No Man’s Sky llega al fin a Xbox One, y lo hace como un juego muy diferente de aquel que se estrenó hace un par de años en Steam y PS4. El juego de Hello Games ha tenido que cargar desde entonces con el peso de todas las polémicas aparecidas entonces, algunas más injustas que otras. Pero a pesar de todo el estudio ha terminado demostrando un cariño especial por lo que comenzó como un precioso proyecto, que más tarde se vio empañado en buena parte por las expectativas desatadas, y ha logrado hacer evolucionar a No Man’s Sky hasta lo que es ahora: un juego de exploración, con toques de supervivencia y sobre todo momentos de contemplación, muy consistente y bello. Pasamos ahora a exponeros nuestro análisis de No Man’s Sky en su estreno en Xbox One y Xbox One X.
Con la incertidumbre del universo
¿Quién soy? y ¿cómo he llegado aquí? Son las principales preguntas, de entre otras muchas, con las que comenzamos a jugar a No Man’s Sky. El de Hello Games es un juego raro por varias cosas. Una de ellas es por la extraña incertidumbre que nos acompañará durante todo el juego (o al menos durante las primeras decenas de horas) y que tiene que ver con la ausencia de respuestas. Desde el principio se nos van dando algunas pistas, y ahora ayuda también tener un hilo conductor de lo que podría considerarse el objetivo fundamental del juego, pero en todo momento quedan cosas por aclarar. Y es curioso como en otros juegos veríamos esto de forma negativa, y en cambio a No Man’s Sky es algo que le sienta bien.
Cuando nos cruzamos con otros seres vivos inteligentes y entablamos conversación con ellos, lo normal es que no comprendamos ni una palabra de lo que nos cuentan. Los textos nos aparecen como en un idioma incomprensible. Y aunque con el tiempo podemos ir aprendiendo algunas palabras, hay que jugar mucho para llegar a entender perfectamente lo que nos cuentan, más allá de poder intuir mediante esas pocas palabras y la descripción que nuestro personaje hace de los gestos de estos, lo que está ocurriendo. Con el tiempo incluso nos acostumbramos a saber de antemano qué podemos esperar de cada individuo con el que nos crucemos.
Esto que ocurre con la interacción con los NPC, es exactamente la misma sensación que tenemos con el resto de mecánicas del juego. Nunca estamos muy seguros del todo de si lo que estamos haciendo es lo más correcto o la mejor forma de hacerlo. Al menos no hasta que llevamos muchas horas de juego. En No Man’s Sky se nos explican los detalles bastante justos para salir del paso. Y aunque una de las novedades de Next es contar con una pequeña guía (que podemos desactivar) ni siquiera esto llega a ser tan claro.
Pero esto no es malo. No Man’s Sky es un juego que invita a ser tomado con calma. Es algo más cercano a una experiencia contemplativa que de supervivencia o acción. Por eso, tomarnos nuestro tiempo en procesar cada momento y acción es algo perfectamente válido. Y algo que vendrá acompañado también de una total libertad de movimiento desde el primer momento. El universo es prácticamente infinito, y nosotros podemos navegar y saltar de una galaxia a otra a nuestro antojo. Explorar en busca de nuevas formas de vida y dedicarnos a descubrir el espacio, o sencillamente intentar dar con el planeta más bello de todos los que hayamos visto antes.
Aunque, por el contrario, también contamos con la opción de establecer nuestra base en un planeta que nos guste y convertirlo en nuestro hogar. Para ello tenemos suficientes opciones de construcción como para crear auténticas virguerías, o incluso algunas opciones de agricultura para abastecer nuestro suministro personal de recursos. Cualquiera de las posibilidades que nos ofrece el juego es igual de válida.
Pero aunque suene a tópico, lo importante en No Man’s Sky es, por encima de todo lo demás, el camino, la exploración, las experiencias que vamos viviendo y las sorpresas que podemos encontrar en los lugares más recónditos de su maravillosos universo. Y lo que se ha conseguido con Next, esta puesta a punto que Hello Games ha llevado a cabo desde el estreno inicial del juego, es fundamentalmente hacer que ese camino sea más cómodo y apetecible. Limar en gran medida sus asperezas originales. Lo que ha supuesto un paso adelante para No Man’s Sky. Igual de interesante es la confirmación de que esto no es el final, y que en el futuro todavía continuarán llegando contenidos y actualizaciones gratuitas al juego. De momento, tenéis una infinidad de horas por delante para perderos por el espacio y buscar vuestro lugar.
Cualquier lugar, incluso el más inhóspito, guarda su punto de atracción, su propia belleza que merece la pena descubrir. No esperéis, eso sí, encontrar en ese camino grandes momentos de acción. Es un juego muy pausado, en el que hay que tomar paciencia para realizar cada acción, desde conseguir combustible para volver a hacer despegar nuestra nave, a negociar con alienígenas cuyo idioma desconocemos. Pero eso no quita que haya sorpresas y también lugar para las armas y algunas misiones con acción, aunque sean más recursos para salir de la normalidad que algo elaborado en sí mismo.
