Hace algo menos de un mes viajé a Berlín para jugar en exclusiva al capítulo 3 de Like a Dragon: Ishin! y tras una espera que se me ha hecho bastante larga, por fin pude echar el guante a la versión final. Like a Dragon: Ishin! es todo eso que un fan de la saga Yakuza puede esperar de un juego de la franquicia, pero también una experiencia que se sale de la norma en la ambientación y en el gameplay, trasladándonos a una época muy distinta a la que la saga principal nos tiene acostumbrados.
Like a Dragon: Ishin! es una experiencia única dentro del mundillo de la saga Yakuza y es que junto a Yakuza 0, Yakuza: Like a Dragon y Judgment, se convierte en uno de los mejores puntos de entrada para los nuevos fans en esta franquicia que tantos grandes momentos ha dado a jugadores en todo el mundo. Si queréis saber nuestra valoración de lo nuevo de RGG Studio, seguid leyendo este análisis de Like a Dragon: Ishin!.
Todo sobre Like a Dragon: Ishin!
https://www.youtube.com/watch?v=uAFXLw4jdz4
Like a Dragon: Ishin! es un remake del juego publicado para PS3 y PS4 de 2014 llamado Ryu ga Gotoku Ishin!, que jamás llegó a salir de Japón. Este remake sigue el estilo de los «Kiwami», que sirvió para traer de vuelta las dos primeras entregas de PS2 con un apartado técnico actual, cambios y mejoras de calidad de vida.
Como el juego original, Like a Dragon: Ishin! es un juego de acción beat em’ up en tiempo real, que se diferencia de la saga principal al centrar su combate principalmente en el uso de armas (katanas y revólveres) y también se aleja del rol por turnos de la «nueva» saga protagonizada por Ichiban Kasuga. Otro de los puntos a destacar es que por primera vez RGG Studio utiliza el Unreal Engine como esqueleto principal de uno de sus juegos, dejando aparcado -al menos de momento- el motor interno Dragon Engine.
Like a Dragon: Ishin! ya está disponible para los poseedores de su edición Digital Deluxe, y se lanzará el próximo 21 de febrero en formato físico, así como la edición digital normal.

Like a Dragon: Ishin! lo protagoniza Sakamoto Ryoma
La mayor peculiaridad de Like a Dragon: Ishin! es que no tiene absolutamente nada que ver con la saga principal, aunque eso sí, la mayoría de sus personajes principales basan sus rostros en personajes clave de la saga Yakuza. Esto hace que los fans de la saga encuentren de vuelta a sus queridos personajes en papeles algo distintos a los que nos tenían acostumbrados (salvo en algunos casos donde se comportan idénticamente). De hecho, para este remake se han introducido a los maravillosos jefes del Clan Dojo de Yakuza 0, así como a varios acompañantes de Yakuza: Like a Dragon.
El hecho de trasladarnos a una época bien distinta (la historia transcurre durante la era Bakumatsu) y presentarnos a personajes que parten de 0 hacen de Like a Dragon: Ishin! una forma maravillosa de introducirse en la saga. Los personajes, historias y ambientación que se presentan son completamente originales y no tienen ninguna relación con la saga Yakuza, por lo que no es necesario llevarla al día o incluso conocerla (algo que recomiendo que solucionéis cuanto antes y os metáis de lleno).
Así que sí, Like a Dragon: Ishin! es muy amigable para los jugadores nuevos, mientras que sabrá tocar la fibra de los fans de siempre. ¿Pero qué podemos esperar de su historia?
Honor y venganza

