Jurassic World Evolution era curiosamente uno de mis juegos más esperados para esta primera mitad de año. Quizás no se trata de uno de los grandes lanzamientos, y puede que su estreno en mitad de la celebración del E3 no le haya venido muy bien para promocionarse entre los jugadores, pero hace una semana que se estrenó también la nueva película y había que aprovechar el tirón. Y lo importante, en este caso, es que el juego cumple perfectamente con su propuesta y con la licencia.
Análisis de Jurassic World Evolution en Xbox One
Jurassic World Evolution nos pone al frente de las 6 islas que componen el archipiélago de Las Cinco Muertes. Al igual que en las películas, la empresa inGen lleva a cabo sus diferentes proyectos relacionados con los dinosaurios en ella, y nosotros seremos los encargados de gestionar cada uno de estos proyectos y sus diferentes divisiones. Para ello se ha optado por un modelo que resulta bastante acertado. No contamos con un modo historia típico, pero sí con una serie de misiones que nos irán guiando a través de 5 de estas islas: Isla Matanceros, Isla Muerta, Isla Sorna, Isla Tacaño e Isla Pena. Para finalmente quedarnos con Isla Nublar, la isla más grande y con más protagonismo en las películas por ser la que podíamos ver en la primera película de la saga: el parque original. Y en ella tendremos un espacio para desarrollar todo nuestra ingenio en un modo completamente libre.
Es decir, que empezamos jugando en Isla Matanceros, primera isla que sirve a modo de tutorial. Cuando logramos la categoría de tres estrellas para nuestro parque podremos pasar a la siguiente isla, donde se nos encomendará un nuevo objetivo que deberemos tratar de cumplir. Estas misiones sirven para ir familiarizándonos con cada uno de los aspectos jugables de Jurasic World Evolution, que no son precisamente pocos, e ir mejorando nuestras habilidades de gestión de cara al reto final del modo sanbox en la isla Nublar, a la que podemos acceder cuando logramos una calificación de cuatro estrellas en Isla Matanceros.
Lo bueno de todo este sistema es que una vez hemos cumplido nuestro objetivo en cada isla, podemos continuar jugando libremente, por lo que podemos termina teniendo hasta 6 parques diferentes en nuestra partida, cada uno orientado de diferente modo, o de forma similar, según nuestros gustos. El sueño hecho realidad.
Pero para cumplir ese sueño habrá que trabajar duro primero en diversos aspectos. Jurassic World Evolution no es un juego excesivamente complejo ni exigente como título de gestión (aunque habrá momentos de estrés, no en vano las vidas de los visitantes están en nuestras manos… y las bocas de nuestros dinosaurios). Y, de hecho, tiene mayor tendencia a recrearse en lo que estamos haciendo, lo que realmente importa, que son los dinosaurios, que a ponernos las cosas difíciles. Es entendible, pues los dinosaurios son los auténticos protagonistas de la fiesta, y aunque hay momentos de crisis, en los que tendremos que reaccionar rápido y en los que podemos llevar al traste nuestro parque debido a una tormenta, un descuido o un dinosaurio enfadado, por lo general dispondremos de cierta calma para observar y ver crecer nuestro parque mientras seguimos trabajando con los dinosaurios.
La vida en un parque de dinosaurios
Y hablando de dinosaurios, hay una muy buena cantidad de ellos. Aunque para poder crear cada especie deberemos primero ir mejorando el genoma de cada una a base de mandar equipos en busca de fósiles a los yacimientos que van encontrándose disponible alrededor del mundo. El sistema de estructuras del parque es más o menos el habitual. Contamos con edificios básicos para el funcionamiento del parque (donde Jurassic World Evolution viene a diferenciarse de otros juegos del género), como el Centro de Fósiles, el Centro de Guardas, el Centro de la UCA, el de Investigación… Aunque no son imprescindibles para que el parque tenga abierta sus puertas, es recomendable que contemos con uno de ellos en cada parque, por seguridad y desarrollo. También están los edificios para turistas como atracciones (¡hay girosferas!), restaurantes o tiendas, y construcciones básicas, como redes eléctricas, caminos o una línea de transporte. Como en cualquier juego de gestión, la tarea última será la de ir consiguiendo más ingresos con los que poder seguir mejorando nuestro parque, con más edificios pero, sobre todo, con más dinosaurios.
Hemos hablado del lado más teórico, el dedicado a la gestión, que podemos aplicar más o menos de la misma forma que se hace en otros juegos. Pero como es obvio, el atractivo de Jurassic World Evolution se encuentra en los dinosaurios. Y aquí es donde el juego se vuelve un poco más profundo.
En primer lugar por la creación de ellos. Tendremos que lograr el 50% del genóma de cada especie para que su creación se viable. Buscar nuevos fósiles de dinosaurios no pasa de ser una tarea rutinaria (aunque está bien eso de que se nos explique un poco de cada yacimiento que podemos visitar), y la creación es sencilla: cuanto más porcentaje de genoma, más posibilidades de que no perdamos la inversión y el dinosaurio salga adelante para llegar a nuestro parque. Pero luego tenemos la posibilidad de introducir nuevos genes, conforme los vamos descubriendo, que nos permiten introducir algunas características únicas en los dinosaurios y convertirlos en una mayor atracción para nuestro parque. Podemos modificar así algunas características físicas, como el aspecto de la piel. Pero también internas, que afecten a su carácter o su organismo, mejorando por ejemplo su sistema digestivo para que su ciclo de vida sea mayor.
