El término Souls-like ha pasado en pocos años a convertirse un género en sí mismo. La escuela creada por From Software con Dark Souls, Bloodborne y el reciente Sekiro: Shadows Die Twice ha tenido diversos alumnos avezados como Nioh, The Surge o Remnant: From the Ashes. Ahora ha llegado el turno de Cold Symmetry, un pequeño y reciente estudio formado por un grupo de veteranos de la industria del videojuego que ya habían trabajado en proyectos AAA y que ahora se han atrevido con su primer título que sigue la fórmula iniciada por los Souls, pero que trata de aportar su propia identidad a este género en pujanza. Acompáñanos en las siguientes líneas para conocer más en profundidad el título que hoy nos ocupa en el análisis de Mortal Shell para Xbox One.
Petrificus totalus
Desde un primer momento, muchas cosas de Mortal Shell recuerdan a Dark Souls y es precisamente por ello por lo que resulta inevitable comparar a la hora de analizar la obra de Cold Symmetry. La posibilidad de esquivar y rodar para evitar daño del enemigo, los objetos que brillan en los escenarios para llamar nuestra atención o los parries son solo algunos de los elementos que hacen de Mortal Shell un título, de entrada, similar a la obra de From Software. Sin embargo, como avanzábamos, también cuenta con características propias que tratan de desmarcarle del juego con el que todo el mundo, con razón, lo ha comparado.
Una de ellas, y probablemente la más interesante de todas, es una habilidad que podemos usar desde el mismísimo principio del juego: la capacidad de endurecerse. Esta función permite a nuestro personaje convertirse en una roca y, de este modo, detener en seco el próximo ataque que vayamos a recibir. De hecho, Mortal Shell nos invita a explorar las múltiples posibilidades que ofrece esta habilidad, como petrificarnos justo en el momento en el que estamos lanzando una ofensiva. Al hacerlo, el ataque enemigo no nos hará daño, nos desendurecermos y golpearemos a modo de contraataque. Un combo perfecto. Es una táctica recurrente a lo largo del juego y útil contra cualquier tipo de contrincante, aunque es especialmente interesante hacer uso de ella contra enemigos poderosos y veloces.
En la variedad está el gusto
Aunque la cantidad de armas en Mortal Shell dista mucho de lo que ofrece una obra como Dark Souls, sí tenemos a nuestra disposición diferentes herramientas (así como distintos Receptáculos, clases de personaje entre las que podemos ir cambiando a nuestro gusto y que funcionan mejor o peor dependiendo del contexto; pese a ello podemos usar la que se convierta en nuestra favorita a tiempo completo si así lo deseamos). Espadas, una maza, un martillo… No hay demasiadas armas en Mortal Shell, pero cada una de ellas proporciona una experiencia diferente y, sin duda, ir variando para encontrar nuestra preferida es uno de los puntos destacados del juego.
Por el contrario, sí hay un elevado número de objetos en la obra de Cold Symmetry. Cerca de la centena tienen cabida en Mortal Shell entre consumibles y objetos clave. Precisamente en el primer grupo encontramos una mecánica interesante: la familiaridad. Al ir consumiendo estos ítems iremos aumentando nuestra familiaridad con dicho objeto. ¿Qué obtendremos al subir de nivel de familiaridad? Básicamente descubriremos efectos adicionales. Tanto estos consumibles como el resto de objetos, escenarios, enemigos y personajes aparecen en un compendio que funciona a modo de guía para entender el universo Mortal Shell, que también sigue los pasos de Dark Souls a este respecto. Y es que más allá de esta lectura de descripciones, el juego de Cold Symmetry no se esfuerza demasiado en construir una historia al uso.
No todos los caminos llevan a Roma
Existen otras muchas similitudes entre Mortal Shell y la obra de From Software. Es el caso del alquitrán y los vislumbres, que funcionan a modo de moneda del juego como lo hacen las almas de Dark Souls. También los conseguimos mayormente de los enemigos caídos y los perdemos temporalmente al morir, además de poder invertirlos en objetos que nos venderán determinados comerciantes. El diseño de escenarios trata de acercarse a lo ofrecido por los Souls, con intrincados laberintos en el que no siempre el camino tomado es el correcto pero que, eso sí, nos llevará a tesoros ocultos o pasadizos en los que poder encontrar secretos.
La ausencia del salto, cabe recalcar, dificulta e incluso imposibilita en ocasiones volver por un camino que hemos recorrido, lo que nos obliga a dar más vuelta de la necesaria para retomar la senda principal. Es otra de las cosas que hace que Mortal Shell se haga algo lento en algunas situaciones. Pese a ello, tanto el diseño de escenarios como el acabado gráfico de la obra es muy elevado, especialmente si tenemos en consideración que se trata del primer proyecto de Cold Symmetry, que ha empezado con buen pie.
Mortal Shell es una interesante aproximación al género souls-like, sin ningún género de dudas. Sabe adaptar a su propia fórmula los elementos característicos del género iniciado por From Software e imprimirle su sello personal. A pesar de ello, las primeras horas se pueden hacer algo pesadas por un gameplay más lento que el de otros representantes del género y que no despega hasta que tenemos en nuestro poder distintos poderes y armas que ofrecen variedad al conjunto. Mortal Shell no es un juego largo (una decena de horas, a lo sumo), aunque en gran medida dependerá de la habilidad del jugador para superar combates que no son nada sencillos, incluidos los de los jefes (sin duda los enemigos más interesantes de una obra que no está especialmente inspirada en este sentido).