Tras un año en el que las recreaciones virtuales de las competiciones oficiales jugaron un papel determinante, en esta ocasión estos juegos suscitan una gran expectación. Y el primero en llegar va a ser el que nos introduce en el mundial de MotoGP. De hecho, en esta ocasión tenemos que atender a un momento clave, los nuevos hardwares. Y es así que os presentamos nuestro análisis de MotoGP 21 para Xbox Series X.
De primeras, podríamos decir que Milestone ha querido ofrecer una versión dedicada en exclusiva a los nuevos hardwares. Como bien conocen los fans de este estudio italiano, se vienen ofreciendo diferentes juegos de velocidad sobre dos ruedas que están permitiendo ir mejorando de forma progresiva en cada uno de ellos. Tras haberse consagrado con MotoGP 20, la expectación por MotoGP 21 es muy elevada y su principal argumento es ofrecer una experiencia de conducción de nueva generación aprovechando varias mejoras interesantes.
Una nueva temporada, una nueva generación de consolas, MotoGP 21 apuesta a lo grande por la renovación
Forjarse un nombre de leyenda
De primeras, nos encontramos con una nueva edición de MotoGP que pretende mantener las bases de su última entrega. Si bien parecía que era el momento de poder dar forma a ese modo de juego que tanto gustó en MotoGP 17, se mantienen los mismos modos de juego que en la anterior entrega.
Lo cierto es que la saga MotoGP ha pasado por horas bajas, desde que decidieron renovar el motor gráfico, las mejoras han ido llegando de forma muy paulatina con la IA basada en su sistema procedural, ANNA, así como introduciendo nuevos modos de juego. Pero a día de hoy todavía no se ha recuperado toda la variedad de modos que tuvo aquel juego. Se han implicado en ofrecer una experiencia que, podría considerarse más que suficiente.
A los modos rápidos y el multijugador, se suma ese apreciado Modo Carrera, donde nos metemos en la piel de un piloto para llegar a la cumbre de MotoGP. Nuevamente carecemos de esa temporada inicial con la Red Bull Championship que se introdujo como una actualización en MotoGP 20. Lo que se ha mantenido es poder gestionar un equipo después del primer año, en la categoría inferior a la que nos encontramos. Una opción que se queda entre medias de lo que muchos deseaban ver en MotoGP 21.
Nos encontramos con un juego que conoceréis si habéis jugado a MotoGP 20
Y ese modo carrera repite, por completo, la fórmula de MotoGP 20, ofreciendo una serie de opciones bastante amplias para gestionar la vida de piloto. Contratar un representante, a un ingeniero y un telemetrista, permite obtener más recursos en general. Bien para conseguir tener más dinero, mejores contratos o para poder evolucionar la moto mejor durante la temporada. Puede suponer un cambio radical entre conseguir ser competitivos y no tener opciones.
Y ser competitivos puede pasar por ser reclutados por mejores equipos, que nos ofrecerán mejores contratos con un grado de exigencia mucho mayor. Dar cuenta de esta gestión de contratos es algo que dependerá de nuestros resultados, teniendo así un camino que seguir desde Moto3, hasta MotoGP, pasando por Moto2. Un camino que puede hacerse más o menos complicado dependiendo del grado de dificultad que queráis afrontar, llegando a ofrecer un desafío realmente apasionante durante cada temporada.
Cada carrera se convierte en un auténtico desafío, en esta ocasión la estrategia va a jugar un papel más importante en cada vuelta. Se ha ahondado en la gestión de los recursos, principalmente hablando de neumáticos y combustible. Pero para ahondar en este aspecto, debemos abordar una de las primeras novedades reales que ofrece MotoGP 21, las físicas en la conducción.
El modo carrera se mantiene en sus principios, sin ninguna novedad, porque lo importante es cada carrera
Un pilotaje con muchas sensaciones
Todo viene del trabajo que Milestone realizó con RIDE 4. Ya pudimos comprobar cómo RIDE 4 supuso un salto cualitativo importante en la conducción. Y en base a esta mejora, la expectación por ver cómo llegarían a evolucionar MotoGP era algo elevada. Y lo cierto es que las sensaciones son muy buenas, tal como os dimos a conocer en nuestro avance. Pero ahora hemos podido acceder a todas las categorías y probar cómo se siente cada una de las motos, desde Moto3, hasta MotoGP.
