Conocidos por sagas como Just Cause, The Hunter o el notable Mad Max, Avalanche Studios nos propone en esta ocasión una vasta experiencia a precio reducido. Supervivencia, loot y mechas nos aguardan en este shooter cooperativo de mundo abierto ambientado en una Suecia alternativa cercana a los noventa. Recorramos tierra nórdica con el análisis de Generation Zero para Xbox One.
En algún lugar de la costa de Suecia, 14 de noviembre de 1989.
Has pasado unos días con unos compañeros de clase en el archipiélago, completamente desconectados del mundo. En el viaje de vuelta, unos proyectiles explosivos disparados desde la costa alcanzan vuestro barco.
No sabéis qué os disparó ni por qué, pero conseguís llegar a tierra. Heridos, pero con vida.
Östertörn
Bienvenidos a Östertörn, suecia. Tras un viaje de placer adolescente volvemos al hogar para descubrir que no queda absolutamente nadie con quien compartir una buena lata de Surströmming. El archipiélago ha quedado presumiblemente vacío, de no ser por unas desconocidas e implacables máquinas que campan a sus anchas por el INMENSO terreno que se extiende ante nosotros en Generation Zero. Para descubrir qué ha sido de la población y encontrar el por qué de esta repentina invasión mecanizada, tendremos que ir recabando información desperdigada a base de explorar cada pueblo, granja y refugio que encontremos en el mapa. A través de notas, periódicos y demás pistas, iremos desgranando la trama del juego. Rodeado de un aura retro-futurista, Generation Zero se centra en la exploración y en la obtención de recursos necesarios para hacer frente a las fuerzas hostiles mediante tácticas de guerrilla en solitario o en cooperación con hasta tres jugadores más.
Är man med i leken får man leken tåla
Para enfrentarnos a la inclemente chatarra necesitaremos, como no, armas y munición. Aunque de escasa variedad, los enemigos de Generation Zero nos darán caza constante durante nuestra aventura. Pertrechadas con sensores de rastreo y armamento pesado -muy pesado en sus versiones más gigantescas-, podrán oír nuestros pasos o disparos en un amplio rango, por lo que será bastante complicado pasar inadvertidos. Tendremos que confrontarlas con fuego directo o usar elementos que encontraremos en el mundo. Aunque no solo de escopetas oxidadas y barriles rojizos vive el adolescente sueco.
Contaremos con un inventario -de hasta 40 slots-, en el que podremos almacenar y gestionar todo el loot que vayamos pillando por el camino. En nuestra senda exploratoria en busca de respuestas encontraremos diferentes elementos en el mapa y artilugios que podremos usar contra la hojalata asesina. Desde munición de diferentes tipos -punta hueca, antiblindaje-, pasando por cebos, objetos de curación, explosivos y diferentes aparatos que puedan generar confusión en sus sistemas para ganar algo de tiempo. Obviamente también encontraremos armas comunes, como pistolas, escopetas, rifles de precisión, etc. Podremos modificarlas añadiéndoles piezas extra, tales como visores de mayor alcance o supresores. También tendremos como aliados a nuestra sempiterna linterna y unos binoculares que nos brindarán jugosa información sobre los objetivos gracias a sus diferentes modos de visión.
¡Y la ropa! El estilo es algo muy importante en Generation Zero. Encontrarás decenas de complementos y vestimentas para darle el toque cool ochentero que prefieras a tu personaje. Aunque no solo queda en lo estético. La mayoría de prendas tendrán sus propios atributos para usar en tu propio beneficio. Podrán otorgarte más resistencia a las balas, el fuego o las explosiones. Harán que el daño por caídas sea menor o incluso te servirán para que sea más difícil ser detectado por los roboses.
