Cuando Edmund MacMillen, creador de The Binding of Isaac, lanzó primera expansión, Afterbirth, en 2015, lo hizo asegurando que este enorme añadido de contenidos sería el último que el título recibiría. Más tarde, en 2017 The Binding of Isaac: Rebirth recibió su segunda expansión, Afterbirth +, la cual McMillen prometió que sería la última expansión para el título. Además era un gran momento para ello, el roguelike había recibido una enorme cantidad de objetos, enemigos, jefes y zonas, llegando a una cantidad tal que el añadido de aún más contenido podría haberse sentido redundante.
Y ahora, en 2021 tenemos con nosotros The Binding of Isaac: Repentance, la cual nos aseguran que de verdad, de verdad, esta vez en serio, será la última expansión que recibamos para el título. Si queréis creer a McMillen en esta ocasión o no es algo que dejamos a vuestro criterio. En cuanto al nuestro propio, preferimos no darle muchas vueltas a si habrá o no más expansiones, preferimos disfrutar de que el título sigue recibiendo contenido para mantenernos enganchados durante otras 300 horas, y dejaros con nuestro análisis de The Binding of Isaac: Repentance.
El roguelike moderno por autonomasia
Antes de comenzar a hablar de Repentance, queríamos dedicar una introducción a aquellos jugadores que nunca hayan probado de Binding of Isaac y se pregunten, ¿qué narices es este juego que luce ligeramente satánico, y por qué la gente invierte miles de horas enganchados a él? Como ya hemos mencionado al principio de este texto, The Binding of Isaac es un roguelike, probablemente el mayor exponente moderno del género por antonomasia, el más famoso, más jugado y sin duda el que más contenido nos ofrece, valiéndose del enorme recorrido que lleva a sus espaldas.
Sí, probablemente a día de hoy títulos como Hades, que se vale del mismo género y derrocha calidad por los cuatro costados, han dado más que hablar que The Binding of Isaac por méritos propios, pero están lejos de rozar el legado que posee el título que analizamos hoy, el cual lleva manteniendo una legión de fans desde hace una década. Lanzado originalmente en 2011 para Adobe Flash, The Binding of Isaac utiliza una jugabilidad “twin shooter” en la que deberemos ir recorriendo mazmorras explorando, acabando con enemigos y obteniendo objetos para volvernos cada vez más fuertes y conseguir llegar hasta el final del título —el cual ya cuenta con nada menos que 22 finales diferentes a estas alturas—.

El título posee una ingente variedad de enemigos y habitaciones diferentes, que nos obligarán a improvisar la estrategia más óptima para enfrentarnos a ellos en cada momento
Entre lo autoconclusivo de los juegos arcade más clásicos y la progresión de títulos modernos
En cada partida empezaremos de cero y deberemos valernos de los objetos que encontremos a lo largo de la misma. No obstante, conforme vayamos avanzando y realizando ciertos logros desbloquearemos nuevos objetos y personajes que podrán ser obtenidos en nuestras diferentes partidas, además de poder acceder a nuevos niveles que antes eran inaccesibles. Es esta combinación, entre lo autoconclusivo de los títulos arcade más clásicos y la progresión de títulos modernos tan característica de los roguelike la que consigue engancharnos tanto. Y en el caso de The Binding of Isaac, las casi ilimitadas posibilidades que su infinidad de objetos diferentes nos ofrece.
Pero pasemos ya a la expansión. Para empezar, Repentance sigue la estela de las expansiones anteriores del título. Si ya eras fan de The Binding of Isaac, o estabas buscando introducirte al mismo, esta expansión ofrece más de todo eso que nos encanta del título. Si con Afterbirth+ la variedad de habitaciones ya era enorme, ahora hay aún más repartidas por todos los niveles, si la cantidad de jefes superaba a la de cualquier otro título del género, ahora hay todavía más, si la cantidad de objetos ya era masiva, ahora es aún más masiva. Y lo mejor de todo es que el propio planteamiento del título, y diversos —y muy necesarios— rebalanceos han conseguido que todo siga funcionando a las mil maravillas a pesar de la cantidad masiva de contenido recibido, e incluso mejor que antes por lo que comentaremos a continuación.
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Repentance no solo se ha limitado a añadir objetos, si no que ha supuesto un enorme rebalanceo de muchos de los objetos clásicos, con el objetivo de equilibrar las enormes diferencias de poder que había entre ellos. Uno de los aspectos más criticados tras la llegada de Afterbirth y Afterbirth+ fue que con la introducción de tantísimos objetos nuevos, algunos de los más poderosos eran especialmente difíciles de conseguir, volviendo el juego incluso más difícil de lo que ya era. Ahora, ya no habrá tanta necesidad de conseguir esos “super objetos”, que convierten la partida en una especie de modo fácil, ya que con este rebalanceo la mayoría de objetos más débiles se han vuelto más útiles de una u otra manera, y los objetos más “rotos” han sido debilitados. Esto por supuesto puede ser motivo de contienda entre los fans más clásicos del título, que están acostumbrados a que ciertos objetos clásicos sean especialmente poderosos, pero no cabe duda de que ofrece una experiencia más coherente y justa para los jugadores. Además, aumenta las posibilidades de objetos útiles que podremos conseguir y la variedad dentro del juego.

Las nuevas zonas tienen un estilo artístico propio que las diferencia de los niveles clásicos
Pero como algunos ya sabréis, Repentance no se limita solo a aumentar el contenido que podemos encontrar en una partida habitual del título. Esta expansión está basada en The Binding of Isaac: Antibirth, una expansión no oficial que fue desarrollada para Rebirth, y ahora ha sido “oficializada” por decirlo de alguna manera. Uno de los principales añadidos de Antibirth, y ahora de Repentance, es la adición de una ruta alternativa bajo el nombre de Downpour, la cual contiene habitaciones, enemigos y en general una cantidad ingente de contenido totalmente nuevo para el título.
Este nuevo recorrido posee su propio estilo visual característico, el cual se ensalza gracias a las nuevas mejoras gráficas en efectos y sprites llegadas en esta expansión. En cuanto a la jugabilidad, supone un salto de dificultad considerable en comparación a los niveles más clásicos e incluye multitud de secretos nuevos —los cuales no os destriparemos—, incluyendo un nuevo jefe final y dos finales extra para el título.
La mayor pega que podemos ponerle al nuevo contenido es que algunas de las nuevas habitaciones y enemigos no parecen estar del todo bien balanceados —algo que ya ha ocurrido numerosas veces con este título, y se ha tenido que solucionar mediante actualizaciones—, por lo que en ocasiones nos encontraremos en situaciones que prácticamente suponen una muerte asegurada, ya sea por la disposición de los enemigos o por la combinación de los mismos.
Análisis de The Binding of Isaac: Repentance — Conclusiones
A grandes rasgos, esta nueva expansión de The Binding of Isaac se siente como cuando pides el menú de tu hamburguesa favorita y te ofrecen hacerlo el doble de grande por euro más. Tenemos más patatas, más bebida y más de todo aquello que nos encanta en el mayor añadido de contenido variado y de calidad que el título ha recibido desde la llegada de su primera expansión, allá por 2015. Supone muchas más horas de juego y un punto de introducción tan bueno como cualquier otro para primerizos en el título, pero si en alguna ocasión le habéis dado una oportunidad a este roguelike y su propuesta no os ha convencido, difícilmente esta expansión os hará cambiar de opinión.