La saga Need for Speed es una de las licencias clásicas más relevantes del género de conducción. Su apuesta por la velocidad siempre había sido icónica, y hacía valer su título para traer los bólidos más potentes en carreras donde no había que pensar demasiado en el freno. El regreso remasterizado, de la última entrega es la que os exponemos en este análisis de Need for Speed: Hot Pursuit Remastered.
La saga alternó la velocidad con persecuciones policiales, y durante varios años los Hot Pursuit derivaron en grandes propuestas llenas de adrenalina. De ahí se dió el salto a los juegos de tunning, donde esta combinación de carreras y persecuciones también estuvo presente. Criterion Games, responsables de Burnout, quiso ofrecer su particular visión de este concepto con Need for Speed: Hot Pursuit en 2010, en la generación anterior. Tras idas y venidas en las últimas entregas, parece que regresar a los orígenes podría ser una decisión acertada.
La esencia clásica, la velocidad y las persecuciones están de regreso
Recordar el origen de una saga
Puede que parezca extraño que a estas alturas de generación, enfocando la llegada de una nueva y más potente, se haya planteado una nueva remasterización. La moda no cesa y trae de vuelta juegos que tuvieron una repercusión mayor, o menor. Y a muchos ha sorprendido que se haya decidido por remasterizar esta entrega de Criterion Games. Pero parece coincidir con planes de futuro tras la marcha de Ghost Games y el regreso de los responsables de Burnout.
Sin entrar a juzgar lo adecuado de recuperar un juego como el último Need for Speed: Hot Pursuit, entramos a valorar lo que realmente aporta a la saga tras varios años dando tumbos. El tunning tendrá que esperar, porque no ha llegado a cuajar el resultado esperado en los juegos de Ghost Games. Parecía que requerían de recuperar la esencia de esta saga, regresar a los orígenes y la opción de remasterizar un juego que tuvo una buena acogida parece interesante.
Al ser una remasterización los bólidos no es que sean de último modelo
Necesidad por la velocidad…
Y el plan es sencillo, recuperando las carreras cerradas de punto a punto en tensas disputas contra el crono, contra otros rivales o escapando de la policía. Carreteras anchas, anchas curvas, altas velocidades y derrapes al límite, son lo que expone este juego de carácter arcade de la vieja escuela. Mezclando los Burnout con los Need for Speed, Need for Speed: Hot Pursuit puso de manifiesto que sabía qué se necesitaba para esta entrega y lo consiguió ofrecer.
Música, velocidad y situaciones intensas, son lo que definen un juego que gracias a esta versión remasterizada se ve actualizado en todos sus aspectos. El tiempo no pasa en balde y si retomamos el clásico, el trabajo realizado para adecuar los modelados y las texturas a la resolución de Xbox One, o en este caso, Xbox One X, permite disfrutar del juego a un nivel superior. En el caso de Xbox One X, se añade una opción que realmente sirve para conseguir ese objetivo, la velocidad.
Priorizando el rendimiento el gameplay gana una fluidez muy interesante. Y es que al final, hablar de que la mejora visual sea significativa no resulta convincente cuando hay tantos juegos donde elegir. Pero si optamos por la tasa de frames, pese a ciertos recortes visuales, obtenemos una experiencia que si se nota remasterizada. En el fondo, cuando la remasterización se centra en mejorar la resolución, y las consiguientes texturas, priorizar el rendimiento no supone una pérdida notable de esa calidad visual que se presume a la otra opción.
Nada de mundo abierto, velocidad de punto a punto sin hacer preguntas
Y el juego, en general, ofrece un aspecto mejorado en cualquier caso, con algunas mejoras muy puntuales, que van desde la interfaz, adaptada a la nueva resolución, como modelados y texturas, así como la introducción de algunos efectos de oclusión ambiental y otras mejoras muy puntuales que no permiten que este apartado llegue a ser competitivo frente a los últimos lanzamientos.
En torno a lo que se logró ofrecer, el juego mantiene ese carácter que podía haberse perdido tras tantos años desde su lanzamiento. Cierto que los coches son antiguos, su modelado es sencillo. La banda sonora no tiene los últimos hits, pero es muy certera y adecuada para este estilo de juego. Nadie rehúsa los temas, aunque tengan ya su tiempo, de artistas como Benny Benassi, DeadMau5 o Bad Religión. Combinación extraña, pero que queda perfecta en esta peculiar aventura de velocidad.
Más allá de este aspecto, el resto de los elementos técnicos del juego no resultan tan agradables como haber planteado un remake desde cero. Y es que si hay algo que no se puede evitar sentir cuando nos enfrentamos a una remasterización, es que la base tiene muchos años y se nota obsoleta. Algo que a nivel técnico se nota mucho más que a nivel de jugabilidad, pues Need for Speed: Hot Pursuit Remaster, se basa en un concepto tan amplio y clásico, que no tiene demasiados secretos.
La lucha entre policías y pilotos es una fórmula que, haciéndolo bien, funciona
…necesidad por lo arcade
En un año repleto de juegos de conducción, es casualidad que en apenas una semana surgen dos propuestas arcades realmente interesantes. Interesantes porque se hacía necesaria la llegada de juegos de esta índole al género de la velocidad. Y en esta ocasión es el perfecto ejemplo de que nunca falta un roto para un descosido.
El juego se nota obsoleto por lo técnico, pero todavía se nota más cuando atendemos al catálogo de coches disponible. Son casi iconos de la historia de los deportivos, con modelos que eran top en su momento, pero que ya se ven con cierta nostalgia. Es de esos elementos que hacen ver que hacía falta algo nuevo tomando esta base, más que una remasterización. Pero para los amantes del motor, no cabe duda de que estos coches tienen alma y se disfruta poder elegirlos como si fueran prototipos de ensueño.