Este enmascarado personaje será el que comience a desencadenar los sucesos de la trama
Sakamoto Ryoma (interpretado por el actor de Kazuma Kiryu), será el protagonista de la historia. El juego comienza (tras un flashforward que habréis visto en algún tráiler) cuando Sakamoto decide volver a su Tosa natal. Ahí se topa con la realidad de la sociedad actual: una población oprimida que debe rendir cuentas ante los que están por encima de ellos.
El retrato de la sociedad japonesa de la era Bakumatsu no podría ser más cruel en estos compases iniciales del juego. La sociedad de esa época se ve totalmente partida entre diferentes estratos, cuyo funcionamiento es despreciar siempre al que tienen por debajo. Aquellos con mayor poder no tienen piedad justo con los que tienen debajo, los siguientes hacen lo mismo con el estrato por debajo… y así hasta llegar al pueblo llano. Esta sociedad, así como el racismo y la necesidad de vivir en un estado proteccionista son obra del Bakufu, la organización militar que gobierna Japón.
Ryoma dará con su hermano, quien con pretensiones de cambiar la situación de Japón de una vez por todas ha fundado el Partido Imperialista, con el objetivo principal de devolver el poder a un Emperador y quitar de en medio un gobierno militar que está lastrando el país y oprimiendo a la sociedad.
Ryoma y Takeshi (su hermano) comparten el mismo origen, ambos fueron adoptados por una figura paterna con gran poder en una organización corrupta (aquí a los fans de Yakuza seguro que les suenan ciertas similitudes). Los 3 acaban compartiendo también el mismo objetivo, pero todo se tuerce cuando un misterioso samurái enmascarado da muerte al padre de ambos.

Rostros clave en la saga Yakuza se dejarán ver de nuevo en papeles bien distintos
Este acontecimiento hace que Ryoma y Takeshi deban ver separados sus caminos, mientras uno sigue sus aspiraciones políticas, el otro busca en el exilio de su tierra natal la venganza: Ryoma jura dar con el asesino de su padre. Su única pista es el estilo de pelea que empleó el samurái, una técnica muy peculiar llamada Tennen Rishin.
Las pistas acaban llevando a Ryoma a la ciudad de Kioto, donde se desarrollará el grueso de Like a Dragon: Ishin! y donde por fin parece haber dado con la cuna de ése estilo de pelea: el Shinsengumi. Esta especie de “fuerzas especiales” al servicio del Bakufu es la única en todo Japón donde se practica el Tennen Rishin. De hecho, su comandante, es el heredero del estilo. Sabiendo que el asesino de su padre se encuentra en esa organización, Ryoma decide alistarse y pasar a formar parte de ella para darle caza.
A partir de ahí el objetivo del jugador y del propio Ryoma quedan bien claros: investigar y descubrir cuál de todos los comandantes del Shinsengumi es el que dio muerte a su padre. La tarea no será baladí, y como os podéis esperar de un juego de la saga Yakuza, los giros y el drama estarán a la orden del día.
La trama de Like a Dragon: Ishin! nos hará vivir todo tipo de situaciones, centrándose sobre todo en los combates espectaculares contra miembros de todas las organizaciones que componen el Japón de esa época. Las fases tendrán todo aquello que los fans de la saga nos sabemos de memoria: combates contra multitudes enfurecidas, peleas épicas en solitario contra personajes admirables y otros detestables, luchas sin cuartel que debemos encadenar para acabar llegando a nuestro objetivo…

El entramado político de Like a Dragon: Ishin! está cargado de personajes y organizaciones
La fina línea que diferencia entre aliados y enemigos se dejará notar en todo momento, con personajes que no acabamos de comprender qué papel juegan hasta bien avanzado el juego, así como otros que irán esperando su momento de gloria en el que despuntar con increíbles combates.
La crítica a la sociedad de la época y los elementos históricos están más que presentes en Like a Dragon: Ishin! hasta el punto en que en la mayoría de conversaciones aparecerá una opción de “glosario” que sirve para entender muchas de las organizaciones, lugares, definiciones y personajes que entran en juego en Like a Dragon: Ishin! y que también tuvieron su papel en la historia real.
Al final, Like a Dragon: Ishin! nos deja lo que podemos esperar de cualquier Yakuza: una historia apasionante y emotiva cargada de crítica política y social donde intervienen multitud de actores y organizaciones, todas con un papel a representar en una obra bien hilada.
Contenido infinito

