OlliOlli World llegó a principios de año como una entrega que buscaba dar una vuelta de tuerca a la franquicia, cambiando el estilo gráfico por uno que dejaba atrás el pixel art 2D y le daba más profundidad e identidad. Tras unos meses a la venta, OlliOlli World recibe el que será su último DLC, titulado Finding the Flowzone, que quiere cerrar la trama del juego y dar a los jugadores los mayores desafíos hasta la fecha. Así pues, bienvenidos al análisis de OlliOlli World: Finding the Flowzone en SomosXbox.
Lo primero que os va a llamar la atención de este análisis es que no estamos analizando el juego ni en Xbox ni en PC como suele ser habitual. Ya que cada día Steam Deck está ganando más adeptos y, tal y como os contamos, puede ser un complemento perfecto si tenéis Xbox Game Pass Ultimate, nos hemos aventurado a realizar este análisis para la consola portátil de Valve, que además se presta mucho para disfrutar de este tipo de títulos.
En búsqueda de Radlantis
Para acceder a Finding the Flowzone necesitaremos haber llegado a la tercera zona del juego, algo que si ya habéis jugado al juego principal seguro que habréis hecho. Si tenéis pensado haceros con el título en su versión completa sabed pues que tendréis que avanzar hasta allí para disfrutarlo.
Una vez cumplamos los requisitos del juego principal, podremos regresar a la primera zona del juego base y allí veremos la nube de Finding the Flowzone. Tras pasar por un tutorial que nos presentará a los personajes que nos acompañarán durante nuestra aventura, jugaremos el primer nivel del DLC, que ya introduce un concepto que será clave en todo el contenido descargable: el viento.
A lo largo de 17 niveles principales que componen el DLC, deberemos encadenar todo aquello que hemos aprendido en el juego base junto a corrientes de aire que nos pueden llevar por diferentes caminos en el mapa, ofreciendo recorridos mucho más profundos que los del juego base y con múltiples bifurcaciones y opciones.
La premisa de este DLC es la de encontrar la mítica ciudad de Radlantis acompañados de nuestros amigos. Para hacerlo, necesitamos encontrarla, tarea que se complica cuando el enemigo de nuestros compañeros rompe un mapa en 36 trozos.
Así pues, debemos recorrer con nuestro skate 12 niveles de juego que se reparten en 4 zonas diferentes. Para avanzar entre zonas necesitaremos un mínimo de trozos de mapa, que encontraremos tomando diferentes rutas en cada nivel. Puesto que los requisitos para avanzar entre zonas no serán siempre los de encontrar el máximo de piezas nos podemos permitir no querer ir a por todas, aumentando el componente rejugable si finalmente decidimos coleccionar todas las piezas.
Una vez lleguemos a un mínimo de 18 piezas de mapa, nuestro personaje y sus amigos darán con Radlantis, pero antes de poder considerarse dignos de participar en el torneo final que ofrece la diosa que dirige la ciudad deberán superar unas pocas pruebas más. Finalmente, daremos con un nivel final que concluirá la historia, pero que nos desbloqueará nuevos desafíos para las zonas del DLC, así que tendremos para unas cuantas horas más de juego.
Movidos por el viento
Jugablemente, tal y como comentábamos, el componente principal de este DLC (más allá de la base jugable del juego principal y todos sus trucos) es el aire y sus corrientes. Los niveles son mucho más grandes y profundos en Finding the Flowzone, hasta el punto en que la sensación es que muchas veces tenemos más de un nivel dentro de otro. Las diferentes posibilidades y caminos, potenciados por el hecho de tener que encontrar los trozos de mapa o superar los desafíos, hace que queramos recorrer todas las rutas que ofrecen los niveles.
Sin ir más lejos, las rutas pueden variar por el mero hecho de no contar con el impulso necesario para sortear una corriente de viento y acabar viéndote empujada por esta. Muchas veces cambiaremos la dirección, subiremos o bajaremos por el mapa debido a estas corrientes, que tendremos que combinar-como es costumbre- con los saltos, aterrizajes, deslizamientos en barras y demás trucos.
Si el juego original os pareció divertido y desafiante, Finding the Flowzone es la guinda del pastel que consigue retorcer la formula y mejorarla. Los desafíos extra una vez hemos terminado la historia añaden todavía más profundidad y retos, además de servir para obtener más ropa y equipo para personalizar nuestra apariencia y skate.
Diseño único y fluidez
OlliOlli World no es el juego más exigente del mundo, pero requiere de un rendimiento excelente y un input lag mínimo. En este sentido, Steam Deck ofrece la mejor configuración gráfica del juego y un rendimiento estable a 60fps. Aquí lo importante es mejorar la tasa de refresco de la pantalla, ya que OlliOlli World requiere de tener el menor input lag posible debido a la velocidad de su gameplay y la precisión quirúrgica de los saltos que hacemos.
Por suerte, Steam Deck ofrece la posibilidad de jugar con la tasa de refresco, así que si tenéis pensado disfrutarlo en la portátil de Steam más os vale dejar el valor por encima de los 60Hz. En cuanto a Xbox, la recomendación que os podemos hacer (y que es extensible a cualquier juego) es que utilicéis el modo juego de vuestro televisor o monitor.
A nivel de diseño, Finding the Flowzone sigue el estilo del juego base, con gráficos coloridos y estilizados que se lucen en todas las fases, que además nos llevan por diferentes tipos de nubes que imitan las zonas del juego base. La música, como es habitual, acompaña de maravilla el gameplay.
Conclusiones del análisis de OlliOlli World: Finding the Flowzone
OlliOlli World: Finding the Flowzone es un DLC magnífico que profundiza en las mecánicas del juego base y nos trae los niveles más completos y divertidos de todo el juego. Este DLC hará las delicias de aquellos que se quedaron con ganas de más tras el juego principal o que incluso buscan un mayor desafío. Además, para los más completistas, Finding the Flowzone ofrece todavía más horas de juego y desafíos que requerirán de grandes cantidades de habilidad y Flow.