Cada cierto tiempo en la industria, van apareciendo diversos juegos indies que de alguna u otra forma nos van llamando la atención, ya sea por su historia, jugabilidad, personajes o el diseño del arte. Justamente este es el caso de Onirike, un juego que, pese a no ser perfecto por diversos motivos, tiene muchos componentes que me parecieron atractivos y divertidos, a tal punto de pegarme horas tratando de avanzar.
De esta forma llega el mundo distópico y fantástico de Onirike, un juego que nos traslada al mundo de los sueños de Prieto, un niño que intentará buscar su propia identidad y crecimiento personal a través de un mundo abierto, en donde mediante una aventura no lineal, llena de desafíos de plataforma y puzzles, buscará la forma de crecer y creer en el mismo. Sin dudas, muchos valores que se conjugan en este título, el cual te invito a conocer gracias al Análisis de Onirike en Xbox One.
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El mundo de los sueños de Prieto
El título posee una historia bastante simple en el papel, pero muy simbólica y llena de valores por doquier que nos incentivan e introducen dentro de este fantástico mundo. Prieto, un joven tímido, callado y reservado, sin confianza en sí mismo, comienza a soñar y crea un mundo distópico, onírico y por sobre todo fantástico, en donde todo transcurre en un circo lleno de personajes deformes creados a partir de la imaginación de nuestro protagonista. En este mundo, llamado el Orbe, Prieto deberá cumplir ciertas tareas y obligaciones para poder avanzar y hacer que sus sueños se hagan realidad.
A través de este viaje, se juega algo muy potente, ya que nuestro protagonista deberá transitar este mundo cumpliendo objetivos que lo harán crecer en el camino, aprendiendo los valores de la vida y obteniendo confianza en sí mismo, es decir, su crecimiento personal. Es muy lindo ver como se conjuga todo, puesto que este mundo creado por Prieto, es el lugar donde van los sueños que no se hacen realidad. Será misión de nuestro protagonista, iluminar este mundo tan oscuro y entregarles vida y esperanza a los habitantes de él, para que de esta forma, el pueda hacer los suyos realidad.
Avanzar para crecer y crecer para avanzar
En cuanto a la jugabilidad, Onirike es un juego que añade grandes componentes de otros títulos y los mezcla con su propio toque personal. Es un juego de mundo abierto, en donde tendremos que explorar e ir descubriendo los misterios que posee el sueño de Prieto. Lo anterior, lo haremos a través de distintos y diversos acertijos y puzzles que, si bien no encontré que fueran tan innovadores, si son bastante divertidos. Conjuntamente, tendremos misiones “secundarias”, que ayudan a complementar la historia en cuanto a los valores que entrega, pero que en gran medida sirven para poder alargar un poco más la historia.
Uno de los puntos que creo le da la profundidad al título, es el sistema de exploración. La historia transcurre en la noche (por los sueños de Prieto), razón por la cual durante el día, tendremos que conseguir las llamadas esporas de gypsophila. Estas nos permitirán plantar las flores de gypsophila, las que se encargarán de no hacernos desaparecer en el mundo. Además, el hecho que el título no tenga diálogos, sino que una narradora vaya contando la historia y haciendo las voces como si de un cuento o fábula se tratase, le da un gran toque distintivo y característico. Sin dudas, una excelente inclusión.
Los aspectos negativos que tiene la jugabilidad de Onirike, son los controles y las acciones de Prieto. Al explorar y recorrer el mundo haciendo las aventuras de plataformas, el control y manejo del personaje se hace un poco tosca y lenta en ciertas ocasiones, lo que resulta no muy intuitivo. Conjuntamente, el juego consta de tan solo tres acciones; plantar las esporas, saltar y escondernos mediante invisibilidad. Habría sido genial y más entretenido haber tenido más acciones para poder interactuar de otras formas con el mundo, para que fuera mucho más vivo. Lamentablemente, se queda al debe.
Un hermoso mundo mal optimizado
El apartado técnico de Onirike es quizás su lado más negativo y positivo a la vez. Es una dualidad tremenda, me explico. En cuanto al apartado gráfico, sonoro y diseño de arte, es simplemente hermoso. Todo está bien justificado, cuidado, en su lugar, con un diseño de personajes dibujado que están dentro de la idea de que el juego sea como un cuento o fábula, sumado a los escenarios y el toque oscuro, es simplemente atractivo. Además, vale decir que el juego está a una perfecta resolución 4K, ya que los detalles se ven muy bien.
Conjuntamente, el sonido destaca y complementa de excelente forma la gráfica. Está desarrollado de una forma muy tenue, incidental, con detalles distintivos, acompañados de una música simple pero que atrapa, que se convierte en el aliño perfecto para este plato. Sin embargo, la mayor debilidad también es lo mal optimizado que se encuentra para la consola (jugado en Xbox Series X). Llegando a duras penas a los 30 fps, con caídas muy frecuentes en muchas partes del título, ralentizaciones y mal movimiento del personaje cuando salta los obstáculos por ejemplo, hacen que todo lo lindo y atractivo que te resulte, se empañe con la mala optimización que tiene. Una pena la verdad.
Análisis de Onirike – Conclusiones
Sin dudas Onirike es un juego atractivo, lindo y con mucho potencial por la historia y los valores que entrega, siendo realmente un aprendizaje, una fábula hecha videojuego. Los distintos desafíos y puzzles si bien no son innovadores, son divertidos de hacer a la largo del trayecto. La idea sobre el mundo onírico es realmente buena e interesante, que mezclada con el arte, es una jugada bastante acertada. Lamentablemente, la mala optimización que posee, junto a unos detalles de ralentización en la jugabilidad, lo hacen empañar todo lo bueno que genera, incomodando en ciertas ocasiones y deseando la salida de un próximo parche.