Poco hay que se pueda decir de One Piece que muchos no sepáis ya. La historia que cuenta las aventuras de los Piratas del Sombrero de Paja es una de las series más longevas de la animación, e incluso más que muchas de las series Live-Action más reconocibles del mundo. Y es que Luffy y compañía no pueden parar quietos y siempre están buscando la próxima aventura, y eso les lleva en la mayor parte de ocasiones a acabar atrapados en alguna isla que vete a saber qué secretos puede esconder.
Por eso, el último juego desarrollado por ILCA y publicado por Bandai Namco basado en las aventuras de One Piece estaba siendo uno de los juegos más esperados por la comunidad. Durante estas líneas vamos a contaros lo que nos ha parecido este asombroso viaje junto a Luffy por nuevos lugares para explorar, pero también por lugares reconocibles para aquellos que sigan la serie fielmente. Hoy hablamos de piratas, hoy hablamos de aventuras, acompáñanos en este análisis de One Piece Odyssey y conviértete en el pirata más famoso de la historia.
Análisis de One Piece Odyssey
Una tripulación, una isla y un secreto.
Vamos a comenzar por el principio, One Piece Odissey nos propone una historia en la que los Piratas del Sombrero de Paja acaban naufragando en una isla rodeada de una extraña meteorología. Poco después del naufragio, Robin se da cuenta de que han acabado en la isla de Waford, una isla totalmente apartada del mundo. Pero no estarán solos en esta isla, puesto que dos extraños personajes se sumarán al grupo de Luffy para desentrañar el misterio de la isla.
Los problemas llegan cuando Lim, compañera de Adio en la isla, hace uso de su habilidad y «roba» los poderes y habilidades de la tripulación, convirtiéndolas en cubos que se dispersan por toda la isla. Desde ese momento, nuestro objetivo será el de recuperar todas nuestras habilidades y poderes para descubrir qué se oculta en esa isla. Si bien todo parece apuntar a una gran historia, me temo que se queda en eso, en promesa, puesto que la realidad es que la historia en torno a la que gira la aventura es, cuanto menos, predecible, atropellada y bastante normalita.
No es que la historia de One Piece Odyssey sea una mala historia como tal, no. La realidad es que esta historia tiene lo necesario para ser una gran aventura, pero se queda a medio gas, atropellándose en los compases finales y acelerando la resolución de algunos puntos, sin comentar el hecho de repetir arcos argumentales de la serie, que si bien se agradecen, no son un gran aliciente en cuanto a la narrativa se refiere. Tener que visitar lugares emblemáticos puede ser un golpe de nostalgia, pero cuando llevamos un rato en estos lugares, empiezan a hacerse repetitivos y cargantes.
Hay que tener en cuenta que la historia nos lleva muy de la mano con pasos y marcadores prácticamente para todo, con lo que perderse durante la aventura es prácticamente imposible (ni Zoro es capaz de perderse con tanto marcador), haciendo que lo que podría ser un paseo agradable por una zona reconocida, acabe siendo un «¿Cuánto le queda a esta zona?». Sin ir más lejos, el arco de Alabasta, se hace bastante pesado dadas las vueltas y vueltas que nos hacen dar por las mismas zonas una y otra vez.
Una narrativa desaprovechada pero sencilla
En cuanto a la narrativa, en One Piece Odyssey nos encontramos una historia separada en capítulos cuyo inicio y final se ve enmarcado en los viajes a nuevas zonas o al mundo de Memoria, un mundo entre mundos que nos sirve de «lanzadera» a los mundos del recuerdo, donde podremos recuperar parte de nuestra fuerza visitando algunos arcos argumentales de la serie de animación. Parte de nuestra aventura discurrirá en Waford, donde unos colosos elementales vigilan algún tesoro oculto en la isla, y para los que deberemos hacernos más fuertes, puesto que estos colosos son bastante poderosos.
Con un constante vaivén entre mundos, nos damos cuenta rápido de algo, la esencia de lo que es One Piece no se siente por ninguna parte. Es como estar jugando un juego de rol por turnos estándar en el que los personajes van vestidos como en One Piece, no teniendo la sensación de estar en una aventura de Luffy como tal. Además, el hecho de que se reutilicen enemigos constantemente hace que tengamos la sensación de estar todo el rato haciendo lo mismo, pero en una zona diferente.
De este modo, a mi parecer, queda una historia «light», sin peso y sin giros argumentales que te hagan querer seguir, lo que deja al combate todo el peso del juego, con unos ataques y habilidades que están sacadas directamente de la serie y recreadas con un gusto exquisito, pero que como el resto del juego, al final cansan. Y es que no es lo mismo ver el «Gomu Gomu no Jet Gatling Gun» una vez en batalla, que verlo 5 en menos de 10 minutos.
Un combate interesante pero que no acaba de cuajar
Y es que cuando nos referimos al combate de One Piece Odyssey, nos referimos a batallas por turnos en los que los enemigos y nuestros compañeros se ven separados en grupos dentro de la pelea, por lo que no estaremos en un «todos contra todos» sino en una batalla en la que, por ejemplo, 5 enemigos estarán separados en 2 o 3 grupos, por lo que deberemos colocar al personaje más útil en cada «grupito». Hablo del personaje más útil porque cada uno de los personajes está asociado a un rol predeterminado, siendo los de Fuerza, Rapidez y Técnica los roles que podemos usar.