DAME DA NEEEE
Si la trama principal es una cara de la moneda, el contenido secundario de cualquier Yakuza es la otra. Si el primero busca explicar algo profundo y emotivo, lo último nos trae la mejor forma de desconectar y divertirnos. Yakuza siempre ha funcionado así y es que para mantener esa intensidad necesita que el jugador también “se suelte” con otras cosas.
Las misiones secundarias de Like a Dragon: Ishin! son una bendición, cargadas de situaciones absurdas y minijuegos divertidos, pero también saben cuándo pueden tocarte la fibra. A lo largo de nuestro periplo por la historia principal nos veremos interrumpidos al pasear de un lugar a otro, activando dichas misiones, otras requerirán que nos fijemos en personajes específicos y con la dinámica entre el día y la noche también habrá misiones que solamente se puedan jugar en ciertos momentos del día.
Estas misiones son la forma perfecta de desconectar y, tal y como comentaba con los compañeros de otros medios, una de las cosas que me hace no querer analizar juegos de la saga Yakuza (aunque al final acabo cayendo) porque como os podéis imaginar, para un análisis tenemos que ser menos generosos con el disfrutar de contenido secundario y centrarnos en completar el juego. Al final acabamos pasando por alto la experiencia que tendrá el usuario final de Yakuza (y que yo tenía hace unos años) donde vas completando cosas secundarias y principales a tu ritmo, centrándote en divertirte con la cantidad de cosas extra que hay.

Ryoma se sacará los pasos prohibidos
Aun así, he intentado disfrutar del máximo de misiones secundarias posibles. Algunas son realmente simples y se limitan a que entablemos amistad con la casi infinita cantidad de amigos que puede hacer Ryoma por Kioto, otras son simplemente introducciones a minijuegos, otras supondrán una serie de misiones en sí mismas…
Al final, la experiencia que vais a vivir en Like a Dragon: Ishin! es la de tener un enorme patio de recreo donde hacer lo que más os plazca: Podéis cultivar hortalizas y frutas y pescar para luego preparar deliciosos platos y mejorar tu casa junto a Haruka (sí, ya), puedes perder un día entero con los juegos de apuestas como el Poker o las carreras de gallinas, desafiar tu ritmo con los dedos en las clases de baile, el mítico Karaoke, ayudar a un pobre señor a preparar Udon, jugar al baseball con bolas de cañón o el conjunto de minijuegos del burdel que ya os comenté en mis impresiones y que es una maravillosa combinación de juegos de beber, piedra papel o tijera y shoot em’ up.

Las misiones secundarias son variadas y -generalmente- centradas en aspectos cómicos
Y todo esto sin entrar mucho en detalle de otras cosas que ofrece el juego, porque también tenemos toda una campaña dedicada a superar mazmorras en misiones cortas, la gestión de nuestro propio escuadrón de soldados que nos darán apoyo en pelea, el coliseo donde pelearemos contra enemigos temibles… De verdad, la cantidad de contenido es abrumadora y de calidad, algo que escasea en una era donde las compañías parecen entender que un juego de mundo abierto implica misiones vacías de recadero o con experiencias que poco difieren del bucle principal del juego.
Variedad de estilos

