Mi abuelo era cabrero. Cuando era niño, recuerdo que cuando iba a visitarle solía jugar en el corral con las cabras, correteando de un lado para otro, asustándolas o dando de mamar a los corderos recién nacidos. Incluso de vez en cuanto montaba en cabra por el pueblo. Esas vivencias provocaron en mí un deseo imposible que pensé jamas podría ver cumplido: yo quería ser una cabra. Ahora Goat Simulator pone en mi mano la posibilidad de cumplir uno de los grandes sueños de mi infancia pero, ¿es realmente Goat Simulator el simulador que el mundo caprino necesita?
Estas como una cabra
Esta claro que Goat Simulator no es un juego al uso, y como tal no tiene un modo historia o una campaña que tengamos que completar para «pasarnos» el juego. La idea es muy simple: eres una cabra en una pequeña ciudad y puedes hacer todo lo que una cabra en una ciudad soñaría hacer. En ese sentido es muy similar a Minecraft, pues no tiene un objetivo claro a cumplir, aunque al igual que este, si que ofrece una serie de desafíos que ayudan a hacer más divertida la experiencia y que nos incitan a seguir jugando.
Así, Goat Simulator nos ofrece una lista de retos que debemos cumplir para convertirnos en la mejor cabra del mundo mundial y que van desde lamer todo tipo de objetos del mapa hasta destruir edificios y sembrar el caos entre los habitantes de la ciudad, pasando por saltar en una cama elástica o trepar por una pared. Nada que una cabra no pudiese hacer, ¿verdad? Estas misiones son las que, tras los minutos iniciales de desconcierto y posterior catarsis caprina al ver lo que Goat Simulator ofrece, nos darán una razón para seguir jugando un poco más.
Y es que sin duda el principal problema de Goat Simulator es su «duración», o más bien la cantidad de tiempo que podemos jugar hasta acabar hartos de cabras y balidos. Ser una cabra mola, pero cuando te das cuenta de que eres una cabra en un mundo de hombres solo puedes pensar: «puta bida tete». Así, la duración espiritual de Goat Simulator se reduce a solo un par de horas, aunque es cierto que si completas la dura tarea de convencer a tus amigos para que también compren el juego la cosa puede cambiar. Mención especial merece el modo multijugador, que incluye la posibilidad de jugar en su modo en pantalla dividida con hasta cuatro jugadores (y quién sabe, incluso a lo mejor jugar con cabras de pueblo que quieren evadirse de su rutina diaria jugando a ser una cabra en la ciudad). Sea como sea, hay que reconocer que, al igual que una cabra no es nada sin su rebaño, Goat Simulator no vale nada si no es para jugar con amigos. Lamed cosas juntos y convertiros en amigos para siempre.
El mejor simulador de cabras del mercado
Goat Simulator presume de ser el «lo último en tecnología de simulación de cabras» y no tiene reparos en asegurar que ofrece «el simulador caprino de próxima generación«. Pero, ¿es eso cierto? ¿Es fiel y realista la representación de las cabras que vemos en el videojuego?
Los controles del juego son extremadamente sencillos. Tenemos los habituales botones para saltar, golpear con las patas traseras o embestir con la cabeza. Hasta aquí todo lo normal que esperarías del mejor amigo del granjero, pero estaréis de acuerdo conmigo en que el simulador caprino de nueva generación debe ir más allá. Con este objetivo tendremos un botón exclusivo para lamer las cosas. Y podremos lamer casi cualquier cosa que nos encontremos por el camino. Un gran aliciente para la simulación pero que es extremadamente irreal. Cuando lamemos algo y nos alejamos de ello, la lengua de la cabra crece hasta alcanzar longitudes de varios metros. ¡Lenguas de varios metros! Esta gente de Goat Simulator está loca.
Pero antes de dejar de leer y exigir la devolución del dinero tenemos que romper una lanza a su favor. En Goat Simulator tenemos otro botón con el que podremos convertir a la cabra en un «muñeco de trapo». Así la cabra dejará de oponer resistencia y parecerá estar muerta por unos minutos, pudiendo salir volando o rodar por una colina de forma mucho más sencilla. Es extraño que lo hayan llamado «muñeco de trapo», porque investigando un poco resulta que es una enfermedad real de algunos tipos de cabra, llamadas cabras Tennessee o miotónicas. Las cabras miotónicas se desmayan y caen desplomadas cuando se asustan, tal y como podemos hacer en Goat Simulator. Aquí un vídeo que lo explica mejor que yo:
Así que en conclusión, y salvando el pequeño lapsus de la lengua kilométrica de las cabras, está claro que Goat Simulator ofrece una representación real y extremadamente realista del mundo de las cabras, su anatomía y su comportamiento en todos los aspectos de la vida de un chivo. Además, esta simulación tan estricta no empeora la experiencia de juego, sino que hacen de Goat Simulator una experiencia educativa a la par que lúdica. Casi un GOTY, para que nos entendamos.
No le pidas peras al olmo
La física ha sido un aspecto cuidado al detalle en Goat Simulator. Ofreciendo una representación fiel a la realidad, tu cabra podrá fácilmente volar, destruir camiones, romper y trepar por paredes e incluso montar en patinete cumpliendo estrictamente la ecuación de la gravitación universal que rige el universo:
El mundo en el que nos encontramos también está lleno de bugs y gliches como lo está la vida real, así que podremos caernos por debajo del suelo, atascarnos al atravesar una pared o realizar movimentos de cuello descontrolados que enorgullecerían a la mismisima niña del exorcista. Gráficamente, Goat Simulator utiliza todo el potencial de la nueva generación de videojuegos ofreciendo el máximo en gráficos que puede procesar una Nintendo 64. Un derroche de medios que solo te costará 9,99€.
Y ahora, el análisis de verdad
Poniéndonos un poco serios y rigurosos (si es que eso es posible), podemos decir que Goat Simulator es un juego poco trabajado, con un apartado técnico pobre y lleno de bugs y gliches. No tiene verdaderos objetivos ni incentivos para jugarlo y de simulador tiene poco o nada. Y sin embargo, a pesar de sus bugs y sus ridículos gráficos, a pesar de su mecánica sencilla y ortopédica, Goat Simulator frece una experiencia extremadamente divertida sobre todo para disfrutar con amigos en pantalla dividida. Tirón de orejas al estudio por no incluir su aclamada expansión, MMO Goat Simulator, aunque espero que llegue con el tiempo de forma gratuita, tal y como lo hizo en Steam hace unos meses.
En definitiva, Goat Simulator es un juego sin ninguna pretensión pero en el que la fórmula funciona. Es divertido y te echarás unas risas seguro. Aunque por 9,99€ estoy seguro de que encontrarás cosas muchísimo mejores en el bazar de Xbox. Pero en oferta tiene que caer, sí o sí.
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Lo bueno
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- Puedes ser una cabra
- Extremadamente divertido
- ¿He dicho que puedes ser una cabra?
- El modo multijugador online y a pantalla partida
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Lo malo
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- Gráficos mediocres
- Pocas misiones
- Que no incluya el DLC disponible en PC
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