Después de probar la beta de PES 2018, hablaba sobre la importancia que en el juego de Konami tiene la física del balón. Una pieza totalmente clave en la saga, y alrededor de la que gira cada entrega. Incluso en sus peores años, Konami ha intentado hacer que el balón sea el elemento principal de los partidos. Una buena decisión que lo ha hecho diferenciarse de su principal competidor, a pesar de haber flojeado en otros aspectos. Con PES 2018 eso vuelve a ser así, pero además viene acompañado de una serie de virtudes que hacen de esta entrega la mejor de los últimos años, rivalizando únicamente con la diversión de los PES más clásicos. Os lo contamos con más detalle en nuestro análisis de PES 2018 para Xbox One.
Análisis de PES 2018 en Xbox One
Como comentaba, las buenas sensaciones que ya pude experimentar durante la beta y la demo, se han transmitido al juego final tal cual cabía esperar. Hay todavía algunos aspectos que están por pulir, además de unas licencias que siguen escaseando. Veremos estos temas más adelante, pero empecemos ahora por lo mejor, lo que convierte a PES 2018 en un título de fútbol muy a tener en cuenta por los aficionados: la jugabilidad y las sensaciones que experimentamos durante los partidos, con el balón sobre el césped.
Más allá de cualquier cambio que se haya implementado con respecto al año pasado, lo que destaca en este PES 2018 es la facilidad para crear todo tipo de jugadas. Se ha conseguido que realizar cualquier tipo de acción se convierta en algo muy intuitivo, entorpecido tan solo por alguna que otra impureza en el control y transición de animaciones. Con esto último parece que todavía no se ha logrado el equilibrio perfecto, y algunos movimientos siguen pareciendo más una excusa para lograr esa ralentización del ritmo de juego, que se estaba buscando, que otra cosa. No se trata de algo que estropee las buenas sensaciones de control, pero al ojo es cierto que no llega a ser todo lo natural que podría.
Si nos olvidamos de este pequeño detalle, el manejo y la precisión lograda en el control es estupenda, así como la impresión de que podemos elaborar cualquier tipo de jugada que se nos venga a la cabeza, ya sea una individualidad, un pase en profundidad o una triangulación. Esto, por supuesto, no garantiza que la jugada vaya a salir bien, hace falta práctica, contar con jugadores hábiles en lo suyo y saber leer bien el momento justo en el que realizar la acción. Pero el dinamismo de los partidos, la lograda IA y los ajustes de control, hacen que todo esto nos salga de forma muy clara y, por lo tanto, satisfactoria.
La mejora de las físicas no solo afecta al balón, que es una vez más el auténtico protagonista del juego, sino a los choques y lances del juego. La sensación de robar balones por forcejeos, entradas a ras de suelo o saltos, está muy bien conseguida y ayuda mucho a que veamos los partidos de forma tan orgánica, aunque defender optando por cubrir hueco sí se hace a veces un poco incómodo. Al final todo esto se transmite en partidos muy vivos, en los que siempre ocurren cosas diferentes, y tan divertidos como adictivos. Con el balón en marcha, PES 2018 es más profundo y exigente, pero también más sencillo e intuitivo.
¿A qué jugamos?
Por muy bien que nos lo pasemos jugando partidos, luego también necesitamos un poco de chicha para dar un trasfondo a esos duelos. Los modos de juegos que incluye PES 2018 para ello son los viejos conocidos de la saga. A los habituales partidos de exhibición, se une la UEFA Champions League (también la Europa League y la competición asiática), la Liga Master, el modo Ser una Leyenda, Divisiones, un nuevo modo cooperativo, y PES League y myClub. No son pocos, desde luego, pero les vendría bien un lavado de cara.
