Uno de los fenómenos virales de los últimos años ha sido la creación de Eric Knudsen, un usuario de foros que ‘trastocan’ la realidad para adaptarla a las fantasías de los usuarios. Fue así como surgió uno de los iconos del terror adolescente de estos últimos años, apoyado por la labor de los youtubers y, sobre todo, del mejor viral de todos: Slender: The Eight Pages, un juego free to play para PC que apareció en el año 2012 y que sirvió para popularizar la creación de Knudsen.
Ahora, años después y tras su paso por PC, Xbox 360 y PS3, llega Slender: The Arrival a Xbox One, el primer ‘videojuego serio’ de Slenderman adaptado a las consolas de actual generación.
Leyendas urbanas
Afrontar el análisis de Slender: The Arrival no es tarea sencilla. Es un título que se podría despachar sencillamente en unas pocas líneas porque es, básicamente, un juego muy, muy conocido debido al fenómeno de grabarnos nuestros rostros mientras Slender pulula por el escenario para, posteriormente, subirlo a Youtube. Es algo divertido y que se convirtió en un fenómeno adolescente por lo que, básicamente, sabéis todo lo que tenéis que saber de Slender.
Ahora bien, para quien no sepa de qué va esto, empezaremos a hablar de la historia del juego. Porque sí, Slender: The Arrival no es el experimento que resultó ser The Eight Pages, sino que tiene un hilo conductor que no se muestra claro, ya que tendremos que leer e investigar para descubrirlo e hilarlo todo.
En Slender: The Arrival empezamos sin saber quienes somos, con una cámara al hombro y visitando una misteriosa casa en medio del bosque. La casa es de Kate, quien resulta ser nuestra amiga. Empezamos a investigar la casa, conseguimos una linterna, una llave… y entramos a la habitación de Kate quien, evidentemente, estaba obsesionada con una figura esbelta, delgada y con traje llamada Slender. ¿Quien es Slender? ¿Por qué Kate nos pregunta si lo podemos ver? ¿Por qué su habitación parece sacada de The Ring?
Bien, bajamos, atravesamos una verja y nos adentramos en el bosque. El juego no nos da ninguna indicación, sólo seguimos adelante investigando por nuestra cuenta cuando… ahí vemos la figura de Slender, mirándonos desde lo alto de una colina. Bueno, no nos hace nada, así que podemos seguir caminando. Unos pasos más adelante conoceremos, o no, al segundo ‘enemigo’ del juego, uno que nos dará algún susto gordo. Continuamos andando y.. ¡oh!, parece que nos llamamos Lauren. Bueno, una cosa más para meternos de lleno en el juego.
A partir de aquí tendremos una serie de niveles, ya sean protagonizados por nosotros o por otros misteriosos personajes, alguna sorpresa argumental y un abrupto final que nos deja con muchas ganas de más. Y es que, Slender: The Arrival se termina justo cuando empieza lo bueno, algo que no sería problema en otras circunstancias, pero el juego dura poco más de una hora si no sabes por donde ir, algo que podréis comprobar a lo largo de esta semana con el gameplay que estamos subiendo de la aventura completa.
Nos encontramos entonces con una aventura de poco más de una hora de duración por 9,99€ (la primera semana estuvo rebajado para los usuarios GOLD) que sí, nos dará más de un susto y será tremendamente divertida pero que disfrutaremos más con amigos viendo sus reacciones que jugando nosotros solos. Aunque, claro está, será solos cuando el juego nos hará saltar del sillón.
Lo bueno es que tiene trasfondo, el ir investigando y leyéndolo todo nos meterá más en la mitología cambiante de Slender, la historia de Kate y Lauren, el niño desaparecido que vemos en un cartel de ‘se busca’, algunas fotos inquietantes, dibujos… tienes que ir tu construyendo la aventura y eso, la verdad, está bien.
Slender, estás borracho vete a casa
Ya hemos hablado del contexto, ahora es el turno de dedicar unas líneas a la forma de jugar a Slender. La jugabilidad de Slender: The Arrival no podía ser más simple. Tenemos una linterna, la posibilidad de agacharnos, una cámara que podemos activar y desactivar y la posibilidad de correr.
Bien, simple y efectivo, en parte. Y es que, la linterna tiene autonomía infinita, menos en el modo ‘Hardcore’. La capacidad de agacharnos sólo la utilizaremos en un nivel y la capacidad de correr, algo que servirá en un solo nivel y que, la verdad, es más útil para pasar más deprisa por los niveles que para escapar de los enemigos. Jugablemente es muy simple y lo que más llama la atención, al principio, es el comportamiento de los tres enemigos que encontraremos en el juego. Si, tres, de los cuales sólo os hablaremos de la estrella del show: Slender.
