No es la primera vez que soñamos con ser una cabra. Ya en abril nos llegó a Xbox One el absurdamente genial Goat Simulator, un juego simple, repetitivo y repleto de bugs pero igualmente divertido en su propuesta. Si cumplir nuestros más húmedos deseos de ser una cabra en la ciudad o el parque de atracciones no era suficiente, el equipo de Double Eleven Limited nos trae las dos expansiones del título ya disponibles en PC a Xbox One en forma de pack: Goat Simulator: Mmore GoatZ Edition nos lleva a dos excnarios más locos si cabe que los del juego original: ser una cabra en un mundo medieval de fantasía, o serlo en el comienzo de un apocalipsis zombie.
Cuantas Mmore cabras, mejor
La primera de las expansiones del juego que encontramos es Goat Simulator: Mmore Edition, cuyo juego de palabras nos indica que nos encontramos en un mundo de fantasía medieval multijugador masivo. Sin embargo el juego no ofrece ningún tipo de modo de juego en línea, solo trata de simular este escenario. Dónde si cumple fielmente es en la representación del mundo medieval y de los componentes básicos que todo juego de rol tiene que tener. El humor del que hace gala el juego se palpa desde el minuto uno, en la selección de clases. Podemos elegir entre ser una cabra pícara, maga o incluso, atención, un microondas (sí, un jodido microondas), cada una con sus propias habilidades y movimientos, además de un aspecto diferente.
El mapa es considerablemente más amplio que el del Goat Simulator original, con pequeños pueblos, campos de cultivo y NPCs que nos ofrecen diferentes misiones. Porque sí, la principal novedad de Mmore es que ahora tendremos unos objetivos básicos que podremos cumplir, estas misiones (al estilo de las típicas misiones secundarias de cualquier juego de rol) que son normalmente muy sencillas y extremadamente absurdas (hemos cumplido misiones «épicas» para Dumbledure el gris y otras más sencillas como salvar a un aldeano atrapado en una montaña de caca). El juego ofrece así algo más de variedad y cachondeo, aunque el principal aliciente sigue siendo hacer el cabra por este mundo medieval sin sentido.
También encontramos algunos detalles muy divertidos en el mapa, como catapultas o incluso unos geisers que te trollean cuando intentas salir disparado usando la fuerza del agua. Enemigos subrealistas como peces con piernas, personajes plagiados de libros y películas del género… Al final Mmore es llevar al extremo una idea ya de por si absurda, convirtiéndola en algo aún más absurdo y, por suerte, algo más divertido.
Haciendo el cabra en el apocalípsis
La otra expansión incluida en el juego es GoatZ, que se une a la moda de los zombies al presentarnos un apocalipsis zombi con sus cabras y todo. Este nuevo contenido añade en realidad dos modos de juego dentro del mismo escenario, ya que podremos elegir entre iniciar nosotros el apocalipsis zombie o sobrevivir en un mundo desolado por los muertos vivientes.
Sea como sea, la jugabilidad de ambos modos es muy similar. Podemos convertir a la gente en zombis balando, así una nube de humo verde saldrá de la boca de la cabrá e infectará a los humanos. Los zombies nos atacarán siempre, y podremos derrotarlos con los habituales movimientos de cabra (embistiéndolos o dándoles una buena patada con las extremidades traseras). Aquí la inteligencia de los NPCs es el principal problema del juego. Los humanos apenas se asustan de los zombis, y estos son tan estúpidos que apenas persiguen a los humanos. Tampoco se le puede pedir mucho más a un juego que él mismo reconoce es un nido de bugs, pero oye, sería más divertido algo un poco más inteligente.
Para luchar con los zombis contaremos también con diferentes armas que podremos utilizar para vencerlos, dando un poco más de dinamismo a la propuesta zombie caprina. Al final el resultado es similar al de la expansión Mmore: un juego más divertido y con más diversidad que el original, pero que sigue adoleciendo de los mismos problemas, principalmente el aburrimiento tras un tiempo de juego reducido.
En definitiva, tanto Mmore como GoatZ suponen un añadido interesante al juego original, y podrán disfrutarse en compañía de amigos convirtiéndolo en una experiencia loca y entretenida. ¿El problema? El mismo que su predecesor, tras pocos minutos de juego volveremos a nuestros cabales y nos daremos cuenta de que jugar a esto es una tontería, y algo repetitivo y aburrido. Pero una cosa está clara, si en Goat Simulator nos aburríamos a los 5 minutos, con este juego aguantaremos al menos 15 0 20 minutos. Un claro candidato para el GOTY, vamos.