Sin hacer demasiado ruido ha llegado a nuestras manos Need for Speed Heat. Hoy mismo está disponible en Xbox One y demás plataformas y seguro que pilla por sorpresa a muchos jugadores. La culpa de ello se la podemos achacar a su distribuidora, obviamente, que quizás anda más ocupada con Star Wars Jedi: Fallen Order. El hecho de no contar con tanta promoción puede hacer que muchos de vosotros comencéis a sospechar si nos vamos a encontrar ante un fracaso, un juego roto o simplemente malo, pero ya os puedo asegurar que no podríais estar más equivocados.
Electronic Arts tiende a hacer estas cosas de vez en cuando, sepultar alguno de sus juegos ante un catálogo apretado, siendo la sombra de un lanzamiento más grande. Pasó con Titanfall 2 y ha vuelto a pasar con Need for Speed Heat, por mucho que nada tengan que ver los Jedi y la conducción con neones y alerones por una réplica de Miami. Ghost Games ha firmado su mejor Need for Speed, si queréis saber por qué, tan solo debéis seguir leyendo, acompañadnos en nuestro análisis de Need for Speed Heat para Xbox One.
Las dos caras de la moneda
De entrada, la propuesta de Need for Speed Heat nos recordará a cualquier película del estilo que se preste (como las primeras de Fast and Furious, antes de que se les fuese la olla) o los propios Need for Speed de antaño, pero también se nota que hay una clara inspiración que tiene origen en Xbox. En efecto, podemos decir que Ghost Games ha aprendido mucho de Playground y sus Forza Horizon, ya que desde el primer contacto con la interfaz de usuario como con demás detalles que os iremos contando ya podemos ver que hay una clara inspiración.
Need for Speed Heat nos cuenta la historia de la eterna lucha de bandas de corredores callejeros y como la Policía está harta de ellos, hasta el punto a que ponen a un completo chiflado al mando y despliega todos los medios posibles para que no se produzcan estas carreras ilegales en la noche de Palm City. Nosotros acabamos de llegar a la ciudad y obviamente nos gusta conducir, por lo que tras hacernos con un coche debemos labrarnos un nombre.
Need for Speed Heat disponible con la prueba gratuita de EA Access
La historia de Need for Speed Heat se narra a través de unas cinemáticas que sirven para profundizar en los personajes y en situaciones fuera del asiento del piloto. Está claro que no estamos ante una obra de compleja narrativa ni conseguirá que nos explote la cabeza, pero se agradece tener un hilo argumental con personajes potentes (sinceramente, están muy bien desarrollados para tratarse de un juego de conducción) con el que convencer al jugador de que vale la pena seguir jugando. Claro que esto ya lo consigue de por sí un sistema de lo más interesante y que parte el juego en dos escenarios completamente diferentes.
Por un lado tenemos el día. Cuando sale el sol participamos en carreras completamente legales debido al Showdown que se está llevando a cabo en la ciudad. Participar en estas carreras, que se realizan en circuitos callejeros tanto dentro de la ciudad como a sus afueras nos aportará dinero, y solo eso. Queremos dinero para comprar cosas ya sean coches, mejoras o para pagar las multas de la Policía. Pero si somos un don nadie, no nos venderán nada de eso, así que toca labrarnos una reputación. ¿Y cómo nos labramos nuestra reputación? pues por la noche.
Una vez se pone el sol el mapa cambiará por completo. A ver, estaremos en el mismo terreno que antes, con las mismas carreteras y demás, pero la sensación es que es completamente diferente por cómo está organizado todo. Aquí será cuando participaremos en diferentes carreras (obviamente ilegales) que se llevarán a cabo en forma de circuito o de trayecto con principio y fin. Según nuestros resultados ganaremos más o menos reputación, lo que nos servirá como experiencia para subir de nivel y desbloquear todo lo que os comentamos antes.
Pero la noche es oscura y alberga horrores, así que, como hemos comentado antes, hay un tarado a los mandos de la Policía que ha puesto toda una flota de coches superpotentes para dar caza a todos los pilotos así que no será una rara avis ver como se cuelan varios coches patrulla durante nuestras carreras, haciendo que se complique mucho la cosa debido a que son terriblemente agresivos. La Policía tratará echarte de la calzada en cuanto pueda, destrozarte el coche, retenerte y mil jugarretas más.