Los diferentes estilos de pelea le sientan genial al juego
Si en la trama y el contenido extra tenemos claro que estamos ante un Yakuza, en el gameplay hay muchísimos matices. Se juega como un Yakuza, pero no se siente del todo Yakuza, principalmente porque 3 de las 4 clases que podemos utilizar en el juego utilizan armas. Tal y como os comenté en las impresiones previas tenemos 4 clases:
- Camorrista: A puño limpio. Ryoma se bastará de sus puños y las herramientas que encuentre en el escenario para golpear, agarrar o esquivar a sus oponentes. A priori es la clase más débil, pero en ciertas situaciones y escenarios nos podemos aprovechar de sus características.
- Espadachín: Con la katana como arma, Ryoma bloqueará y atacará con precisos y potentes cortes al enemigo. Es la mejor clase para peleas contra pocos enemigos y donde podemos maximizar el daño que hacemos. Nos bloquear ataques y protegernos, algo que en las otras clases o no se puede hacer o se desbloquea invirtiendo muchos puntos de habilidad. Para mí, la mejor.
- Pistolero: Muy útil cuando peleamos contra otros enemigos que portan armas o multitud de enemigos a una distancia lejana. Con el revólver, Ryoma asestará un reguero de golpes que fácilmente incapacitarán a los enemigos. Si se nos acercan los enemigos estaremos totalmente a su merced.
- Bailarín Salvaje: Ryoma combinará katana y revólver para moverse con total gracia por el escenario, esquivando y atacando velozmente. Es un punto intermedio entre el espadachín y el pistolero que es muy útil si peleamos contra un enemigo extremadamente rápido o multitud de enemigos.
Al igual que os dije en las impresiones y tras unas decenas de horas más, mis sensaciones son las mismas: pese a que cada uno tendrá su clase “favorita” porque está acostumbrado a jugar de cierta forma, las 4 clases se pueden combinar de maravilla y cada una teniendo momentos en los que es la más útil.
Cada clase cuenta con un árbol de habilidades que se desbloquea con puntos de habilidad que se ganan individualmente por clase (jugando con esa clase la subimos de nivel solo a ella y ganamos puntos que sólo se pueden utilizar en esa misma) o por el nivel global de nuestro personaje (en esta ocasión esos puntos se pueden utilizar en cualquier clase). Las mejoras que desbloqueamos están centradas principalmente en aspectos jugables de cada clase como mejorar la cantidad de combos, desbloquear remates y golpes nuevos, aumentar la velocidad o el daño entre otros, pero también hay habilidades comunes que se aplican al personaje de Ryoma como la vitalidad o la esencia que puede acumular para realizar luego movimientos de remate.

No hay un estilo «mejor» que los otros. Cada uno tiene su utilidad
Como he mencionado, los remates están a la orden del día. Cada clase tendrá los suyos propios y los desbloquearemos a cambio de puntos de habilidad. Aun así, también habrá huecos en los árboles de habilidades (en verdad tienen forma de rueda, pero como toda la vida se les ha llamado árboles de habilidad no me voy a poner exquisito) que estén bloqueados y que dependan de que superemos alguna misión secundaria o desafío. Algo que nos invitará a recorrer Kioto sin lugar a duda. Finalmente, cada clase también tendrá su propia trama secundaria ligada a un maestro que nos enseñará a dominarla y desbloquear algunas de esas habilidades que os he comentado.
Sumando a las clases, tendremos el sistema de cartas. Este sistema irá de la mano con el minijuego de las mazmorras al que accedemos al entrar al Shinsengumi, pero una vez lo desbloqueemos podremos valernos de la ayuda de nuestros soldados en cualquier pelea. Las cartas se dividen en varias clases, desde las típicas de apoyo a las de ataque y curación entre otras. Dentro de cada tipología, las habilidades que se aplican serán diferentes, así que habrá que revisar concienzudamente cuál seleccionamos.
Este sistema de cartas permite escoger una baraja diferente por cada estilo de ataque, añadiendo más personalización a la forma en la que jugamos y proporcionándonos un plus muy grande en combate. Eso sí, muchos ataques se salen de la ambientación tradicional del juego y añaden incluso elementos de fantasía, por lo que si no nos acaba de gustar este sistema siempre podemos desactivarlo. A tener en cuenta también que nuestros enemigos también tendrán algo parecido, aunque se tratará de una única habilidad y aunque nosotros desactivemos este sistema, ellos lo seguirán utilizando. Al final, es una herramienta extra, y aunque no nos cuadre mucho ver a un samurái lanzar un kamehameha quizás no es mala idea aprovecharse de ello en combate.

No habéis leído mal lo del kamehameha de antes, no
Como cada clase utiliza equipo diferente, Ryoma deberá tener una katana y revólver que estén a la última. Para ello tendrá que valerse del uso del herrero, donde invertiremos los materiales que hemos obtenido en el juego (aquí el minijuego que comentaba de las mazmorras es la clave) y de piezas que hemos forjado antes. Así pues, para avanzar a lo largo de este árbol de desarrollo (este sí tiene forma de árbol, de veras) tendremos que ir sacrificando las armas que hemos forjado previamente. Para terminar de forjar el elemento que queremos también tendremos que decidir qué martillo utilizar, este martillo será el que le dé rareza, aumentando sus atributos y huecos en los que podemos añadir sellos. El sistema es bastante más elaborado que en Yakuza: Like a Dragon, por ejemplo, y seguramente tardaremos en forjar bastantes objetos.
Recuperando el tema de los sellos, estos se añaden al hacer servir la otra opción que nos permite el herrero, la de mejorar. Añadiremos sellos que tienen mejoras de estadísticas específicas y que dotarán de ciertas particularidades al equipo.
Si queréis forjar todo el equipo (tanto armas como armadura) más os vale tener dinero y materiales a raudales, vaya.
Aspectos a mejorar