A pesar de las licencias de las competiciones internacionales de clubs -eso de jugar una Champions como competición única como que no tiene tanta gracia-, la Liga Master es un año más el modo estrella y donde más merece la pena centrarse. Embarcarse en la aventura de hacer crecer a nuestro club desde abajo sigue siendo tan adictivo como siempre. Lo malo, y aquí entramos en los aspectos negativos de PES 2018, es la reiterada ausencia de novedades y de algunas opciones que se echan en falta para convertirlo en algo todavía más completo. Por poner un ejemplo, no contamos con ningún tipo de personalización para la equipación o el escudo del club, algo que estuvo en otras entregas y que se eliminó inexplicablemente, ya que ayuda a crear esa idea de pertenencia.
Claro que podemos hacerlo previamente a través del completo editor del juego, pero no es lo mismo. De hecho, da la sensación de que Konami se apoya demasiado en dicho editor. Vale que no contamos con muchas licencias oficiales, pero el empeño puesto en crear equipaciones (primera y segunda) de los equipos sin licencia es nulo; tanto es así que en bastantes ocasiones parece casi inevitable jugar un partido con vestimentas que se diferencien bien entre ambos conjuntos sin haber pasado antes por el editor. Otro problema que arrastra del año pasado y que a Konami parece no importarle. No creo que costase tanto al menos intentar poner a los equipos equipaciones con colores similares a los reales.
Al final son este tipo de detalles los que terminan empañando el acabado final de un juego excelente en el plano puramente jugable. Igual que la falta de algunas opciones básicas en los modos de juego, o unos menús más engorrosos de lo necesario cuando se cuenta con ellas; como ocurre en el modo MyClub, al que todavía no estoy seguro si le sobra complejidad o si no le he terminado de pillar el gancho, pero hay algo en él que no me termina de encajar, como en entregas pasadas -ofrece muchas variantes, pero no cuenta con el carisma de la Liga Master, y los micropagos no son el camino-. U otro error en relación a esta dejadez, en el modo Ser una Leyenda hay que descubrir cómo usar una cámara que siga el recorrido del balón en lugar del nuestro (por si os lo preguntáis es el botón «menú»). Y si no, nos pasamos medio partido sin saber qué está ocurriendo en el campo, a menos que usemos una cámara muy amplia.
Si lo que os gusta es jugar online, puedo decir que en lo que he jugado no he experimentado problemas de conexión, y están más o menos los habituales modos, al que se suma un cooperativo bastante interesante. Pero los partidos siguen sin encontrar el equilibrio del offline. Los resultados son por lo general algo más extraños, ya que marcar, incluso con la importante mejoría de los porteros en esta entrega, sigue resultando más sencillo de lo normal, y los resultados por lo general acaban siendo más abultados de la cuenta. Si os conseguís olvidar de ello, tendréis de todos modos unos partidos tan divertidos como los que podéis jugar offline.
Luces y sombras
Gráficamente luce mejor que nunca, Konami ha sabido exprimir mejor este año el motor FOX Engine, obteniendo resultados fotorrealistas en las escenas, y un resultado muy vistoso in-game. Es especial, como es lógico, en los equipos licenciados. Si dejamos a un lado la cuestión del sonido, no por la banda sonora sino por los comentarios, que no son tan malos tanto por culpa de Maldini y Carlos Martínez como por lo mal implementados que están, PES 2018 presenta un acabado técnico bastante bueno. Tenemos que perdonarle, como decía antes, esos detalles relacionados más con la producción final que con un problema más hondo.
PES 2018 es la mejor entrega de la saga de los últimos 10 años, que no es decir poco. Por lo menos, lo es si nos limitamos a su valor jugable. El control es muy intuitivo y nos permite hacer casi cualquier cosa que se nos ocurra de forma muy precisa (siempre que dispongamos de la situación y jugadores apropiados), y el resultado en pantalla de lo que ocurre en los partidos es muy natural, a excepción de alguna impureza menor. Pero inexplicablemente seguimos topándonos con cierta sensación de dejadez por parte de Konami en otros aspectos. No digo ya que me importen las licencias, pero sí que al menos se cuiden mínimamente las equipaciones «falsas», o que los menús no tengan un diseño tan torpe, o que se ponga un poco más de empeño en los comentarios. Pequeños detalles que empañan un gran juego de fútbol que seguro que no decepcionará a los fans de la saga, los que buscan fútbol de verdad.