Si aparecen en las carreras es porque llevan patrullando toda la noche. Como el mundo de Need for Speed Heat es completamente orgánico, podemos realizar carreras en las que no tengamos problemas, pero si aparece por ahí un coche de Policía… toca sufrir. También nos los encontraremos mientras vamos de un punto a otro del mapa, ya que no hay viaje rápido por la noche. Si nos topamos con uno de ellos mientras exploramos tendremos que escaparnos antes de que llame refuerzos y se nos amontonen los coches que nos pisan los talones.
Claro que resulta algo atractivo dejarte perseguir un poco por la Policía, ya que como si de estrellas del GTA se tratase, iremos aumentando un medidor de calor que mantendremos una vez conseguimos escapar, haciendo que sea un multiplicador de reputación. ¿Acabamos con un nivel 4? pues multiplicaremos por 4 toda la reputación de esa noche una vez lleguemos a un garaje y decidamos darla por finalizada. Y creedme, es muy atractivo hacer esto. El problema es que la Policía es muy violenta y nos la jugaremos mucho, ya que si destrozan nuestro coche o nos detienen tendremos que pagar una multa (con dinero) y nuestro multiplicador bajará a 1.
Como podéis ver, la dinámica entre la noche y el día es muy interesante, ya que tenemos como dos juegos en uno. Por un lado, de día tenemos una experiencia cercana a lo que Forza Horizon puede ofrecer (con las obvias diferencias) y por la noche tenemos algo que nos recuerda a los NFS más míticos. Complementando a las carreras y las misiones de historia también tendremos diferentes eventos secundarios como radares de velocidad, carteles por destruir, saltos y zonas de derrape. Os juro que sigo hablando de Need for Speed Heat y no de Forza Horizon.
Todo tuyo
Claro que la competición es muy bonita, pero a un Need for Speed le pedimos personalización y madre mía si este juego tiene de eso. Comprar un coche de altas prestaciones es una idea básica, ya que lo romántico es coger un coche más o menos mediocre y a partir de modificarlo en el taller hacerlo una bestia. Aunque lo suyo es tener varios ases en la manga, ya que el juego diferencia 4 categorías relacionadas entre sí: competición, derrape, asfalto o terreno abierto. Si queremos rendir al 100% en todo tipo de carreras necesitaremos personalizar los coches para que se adapten a cada tipo de desafío, de lo contrario veremos como nos quedamos rezagados por no estar en nuestro campo.
Todo lo que sea jugable se puede personalizar. Cualquier pieza del motor, de la transmisión, del apartado eléctrico, de las ruedas… podemos hacer que los coches se adapten mediante estas piezas al terreno que nosotros decidamos, aunque cuidado, no todos los coches tienen el mismo grado de personalización. Este dato lo podemos ver antes de comprarlo y resulta bastante útil.
La sensación de progresión es genial, ya que empezamos con un coche muy básico y en cuanto empezamos a ponerle piezas de competición notamos como responde mejor, mientras que si nos centramos en ese apartado y sacrificamos el derrape veremos como en estos desafíos nuestro coche es casi como un barco. En este sentido el gameplay está muy refinado y da la sensación de que cada coche es un mundo.
Pero a ver, también toca fardar, así que si el tuning en lo técnico es espectacular, el del aspecto del coche no tiene rival. Podemos personalizar cualquier parte del coche que se ve, con piezas de todo tipo. Podemos hacer un coche bonito con aires de carrera o podemos creernos el Neng de Castefa y poner alerones, luces de neón, faldones, focos y demás parafernalia donde creamos conveniente. También tenemos diferentes diseños que podemos crear o -si confiamos más en los demás- descargarnos creaciones de la comunidad para que den color a nuestro coche.
La cosa no acaba ahí, ya que por personalizar podemos modificar hasta el sonido del coche, adaptándolo en varios niveles para que sea un sonido único. Por supuesto el color del nitro, del humo de los neumáticos, de las llantas, de los discos de freno… En fin, que acabo antes diciéndoos que podéis personalizar lo que os de la gana.
Pastillas de freno
En cuanto a manejo del coche también podemos tocar varios reglajes. Sinceramente, servidor no ha tocado nada porque disfruto los juegos de conducción arcade y cuanto menos toque esas cosas mejor para todos. Obviamente los más experimentados pueden probar para que se adapte a sus exigencias, pero ya os digo que no esperéis ni un más mínimo de simulación en este juego. Tampoco es que lo busque, ojo.
