Hace unos días os hicimos llegar unas primeras impresiones, hoy es el momento de ahondar en todos los aspectos a través del análisis de EA Sports F1 24. Un juego que, tal como sucede en la competición real, apunta a ser más de lo mismo que se viene repitiendo años atrás. Pero bien sabemos que los juegos deportivos deben ir asentando sus nuevas entregas con novedades que hagan sentir que la experiencia ha evolucionado. ¿Podríamos tener esta sensación con este nuevo título?
La competición puede ser la de siempre, los cambios de normativa están volviendo loca tanto la competición real como los juegos que intentan recrear una competición que cada vez tiene más seguidores. Y esto puede ser algo que requiera de actuar por parte de Codemasters que, no obstante, ya ha dejado claro que no encontraremos la revolución que buscábamos tener este año.
Será cosa vuestra conseguir la 33, la nuestra ofreceros nuestro análisis de EA Sports F1 24
Pero lejos de tener que aludir a una revolución que llegaría desde el apartado técnico, lo que tiene que ofrecer esta nueva entrega es algo que ofrezca nuevas experiencias, o renueve el interés por esta licencia en torno a los amantes de las competiciones de motor. Y el objetivo es claro, volver a ahondar en la experiencia base con el propósito de desbancar del trono de la competición al extraordinario Max Verstappen.
Un modo trayectoria más protagonista
Desde hace años que se van dando tumbos en la experiencia de un jugador. La implicación del jugador en vivir una historia, con los dos episodios de Braking Point disponibles, no parecía ser todo lo buena que requería el jugador. No son malas propuestas, pero muchos tenían la sensación de no tener voz en esa trayectoria. Y poder tener voz y ser nosotros quienes gestionemos una aventura como pilotos, era parte de un modo trayectoria superficial y rutinario.
Eso puede cambiar gracias a EA Sports F1 24, donde tendremos oportunidades de hacer frente a decisiones que pueden cambiar el rumbo de nuestra trayectoria profesional. Una de las grandes pegas, aunque no es cuestión de retirarlo como opción, es que en todo momento podíamos elegir cualquier escudería y convertir la trayectoria de piloto en un marco para echar carreras Una implicación reducida, limitada a esa gestión de recursos de la escudería para mejorar el coche en una segunda línea de competición.
Aunque no me convence lo de poder elegir cualquier escudería, cada una mostrará más o menos interés y tendremos que luchar más o menos para mantener nuestro asiento. No es tan sencillo como en otras ocasiones y resulta muy desafiante
En esta ocasión, debemos ser pilotos fuera y dentro de la pista. Y es que en esta ocasión tenemos una serie de parámetros que gestionar en torno a nuestra reputación. Como si fuese una evaluación de piloto, que no hará que seamos mejores, sino que nos tengan más en cuenta, podremos tener ofertas y subir escalones en la Formula 1 desde lo más bajo, hasta liderar el equipo más importante.
Ahora bien, se sigue pudiendo elegir cualquier equipo a la hora de comenzar, algo que quizás pueda parecer exagerado considerando que venimos de la nada, y tenemos malas calificaciones. Si se pretendiese dar profundidad a este modo de juego, se debería considerar límites en el progreso para ir desbloqueando con los méritos en pista. No obstante, salgamos de la Formula 2 o empecemos con la Formula 1, lo que tenemos que tener en cuenta a la hora de elegir equipo, es el contrato que firmamos.
Los equipos exigirán, cuanto más importantes sean, exigirán más. Y todo eso tiene que ver con cómo debemos gestionar recursos y cumplir objetivos en cada carrera. Objetivos que tienen que ver con la reputación, con sumar o restar esos puntos. Para ello, hay objetivos que cumplir en entrenamientos y carrera, incluso, unos dinámicos que nos solicitarán por radio a mitad de carrera. Gestionar neumáticos o batería, conseguir un tiempo de vuelta, adelantar o defender. Son aspectos propios de una comunicación entre piloto y muro que se ha implementado y que otorga cierto dinamismo, aunque no siempre sean órdenes oportunas.
Nuestra reputación servirá para ir ganando la confianza de los equipos, comenzando por el nuestro. Superar los objetivos y a nuestro compañero nos permitirá ir ganando el liderazgo desde lo más bajo
Por otro lado, cómo lo hagamos en pista será calificado en cada sesión. Desde los libres, con sus sesiones de entrenamiento específicas para conseguir puntos de recursos para mejorar el coche, a la clasificación, pasando por la carrera. Se evalúan muchos puntos, como puede ser el ritmo, los adelantamientos, la capacidad de progresar o gestionar el coche. Todo eso servirá para que nuestra calificación suba y consigamos llamar la atención de los equipos más fuertes, o aguantar nuestro asiento.
