Nacida a principios de la década de los 80 y conocida en España como Posesión infernal, Evil Dead es una de las sagas de terror cinematográficas más icónicas y recordadas. Bruce Campbell dio vida a un legendario Ash Williams que ahora regresa con un nuevo videojuego. Uno, de hecho, enmarcado en uno de los géneros pujantes en la industria: los multijugadores asimétricos de terror. Eso es precisamente de lo que te vamos a hablar en el día de hoy en nuestro análisis de Evil Dead: The Game para Xbox Series X, al que ya le hemos podido dedicar unas cuantas horas y ya estamos en disposición de hablarte de él.
Trabajo en equipo
Lo primero es hablar de cuál es la mecánica de juego de Evil Dead: The Game, en caso de que no lo sepas. Se trata de un multijugador asimétrico en el que cuatro supervivientes deben formar equipo para desterrar a un malvado demonio kandariano. El jugador puede asumir tanto el rol de uno como de otro, teniendo en cuenta que si opta por el demonio jugará en solitario, mientras que si hace lo propio con el de superviviente, lo hará en equipo. Casi todos los multijugadores asimétricos requieren un buen trabajo conjunto y coordinado para lograr la victoria, pero en Evil Dead se hace todavía más patente.
Y es que emprender un camino en solitario y alejarse de los compañeros no aporta nada positivo. Hacerlo incrementa la barra de miedo de nuestro personaje, con lo que será visible para el demonio. Igualmente, cuando este nos localice, podría centrar todos sus esfuerzos en lanzarnos todo lo que tiene y acabar con nosotros, lo que complicaría muchísimo la partida al resto de compañeros. Jugando en solitario nos hemos dado cuenta precisamente de esto. Cuando toca un equipo compenetrado (incluso aunque no esté comunicado entre sí), el demonio kandariano tiene pocas posibilidades. Cuando los supervivientes hacen cada uno la guerra por su cuenta, el demonio tiene todas las de ganar.
No podemos hablar tajantemente sobre un desequilibrio entre los dos roles porque el juego acaba de nacer. Tendremos que esperar algunos meses, ver la evolución y el nuevo contenido para sacar conclusiones más sólidas. Pero sí parece evidente que cuando, como demonio, te enfrentas a una premade de supervivientes que saben lo que hacen y que actúan coordinadamente, las vas a pasar canutas.
Gore a tope
Hemos hablado de la mecánica base y de cómo es el estado del juego en estos momentos, pero ahora toca profundizar en la propuesta jugable en sí. Empecemos por el rol de superviviente. Cuando comienza la partida debemos pertrecharnos con las cosas que vayamos encontrando: armamento cuerpo a cuerpo y armas a distancia, municiones, latas de refresco para recuperar salud, cerillas para encender fuegos y disminuir nuestro miedo o escudo protector para poder evitar que algunos golpes afecten directamente a nuestra barra de vida. El juego nos irá indicando con localizaciones generales (los mapas son enormes y tienen múltiples localizaciones) dónde encontrar el siguiente fragmento de mapa.
Una vez tengamos los tres necesarios, se nos marcará la ubicación de las páginas del Necronomicón, después la de la daga kandariana y, finalmente, deberemos derrotar a un jefe y proteger el Necronomicón de las fuerzas demoníacas para desterrarlas para siempre y ganar la partida. Podemos movernos en coche, acceder a diferentes construcciones y usar multitud de herramientas a nuestro alcance para conseguir triunfar y repeler a los múltiples enemigos que tratarán de hacer precisamente lo opuesto.
En ese sentido, como demonio kandariano empezarás completamente a ciegas. A no ser que los supervivientes acumulen miedo y releven su posición deberás ir recorriendo el gigante mapa tratando de descubrir su localización. Esto es, de hecho, lo que menos nos ha gustado de la experiencia como demonio. Las partidas suelen ser largas y estar varios minutos sin saber muy bien qué hacer es frustrante. Cuando nos encontramos con los supervivientes, no obstante, la cosa cambia. Nuestra labor como demonios es recoger orbes rojos repartidos por el mapa para cargar nuestro poder. Con todo el que consigamos podremos poner trampas para los supervivientes, poseer coches, minions o a los propios supervivientes, así como utilizar habilidades específicas de cada uno de los demonios. Colocar portales para que salgan más enemigos de ellos es una de nuestras principales armas.
Tanto en uno como en otro rol, podremos mejorar diversos atributos a lo largo de las partidas para aumentar nuestras posibilidades de supervivencia o de letalidad. De hecho, de asesino es absolutamente fundamental acertar y potenciar las habilidades correctas. En caso contrario la partida podría resultarle demasiado sencilla a los supervivientes.
