Tango Gamesworks ha sido un estudio que desde su fundación ha llevado asociado el género de terror en su sino, debido a que su fundador, Shinji Mikami, es uno de los padres del género del survival-horror. Con The Evil Within, el estudio creó una franquicia que no solo convenció a los usuarios con su primera entrega, sino que lograron llegar a una base aun mayor con la secuela, siendo considerados por muchos uno de los grandes juegos del género de la pasada generación de consolas.
Con el anuncio de GhostWire: Tokyo, muchos usuarios nos sorprendimos por el cambio de estilo del estudio. Pasábamos de un survival-horror más o menos clásico a un título de acción con poderes, a priori algo más característico de estudios como Arkane. Ante este cambio, surgieron muchas dudas de si el juego contaría con el nivel que habían logrado con la saga protagonizada por Sebastián Castellanos. A continuación, os contaremos si para nosotros el trabajo de Tango Gamesworks sigue la estela o no de sus anteriores trabajos con nuestro análisis de GhostWire Tokyo.
La muerte de Tokyo
GhostWire: Tokyo se ambienta en la ciudad japonesa que le da nombre, donde una densa niebla se ha apoderado completamente de ella, arrasando con toda vida que encuentra a su paso. Esta devastación ha sido provocada por Hannya, un ocultista que no solo ha provocado la niebla que sesga las vidas de los ciudadanos de Tokyo, sino que también ha provocado la llegada de los visitantes: unos espíritus malignos que tratarán de consumir toda alma que se cruce con su camino.
Como consecuencia del caos vivido por la niebla, Akito caerá inconsciente en un determinado momento, lo que provocará que un espíritu llamado KK intente poseer nuestro cuerpo, a priori sin vida, con la mala fortuna de que tan solo podrá controlar nuestro brazo derecho, otorgándonos una serie de poderes sobrenaturales. Tras esto, los caminos de Akito y KK se juntarán, en una historia de búsqueda de la salvación y de venganza que cuenta con momentos realmente interesantes.
Sobre la trama principal no queremos contaros demasiado, pero si podemos decir que nos recuerda en cierto modo a lo visto en la anterior franquicia desarrollada por Tango Gameswork, ya que aquí Akito deberá tratar de buscar a su hermana enferma, que ha caído presa en las manos de Hannya, quien busca hacer uso de un poder que servirá a sus malévolos fines.
No obstante, en GhostWire: Tokyo la narrativa no es el único aspecto relevante en este sentido. La propia ciudad de Tokyo es un elemento fundamental de la historia del juego. La recreación realizada por la gente de Tango GamesWork es simplemente exquisita, mostrando multitud de lugares emblemáticos y haciendo apuntes que tienen peso directo en lo que el estudio quiere contarnos.
Un elemento importante en este sentido es todo el folklore japonés que se encuentra presente en GhosWire: Tokyo. A pesar de que los enemigos a los que haremos frente son creados de forma expresa para el juego, encontraremos multitud de referencias a la mitología japonesa, tales como yokais, onis o referencias a historias clásicas de la cultura nipona. En este aspecto, hay que destacar que si bien el título es un juego de acción, la cantidad de elementos sobrenaturales que posee no lo convierten ni mucho menos en un juego de terror, pero le otorga un nivel de elementos sobrenaturales que encantará a los fans de lo oculto.
Además, encontraremos misiones secundarias que potenciarán precisamente ese elemento de terror que se encuentra ausente en la historia principal, así como con una serie de sátiras y bromas que provocarán varias sonrisas entre los jugadores, lo que convierte a estas misiones en un aspecto a tener en cuenta.
La verticalidad por bandera
La ciudad de Tokyo es una parte fundamental del trabajo realizado por Tango GamesWork. En unas declaraciones realizadas hace unas semanas, la gente del estudio aseguró que no nos encontrábamos ante un juego de mundo abierto, sino ante un título de acción y aventuras con un mapa estilo sanbox. El mapa de GhostWire: Tokyo es bastante grande para un juego de acción, lo que provoca que caiga en algunos errores del género que pretende no emular.
La exploración será un elemento fundamental de la experiencia, ya que como hemos comentado, la propia ciudad es un elemento narrativo más de lo que veremos a los mandos. Siendo conscientes de ello, el estudio japonés ha realizado un trabajo encomiable a la hora de poder movernos por Tokyo, otorgando una verticalidad exquisita, ya que no solo podremos movernos por las calles de la ciudad, sino también por sus edificios. Gracias a la implementación de determinados Yokais, podremos subir a las azoteas de los edificios de la ciudad, algo que no solo parece presente como un recurso puntual, sino como un elemento que nos incita a ser explotado.
Nuestra experiencia con el juego en este sentido ha sido fantástica, pues nos ha provocado precisamente aquello que el estudio buscaba: potenciar la exploración, sin tener que cargar con la trabas que normalmente se encuentran presentes cuando queremos llegar a un determinado lugar y solamente podemos hacerlo a través de una ruta predeterminada. Aunque eso sí, es necesario destacar que como hemos dicho, cae en ciertos errores típicos de los mundos abiertos, colmando nuestro mapa de una cantidad ingente de iconos donde encontrar tesoros, misiones, cabinas, etc.