Si bien en MotoGP 20 conducir las motos de la categoría reina era complicado, por la abusiva potencia de estas máquinas, en MotoGP 21 se sienten igual de complicadas de gobernar. Pero es mucho más gratificante sabiendo que partiremos de varias temporadas entrenando con estas físicas en las categorías inferiores. Es ahí donde veremos los cambios más notables, donde Moto2 es una categoría accesible pero temible, y Moto3 ha dejado de ser la categoría en la que la moto nunca zozobra.
La nueva UI nos da información precisa del desgaste y temperatura, así como la gestión de ayudas electrónicas y consumo de combustible
Ahora las motos muestran un comportamiento más real, sustentado por un control que requiere de más precisión si se prescinde de las ayudas a la conducción. Aun y todo, existen varios parámetros que se pueden ajustar durante la carrera con la nueva UI. En ella podremos acceder a mucha información, porque viene bien tenerla. Gestionar la electrónica es parte de lo que los pilotos hacen hoy día, pero la cruceta puede ser complicada de llevar en determinadas operaciones. Ahora bien, es importante tener el ojo puesto en esos grafismos que nos indican temperatura de los frenos, así como la temperatura y desgaste de los neumáticos en sus diferentes flancos.
Y todo ello se puede hacer porque el juego consigue transmitir en cada momento lo que está pasando sobre el asfalto. Los gatillos comunican en cada acción, tanto en la aceleración como en la frenada, si nos estamos pasando de agresivos. El peso de la moto, la transición del cuerpo y elementos que se pudieron probar en RIDE 4 están presentes, pero las pistas no suelen ser tan irregulares, siendo la precisión en la trazada una de las cosas que hay que conseguir hilar a la perfección.
Hay que tener muy en cuenta dónde están los límites, porque en esta ocasión podemos tener muchos problemas y al caer, podemos perder mucho más tiempo al tener que ir a buscar la moto. Es una opción más a elegir, que ofrece más realismo al concepto de carrera. Del mismo modo hay un nuevo sistema de sanciones, donde se tolera muy poco salirse de pista en cualquier lugar. De optar por este sistema, si superamos los límites y nos advierten en exceso, estaremos obligados a dar una vuelta larga como sanción.
Es por esto que, en gran medida, empezar desde Moto3 en el Modo Carrera da significado a la sensación de aprendizaje de un juego que, en su fundamento principal, ha evolucionado de forma significativa para dar una sensación mucho más realista de lo que es competir sobre dos ruedas.
Las físicas nos ofrecen una experiencia inmersiva como pocas, es apasionante desde Moto3
Aprendizaje sostenido para todos los gustos
Es precisamente en Moto3 donde mejor pueden notarse los cambios, porque en los anteriores juegos podría ser una categoría de acceso que permitía conocer los circuitos sin tener que considerar otra cosa. Pero en esta ocasión, las físicas comienzan a poner a prueba la habilidad sobre la moto y la gestión de neumáticos entra en escena por su desgaste. En Moto3 la moto se comporta de una forma más realista, porque no es una especie de vehículo que no pone a prueba al piloto.
Ahora, la moto se siente mucho más comunicativa con el mando, dando buena información sobre la situación de cada eje en cada acción. Si nos pasamos frenando, podemos caer, si aceleramos en exceso, podemos caer y cuanto más abusemos, más calentamos el neumático, más lo gastaremos, y nuestro ritmo caerá. Y es algo que en Moto3 se puede comprobar mucho mejor porque ahora la moto se comporta de una forma más natural pese a ser la categoría más pequeña.
Se sigue viendo esta categoría como una categoría accesible, donde se comenzará a aprender las nuevas partes que podemos ajustar para ser más rápidos y eficientes. A los reglajes habituales, se han sumado un par de elementos nuevos, como el aceite de la suspensión y los brazos de la suspensión. Todo esto es importante para ir encontrando el equilibrio entre cada trazado, el reglaje y nuestro estilo de conducción. A partir de ahí, ir dando pasitos en las diferentes categorías brindará una experiencia realmente importante.
Resulta gratificante competir, sin ayudas y contra una IA competitiva para ascender hasta MotoGP
Del mismo modo, se ha mantenido esa tendencia de introducir una IA que, si bien de primeras nos encontramos con algo demasiado «incoherente» por un comportamiento temerario en ocasiones, darán mucho juego con el paso del tiempo y las actualizaciones. Al menos, durante estas primeras carreras, nos ha brindado una experiencia interesante, pues prácticamente siempre debíamos tener cuidado en el interior donde se tiraban de forma kamikaze si nos tenían «a mano». No serán pocas las veces que nos hemos caído por culpa de esta actitud tan agresiva por parte de la IA. Pero lo cierto es que ayuda a meterse mucho más en el rol de piloto.