Y es que no podemos olvidar que la calificación no siempre sube, puede bajar. De forma que hay un objetivo que debemos cumplir y otro que debemos evitar tocar para que no seamos despedidos de forma fulgurante en plena temporada. Todo esto sirve para enfatizar en aspectos que dinamizan la experiencia de una forma muy interesante. Y esto se consigue con una interfaz que resulta muy familiar, de forma que no nos sintamos abrumados por lo que todo esto puede significar.
Claro que, a título personal, me da la sensación de que no han tenido el valor suficiente para implementar este modo en su totalidad o para profundizar más en estos aspectos. Si bien con Braking Point la sensación de estar viviendo una experiencia de piloto estaba lograda, la falta de decisiones hacía sentirla como una experiencia ajena. Y a la hora de plantear este modo trayectoria con algo de mimo, se podía haber buscado ahondar en esas relaciones, interacciones o implicaciones que otros juegos también han buscado introducir.
En este año hay un regreso que puede ser interesante, si os gusta la idea de conducir un coche que no sea real. Regresa el modo Mi Equipo, fuera de ese sistema de gestión de un coche en el multijugador de F1 World. Un sistema que repite sin novedades, ya que las novedades de este apartado van por otro lado. Ahora bien, una de las grandes novedades del modo trayectoria, aquí pierde totalmente su valor, ya que siendo los dueños de nuestro equipo, no debemos seguirle la pista a la opción de fichar por otros.
Cada carrera son un conjunto de desafíos para ir ganando la reputación con los equipos y confianza con empleados que nos darán ciertas ventajas para conseguir recursos y poder ser más competitivos
A la hora de gestionar un equipo, o de gestionar nuestra trayectoria, podremos contar con los iconos de la F1 que suman nuevos integrantes. La gestión del equipo no es mucho más complicada que la que tenemos cuando somos contratados. Podemos añadir una escudería más en la categoría y personalizarla, gestionando un balance económico que nos permitirá alcanzar a Ferrari, Mercedes o Red Bull pasadas las temporadas. Pero aquí encontramos la oportunidad de fichar un segundo piloto, donde encontraremos tanto los pilotos reales de hoy, como los iconos o leyendas de la F1, con los que además, podremos iniciar un modo trayectoria en lugar de usar nuestro piloto personalizado.
Lo que sí sigue siendo un poco decepcionante es cómo se gestionan las categorías inferiores. Estas siguen siendo un elemento residual, poco profundo, que no aportan todo lo que podrían aportar. ¿Cómo sería tomar decisiones desde Formula 3? Pues este año tampoco lo veremos.
Una competición de velocidad y precisión
Había un gran revuelo con la build que nos facilitaron para facilitar esas primeras impresiones del juego. Y es que lo primero que se obtuvo fue una conducción que algunos pilotos de competiciones virtuales habían tachado de desastroso. Hay que tener en cuenta que su forma de conducir no se parece a lo que la mayoría de usuarios suelen hacer. Y nosotros os dimos impresiones con mando, donde notando algo que no era lo habitual, no hacía que juego estuviera tan mal.
La actualización que llegó días después cambió ciertas cosas que había que corregir, pero da la sensación de que Codemasters ha querido ofrecer un cambio en lo que venía siendo adaptarse a los cambios de normativa que la FIA ha aplicado a los monoplazas. Coches mucho más grandes, con mucho agarre, pero mucho más delicados de conducir. Coches que dadas sus dimensiones, las cargas y fuerzas que se aplican en el equilibrio del coche son diferentes de lo que venían siendo y tras un año de recopilar datos, han podido adaptarse mejor a esa circunstancias.
Los coches son distintos, pero buscando esa nueva experiencia pueden haber patinado. Ahora bien, con mando o si no sois profesionales, la conducción resulta exigente y delicada en cada curva
En líneas generales, se sigue notando que el juego quiere mantener el estilo de siempre para ofrecer una experiencia dinámica, pero asumible por los jugadores. Porque estos coches son muy delicados para llevarlos al límite y ser competitivos. Se ha buscado una mayor implicación del jugador en esas mecánicas de gestión, la batería, el reparto de frenada o el freno motor, son parámetros que se pueden cambiar para plantear una estrategia de carrera diferente. Obviamente, esto tendrá más trascendencia cuanto más larga sea la prueba.
La cuestión está que, sabedores de un conflicto previo, hemos podido advertir que no se ha buscado solventar con un apaño volviendo a una situación anterior. De forma que, en algunas ocasiones, da la sensación que el coche sigue rotando en una posición extraña, sobre todo, en curvas lentas. Pero en general, las sensaciones que transmite son buenas, con el mando o con el volante, se puede notar lo que está sucediendo en las ruedas. Ahora, que se han corregido algunas cosas, podemos ver que esa tolerancia excesiva ha desaparecido en gran parte. Incluso, ahora tocar los pianos puede ser un problema con el que perder mucho tiempo, y eso en el mejor de los casos.