El Heat de Need for Speed Heat puede hacer referencia al cálido ambiente de Palm City o incluso al medidor que nos marca cuánto hemos mosqueado a los polis, pero si vamos a ver algo con gran temperatura en este juego desde luego van a ser nuestros neumáticos. Derrapar es la clave y el estilo de conducción se acerca bastante a lo visto en los famosos juegos de Karts que los personajes de plataformas llevan años adaptando. Más que frenar, lo que haremos será soltar el acelerador para volver a pisarlo a fondo y girar el volante, de esa manera no perderemos excesiva velocidad mientras vemos como nuestro coche se desliza cual bailarina por el asfalto.
Cuesta un poco pillar el truco, pero si pensáis competir como en los juegos de conducción típicos, os vais a quedar muy atrás. También tenemos nuestro querido nitro, que como todo en el coche se debe mejorar si queremos que aporte más. Por otro lado tenemos unas bonificaciones pasivas que activamos para evitar que la Policía nos pille u obtener otro tipo de ventajas más interesantes. Desbloquearlos nos llevará unas cuantas horas de juego y su uso es bastante limitado.
El mapa de Palm City nos ha sorprendido por su tamaño, tenemos representados a la propia ciudad así como un buen terreno de campo, un par de pueblos, un puerto y dos lanzaderas de cohetes espaciales. Por el día vemos como destaca más la zona externa a la ciudad, mientras que de noche es todo un goce pasear por las calles iluminadas con neón.
La mayor pega es que parte del mapa carece de vida. Encontraremos la misma densidad de coches en una carretera de montaña que en la avenida principal de la ciudad con 6 carriles. La sensación es que la ciudad está desierta, algo que no pasa en otras partes del mapa. Durante las carreras no me molesta que haya pocos vehículos (que igualmente los hay), pero mientras vas jugando libremente sí se agradecería ver algo más de movimiento, sobre todo en zonas donde se supone que hay más población.
Neón por un tubo
Need for Speed Heat es de los juegos más espectaculares que he podido probar en Xbox One X. No se puede comparar con Gears 5, Red Dead Redemption 2 o Forza Horizon 4, pero sí que es verdad que el juego en su mapeado nocturno nos ha dejado sin aliento varias veces. Ver los reflejos de las luces, las chispas de los coches, la lluvia, los charcos que se forman y como todo se refleja en ellos… Ghost Games ha hecho un trabajo increíble con el Frostbite sin sacrificar en ningún momento el rendimiento en el gameplay ,con unos 30fps estables. El problema llega en las cinemáticas ya que rara será la vez que no tengamos caídas demenciales de fps, haciendo que estas se sientan ralentizadas en varias ocasiones. Por lo demás, el juego es un espectáculo visual.
Si el diseño artístico y visual nos ha gustado, el sonoro está ahí ahí. La banda sonora del juego contiene temazos que casan por completo con el ambiente y que nos aportan un ritmo latino por el día mientras que por la noche triunfa lo electro. Además, el juego viene doblado al completo al castellano, con una buena actuación de los personajes (que no es que hablen poco).
Como hemos comentado antes, el juego permite modificar el sonido de los coches, que ya de por sí es único en cada uno, con un rugido de los motores espectacular. En cuanto a cámaras, contamos con las típicas de los juegos de carreras, aunque se echa de menos la del interior del coche, suponemos que porque no han recreado el interior de los coches.
Una sorpresa de lo más agradable
Sin hacer mucho ruido Need for Speed Heat se ha convertido en uno de los juegos con los que más me he divertido este año y tengo claro que todavía pasaré más horas al volante de un título que resulta entretenido y que además consigue partir el juego en dos propuestas, que sirven para mostrar dos caras de una misma moneda sin agobiar al jugador y diversificando su experiencia.
Las sensaciones que me deja Need for Speed Heat son más que notables, con una mezcla de conceptos entre la saga Forza Horizon y los títulos clásicos de Need for Speed. Si erais fans de la saga o buscáis un título de conducción arcade con un mundo abierto, personalización a raudales y carreras nocturnas con polis agresivos, este es vuestro juego. Need for Speed ha vuelto.