Nuestro análisis de Outcast: A New Beginning comienza por una mirada al pasado. Hoy día estamos acostumbrados a los juegos de mundo abierto. Muchos de vosotros y algunos de nosotros, incluso, estamos algo abrumados por lo populares que se han vuelto y lo complicado que es encontrar uno que realmente tenga todos los elementos para engancharnos durante horas. No obstante, los mundos abiertos en los videojuegos no eran precisamente lo más común en la década de los 90.
Outcast comenzó sus andanzas precisamente en esa década, cuando su primera entrega vio la luz allá por el año 1.999. Por entonces, que no quedaba mucho para el lanzamiento de la primera Xbox, Outcast nos ofreció un mundo abierto que nos cautivó y que disfrutamos en gran medida. Este gran título se llegó incluso a remasterizar en 2017, con el nombre de Outcast: Second Contact. Ahora, por fin, podemos jugar a su secuela y ver cuánto ha cambiado el mundo de Adelpha.
Análisis de Outcast: A New Beginning
Volvemos a Adelpha, un mundo rico y lleno de vida
Afortunadamente, si no habéis jugado al juego original, podéis sumergiros sin problemas en la historia de Outcast: A New Beginning. Cutter Slade es el protagonista de ambos títulos y parece que aquí ha perdido todos los recuerdos de su aventura anterior en Adelpha. Este planeta alienígena nos ofrece toda una serie de misterios y peligros que tendremos que desvelar poco a poco.
Lo primero de todo es que Adelpha, por desgracia, se encuentra en una especie de guerra entre la especie nativa, los Talans, y unos invasores humanos a los que tendremos que parar. Cutter Slade llegará a este planeta y pronto será catalogado como una especie de mesías por los Talans. Sus dioses, llamados Yods, predijeron la llegada de Cutter y su papel a la hora de influir en el destino del planeta.

Para vernos enfrascados en una misión en la que, literalmente, tenemos que salvar el planeta, Cutter se lo toma con bastante filosofía. Es uno de los puntos fuertes del juego, ya que pasaremos muchas horas conversando con NPC, viendo distintas cinemáticas y el protagonista sabe aportar un toque de humor a la mayoría de las conversaciones, especialmente cuando intentemos lidiar con la cultura local.
Porque Adelpha es un planeta muy vivo. Ya en el original tuvimos que lidiar con mucha flora y fauna, pero la secuela tampoco se queda corta. La riqueza de ecosistemas es palpable y tendremos que pasar por densas selvas, volcanes, llanuras y un largo etcétera. Aunque puede abrumar un poco a simple vista, movernos por todos estos biomas será una tarea sencilla gracias a nuestro jetpack, que tendremos desde el principio y podremos ir mejorando para aumentar su movilidad.
Las herramientas de Cutter para volver a casa
Cutter Slade es un exmarine que poco recuerda de su pasado. Lo que si tiene claro es que tiene una hija y quiere resolver la situación en Adelpha para poder volver a casa. Una misión que os llevará fácilmente unas 30 horas de juego (más si os dedicáis a explorar cada rincón del juego y a completar misiones secundarias), aunque dependerá del interés que tengáis en resolver la trama principal del juego o daros un garbeo por el planeta.
Cutter pronto se hará con un jetpack para poder explorar el planeta, pero no llegaremos muy lejos sin mejorar las habilidades y las armas que iremos encontrando. Las armas se pueden personalizar hasta hacerlas completamente únicas y las habilidades nos permitirán no solo aumentar nuestra salud o escudos, sino también desbloquear poderes muy interesantes.
Por supuesto, muchas de las misiones pasarán por conversar con los Talans y el resto de habitantes que ahora pueblan el planeta. El juego tiene multitud de diálogos con los que podréis empaparos de la historia del planeta y que os permitirá averiguar los motivos por los que los humanos han invadido el planeta. Al principio no será sencillo eso sí, porque utilizan un idioma propio que intercala palabras inteligibles con otros términos algo complejos de asimilar.
La parte de exploración que más disfrutaréis será cuando os hagáis con las mejores del jetpack, que os permitirán literalmente planear por el cielo y desplazaros muy rápidamente. Por si esto no fuera poco, más adelante podremos usar una montura o directamente realizar un viaje rápido usando los portales que iréis desbloqueando a medida que avance la historia.
¿Rendimiento o calidad? Tu eliges como explorar Adelpha
Outcast: A New Beginning se ve precioso en la mayoría de los biomas que se nos presentan en el juego. Este título nos da la opción de jugarlo en modo calidad, manteniendo unos gráficos cercanos al 4K, o en rendimiento, en cuyo caso disfrutaréis de una mejor tasa de frames. Nosotros os recomendamos el modo rendimiento, ya que en modo calidad notaréis algunos tirones, especialmente cuando estéis en entornos saturados de elementos o en las ciudades del juego.
Pasaréis mucho tiempo en estas últimas, al menos si queréis completar las misiones secundarias del juego. Tendréis que participar en la resolución de más de un conflicto, aunque no todo se resolverá por la fuerza. Cutter siempre intentará ser sarcástico y darle un toque de humor a muchas de las conversaciones, pero la mayor parte de las veces eso se traducirá en un choque cultural.
La banda sonora no se queda muy atrás, aunque hemos echado en falta que fuera algo más épica. La mayor parte del tiempo acompaña bien a los momentos de exploración y se vuelve tensa en los momentos de combate, pero tampoco es excelente al punto de ser algo que recordéis mucho después de haber jugado el juego.
Recolecta recursos, personaliza tus armas y potencia a Cutter
La mayor parte de vuestras misiones os llevarán a recolectar recursos, derrotar criaturas por encargo o destruir alguna localización. No es que haya una gran variedad, pero como ya os comentábamos más arriba, la exploración es lo más interesante de este videojuego. No solo necesitaréis recolectar recursos para cumplir algunas misiones, sino que también será necesario para mejorar nuestras armas y para potenciar nuestras habilidades.
El combate no destaca demasiado. Aunque al principio nos recordó mucho al visto en juegos como Mass Effect, la inteligencia artificial no es lo que dice muy inteligente y en ocasiones los enfrentamientos se vuelven demasiado sencillos. No es que tengamos la necesidad de convertir el combate en un Dark Souls, pero se echa en falta un poco más de pulido en este aspecto.
Conclusiones de Outcast: A New Beginning
La secuela de la franquicia Outcast ha vuelto con buen pie. El planeta de Adelpha es bonito por sí solo para explorarlo por completo y las misiones se os harán relativamente entretenidas. Tendréis por delante más de 30 horas de juego, más que suficientes para que el título os divierta sin que se acabe haciendo más pesado de la cuenta.
La personalidad de Cutter, la gran cantidad de armas y habilidades a vuestra disposición y la exploración de Adelpha son, sin duda, sus puntos fuertes, aunque el combate no es todo lo elaborado que nos hubiera gustado y las misiones secundarias se puedan hacer, en ocasiones, algo repetitivas. Outcast: A New Beginning es una buena oportunidad para lanzarse a conocer la saga y es probable que os de muchas horas de diversión si sois fans de la exploración de mundos abiertos. Una historia sencilla de ciencia-ficción como las de hace muchos años que en el peor de los casos os entretendrá entre juegos más ambiciosos y comehoras.