Uno de los ‘mitos’ de Slenderman es su carácter perverso y sus apariciones aleatorias que pillarán de improviso al jugador. Cuando vamos andando Slender podrá, o no, aparecer, cada vez de forma más acuciante y peligrosa para el jugador. Bien, eso es algo que pensamos al principio del juego, los dos primeros niveles exactamente, hasta que aprendemos que prácticamente podemos pasar al lado del ‘espectro’ sin que nos haga nada, siempre y cuando no choquemos con él. De hecho, los momentos donde más nos sobresaltaremos con Slender están scriptados, guionizados, algo que escapa totalmente de lo aleatorio y que, por tanto, podremos ‘controlar’ y el juego perderá la gracia una vez nos demos cuenta cuál es el comportamiento de Slender según las fases. Esto quita parte de gracia al juego aunque, claro está, es algo que descubres cuando ya te lo has pasado la primera vez. Aunque leas estas líneas, nunca sabrás dónde y cuándo aparecerá Slender, por lo que ese punto de diversión ‘nerviosa’, podría definirse así, está presente en el juego.
De hecho, el título juega más con nuestros nervios que con nuestro subconsciente al enfrentarnos a algunas situaciones límite y donde nos ‘cagaremos en todo’ más de una vez. Por eso, el título es perfecto para jugar con amigos y ver sus reacciones, valiendo cada euro que cuesta si lo jugamos en estas circunstancias.
Por lo demás, el título presenta una serie de niveles, con alguno secreto haciendo diferentes cosas en ciertas situaciones, que se superarán en un santiamén y en los que sabremos enseguida qué hacer. Sí, el título no nos da indicaciones sobre: »haz esto o lo otro» sin embargo, enseguida le cogemos el ‘truco’. Se habla de puzzles pero, sinceramente, encontrar una serie de páginas o de generadores no podría considerarse un puzzle.
¡Ah! Hay otro elemento, la cámara, esa cámara que está ahí de manera testimonial ya que el bajón de batería que se producirá en el juego es meramente contextual. No tendrá ese componente jugable que si tiene en Outlast.
Unity, el motor ‘indie’
Sobre el apartado gráfico y técnico de Slender: The Arrival no hay mucho que contar. El juego corre con el motor Unity, el fetiche de los estudios independientes y que, si se utiliza bien, te salen cosas como Ori and the Blind Forest o Anima: Gate of Memories. Sin embargo, y no voy a entrar en comparaciones con la versión en PC, algo mejor, Slender: The Arrival es un producto muy irregular.
Para empezar, el nivel de texturas y de cualquier efecto es meramente testimonial. El fuego, el humo, está recreado de una forma muy ‘rustica’ podríamos decir, demasiado parca en efectos alpha. Los modelados de los pocos personajes que vemos son incluso de PlayStation 1, han pasado ya años. Sin embargo, lo que realmente destaca en Slender son los cambios de cámaras, la ‘estática’ que aparece en pantalla y los zumbidos de la misma. Estos efectos son los que realmente nos introducirán en el juego.
No busquéis sombras dinámicas, no busquéis una gran iluminación, no busquéis nada, Slender funciona gráficamente, os olvidáis de sus grandes carencias y el verdadero responsable de introduciros en el juego es la música y los efectos sonoros.
¿Slender? No, la protagonista es…
Ya hemos hablado de Slender, hemos hablado de la estática… sin embargo nada de eso funcionaría si no estuviese acompañado de los efectos sonoros que tiene Slender: The Arrival. Los crujidos, los arañazos, las pisadas, los gritos… todo ello funciona de manera espectacular creando una ambientación como pocas en juegos de terror he podido ver. La música no es demasiado inspirada pero si funciona realmente bien. Es, la verdad, la verdadera protagonista del título. Jugar Slender: The Arrival sin sonido es dar un paseo en un juego en el que, de vez en cuando, aparecen monstruos. Nada más.
¿Lo compro?
Bien, la pregunta del millón. Parece que es un juego carne de Games With Gold o PSN+ o de alguna rebaja semanal. Yo, sinceramente, si lo recomendaría. Es un juego de 10€, poco más de lo que cuesta una película y más o menos igual de largo. Sin embargo, no seremos espectadores, sino jugadores, jugadores de una aventura, o paseo largo, que realmente nos hará brincar del sofá en más de una ocasión.
¿Vale la pena? No, realmente no pero… compradlo, os gusten o no este tipo de juegos lo vais a disfrutar, una hora y poco pero lo disfrutaréis, reiréis por los nervios, os asustaréis y os cagaréis en todo y, sobre todo, la próxima vez que habléis por skype con cascos y haya un ruido raro… o de estética… me contáis.