SOMA ha sido, sin duda, uno de los grandes esperados para los fans del terror en Xbox One. Lanzado en 2015, hemos tenido que esperar dos años para disfrutarlo en Xbox. SOMA nos ofrece una interesante propuesta de terror y sigilo en un mundo retrofuturista. Propuesta que presenta más de lo que realmente llega a ofrecer, a pesar de su interesante historia.
Amnesia: The Dark Descent, el origen de la nueva ola de terror
Frictional Games no son unos recién llegados ni a los videojuegos ni al género del terror. Creado en 2007 por Thomas Grip y Jens Nilsson, el estudio comenzó su andadura en el mundo del terror con Penumbra, una saga que combinó survival horror, terror psicológico y aventura e investigación en formato episódico. La saga contó con tres títulos principales, Penumbra: Overture (2007), Black Plague (2008) y Requiem (2008). Todos ellos encabezados por el mismo protagonista y creando una única historia.
Sin embargo, el título que sin duda catapultó a Frictional Games al estrellado fue Amnesia: The Dark Descent. En este caso el equipo nos trasladó a un castillo prusiano de 1839, donde Daniel, protagonista del juego, se despierta sin ningún tipo de recuerdo. A través de las notas y diario que vaya recogiendo, Daniel tendrá que descubrir el horror que subyace al castillo.
Amnesia: The Dark Descent fue rápidamente alabado por la crítica y viralizado por la comunidad de jugadores. Los sustos, la adrenalina y el nuevo enfoque del terror que ofreció, lograron que Amnesia: The Dark Descent se convirtiera rápidamente en uno de los grandes títulos de culto del género de terror y el juego que, junto con Slender, dio inicio a la Nueva Ola del survival horror.
Amnesia tuvo una secuela, Amnesia: Machine for Pigs, que solo fue publicado por Frictional Games. El título vio la luz en 2013, dos años antes que SOMA.
SOMA: los peligros de jugar a ser Dios
SOMA es el último juego que nos trae Frictional Games. Un título esperado con ganas por los seguidores del terror en Xbox One. Un Juego que nos ofrece una historia intensa, más orientada a la ciencia ficción que al terror puro.
En SOMA nos pondremos en la piel de Simon Jarrett, un hombre marcado por un terrible accidente de coche que tuvo lugar antes del comienzo del juego. Debido a las secuelas del accidente, Simon se presta como sujeto de experimentación a David Munshi, doctor de la Universidad de York.
Aunque la idea inicial del experimento sea revertir los daños cerebrales, algo sale mal y Simon acaba despertándose en un lugar totalmente ajeno para él: la estación marina PATHOS-II. Es entonces cuando comenzará el terrible viaje de Simon, en el que descubrirá la terrible verdad que le rodea.
A partir de ese momento comenzará la verdadera aventura de SOMA. El juego nos propone dos niveles de dificultad: normal y fácil. Por otro lado, el juego nos trae unos controles muy sencillos y simplemente tendremos que interactuar con lo que nos rodea para ir avanzando y entender qué está ocurriendo; ya sean personajes o datos almacenados en los ordenadores.
Pero en SOMA no estaremos solos. Los enemigos robóticos nos acecharán a lo largo de nuestra aventura y tendremos que tener cuidado al pasar junto a ellos, para que no nos descubran. Algo que no nos resultará en absoluto difícil. Si aun así sufrimos algún daño, a lo largo de nuestra aventura nos podremos encontrar con extraños seres orgánicos que nos devolverán toda la salud.
Durante nuestra aventura iremos desarmados, únicamente sirviéndonos de nuestra agudeza y sigilo para poder avanzar. Pero no estaremos del todo abandonados. El elemento más importante de nuestra aventura será la omniherramienta. Nos la encontraremos al poco de comenzar nuestra partida y tendremos que disponer de ella tanto para almacenar datos como para abrir puertas.
SOMA aporta algunos elementos de terror que ya conocimos en Amnesia con sigilo, puzzles y aventura. Todo ello amparado por una historia de ciencia ficción donde conoceremos los peligros de querer jugar a ser Dios. Sin embargo, a pesar de los ingredientes tan interesantes y atrayentes del juego, el resultado se aleja de lo que promete.
La historia y ambientación nos envuelven
SOMA destaca principalmente en su historia y ambientación. Frictional Games nos trae un argumento complejo, filosófico y maduro. Tendremos que prestarle mucha atención a las conversaciones y datos que vayamos almacenando, porque solo así llegaremos al terrible desenlace que nos ofrece el juego. La historia es envolvente, nos deja con ganas de seguir investigando y descubriendo qué ha ocurrido en ese complejo marino, donde los experimentos desarrollados no parecen haber salido bien.
Junto a la historia, SOMA nos presenta unos ambientes y localizaciones realmente opresores y angustiosos. Toda nuestra aventura se desarrollará en lugares cerrados y oscuros, donde la soledad y el no saber qué está ocurriendo nos mantendrán tensos durante toda la aventura.
Sin embargo, una de las carencias que presenta el juego es el escaso desarrollo de los personajes que nos encontramos. En muchos casos nuestros encuentros se reducirán a una única conversación. Y eso, sumado a los distintos personajes que nos iremos encontrando, resta claridad a la historia.
