Cuando te encuentras con una obra única, ya sea un libro, una película o un videojuego, sientes que necesitas compartir esas sensaciones que transmite dicha obra con todos los que te rodean porque piensas que, de algún modo, no vas a estropearles la experiencia con los detalles que vas a contarles aunque, en realidad, si lo haces.
Algo así me ha pasado con Oxenfree. He ido apuntando cosas, hasta el más mínimo detalle, sensaciones, momentos, pinceladas de genialidad de la gente de Night School Studio y cuando he terminado el juego y he mirado las notas he pensado ‘’¿Para qué?’’. No puedo utilizar ninguna de mis notas para el análisis de Oxenfree ya que hay que medir muy bien las palabras, incluso las imágenes que utilizo, para no reventaros una de las mejores experiencias que he tenido en los 20 años que llevo jugando.
El análisis de Oxenfree será ‘educado’ y cuidadoso, tanto es así que he decidido no utilizar prácticamente el material que he ido capturando ya que siempre hay ‘algo’ que podría fastidiar el viaje del juego. De hecho, es complicado enfrentarse a este texto ya que la propia compañía da muy poco margen y permite hablar de bastante poco en el análisis sin embargo, seguid leyendo y luego, por favor, id a por un juego mágico, maravilloso y que no os dejará indiferentes.
I love you…
Oxenfree comienza de manera abrupta, en un ferri que nos llevará a una misteriosa isla abandonada. Hay un chaval que está hablando pero que no sabemos quién es. Ah, vale, parece que se llama Ren debido a los subtítulos… y ese otro adolescente con el que habla es Jonas. ‘’Alex, ¿estás despierta?’’. Vale… vale, parece que somos esa chica con pelo azul y nos llamamos ‘Alex’, me gusta. El tal Ren es nuestro amigo, parece, y Jonas es nuestro hermanastro. No está mal. Como iba contando, Oxenfree comienza en un ferri en el que Alex, Jonas y Ren se dirigen a una antigua isla utilizada por los militares para… bueno, para eso que hacen los militares, entrenar, maniobras, estudiar… sin embargo, la isla lleva muchos años desierta dios sabe por qué.
A nosotros eso nos da igual, sólo vamos a tomar unas cervezas a la playa, una preciosa cala que hay en la isla donde los jóvenes suelen ir a pasar el rato. Además, parece que no habrá mucho movimiento debido a que estamos en el último ferri del día y vamos sólo nosotros tres. Una vez en la isla nos encontramos con Nona y… *ugh*, Clarissa, a quien odiamos, al parecer.
Bueno, cogemos una cerveza, nos fumamos un pitillo (o no)… y ahí está, una cueva que, como buen adolescente que somos, no podemos dejar pasar desapercibida y, claro, nos metemos con Ren y Jonas. ¡Ah!, importante, tenemos una radio, una de esas analógicas con antena sin embargo no sé para qué narices la tenemos porque no hay señal en la isla desde hace años, o eso creíamos. Al entrar en la cueva escuchamos una serie de ruidos, Jonas se hace el machote y va a explorar yendo nosotros, como buena hermanastra responsable, tras él para que no le ocurra ninguna desgracia. Una vez estamos en lo más profundo de la cueva vemos algo flotando… ¿qué? Encendemos nuestra radio, empezamos a mover el dial y el mando vibra, un pitido… estática… y todo se vuelve blanco.
Ahí es donde empieza realmente Oxenfree. Todo lo anterior, unos 15 minutos, han sido una mera introducción. Cuando recuperamos la visión nos damos cuenta que estamos junto a Jonas pero en un lugar muy lejano a la cueva. ¿Dónde estarán los demás? Comienza aquí una trepidante aventura en la que iremos tras nuestros amigos y donde sólo perseguiremos una cosa, volver a casa sanos y a salvo pero, para eso, tendremos que sobrevivir una larga noche en una isla abandonada donde lo sobrenatural estará muy presente y, donde nada es lo que parece, donde tendremos que medir mucho nuestras palabras y donde, en definitiva, nos enfrentaremos a nuestros miedos. Empieza una aventura sobre la amistad, la pérdida, el dolor y las preguntas que todos nos hacemos ante lo desconocido y donde la inutil, en principio, radio se convierte en la herramienta más preciada del juego, capaz de abrirnos todas las puertas y de llevarnos a otros mundos.
Un juego de personajes
Oxenfree es un videojuego muy particular, realmente muchos ni lo considerarán un videojuego, sobre todo aquellos a los que los títulos de Telltale no les parecen juegos sino series interactivas. El juego de Night School Studio va un paso más allá y no requiere que seamos hábiles con el mando. En los juegos de Telltale aún hay QTE pero aquí lo máximo que haremos será rebobinar unas cintas y buscar el dial correcto en nuestro receptor de radio. Después de leer esto seguro que muchos dejáis de prestarle atención al análisis y al propio videojuego. Bien, vosotros os lo perdéis. Oxenfree no necesita una jugabilidad como la que estamos acostumbrados, simplemente se apoya en la narrativa para crear en ciertos momentos una escena inquietante. Es decir, lo que otras compañías hacen con un ridículo ‘’pulsa X para mostrar sentimientos’’ Oxenfree lo consigue con los botones X,Y y B, los que nos permitirán abrir las diversas líneas de diálogo. No necesita apoyarse en estúpidos recursos que dejan en evidencia una industria cada vez más madura pero que, a veces, hace retroceder unos años este medio de entretenimiento.