Gōkakyū no Jutsu
Uno de los aspectos que más dudas generó tras la presentación de GhostWire: Tokyo fue su jugabilidad. Se dejaba de lado el uso de armas clásicas que el estudio había hecho uso en The Evil Within para dar paso a una serie de «jutsus» al más puro estilo Naruto, algo que muchos usuarios pensaron que no funcionaría correctamente. No obstante, la realidad ha sido bien diferente, ya que el apartado jugable de GhostWire Tokyo si bien es divertido, quizás se queda algo corto.
Es obvio que nos encontramos ante un juego de acción en primera persona en cuanto controlamos a Akito. A pesar de no tener armas de fuego, el control del título es al más puro estilo shooter, teniendo en nuestro poder una serie de poderes sobrenaturales que podremos utilizar contra nuestros enemigos. Contaremos con diferentes tipos de poderes, que equivaldrán a diferentes elementos naturales. Con el poder del viento podremos lanzar ráfagas rápidas contra nuestros adversarios; con el agua podremos «cortar» una área cercana a nosotros; y con el poder del fuego podremos realizar poderosos ataques o crear grandes explosiones. Así mismo, también tendremos la posibilidad de defendernos, pudiendo incluso realizar parrys.
Además, estos poderes no será lo único que tendremos a nuestra disposición para acabar con nuestros enemigos, ya que también podremos acabar con ellos mediante el uso de un arco, o apoyándonos en diferentes talismanes, cada uno con una función diferente para facilitarnos nuestro objetivo. Así mismo, contamos con un modo «despertar», en el que no solo ralentizaremos el tiempo, sino que también podremos al descubierto los núcleos de los visitantes con una mayor facilidad, ideal para acabar con grandes hordas.
No obstante, en GhostWire: Tokyo la acción no será el único camino que podremos tomar. El sigilo también es un elemento muy importante en la aventura, y aunque podría existir el temor de que fuese un elemento añadido sin mucha trascendencia, lo cierto es que ocurre todo lo contrario. En muchas ocasiones hemos optado por acabar con algunos de nuestros enemigos de forma sigilosa, haciendo uso de talismanes que ocultan nuestra presencia o callejeando entre las diferentes vías de Tokyo, y el resultado es tremendamente positivo.
También queremos hacer hincapié en el apartado RPG del mismo. A medida que vayamos subiendo niveles, podremos mejorar determinadas capacidades de Akito, como el número de proyectiles de viento que podremos lanzar, la velocidad con la que destruiremos los núcleos de los enemigos o la capacidad de flechas que podremos llevar con nosotros. Es cierto que el número de mejoras quizás es algo escueto, y no añade una gran variedad a nuestros poderes, pero no es algo negativo dado que el enfoque de estos es similar al de las armas de fuego en un shooter.
Por último, tenemos que hablar de los enemigos. Si antes comentábamos que el trabajo realizado por el estudio en la recreación de Shibuya era digna de elogio, no ocurre lo mismo con la escasa variedad de enemigos. En apenas un par de horas podremos haber visto la gran mayoría de enemigos que haremos frente a lo largo del resto de la aventura, lo que unido a sus básicas mecánicas lo convierten en un aspecto bastante mejorable.
La densa niebla
El apartado visual de GhosWire: Tokyo nos provoca una disyuntiva. Por un lado, en términos puramente gráficos, el juego cuenta con un nivel algo discreto, aunque en ningún momento malo. En nuestro ordenador hemos podido jugar prácticamente sin problemas a una resolución 2K 60fps con una tarjeta gráfica Nvidia GTX 1070, con dos generaciones ya a su espalda. Como hemos dicho, no tenemos un título que ofrezca músculo gráfico, pero lo compensa con sus escenarios.
A riesgo de caer en la reiteración, el trabajo de Tango GamesWork con la ciudad de Tokyo del título es simple y llanamente digna de admirar. Por momentos podemos sentir que nos encontramos realmente en las calles de la capital de Japón, con un mimo y un cariño que solamente unos auténticos enamorados de esta ciudad podrían haber logrado. Pero eso no es lo único destacable en el apartado visual del título, ya que hay elementos visuales realmente conseguidos, especialmente los relacionados con los elementos sobrenaturales, que por momentos nos tendrán completamente embobados de ver como aparecen y desaparecen de la pantalla.
Finalmente, en cuanto al apartado sonoro, GhostWire: Tokyo llega con voces en japonés y textos completamente traducidos al castellano. Por otro lado contamos con una banda sonora fantástica, que cuenta con ciertos momentos que potencian realmente bien lo que nos encontramos en pantalla.
Conclusiones
GhostWire: Tokyo es una oda a la cultura japonesa. La recreación de Shibuya es simplemente fantástica, lo que unido a la cantidad de historias y aspectos del folklore japonés lo convierten en un título que todo amante del país del Sol naciente debería tener en su estantería o biblioteca digital. Jugablemente el juego podría haber contado con algo más de variedad, pero lo cierto es que nos encontramos ante un título divertido a los mandos. A pesar de no encontrarnos ante un juego de terror, lo cierto es que lo que mejor hace es recrear todos aquellos elementos del folklore japonés, lo que potencia el resultado final, y provoca la duda de si se podría haber aprovechado para un título del género del que reniega.