Anteriormente, nos habíamos encontrado un juego muy delicado a la hora de frenar y meter el coche, con un notable subviraje que, posteriormente, se podía corregir girando y acelerando. Ahora, ese efecto de entrada en curva parece haberse solventado, permitiendo mantener una trayectoria curva según se va desacelerando con algo de fuerza, incluso, bloqueando la rueda interior. No obstante, la deriva de la parte trasera cuando entramos con mucha fuerza hace que el coche tienda a sobrevirar en el vértice, comprometiendo la segunda parte de la curva. Es decir, que sigue siendo importante entrar en la velocidad correcta y dejar correr el coche en la medida de lo posible, lo que hace que la conducción con mando se mantenga muy parecido a lo que nos encontramos en la versión previa a su actualización.
Sin llegar a ser un piloto que compita a alto nivel, lo cierto es que el juego puede disfrutarse plenamente y no se encuentra tanto ese exceso de agarre. Aunque posiblemente toque ajustar la conducción en próximas actualizaciones
Considerando las gestiones sobre los reglajes que pueden hacerse, nos encontramos con muchas posibilidades para conseguir equilibrar la balanza para encontrar ese equilibrio en la conducción, si bien este aspecto dependerá del gusto de cada usuario. Con un Logitech G923, las sensaciones son buenas en general, aunque a día de hoy no he encontrado todavía un ajuste preciso en la configuración que me haga sentir cómodo del todo. Pianos, derrapes, bloqueos y el agarre de los neumáticos se transmiten de forma propicia, aunque la velocidad a la que hay que conducir nos obliga a estar con los 5 sentidos en cada curva.
Considerando el modo trayectoria y la conducción que ofrece EA Sports F1 24, seguimos encontrando una experiencia realmente gratificante y atractiva para los fans de esta competición, así como los que busquen una experiencia inmersiva para convertirse en piloto.
De la televisión a tu mando
El apartado técnico de EA Sports F1 24 es, posiblemente, lo que menos ha cambiado respecto a sus antecesores. El principal motivo, es que Codemasters ha decidido no dar el salto que se esperaba a Unreal Engine. No obstante, eso no quiere decir que se hayan limitado a un “copia y pega de manual”. Lo más relevante, es que el juego ofrece novedades que llegan tarde, pero llegan, como son las versiones renovadas de Spa-Francorchamps, Silverstone o Jeddah.
Sabemos que Codemasters no suele tomarse con premura los excesivos cambios que se suceden en la competición, siendo algo que ya vimos en una edición como la que llegó en 2021. Y atendiendo a esos cambios, se puede ver que han querido trabajar en mejorar aspectos generales de cuestiones que quedaron desfasadas. Incluso, podemos ver los nuevos modelos de los pilotos, a los que había que atribuir nuevas animaciones para esas nuevas funciones. Los modelados son mejores, correctos, pero hay un problema que hace que todo eso quede un poco deslucido.
Técnicamente el juego se nota algo renovado, aunque en la mayor parte son detalles desactualizados. El juego rinde sólido y con el trazado de rayos activado resulta tan espectacular como las retransmisiones de televisión.
Y es que se siguen arrastrando las mismas animaciones de los últimos años, que resultan ya bastante cansinas, porque son muchos años sin añadir nuevas animaciones que permitan darle un aire nuevo a toda esta recreación de una competición que siguen millones de usuarios. Y es que, considerando el esfuerzo de este año por integrar las voces de los pilotos, no parece lógico que no hayan buscado dar esa identidad en animaciones de celebración.
Son detalles que permitirían darle un aire nuevo a un juego que sigue ahondando en trasladar la retransmisión de televisión a un videojuego en consolas y PC. Y claro, al usar la misma animación para todos, usar el mismo gesto en caras tan raras puede dejar momentos que tiran a cómicos, por no decir vergonzosos. No obstante, son aspectos ajenos a lo que importa, que es la recreación de las carreras y cómo se siente el juego cuando nos metemos en el cockpit y el monoplaza va a más de 300km/h.
Y en este aspecto, el juego ha buscado consolidar ese acabado visual espectacular y, sobre todo, no comprometer el rendimiento. Y se ha sacrificado lo justo para que el rendimiento se ajuste a esos 60fps con facilidad, siendo más espectacular en su versión de PC, que permite ejecutar la tecnología de trazado de rayos de una forma eficiente sin que se resienta demasiado el rendimiento. Si bien, lo mejor que se puede hacer es evitar ponerlo en la carrera para que no haya sustos innecesarios.