Y tenéis razón, Oxenfree tiene muy poco de videojuego pero es una experiencia tan rotunda y buena que deja en pañales a otras propuestas narrativas creadas hasta la fecha. Joder, Oxenfree consigue despertar sentimientos como los que el jugador tiene con Gone Home o Stanley Parable. Es diferente, es interactivo, sí, pero se sale tanto de lo común en un videojuego que es hasta difícil de entender.
Oxenfree no se entendería sin sus personajes, unos personajes que tienen su vida antes… y después de los sucesos del videojuego. ¿Cómo han llegado hasta aquí? No lo sabemos. ¿Qué pasará después? Ni idea. No esperéis un Life is Strange o un The Walking Dead donde los personajes son detallados al extremo y conocemos enseguida sus inclinaciones, esos juegos se apoyan en eso, en crear lazos jugador/personaje muy fuertes. Oxenfree consigue esto mismo pero de un modo diferente. Por ejemplo, a mí en The Walking Dead me interesaban Clementine y Lee, los demás me importaban un carajo, hablando mal. Si algo le pasaba a uno de esos dos personajes es como si me pasara a mí. Sin embargo, en Oxenfree, aunque Alex también me importa, y todos los demás, el sentimiento que experimenté es el de: ‘’tengo que cuidar de este grupo de adolescentes hormonados’’. Eso al principio, claro, ya que, aunque considero que el juego no permite crear lazos tan fuertes entre el jugador y los personajes si que es cierto que me preocupaba, y mucho, por todos. Quería que todos estuviesen a salvo y, en ciertos momentos, cuando algo le ocurría incluso a la petarda del grupo… bueno, es algo que tendréis que experimentar, lo que yo sentí fueron escalofríos por la espalda, algo que ni la ‘experta’ Telltale ha conseguido. Y no estoy hablando de ‘soltar lagrimilla’, eso se le da mejor a Telltale, sino de un sentimiento más profundo. The Walking Dead empezaba, terminaba… y ya. Yo quiero conocer lo que les ha pasado a estos chavales después de los sucesos de Oxenfree y como han seguido con sus vidas en función de un final u otro (hay varios).
Arte
No hay ninguna pega que pueda ponerle al apartado visual de Oxenfree, no es ninguna proeza pero es muy bonito y consigue meternos de lleno en el mundo que propone, tanto en la isla como en el sobrenatural. Los efectos cuando las criaturas o lo que sean aparecen es realmente bueno, la estática, el ruido… todo consigue que nos creamos el mundo que ha construido el pequeño estudio de Night School. Sin embargo el apartado sonoro si es digno de alabanzas y es que, al igual que la narrativa, lo es absolutamente todo en Oxenfree.
Ya he comentado que el juego se basa en las relaciones entre los personajes y, además, las reacciones de los mismos ante los sucesos que acontecen en la aventura. No tiene precio escuchar, sobre todo a Alex, como viven nuestros personajes los diferentes bucles y todos esos sucesos extraños e inexplicables. Las voces de todos y cada uno de los actores y actrices que dan vida a los personajes son excelentes, la interpretación puede ser la mejor que he podido disfrutar en un videojuego. Eso si, os aviso, el juego está en completo inglés, aunque lo traducirán más adelante, y las expresiones que utilizan no son demasiado sencillas para gente sin mucho nivel del idioma, sobre todo por lo rápido que hablan o las expresiones abreviadas en los subtítulos como ‘dunno’ en lugar de ‘I don’t Know’.
La música, por su parte, puede que no tenga ningún tema remarcable, Life is Strange no tiene ni uno que no lo sea, por ejemplo, pero es indispensable para crear esa sensación de tensión en muchos puntos de la aventura.
…I love you too
O lo amas o lo odias, así es Oxenfree, una mezcla entre serie de adolescentes con sucesos paranormales donde lo más importante es lo que nos cuentan y, sobre todo, la manera en la que lo cuentan, con unas actuaciones sublimes por parte de los actores de doblaje que consiguen que nos creamos a los personajes y sus sentimientos.
Podría parecer perfecto pero… ¿lo es? Bueno, no hay producto perfecto y Oxenfree, por supuesto, no se libra. Hay ciertos momentos en los que no hay diálogo ni música y, la verdad, en un juego ‘walk and talk’ deberían llenar cada hueco con diálogos, siempre que no sean silencios intencionados, claro. No lo sé, cuéntame algo más del pasado de uno de los personajes (no hay narrador, me refiero a que los propios personajes indaguen de forma más profunda en el prójimo), habla de cosas intrascendentes, cuenta… ¡cualquier cosa! Son adolescentes y deberían hablar de todo, de cualquier cosa trivial. Sin embargo, ese concepto de ‘adolescencia’ me viene genial para hilar otra sensación. Y es que, en todo momento me da la impresión de estar controlando a diecisieteañeros. Tienen conversaciones absurdas, expresiones coloquiales y no se comportan como adultos, eso es lo importante.
Son 20€, una noche sin salir, por los que, a cambio, recibiréis una experiencia inolvidable de unas 5 horas, cogiendo todos los coleccionables, que encima no es que podáis sino que debéis repetir para conseguir otros finales, otras relaciones durante la aventura, otras conversaciones, otras sensaciones, otros sentimientos…. Lo siento, os dejo, voy a encender la consola y a pasármelo por tercera vez.