El único personaje que resalta es Catherine, cuyas interacciones con Simon serán muy interesantes e importantes de cara a la trama. Pese a esto, tal vez SOMA habría conseguido brillar más de ofrecernos más momentos con todos los personajes, para poder hacernos tanto a ellos como a la historia de una forma más clara.
Frictional Games vuelve con una distopía poco sorprendente
A pesar de la historia y su ambientación, los grandes fuertes del juego, SOMA puede llegar a resultarnos algo monótono. El ambiente puede llegar a ser muy sofocante, pero pronto descubriremos estar ante un juego cuyas acciones se reducirán a repetir lo mismo una y otra vez.
Igual que ocurre en muchos survival horror, en SOMA nuestro protagonista partirá del más absoluto desconocimiento. Así que iremos descubriendo la historia gracias a los mensajes, notas o conversaciones que vayamos encontrando. A medida que vayamos consiguiendo más información, iremos desbloqueando las distintas zonas de la estación marina.
Aunque esto sea habitual en el género y guste más o menos, en SOMA puede llegar a hacerse algo pesado. Frictional Games nos presenta una historia compleja, bien desarrollada gracias a los mensajes y conversaciones que tenemos, pero enmarcada en una jugabilidad algo tediosa y en ocasiones aburrida.
Por otro lado, el gameplay presenta carencias que, en ocasiones, pueden llegar a chirriar. Los enemigos serán escasos y no nos costará nada evitarlos. Aunque no podamos acabar con ellos, algo habitual en el género, podremos perderlos de vista en muy poco tiempo y seguir con nuestra aventura. La imagen se distorsionará cuando los tengamos cerca, advirtiéndonos de su presencia. Así que el efecto sorpresa también se pierde en el juego.
Por tanto, el gran problema que nos encontramos respecto a los enemigos es que no aportan nada a la trama. No son el xenomorfo o los sintéticos de Alien: Isolation, ni tampoco enemigos que podamos matar, como en cualquier otro survival horror. Simplemente están como una amenaza, sin que lleguen a suponerla realmente.
Estos detalles también se trasladan a las partes de sigilo o acción, que podrían haber conseguido ser mucho más de lo que son. Frictional Games habría brillado de ofrecernos una aventura al más puro estilo Layers of Fear, sin enemigos acechando pero realmente aterradora.
Por otro lado, las escasas indicaciones que recibiremos, en según qué momentos, podrán llegar a desesperar a los jugadores más impacientes. Aunque habitualmente sepamos por dónde ir, podremos encontrarnos en zonas sin rumbo u objetivo claro. Es cierto que no suele gustarnos que nos guíen constantemente, pero puede llegar a ser muy frustrante quedarnos atascados en las zonas. Además de ser algo que corta el ritmo continuamente.
Las zonas de transición que nos encontraremos, en forma de largos paseos bajo el mar, también nos cortarán esa tensión que tanto nos gusta del género. Para pasar de un nivel a otro, tendremos que recorrernos zonas marinas prácticamente iguales entre sí. Zonas tediosas y largas, que no aportarán nada argumentalmente.
Este poco cuidado también se observa en otros elementos, como la omniherramienta. Inicialmente parece que tendrá más importancia y utilidad de la que acaba teniendo al final, reduciéndose básicamente a elemento para abrir puertas. Los puzzles son escasos y fáciles, aunque también podremos encontrarnos con algunas pruebas, como tests de personalidad, que harán que recuperemos el interés por el juego.
El diseño audiovisual, marca de la casa de Frictional Games
El diseño audiovisual quizá sea el gran fuerte de SOMA. Las zonas oscuras, frías y abandonadas nos acompañarán durante toda la aventura. Zonas marcadas por ruidos de fondo, soledad y algo de angustia. Aunque el juego cuide su inmersión, el terror que quiere transmitirnos Frictional Games no llega a calar en nosotros.
Desde el punto de vista técnico, SOMA no se libra de algunos fallos. Errores como que la imagen se nos quede congelada unos pocos segundos nos frustrarán. Sin embargo, dejando de lado estos fallos, SOMA nos llega con unos fps estables.
El juego nos llega en inglés subtitulado al español de forma bastante correcta. No obstante, sí notaremos fallos de traducción y, en ocasiones, los actos del protagonista no se corresponderán con lo que leemos en pantalla.
Conclusión: una gran propuesta, aunque en ocasiones tediosa
SOMA quiere ofrecernos una historia madura con una ambientación envolvente. Algo que cumple con creces. El argumento, las decisiones y la trama nos llevarán a la ciencia ficción más madura y perturbadora.
Sin embargo, SOMA también es una oportunidad perdida en todo lo demás. Los enemigos, los secundarios, la acción y el sigilo no están del todo bien ejecutadas. Tal vez Frictional Games habría conseguido llegar mucho más lejos ofreciéndonos un “walking simulator” al uso, centrado únicamente en su historia y ambientación.
Aun así, si os apetece una historia mucho más pausada que Amnesia y orientada a la ciencia ficción más que al terror, SOMA es vuestro título.