Estos roles están sujetos a un sistema de debilidades-fortalezas en las que cada uno es más fuerte que otro de los roles, pero a su vez es más débil que el restante, creando un triángulo típico de los juegos de rol en los que los elementos mágicos marcan sistemas similares. Dispondremos de la típica barra de salud y una barra que nos marca los puntos disponibles para ejecutar habilidades.
Con 4 personajes activos en la batalla y el resto en reserva, podremos cambiar entre los Piratas del Sombrero de Paja a placer, pudiendo cambiarlos de zona de combate, cambiarlos por otro personaje de la reserva o hacer que cambien de zona de combate para apoyar a un compañero. Tendremos también ataques especiales combinados en los que varios personajes se unen para asestar un golpe especial combinado que dañara a los enemigos de una forma más contundente.
Aquí no disponemos de Maná o de puntos mágicos como tal, aunque este sistema de habilidades se pueda parecer, y para recargar esta barra de habilidades bastará con usar un ataque simple o alimentar a nuestro personaje con alguna comida que tenga este tipo de efecto.
En cuanto a cómo mejoraremos a nuestros piratas, One Piece Odyssey se basa en un sistema en el que deberemos subir de nivel a nuestros personajes para aumentar sus estadísticas de combate. Además, dispondremos de otro sistema de mejoras a través de objetos que podemos colocar en una cuadrícula que podemos encontrar en el menú de equipamiento de nuestros personajes. Cada objeto tiene asociado un tamaño, una forma y unas estadísticas que se sumarán a las estadísticas básicas para mejorar aspectos como el ataque, la defensa o la evasión..
Llegados a este momento, hay que reconocer que el hecho de acabar con los enemigos de un golpe en prácticamente el 90% de las peleas hace que el combate se haga aburrido y cargante, más aún cuando has dominado el sistema de debilidades, llegando al punto de atacar sin más para evitar la duración de los ataques especiales.
Una estética muy bien conseguida
Entrando en el apartado estético, hemos de decir que es impresionante lo bien conseguidos que están los personajes y sus animaciones, tanto en las batallas como durante las conversaciones de One Piece Odyssey, así como las caras de Chopper, que están muy bien conseguidas. Los escenarios de cada una de las zonas están muy bien construidos e intentan dotar de vida al juego, aunque al final, lo poco que hay que hacer en ellos penaliza. No obstante, la realidad es que para los tiempos que corren, podría haberse conseguido un acabado mucho más pulido, ya que las animaciones destacan en exceso, dando la sensación de que algo no está bien del todo.
La paleta de colores utilizada en One Piece Odyssey es bastante correcta y no encontramos colores o contrastes agresivos que molesten a la vista. El diseño de enemigos y escenarios es uno de los puntos fuertes del juego, con todo muy bien colocado para agradar a la vista, y lo consigue, eso sí, la gran parte de escenarios se sienten vacíos y con pocas cosas a destacar, dando la sensación de ser un mundo diseñado para un juego de hace varios años.
La estética Cel Shading le siente como un guante a este tipo de juegos y en One Piece Odyssey no es una excepción. El estilo anime queda reflejado en este estilo que tampoco termina de verse pulido. Y en cuanto al rendimiento, sí que podemos decir que el juego va fluido en todo momento, teniendo un tasa de FPS muy sólida y sin caídas (o casi imperceptibles) aun cuando más elementos vemos en pantalla, sumado a tiempos de carga muy rápidos que no dan una sensación de estar frenando el ritmo cuando cambiamos de zona en el mapa.
Un sonido y un doblaje que sí están a la altura
Si nos referimos a la banda sonora de One Piece Odyssey, no referimos a uno de los puntos más cuidados junto al diseño de personajes. La banda sonora compuesta por Motoi Sakuraba es otro de los puntos fuertes del juego de ILCA. Sakuraba ha trabajado en títulos de la saga Tales of o Dark Souls, por lo que no estamos hablando de alguien con poca experiencia en el tema, y si bien hay canciones en el juego que no son nada del otro mundo, si hay un par de ellos que se quedan grabados en la mente.
Por último, pero no menos importante, queda el tema del doblaje y la traducción. One Piece Odyssey llega con voces en japonés y textos traducidos al castellano con un gran acierto y muy pocas errores visibles o importantes. El doblaje cuenta con las voces del elenco original de la serie por lo que en este apartado estamos más que encantados del resultado, viendo que cualquier escena del juego podría ser bien un extracto de la serie.
Conclusión
One Piece Odyssey es un gran juego que tiene puntos que penalizan en exceso y acaban pasándole factura. Con una historia que de primeras parece muy interesante pero que se desinfla según avanzan las más o menos 30 horas que dura y un sistema de misiones que se hace pesado, se queda en un quiero y no puedo en muchos apartados. Con un sistema de batallas que podría dar mucho más de sí, una narrativa que se hace repetitiva y unas animaciones muy fieles pero cansinas, One Piece Odyssey pierde la oportunidad de ser un juego épico y se queda en un buen juego sin más.
Sacando el fanatismo de la serie de Eiichiro Oda de la ecuación, no hay mucho que podamos destacar del juego, no tiene nada nuevo que aportar al género, pero no hay que dejar de lado el poder que tiene One Piece, y el mero hecho de jugar con Luffy y sus compañeros puede hacer que muchos de estos aspectos queden opacados y con el paso del tiempo nos acostumbremos. Eso sí, aún con todo lo dicho en este análisis, recomendamos jugar One Piece Odyssey, puesto que una aventura de los Piratas del Sombrero de Paja no debe ser pasada por alto nunca, y los más fans disfrutarán de vivir una aventura con su tripulación de piratas favorita.