Y hablando de caídas, nos encontramos una de esas opciones que responden al feedback, como es la ir a coger la moto cuando nos caemos. No por ello se ha renunciado a la opción de flashback, pero dado que los usuarios lo demandaron, se ha añadido esta opción. Una opción que nos obligará a ir corriendo en busca de la moto cuando nos caemos y que se puede activar si lo deseamos. Ahora bien, no sería algo malo si no fuese porque esta secuencia está totalmente fuera de lugar y entorpece mucho más de lo que se piensa.
Una vez nos caemos, hasta que moto y piloto no están quietos no se procede a «fundir a negro» para que aparezcamos detrás del piloto para ir corriendo a por la moto. Torpemente, nos dirigiremos en línea recta hasta la misma, para un nuevo «fundido a negro» para ver la cámara de la moto que permite visualizar como levanta la moto. Otro «fundido a negro» para volver al punto en el que habitualmente nos encontrábamos en los juegos anteriores al reaparecer. Todo esto mientras los demás corren, perdiendo mucho más tiempo del que debería ser por ejecutarlo de una forma torpe y desganada. La verdad, se dice que la intención es lo que cuenta, pero en esta ocasión, no parece que vaya a ser una opción que muchos vayan a poner. Bastante penaliza el no salir en la pista y que la reaparición se realice allí donde quedó tendida la moto.
Gracias a una conducción más exigente, ver esta escena será frecuente
Son aspectos que, dado que la conducción ha alcanzado un nuevo nivel de inmersión, hay que tener muy en cuenta. Las físicas y el realismo permiten tener una mayor consciencia de estos aspectos y permiten que cada carrera deba ser exprimida al máximo. Y es algo que puede venir muy bien, porque se ha cambiado el procedimiento para conseguir puntos de recurso que serán útiles para mejorar la moto. Este nuevo plan nos expone una serie de desafíos para el fin de semana que, de conseguirlos, sumaremos esos puntos. Parece algo más natural, como el resto de aspectos que hacen de cada Gran Premio, una grata experiencia.
Se podría decir que es aquí donde encontramos un MotoGP de nueva generación, porque todo parece estar mejor planteado y ejecutado. Pero sabemos bien que estas cosas de la nueva generación hacen referencia, al menos por ahora, al apartado técnico. ¿Realmente encontramos un juego que haga notar la diferencia en el apartado técnico?
Velocidad de «nueva» generación
Pues, tras ver que Milestone hizo llegar una versión actualizada de RIDE 4 de nueva generación, y decidió separar versiones para MotoGP 21, se puede esperar que el apartado técnico sea reseñable. Todo comienza con la premisa de ofrecer una experiencia a 4K y 60fps, que es algo que ya se conseguía en la edición pasada. Se han realizado cambios en las texturas, y donde más se nota, es en la iluminación.
A la hora de ver las carreras, podemos ver que el juego implementa bien los cambios en el centro de la atención, las motos y la pista. Es ahí donde encontramos que el juego se ve bien, pero lo cierto es que ya se veía bastante bien en MotoGP 20. Las texturas renovadas y el haber puesto una iluminación de nueva generación que baña el escenario otorgando una gran recreación de las motos y los pilotos. Las animaciones también son buenas, aunque quizás siguen pecando de falta de diversidad. Los pilotos se mueven con mucha naturalidad y el comportamiento de la moto ayuda a dar una sensación de realismo en lo que a pilotaje se refiere.
Lo cierto es que no se encuentra un juego que refleje, en ningún aspecto técnico, algo de nueva generación.
Ahora bien, el resultado puede resultar bastante pobre al no haber recurrido a ningún tipo de elemento de postprocesado, u oclusión ambiental, que ofrezca una recreación más natural. Nuevamente da una sensación de pobreza en todo lo que está fuera de pista, más allá de los límites del asfalto. Aunque la distancia de dibujado es notablemente superior, se siguen usando recursos que están claramente obsoletos, dando la sensación de que es una evolución directa de lo que ya había.
Esto se puede ver en los menús, se puede ver en la personalización del piloto, que incluso denota más fallos de los que podría esperarse por tratarse de algo que ya estaba y que se ha trasladado vagamente. Otro ejemplo evidente son las escenas post carrera, que son la misma y no hay mejora alguna. Es así como una gran experiencia comienza a flaquear, al menos, para aquellos que esperaban que esa separación de versiones supusiera algo diferencial.