Con un Ryzen 7 5800 y una RTX 4070 el juego no tiene problemas para moverse por encima de los 90fps con el Ray Tracing activado, sin considerar lo que puede llegar a pasar cuando se aplique el DLSS 3 en próximas fechas. Pero a la hora de evaluar la ventaja que ofrece ese trazado de rayos, tenemos que atender a matices que sin esa tecnología están muy bien construidos para todas las versiones que se ejecutan en los últimos hardwares. Sombras o reflejos más precisos, una iluminación más natural que permite tener una recreación algo menos saturada de efectos programados, que hacen su función y convierten este juego en un buen espectáculo a altas velocidades.
Los circuitos nocturnos son especialmente interesantes a la hora de ver reflejos y sombras. Pero lo más importante es que este juego debe ofrecer un rendimiento sólido y lo consigue
Ser piloto y competir en muchos niveles
Sabemos bien que gran parte del atractivo de los juegos deportivos en los últimos años es competir más allá de lo individual con una IA. Aunque estas pueden habilitar una experiencia desafiante, es innegable que rivalizar con otros usuarios siempre es más gratificante. Y en esta ocasión, hemos comprobado de inicio que se plantean nuevas opciones.
Se repiten las fórmulas clásicas, incluyéndose la última innovación de F1 World. Las mecánicas se mantienen para abrir baza a una experiencia que combina escenarios y carreras multijugador, con carreras rápidas, buscando desbloquear mejoras para nuestro monoplaza online. Pero más allá de esas fórmulas que son recurrentes y seguramente mantengan las bases de una experiencia reconocible, recuperan los desafíos temporales que, en esta ocasión, también se asocian a escenarios vinculados a las novedades del modo trayectoria.
Gracias a una nueva opción del multijugador, podremos emular situaciones de escuderías para sumar puntos y exponerlos en un marcador que nos permite competir con otros jugadores para ver quién lo ha hecho mejor
En este aspecto, encontramos un modo adicional en los modos trayectoria, tanto para jugar en cooperativo o competitivo con un amigo, en el modo para 2 jugadores, así como el modo vinculado a un equipo real, donde deberemos superar una serie de desafios puntuables y superar los marcadores de otros jugadores. Un modo que recuerda mucho a aquellos escenarios que hace tiempo refrescaban la propuesta multijugador de forma periódica.
La presión de ser el campeón
Puede generar controversia ver un nuevo título de la Formula 1 que no busca reinventarse. Puede parecer decepcionante ver un juego que parece un copia y pega de lo que viene siendo, a estas alturas, una tradición. Pero podemos asegurar que este juego ofrece una experiencia que busca mejorar lo visto hasta la fecha con pasos firmes hacia el frente. Encontramos un modo trayectoria más inmersivo y atractivo que nunca, siendo algo que le sienta muy bien.
Conseguir implicar a los jugadores con nuevas decisiones y una mecánica que obligará a sacar el máximo partido de cada circuito, hace que los jugadores no se puedan dormir en los laureles, y puedan imponerse nuevas metas a lo largo de la temporada. Sin embargo, la transición a nuevos monoplazas parece haber derivado en controversias sobre la ejecución de la misma. Lo cierto es que, sin hacer grandes aspavientos, la sensación que transmite es buena, aunque extremadamente delicada incluso con ayudas.
Es evidente que para los que quieran pilotar a un nivel extraordinario y competitivo, los conflictos aparecen de forma inherente. Pero habrá que esperar a las soluciones, como otros años, para ver si este cambio no está limitado por la necesidad de comprender que estos coches no son los mismos que se introdujeron en ediciones previas.
No haberse atrevido a dar un salto en el motor, permitía anticipar una edición algo conservadora. Han sabido integrar novedades en el modo trayectoria que hacen sentir este juego renovado. Y es una experiencia más gratificante que nunca
Técnicamente continuista, pero notando que han querido meter la mano en mejorar el nivel de detalle sin romper un rendimiento que se prioriza para que todos puedan disfrutar de una experiencia sólida y gratificante. Luchar contra una IA muy dura, si se sabe gestionar la dificultad, con nuevos hitos, en solitario o en compañía, en un ámbito individual o de comunidad, es una fórmula que ha funcionado y que puede seguir funcionando.
Pero la Formula 1 siempre ha sido el exponente de la excelencia. Y en este apartado, la sensación puede no ser correlativa a lo que se espera. Una competición para unos elegidos, para unos privilegiados, que deben buscar exprimir al límite cada milímetro para sacar cada milisegundo. Un nivel de exigencia que es lo que diferencia al campeón, del resto de pilotos. Una diferencia que convierte algo vulgar, en algo excelente. Un paso adelante que EA Sports F1 24 no ha querido, o no ha conseguido dar.