Y entrando en la acción del juego, se puede notar que hacen falta juegos como estos. Básicos en su planteamiento y básicos en su propuesta, que no por eso divierten menos. Tan sencillo como coger un deportivo para ser corredor o un policía para deternerlos. Y en ambos casos, se despliegan diferentes eventos en un gran mapa, donde cada uno de estos puntos destacados esconde varias pruebas a realizar.
En cuanto a mejoras, la resolución y la tasa de frames, destacan con nuevos efectos bastante espectaculares
El planteamiento diferencia claramente dos bandos, y con ello, dos líneas de progresión de jugador. Cuando somos corredores callejeros, deberemos atender a pruebas algo distintas, priorizando quedar primero en carreras normales o con persecución incluida. Del mismo modo nos encontramos pruebas cronometradas, donde habrá que darlo todo en cada curva y en cada recta. En el caso de los policías también hay pruebas cronometradas, pero a parte están las misiones en las que se tiene que detener a un conductor en un tiempo o detener una carrera callejera antes de que termine.
Con el paso de las carreras, se irá sumando cierta complejidad a aquellas pruebas en las que se enfrentan en pista ambos bandos. Tanto por un lado, como por otro, nos encontramos con ciertas habilidades que podemos usar para atacar, o defendernos. Una fórmula sencilla que a altas velocidades y con múltiples vehículos en competición, llega a ofrecer frenesí del que emociona y engancha.
Una fórmula interesante que tanto en su campaña en solitario, con nuevas pruebas que añaden varias horas a una propuesta que ya era bastante extensa. Porque conseguir el oro y todas las distinciones se hace complicado. Atender a los atajos, que a veces son tramposas, y saber aprovechar el nitroso, hace que cada recta sea un descanso de las curvas desafiantes en las que deberemos afrontar con derrapes muy consistentes. La IA, por consiguiente, sigue unos parámetros bastante tradicionales, donde no suele ser sencillo sacar distancia, ya que siempre están ahí haciendo la goma.
La sensación de velocidad, en Xbox One X cuando se ponen 60fps es realmente notable
Y es que el control es de la antigua escuela, donde encontramos una gran diferencia entre ir acelerando a tope, de cuando intentamos gestionar la curva derrapando. Como buen Need for Speed solo se puede ir recto o de lado. La dirección pesa mucho cuando se mantiene en pie a fondo, y cuando se suelta, se toca el freno o se tira del freno de mano, la dirección es mucho más directa. Una conducción a la que hay que adaptarse, otorgando momentos realmente gratificantes cuando nos adaptamos. No obstante, siempre habrá momentos en los que la velocidad superará nuestra capacidad de reacción.
La reputación lo es todo
La progresión de jugador tiene dos vertientes, la que nos expone como el corredor más buscado, así como el policía más eficaz.Y esto no solo se destina a ese modo individual, sino que se convierte en la pieza angular de la experiencia multijugador. El Autolog, ese sistema que Electronic Arts se inventó para la comunidad multijugador de sus juegos, regresa para dar mucha cuerda.
Y esto lo decimos porque el Autolog de Need for Speed: Hot Pursuit Remastered ofrece soporte al juego cruzado entre las diferentes plataformas. De este modo, ya no es cuestión de enfrentarse solo a los miembros de la comunidad de Xbox, también se puede disfrutar con los usuarios de Playstation y PC. Sin duda, cuando la campaña individual se completa, siempre es bueno tener un soporte tan amplio a través de un multijugador que enfrentará, constantemente, a los pilotos y policía. Elige tu bando y gana una reputación en cada bando.
Cada prueba, unos objetivos, lograr el mejor resultado hará subir la reputación de piloto y policía.
Muchas luces y sombras
Aunque lo hiciera el estudio responsable de Burnout, ya en su momento Need for Speed: Hot Pursuit supo recuperar la esencia de los primeros juegos de la franquicia. La pureza de la conducción arcade de Need for Speed, que inspiró a tantos juegos, fue un valor que hizo de este juego uno de los más respetados de las dos últimas generaciones. Cierto es que comenzaba a notarse la reiteración del tunning y que no se ha logrado recuperar esa personalidad que debería tener esta saga en los títulos posteriores.
Need for Speed: Hot Pursuit Remastered es un título agradable por su propuesta, pero parece más una tirita para tapar un agujero en un barco con una vía de agua. Pero esto se debe a las circunstancias por las que pasa actualmente Need for Speed. Puede que este juego busque tantear el mercado para ver si esta vertiente, que apuesta por la velocidad más sencilla y directa, puede regresar en futuros títulos.
Cumple un objetivo, dar velocidad, pero también deja claro que hace falta algo fresco en la saga
Pero el problema al que se enfrenta es que pese a recuperar la esencia y concepto de los clásicos más antiguos, lanzar una remasterización deja una sensación agridulce. La jugabilidad es sencilla, directa y atractiva, sobre todo si se ejecuta en Xbox One X en el modo rendimiento. Solo así notaremos una verdadera calidad de remasterización, ya que en el resto de aspectos, las mejoras son testimoniales y no disimulan un juego base por el que los años han pasado sin poder remediarlo.
La suma de contenidos, el juego cruzado en el multijugador y recuperar las bases de la jugabilidad arcade, pueden ser suficiente excusa para muchos usuarios que necesitan sentir la velocidad en su televisión. Y Need for Speed: Hot Pursuit Remastered es un juego que lo logra hacer, aunque se note añejo.