Las cartas también cuentan con personajes de la vida real, como el luchador Kenny Omega
En cuanto al apartado técnico la verdad es que Like a Dragon: Ishin! tiene sus más y sus menos. Para empezar, no soy muy fan del cambio de motor. Entiendo que quizás el desarrollo en Unreal Engine ha sido más simple y barato que con el Dragon Engine, pero se han vuelto a ciertas manías del pasado como los tiempos de carga al entrar y salir de ciertos edificios, unos modelados de personajes que se quedan anticuados y una iluminación que no me acaba de convencer.
Sobre la iluminación, es un pecado capital que en pleno 2023 un juego llegue sin HDR, haciendo que se vea apagado en comparación con otros juegos. Además, en mi pantalla he sufrido ciertos problemas con la iluminación durante las cinemáticas, donde varios elementos oscuros parecían parpadear, algo que al principio me preocupó pensando que era cosa del panel OLED, pero no he tenido ese tipo de problema con ningún otro juego.
Otro bug raro que me aparecía constantemente en el juego hacía que en la mayoría de cinemáticas ingame cada vez que había un cambio de plano las texturas tardaban en cargar una pequeña fracción de segundo, como si el motor no trabajase correctamente y tuviese que cargar de nuevo el detalle de los personajes cada vez que se cambiaba el plano.

Las cinemáticas ingame bajan bastante el nivel de detalle respecto a Lost Judgment
Dejando de lado modelados e iluminación, el rendimiento sí que no puede tener queja. Like a Dragon: Ishin! se juega estable y fluido a 60 frames por segundo en Xbox Series X a una resolución que también nos deja una imagen bien nítida. Aun así, y teniendo como último exponente del Dragon Engine a Lost Judgment, creo que el cambio ha sido a peor. Espero que para las próximas entregas de Like a Dragon no se mantenga este motor o la mejora sea sustancial.
En cuanto al apartado sonoro, los compositores de RGG nos vuelven a bendecir con temazos increíbles en batalla. Por su parte, el doblaje llega solamente en japonés, pero traducido al completo al castellano, con un trabajo -nuevamente- soberbio por parte del equipo de localización.
Análisis de Like a Dragon: Ishin! – Conclusiones y nota

Siempre había querido ver a dos hombres desnudos pegarse en una sauna
Like a Dragon: Ishin! es una experiencia puramente Yakuza pero con una trama y ambientación totalmente nuevas para la saga. Los fans de las historias de samuráis y de ése Japón histórico que muchos desconocemos verán aquí un juego que hace honor a la historia y que encima cuenta con la típica crítica social y política que acompaña a la saga. Los personajes y organizaciones nos darán más de un dolor de cabeza, aunque tenemos una maravillosa opción de menú llamada archivos de Bakumatsu que resume de forma gráfica el papel de cada persona y organización en el juego, algo que os recomiendo que reviséis cada vez que avanza la historia.
Siendo posiblemente la mejor forma de entrar a la saga Yakuza, Like a Dragon: Ishin! no requiere de ningún conocimiento previo de la saga y es un título muy pero que muy recomendable para iniciar a nuevos jugadores. Si les gusta lo que ven ahí, en la saga principal se encontrarán las mismas problemáticas, pero con la sociedad actual.
Tanto para nuevos jugadores como para fans acérrimos de la saga, Like a Dragon: Ishin! es un juego imprescindible, un título de acción trepidante lleno de contenido, con grandes personajes y una trama que os tendrá enganchados en todo momento.