Su mayor punto débil continúa siendo la escasa profundidad de sus mecánicas. Recolectar materiales y las diferentes interacciones que tenemos disponible tanto en los mundos, como en el espacio o las estaciones, no tardan mucho en tornarse repetitivos. Y aunque es interesante ir descubriendo algunos detalles nuevos conforme avanzamos, y siempre es divertido visitar un nuevo planeta, tras unas decenas de horas no tenemos la sensación de hacer nada realmente nuevo. Y esa incertidumbre de la que hablábamos al comienzo del análisis se va volviendo más hacia una sensación de tedio. Por eso insisto en que No Man’s Sky depende también mucho de la perspectiva con la que lleguemos a él, de lo que esperemos y de lo que estemos dispuestos a invertir.
Hay que tomarlo con calma. Con Next el juego ofrece bastantes posibilidades a la hora de crear nuestra propia aventura, y el juego en general ahora resulta menos áspero. Porque todo ese trabajo duro que tomamos en reunir recursos y diferentes tipos de materiales, lo podemos invertir más tarde en mejoras para nuestro traje, en una nave más bonita o en un arma más contundente para los pequeños momentos que requieren tirar de violencia (en general es un juego muy amigable y de buen rollo). Así vamos creando nuestra pequeña historia, mientras invertimos en mejoras y creamos nuestras propias construcciones. Todo depende también de los intereses creativos que tengáis.
Por otro lado, si sois de quienes prefieren ir más guiados, contar con un objetivo que cumplir, más concreto, en lugar de dedicarse a divagar de un lago a otro del espacio, también contamos con un hilo conductor que nos puede ir haciendo de guía y llevándonos de diferentes puntos del universo. El objetivo final, dejo que los descubráis por vosotros mismos. Sin embargo es una vez más curioso, como a pesar de todo, no se llega a dejar claro hacia dónde nos conducen estos objetivos, que comienzan desde los más pequeños (ir reparando nuestra nave y haciéndonos a cada mecánica), y es algo que queda en el aire.
Con la seguridad de Next
El multijugador es otra de las novedades principales que llega junto a la versión de Xbox One. Una opción interesante, pero que quizás no cuenta con la trascendencia que podría. Si un amigo nos invita a su partida, contamos con la opción de transportarnos directamente a su ubicación para trabajar juntos. Podemos ayudarle a reunir algo que necesite, a elaborar alguna construcción o cumplir determinada misión, mientras que a su vez podemos obtener materiales y recursos para nosotros mismos. Pero se nota que todavía quedan cosas por mejorar de cara a seguir potenciando el juego multijugador.
El hecho de jugar en tercera persona también hace un poco más divertido esos momentos de cooperación, y dota de sentido la personalización del personaje (que no está nada mal). Lo que no quita que jugar en primera persona siga siendo la opción más cómoda. También se agradecen otras posibilidades nuevas, para automatizar la obtención de determinados recursos cuando hemos conseguido las mejoras y herramientas correspondientes u otras mejoras que simplemente nos hacen las rutinas de No Man’s Sky más cómodas de lo que lo fueron en su estreno.
En cuanto a Xbox One X, siendo No Man’s Sky un juego de enormes escenarios, se agradece mucho la potencia extra de la máquina. Contamos con dos opciones gráficas diferentes: el modo rendimiento y el modo calidad. El primero es mi experiencia el más recomendable. Si bien no se alcanza la resolución 4K, las imágenes que vemos en pantalla ya son lo suficientemente bellas, y queda justificado por el resultado en cuanto a framerate. También porque otras cosas como la distancia de dibujado o la eliminación del popping son importantes en un juego como este.
Pero si de todos modos preferís optar por la mejora visual del modo calidad y los 4K, el juego luce estupendamente. Lo malo es que aquí si vais a notar como en alguna ocasión el rendimiento se resiente un poco. Cierto es que en un juego de las características de No Man’s Sky no es algo tan molesto. Tanto en un modo como en otro contamos con la posibilidad de desbloquear los fps, lo que puede venir bien para obtener mejores resultados por momentos, aunque depende también de si os resulta más molesto el baile de fps.
Por último, los más puristas de los juegos de superviviencia cuentan con dos dificultades mayores en las que jugar. Una que hace la supervivencia mucho más dura, y nos obliga a reunir los recursos vitales de forma más rápida, además de hacer frente a otros peligros. O, si os gust más la idea, otro modo en el que la muerte de nuestro personaje es permanente. Por lo que hay que pensarse bastante bien cada paso que demos. En mi opinión esta quizás no es muy recomendable, a menos que seáis ya jugadores muy experimentados que busquéis un nuevo reto, ya que por un pequeño descuido, que puede tener más que ver con el juego que con vosotros, podéis acabar perdiente la vida antes de lo que esperabais.
Conclusión
Por todo eso, y porque frente a otro tipo de juegos, que se empeñan en meternos por todas partes barras de experiencia y puntuación con los que ir ofreciéndonos una cierta -y a menudo falsa- sensación de progreso, No Man’s Sky se muestra tal cual es, con lo bueno y con lo malo. Con sus dudas (unas cuantas menos que en su estreno original), pero con sus muy buenas intenciones. Con ideas que son mejores que otras pero, sobre todo, con un univeso increíblemente bello apoyado en una experiencia contemplativa que realmente merece la pena probar si eres un jugador paciente, que tiene ganas de jugar una experiencia diferente en lugar de otro juego de acción más que sumar a una larga lista.