Pero bueno, no solo vale con disparar y vestir bien, es necesario tener cierta habilidad. En concreto, contaremos con cuatro ramas de habilidad -con diferentes niveles- para ir mejorando a nuestro personaje conforme vayamos ganando experiencia al completar misiones o al salir ilesos de los exigentes tiroteos con los que las máquinas de Generation Zero nos pondrán a prueba. Estarán divididas en combate, apoyo, supervivencia y tecnología. Gracias a estas habilidades conseguiremos control en la dispersión de las armas, ser capaces de marcar a los enemigos para situarlos mejor a la hora de comenzar una refriega, aumentar nuestra capacidad de carga o incluso el daño que infligimos. Cuando consigamos suficiente experiencia, podremos especializarnos en la rama que queramos, lo que dará lugar a según qué beneficios que nos servirán de mucha ayuda si buscamos una buena compenetración con los demás integrantes del grupo.
Para saber a dónde, por qué y para qué vamos, tenemos en el menú nuestro diario. Allí quedarán anotados todos los mensajes o pistas sobre el paradero de nuestros compatriotas desaparecidos, las exigencias de las misiones principales, de refugio, venganza o búsqueda, los coleccionables que vayamos encontrando y nuestras estadísticas de chavales suecos de los años ochenta. Todo va en el diario porque nadie más nos va a decir qué hacer o a dónde ir. No hay NPC’s -decisión arriesgada como en Fallout 76- ni otros jugadores enemigos. Incluso ni amigos, dependiendo de lo que quiera el matchmaking o de si el loco de tu colega que se ha comprado esto de salida está disponible o no. Esto hace que el demencial tamaño del mapa se te eche encima de mala manera y puede que acabes un tanto harto de dar paseos de 10km de un sitio a otro como pollo sin cabeza.
Det är mänskligt att fela
Generation Zero es un juego un tanto diferente que sin embargo toma prestado de aquí y de allá. Me ha sido imposible no acordarme mientras lo jugaba de Fallout 76, Left 4 Dead, Far Cry, DayZ e incluso Vigor. Cada uno en su mayor o menor medida.
Jugar en solitario a Generation Zero va a poder contigo. Las máquinas van a crujirte la vida por muchos autoinyectables de adrenalina que lleves encima. Aunque no perderás nada si mueres de manera definitiva, ya que podrás reaparecer en cualquier refugio que hayas desbloqueado antes, el juego va a penalizar que no vayas acompañado. Los enemigos son animales de metal implacables y con una potencia de fuego superior a la tuya en la mayoría de las ocasiones. Pasar inadvertido ante un grupo de Runners sin que te acribillen o te hundan el esternón no es tarea fácil. Pero eh, hay gente que disfruta con Sekiro.
En cooperativo te puedes echar unas risas y siempre hará el viaje más ameno, pero creo que Generation Zero no logra dar con la tecla y su propuesta parece algo difusa. Quizás con un entorno más encorsetado y con más contenido o jugadores para rellenar el mapa estaríamos hablando de otra cosa.
El rendimiento del juego está muy por encima de lo que me esperaba. Aunque encontraremos algunos bugs relacionados con el apartado gráfico o con la interacción de algunos objetos, el juego corre a 1800p y 30fps estables en su versión para Xbox One X.
Y no me voy a cansar de decirlo, el mapa es de lo más exagerado que he visto en un juego de estas características, además de -en mi caso- volverse algo monótono o disperso a lo largo de varios tramos de juego, el hecho de no contar con vehículos de ningún tipo puede lastrar el viaje del más paciente. Aunque esto no desmerece lo cautivador de su paisaje cambiante debido a su ciclo horario y meteorológico bastante resultón, amén de su interesante estética. Al igual que su apartado sonoro, donde sintetizadores, cartuchazos y rugidos robóticos se dan la mano en perfecta armonía. Aunque el audio esté en su idioma original, podremos disfrutar de subtítulos en castellano.
Al final, Generation Zero es lo que es. Un título AA¿A? cooperativo en el que perderte a explorar durante horas mientras intentas revelar los entresijos de la historia y os partís la cara con hordas de robots asesinos. Con esa premisa, por 39,99€ y con la palabra de sus desarrolladores de añadir más y mejor contenido, ¿Qué más queréis?