Opciones no faltan
Y de regreso a lo que ya había y merecía la pena mantener, tenemos ese completo editor de motos, pilotos, cascos, pegatinas y más, que hace que podamos disfrutar de este juego a un nivel muy elevado de personalización. Tanto si lo hacéis en solitario, como si disfrutáis del multijugador, estas opciones no se han perdido. La herramienta de edición sigue siendo un poco compleja para manejarla con el mando, pero pueden crearse diseños de cascos y pegatinas para la identificación del piloto que le otorgan al juego un carácter personal que gustó y que seguirá gustando.
Y es que en esto del motociclismo, aunque no es algo exclusivo viendo que se ofrece en muchos juegos de velocidad, poder ser distinguibles y creativos está a la orden del día. Ya sea por ser contratados por un equipo ficticio y poder cambiar los colores, ya sea por poner nuestro nickname en el trasero del piloto y diseñar nuestro propio casco, MotoGP 21 quiere ofrecer todo lo que está en su mano para que la experiencia sea todo lo personal que uno quiera hacer.
Las herramientas de personalización se mantienen, dando una gran diversidad de opciones
Pero por otro lado encontramos otros modos de juego alternativos al Modo Carrera, aunque tampoco se plasman novedades importantes. De hecho, esos modos rápidos permiten crear campeonatos simples, así como correr carreras de fin de semana y ofrecer la opción de luchar en marcadores. En esta última opción es donde encontramos a los pilotos clásicos, donde podremos disfrutar pilotando en la piel de algunos de los iconos de la competición de todos los tiempos. Si esperabais nuevos nombres, no se da el caso, porque ya hicieron un buen trabajo a la hora de citar a los más relevantes. Puede que hayan pecado de fijarse solo en la categoría reina, echando en falta otras categorías con iconos como Angel Nieto o Jorge Martinez Aspar.
Del mismo modo permiten recorrerla historia en sus diferentes etapas e incluyendo en sus circuitos históricos el de Brno al de Laguna Seca y Donnington Park. Considerando que el campeonato en esta ocasión consta de hasta 22 carreras, pudiendo elegir el calendario oficial, en la que se han modificado las carreras, todo está a disposición de los fans de las dos ruedas que siguen este campeonato. Obviamente estas opciones son las que se pueden ofrecer en un juego de licencia oficial, intentando rascar fuera de lo que es de por sí un juego que debe recrear algo que es como es. Y ahí siempre se suele pecar de no querer abarcar más de lo debido. Considerando que hay opciones, ni los MotoGP ni los Formula 1 parecen esmerarse en dar opciones fuera del campeonato oficial. Algunos circuitos por aquí, motos clásicas por allá, que proporcionan algo más, pero nunca parece suficiente. Ya sea por limitaciones de licencia, o por la pereza de hacer más de lo mínimo, cada juego suele estar demasiado limitado para los que son fans reales, y desde hace años, a una competición deportiva.
Pasión por las sensaciones
En conclusión, tenemos una de esas situaciones en las que se podía revolucionar perdiendo cosas o evolucionar sin romperse las vestiduras. Y gracias a que Milestone ha sabido gestionar sus recursos en dos sagas para evolucionar sus juegos de motociclismo, el juego ofrece una experiencia mejorada donde merece la pena. Pero no podemos ignorar que, dada la separación de versiones, debería haberse integrado un apartado técnico que no diese la sensación de que no ha evolucionado como debiera.
Conseguir alcanzar una resolución 4K, que además es dinámica, así como mantener los 60fps, es algo que no parecía complicado. Sus juegos anteriores ya habían conseguido ese hito en la generación anterior. Unreal Engine es un motor que tiene pendiente dar el salto real a la nueva generación y puede que esto sea lo que determina un salto tan pobre en el apartado técnico. Pero el desdén que denota la importación de recursos obsoletos, hacen intuir que hasta MotoGP 22 no veremos ese salto.
MotoGP 21 es un juego de sensaciones magníficas para los amantes de la competición, pero la next-gen le queda grande
Ahora bien, para los que quieran un juego de velocidad que ofrezca sensaciones de competición, MotoGP 21 podría cumplir porque añade sensaciones de nueva generación, pero lo cierto es que es lo único que puede aprovecharse. Una nueva generación dentro de Milestone, que ya habíamos notado en RIDE 4 y que ahora es parte de una competición mucho más exigente como es MotoGP. Un juego que ahora se disfruta desde las categoría más bajas y que despliega todos sus medios para hacerlo desafiante para aquellos que quieran aceptar el reto.
Destapamos una duda sobre cómo se gestionaría el primer juego de nueva generación de MotoGP 21 y nos deja con un sabor agridulce. Pero el dulzor de la conducción es suficiente para amenizar la espera por ese juego que muchos esperaban en esta ocasión.