No sé concretamente en qué es en lo que más se inspiraron en iFun4All a la hora de crear Serial Cleaner, el carismático personaje que protagoniza este curioso título de infiltración. Sé, a ciencia cierta, que la mítica figura del Señor Lobo de Pulp Fiction tiene algo que ver, pero también un sinfín de referencias de cine de los 70/80 y mucho humor negro. Porque en el fondo este Señor Lobo es muy diferente, trabaja totalmente solo, y desde luego su poco reparo a mancharse las manos a la hora de cumplir sus metas en la vida (entre las que se incluye limpiar bien cada escena de asesinato), lo convierten en un personaje mucho más mundano, vulgar y en definitiva, apropiado para convertirse en todo un Serial Cleaner. Os lo contamos en nuestro análisis de Serial Cleaner para Xbox One.
La carrera del Serial Cleaner
Y oye, la situación en la que me imagino jugando con un personaje que se dedica a limpiar las escenas de los crímenes y salvar los papeles a lo malos, no desmerece para nada. Eso sí, aunque Serial Cleaner nos presenta un personaje curiosamente trabajado, y su jugabilidad es bastante maja, lo que hay en el fondo es un título que no ofrece demasiadas posibilidades. Supongo que quizás aquí es mejor quedarse con que, lo que hace, lo hace bien; y con que ya vendrá lo demás en otra ocasión.
Una vez nos ponemos al lío, nos encontramos con tres acciones básicas que deberemos ir realizando para superar cada uno de los 20 niveles que componen el juego. Todas se resumen en limpiar, cómo no, pero varían entre recoger cadáveres, recoger pruebas de los crímenes accidentes, y limpiar la sangre del suelo. El proceso para los cadáveres pasa por transportarlos desde donde se encuentren hasta nuestro coche u ocasionalmente otros lugares, mientras que las evidencias desaparecen de inmediato una vez recogidas. En el caso de la sangra, no necesitamos limpiarla absolutamente toda, pero sí la mayoría (en función de la cantidad que se nos exija en cada nivel), mediante una especie de aspiradora que pasamos al pulsar el gatillo derecho.
Hasta aquí todo bien. Pero esto de limpiar no tendría ninguna gracia si no fuese por un cuerpo de policía bastante comprometido con el crimen y siempre dispuesto a sacar la porra a la mínima ocasión. Esos que siempre llegan a la escena del crimen antes que nosotros, y a los que deberemos marear en cada nivel para ir apartando cadáveres y pruebas delante de sus narices. El funcionamiento es bastante clásico en este sentido. Los policías tienen un rango de visión que se nos muestra en pantalla, y van dando vueltas por el escenario de forma más o menos fija pero con alguna variable que hace el juego más interesante. Nosotros deberemos ir esquivando sus miradas mientras pillamos coberturas y nos valemos de algunos escondites como armarios, cajas o puertas.
Repasando bien el suelo
Todo es bastante simple, pero se hace entretenido, sobre todo, gracias a ese factor de aleatoriedad que el juego introduce de vez en cuando; ya sea en los movimientos de los policías o en la disposición de los objetos del escenario, que hacen que la memorización del nivel no llegue a ser del todo infalible y le aportan algo de rejugabilidad. El problema en realidad es que no hay mucho más donde rascar. Algunos objetos extra que al encontrar nos proporcionarán niveles extra y algunos trajes para el personaje. Pero todo resulta, quizás, demasiado simple y poco arriesgado.
Lo mejor eso sí, y donde se demuestra el mimo que iFun4All ha puesto en Serial Cleaner, es que todo se encuentra cargado de divertidas referencias, sobre todo al cine de gánsters, boxeo y humor negro. Y un personaje protagonista, como decía, lleno de carisma, al que acompaña en general el diseño artístico del juego. Es sencillo también aquí, pero sin manchas, todo está donde y cómo debe. También cumple bien en control y curva de dificultad, cosa que no siempre se puede decir.
Conclusión
Serial Cleaner cumple como un entretenido, clásico y simple juego de infiltración. Está cargado de humor y buenas referencias, sobre todo al cine de gansters, pero al humor negro en general. Limpio técnicamente y con mimo en el detalle, pero que no aporta nada realmente novedoso (no estoy del todo seguro de si es ya algo que debamos exigirle a los títulos independientes).