos. Diablo II Resurrected cuenta con multijugador cooperativo (y batallas jugador contra jugador) para hasta 8 jugadores. También podremos hacer trueques entre la comunidad para comprar y vender objetos. No obstante, aquí reside una de nuestras pegas en cuanto a la versión de consolas.
Mientras que el título original y su remasterización en PC cuentan con la posibilidad de poder crear nuestras propias salas multijugador con nombres y objetivos personalizados (imaginaos, por ejemplo, que creamos una sala que se llame “Farmeo del primer jefe del juego en dificultad infierno” o “busco cambiar tal espada por tal arco”) esa posibilidad no existe en consolas. Este sistema se ha cambiado por uno que nos permite elegir un acto y misión concretos del juego y unirnos con otros jugadores que estén en el mismo. Además, y lo que es peor, este sistema de búsqueda de partidas ni siquiera funciona bien.
Por lo general, el sistema intentará introducirnos en la partida de otro jugador, y si no lo consigue en los primeros momentos, nos introducirá en una partida en solitario en la que no entrará nadie más. En todo lo que hemos jugado al título en Xbox solo hemos podido jugar usando este sistema con una sola persona, en contadas ocasiones además, bastante lejos del límite de 8 jugadores. No obstante, por suerte el ecosistema Xbox cuenta con la posibilidad de suplir esto a través del sistema de búsqueda de partidas multijugador mediante el club oficial del juego. Esta herramienta nos permite escribir un mensaje especificando para qué buscamos otros jugadores y crear un grupo online con ellos, después solo tendremos que invitarlos a nuestra partida. No es tan efectivo como lo que tienen los usuarios de PC, y nos gustaría enormemente que existiera esta posibilidad en consolas, pero al menos tenemos una utilidad similar.

Esta rueda es la única forma de la que dispondremos para comunicarnos con otros jugadores mediante texto.
Otro aspecto de enorme utilidad para el aspecto social de Diablo II que perdemos los jugadores de consola es el chat. No podremos escribir en el chat de ninguna manera, ni siquiera para usar algunos de los útiles comandos para cambiar opciones y activar “trucos”, como el popular /player 8. En su lugar, disponemos de una rueda de comandos muy limitada, con opciones como “gracias”, “vuelvo a la ciudad” o “bolsa llena”. De nuevo, nos habría gustado mucho que Vicarious Visions hubiera dado la oportunidad a los jugadores de consola de usar el chat, ya que es un aspecto fundamental para poder aprovechar todo el importante aspecto social de Diablo II.
Lo que sí que ha sido adaptado de manera magistral para las consolas es el control para mandos. Mucha gente dudaba de si un título como este, pensado en su totalidad para el uso teclado y ratón, podría adaptarse cómodamente al uso de mandos. Si es ese el caso, tranquilos, no tenéis de qué preocuparos. Aunque es verdad que los menús y sobre todo la administración de objetos pueden no ser tan cómodos como lo son con teclado y ratón, hemos encontrado que el combate es incluso más cómodo con mando.
Tendremos a nuestra disposición 12 atajos rápidos a las habilidades que deseemos, los cuales deberían de ser más que suficientes para cualquier tipo de build de cada personaje. Dispondremos de 6 atajos usando A, X, Y, B, RB y RT, y de otros 6 en los mismos botones si presionamos a la vez LT. A la hora de la verdad, hemos encontrado que esta disposición se nos hace más cómoda que la existente para teclado y ratón, la cual conlleva tener que elegir un atajo entre varias teclas y luego pulsar el click derecho del ratón. También nos ha gustado disponer de un botón que nos ordena automáticamente nuestro inventario y las pestañas de nuestro alijo, el cual no está disponible con teclado y ratón y nos ahorra el trabajo de ordenar nuestro sin fin de objetos por nosotros mismos.
Análisis de Diablo II Resurrected – Conclusiones
Diablo II Resurrected consigue dar un nuevo soplo de vida a este clásico del 2000 con una renovada capa gráfica de la mayor calidad y algunos retoques en elementos que lo vuelven más cómodo de jugar, pero que no modifican su esencia. Y lo más importante, su excelente llegada a consolas ha vuelto al título más accesible que nunca. Vicarious Visions ha demostrado de nuevo que son uno de los mejores estudios a la hora de remasterizar estos clásicos, y esperamos que consigan mantenerse al margen de la espiral de terror que está asolando a Activision-Blizzard actualmente.
Quizás la coletilla “Resurrected” no es la más adecuada para Diablo II, ya que el título ha mantenido una extensa comunidad de jugadores fieles, los cuales no han encontrado hasta la fecha un título que les proporcione lo que este le da. A pesar de tener más de 20 años a sus espaldas, Diablo II nunca ha llegado a morir, y con esta remasterización seguirá mucho más tiempo sin hacerlo.