Progreso y contenido
Evil Dead: The Game ha salido a la venta con tres demonios kandarianos diferentes (cada uno con sus propias habilidades) y con nueve supervivientes repartidos en cuatro categorías: líder, cuerpo a cuerpo, a distancia y apoyo (también con capacidades diferenciales). Por ahora son solo dos los mapas en los que podemos disfrutar de las partidas, pero la ya mencionada enorme extensión de ambos hace que no sea algo demasiado preocupante. Tienen áreas muy diferenciadas y ofrecen variedad gracias a poder recorrerlos tanto a pie como en coche.
En cuanto al progreso, Saber Interactive ha tomado algunas decisiones interesantes, aunque no estamos del todo convencidos con todas ellas. En este tipo de juegos lo más pesado es tener que subir de nivel a los personajes uno a uno, con todo el grindeo que ello requiere. La solución que propone Evil Dead: The Game es que cada vez que tu cuenta sube de nivel puedes conseguir una nueva habilidad para todos y cada uno de los personajes, tanto supervivientes como demonios, de forma que ningún personaje se quede atrás. Adicionalmente, la experiencia obtenida en las partidas puede canjearse por puntos de habilidad extra que podemos utilizar en el personaje que prefiramos.
La forma de escoger habilidades a dedo (aunque muchas están bloqueadas hasta que consigamos el progreso necesario) puede generar que cada vez las partidas sean más desiguales entre usuarios con más y menos horas. Imagina un demonio kandariano que acaba de empezar a jugar sin habilidades contra una premade de supervivientes con varias horas a sus espaldas y bien equipados con habilidades útiles. No solo es que pueda marcar la diferencia, es que podría hacer que en algunas semanas el juego tenga partidas muy frustrantes de jugar. También con el caso a la inversa.
Más allá del multijugador
Aunque el apartado multijugador 4 contra 1 es la prioridad de Evil Dead: The Game, lo cierto es que el título también cuenta con alternativas para aquellos con otros gustos. Para empezar tenemos un cuidado tutorial que nos instruye en el funcionamiento de las partidas y que nos permite jugarlo con los dos roles, de modo que podamos aprender las bases de cada uno de ellos. En el propio apartado de 4vs1 encontraremos posibilidades distintas, como disfrutar de la mecánica de juego con y contra bots o de hacerlo en partidas personalizadas para jugar con amigos en lugar de tener que hacerlo con desconocidos.
El otro gran modo de juego, no obstante, es el modo Misiones. Se trata de una serie de secciones jugables en solitario que nos invitan a revivir algunos de los momentos más memorables de las películas (cuidado con los spoilers si no las has visto). Aunque tiene buena pinta visto desde fuera, lo cierto es que jugándolo se queda muy corto. La sensación es de estar ante otro tutorial más avanzado en el que debemos ir cumpliendo algunos objetivos, llegando a zonas, recogiendo ítems y defendiéndonos de los demonios que nos atacarán por el camino. No demasiado inspirado, pero tiene potencial para algo más si Saber lo cuida con el paso del tiempo.
Groovy y buggy
Visualmente Evil Dead: The Game está claramente por encima de la media con respecto a otros juegos del mismo género, como podría ser Dead by Daylight. Su apartado visual recuerda más a lo que intentó en su día Friday the 13th: The Game, pero más actualizados a los tiempos actuales, como es lógico. Los mapas lucen muy atractivos y tienen zonas muy diferenciadas. Los personajes y sus diferentes skins, tanto los supervivientes como los demonios kandarianos, tienen modelados muy agradables a la vista y la experiencia general jugando es fantástica.
Sin embargo, no podemos dejar de lado algunos problemas técnicos que requieren solución. En alguna partida nos hemos quedado atascados en lugares sin demasiado sentido y solo hemos sido capaces de salir al realizar una ejecución sobre un enemigo cercano. Por suerte se nos acercaron algunos y pudimos salir del embrollo. A ello hay que sumar una conducción muy alejada de lo óptimo y un movimiento espectral del demonio kandariano que ofrece algunas dudas y que se atasca con regularidad en todo tipo de obstáculos.
Conclusiones
Si lo que esperabas era un juego de terror que pusiera el foco en la historia, Evil Dead: The Game no es para ti. Pero lo cierto es que la obra de Saber Interactive se coloca en la parte alta de la tabla de los multijugadores asimétricos de terror. Jugar de superviviente con un equipo compenetrado es muy divertido, al igual que cuando eres un demonio kandariano y solo debes preocuparte de lanzar todo lo que tengas contra los supervivientes. Sin embargo, el juego aún tiene muchas cosas que pulir y que mejorar para no acabar cayendo en los errores de fracasos pasados. Queda mucho tiempo para corregir esos problemitas, por lo que no es algo preocupante.