Riverbond es otro claro ejemplo de como la maquinaria de los juegos independientes funciona a todo tren y sin importar la época del año en la que estemos, vemos lanzamientos de todos gustos y colores que acaban sorprendiendo por una cosa u otra.
Desde el primer día que lo vimos, Riverbond en lo primero que destaca en su puesta en escena, con ese estilo voxel que logra presentar sin ser demasiado barroco y el original diseño de sus escenarios. A todos los amantes del género, lo siguiente que nos llamó la atención fue su propuesta dungeon crawler que prometía mazmorras llenas de enemigos y jefes.
Una vez hemos podido jugarlo en profundidad, vemos que este lanzamiento de CocoCucumber tiene tantas virtudes como defectos, y apunta a un sector concreto del público más de lo que podría parecer en u principio. A continuación, repasaremos todo lo que tiene que ofrecer este juego en nuestro análisis de Riverbond.
Dungeon crawler de corte arcade
Cuando conocimos la existencia de Riverbond, su propuesta jugable y planteamiento hicieron pensar que podríamos estar en frente de un action RPG tradicional, pero nada más lejos de la realidad. Es un juego de acción, por supuesto, y tiene algunos toques ínfimos de lo que podría ser una experiencia con algo de roleo, pero tanto su aspecto narrativo como su estructura están pensados para ofrecer una jugabilidad totalmente arcade sin mayor profundidad. No encaja en ese «Minecraft meets Diablo» con el que era promocionado por sus creadores
El juego se divide en 8 niveles independientes y, prácticamente, no encontramos un nexo común que los una a nivel narrativo o contextual. Damos por sentado que hay que limpiar el lugar de enemigos y matar al jefe de turno para liberar la zona y poco más. Encontramos algunos NPC con los que hablar, pero su presencia es meramente testimonial y los diálogos en su mayoría son superfluos y sin interés. Tampoco pretende tal cosa.
Riverbond pone todos los esfuerzos en su jugabilidad, como decimos, no es un action RPG tradicional, ni pretende serlo. Al contrario, apuesta por una acción rápida, simple, efectiva y rejugable tantas veces quieras.
El espíritu arcade está más que presente en su estructura de niveles independientes y el diseño de los mismos, pensado para ir recogiendo monedas y coleccionables durante la partida al tiempo que intentamos terminar el nivel en el menor tiempo posible para conseguir la mayor puntuación.
Su acción bebe mucho de los dungeon crawler tradicionales, tanto en exploración como combate, pero de manera muy simplificada. Los escenarios, por lo general, no son demasiado grandes ni ofrecen demasiadas rutas alternativas, pero destacan por ser prácticamente destruibles al completo, lo que origina un buen caos en las batallas y permite mayor interactividad con las estructuras. Lo bueno de su diseño es que sí premia la exploración con coleccionables y armas. El combate, por su parte, se reduce a tan solo dos tipos de arma y una habilidad.
Contamos con un arma cuerpo a cuerpo, que será el arma principal que usaremos en la mayoría de combates, y un arma a distancia. El combate se limita a realizar ataques rápidos con el arma o un ataque cargado manteniendo pulsado el mismo control, atacar de lejos con el arma a distancia y de vez en cuando usar la habilidad de zona cuando estemos rodeados por enemigos.
Perfecto para jugar con los más pequeños
A lo largo de cada partida iremos encontrando nuevas armas, cada una con unas características distintas, y no solo por su apariencia, también por su velocidad o tipo de ataque. Unas serán más rápidas, más lentas, de ataque recto o en círculo, es cuestión de probar y elegir la que más se adecue a cada situación. Es simple, tanto como para ser un juego ideal para disfrutar con niños gracias a su sencillez de planteamiento, su modo multijugador cooperativo de hasta cuatro jugadores y, por supuesto, a su apartado gráfico y artístico.
Si hay niños por casa, Riverbond es una manera excepcional de introducirles en el mundo de los videojuegos. Es sencillo de entender y manejar, entra fácil por los ojos por su estética voxel colorista y unos diseños que tiran hacia un público infantil más que a un jugador adulto, que podrían quedarse más frío jugando como un trozo de sandía o empuñando una piruleta. En general, el aspecto visual es efectista y resulta agradable y vistoso.
Aquí reside el gran potencial de la propuesta de Riverbond, disfrutar de los niveles en compañía de otros tres jugadores de forma local e intentar batir el cronómetro. Hay un buen número de extravagantes personajes jugables para elegir y a lo largo de la aventura se van descubriendo más, incluidos cameos de otros conocidos juegos independientes. Encontraremos, por ejemplo, al protagonista de Bastion, Guacamelee, Shovel Knight o Enter de Gungeon.
Conclusiones
Riverbond nos deja con un sabor agridulce en la boca. Puede que nos hubiera gustado que girase hacia una acción rolera para aprovechar su jugabilidad al estilo dungeon crawler tradicional, en vez de proponer una estructura pensada para partidas rápidas de corte más arcade. Aun así, el combate es divertido y ágil, su estética voxel está bien lograda y aunque sus diseños sean en ocasiones infantiles, son bastante originales.
En definitiva, no viene a revolucionar nada, pero Riverbond es una propuesta muy a tener en cuenta para todos aquellos a los que les guste una partida rápida de vez en cuando para acabar con unos cuantos enemigos y hacer frente a un puñado de jefes. También es una opción ideal para pasar una tarde en familia y jugar con los más pequeños de la casa, no hay duda de que tanto la acción como los diseños serán de su agrado.