Esto es muy interesante, ya que tener en cuenta las necesidades de cada especie y las posibilidades de nuestro parque para ofrecerle lo que necesita es importante a la hora de conseguir un buen grupo de dinosaurios, sano y atractivo para nuestro parque y los visitantes. La mayoría de cosas son básicas, como procurar no mezclar carnívoros con herbívoros. Pero hay algunas un poco más rebuscadas, como tener en cuenta que si una especie es muy social, necesitará contar con un buen grupo de los suyos para que el individuo se sienta cómodo. Igual que otros que prefieren vivir en solitario, o con más o menos vegetación.
Aquí es donde entra en juego también nuestra imaginación. Jurassic World Evolution pone en nuestra mano bastantes herramientas para dar rienda suelta a nuestro ingenio, creando diferentes tipos de combinaciones. Podemos intentar crear un lugar muy abierto con muchos hervíboros y girosferas para que los visitantes puedan recorrer el recinto y contemplar en mayor libertad a los animales, o también optar por recintos más pequeños agrupando dinosaurios afines entre ellos y crear cabinas para que los visitantes tengan visibilidad.
Pero también tenemos opciones más perversas, como forzar el combate entre carnívoros, o incluso alimentar a estos de vez en cuando con hervíboros. No sé como andaréis de escrúpulos, pero como en todo buen juego de gestión, los ingresos son lo que cuenta, y crear combinaciones más explosivas atraerá a más turistas a nuestro parque. El propio juego nos invita a ello. Depende de vosotros hasta dónde estáis dispuestos a llegar para llevar vuestro parque a lo más alto. Frontier se ha encargado de ofrecernos las herramientas y la calidad técnica (de la que hablaremos ahora) suficiente para recrear todo tipo de escenas. La espectacularidad de jugar con la naturaleza, es ya cosa nuestra.
Para guiarnos un poco en nuestro camino de lograr el mejor parque de dinosaurios posible, tenemos tres ramas: seguridad, entretenimiento y ciencia; de las que los correspondientes asesores (personajes de las películas) nos irán encomendando diferentes tareas que, si cumplimos, nos servirán para desbloquear nuevas recompensas y opciones para nuestro parque. Por otro lado también están los contratos, pertenecientes a estas mismas ramas, que son tareas más simples pero nos ayudan a mejorar el nivel de cada una de ellas.
El problema que hemos encontrado en los contratos es que, a diferencia de las misiones, los objetivos son aleatorios y no tienen que ver demasiado con la rama en sí misma. En cualquier caso viene bien cumplirlos para conseguir ingresos extra y alcanzar las misiones más complejas e interesantes de cada rama. La existencia de estas ramas es un buen aliciente a nivel argumental y jugable, que nos invita a ir probando nuevas cosas y no estancarnos en ciertas manías de creación, aportando mayor variedad al juego.
Fidelidad total
De la misma forma que ocurre en películas o novelas, no todo es tan bonito como parece. Cumplir las misiones de los contratos nos servirá también para ir descubriendo diferentes subtramas, que quizás no llegan a contar con el peso de una historia, pero que sirven como guinda para meter en el juego esas preguntas y dilemas morales más teóricos tan característicos de la saga. Lo que supone un aliciente más para atraparnos y que Jurassic World Evolution, sin llegar a ser mucho más profundo del planteamiento inicial, cuente con más chicha que el mero «haz el mejor parque posible». Y como al avanzar deberemos terminar decantándonos de alguna manera por una de las tres ramas, dependerá de nosotros que tipo de jugador vamos a querer ser en Jurassic World Evolution, y hasta dónde estamos dispuestos a llegar.
Gran parte del valor de Jurassic World Evolution se encuentra en su fidelidad total a la licencia. No solo por ese tono, en cuanto a ambientación y dilemas morales, que acabamos de comentar, sino también por otros detalles. Como contar con la banda sonora original y los dinosaurios o logos que ya podemos ver en las películas, la participación de algunos de los actores reales, e incluso un apartado en el que podemos ver toda la información referente a cada una de las cintas en cuando a acontecimientos, dinosaurios y personajes conforme los vamos desbloqueando. Habrá más de uno que se pase un buen rato entretenido solo entre estos textos, y es comprensible. Aunque el juego está doblado y obviamente, si queréis escuchar las voces originales de los actores, tendrás que jugarlo en inglés.
A nivel gráfico Jurassic World Evolution no es un título puntero, pero Frontier ha hecho un trabajo más que digno recreando cada una de las islas y los diferentes aspectos del parque. Lo más destacable, cómo no, son los propios dinosaurios, por su diseño y animaciones. Los aspectos físicos que podemos modificar genéticamente quedan también plasmados visualmente. Basta con dar una vuelta en uno de los jeeps de nuestro parque para pasarse a sacar unas fotos: una de las formas más gratas de recrearnos en un trabajo bien hecho, porque las postales salen prácticamente solas. Jurassic World Evolution resulta todavía más espectacular en Xbox One X, donde cuenta con soporte para resolución 4K. También con HDR, aunque esta opción también está disponible en Xbox One S.
Conclusión
Hay algunas carencias y elementos que podrían haber sido un poco más profundos, pero como juegos de estrategia y gestión es muy completo, y como juego basado en la licencia, totalmente fiel. Jurassic World Evolution es puro fanservice, pero también un muy correcto juego de estrategia. Cumple perfectamente con todo lo que cabía esperar de él, y no queda más que elogiar el buen trabajo de Frontier, una vez más. ¿Estás dispuesto a ponerte a cargo de hasta 6 parques de dinosaurios?