The Long Dark es un juego de supervivencia desarrollado por Hinterland Studio, que tras varios meses dentro del programa early access de Xbox Live, Game Preview, llega en su estado final (con mejoras y contenidos todavía por añadir) a la consola. Una propuesta exigente, profunda, pausada y muy compacta. Me ha soprendido algo curioso en él, un juego cuya existencia conocía, sabía de qué iba, pero no había jugado en su fase de Game Preview ni leído apenas nada sobre él. Me refiero a su forma tan natural de lidiar con la muerte del personaje. Os cuento mejor esto y el resto de detalles con nuestro análisis de The Long Dark para Xbox One.
Con la naturalidad de la muerte
The Long Dark es un juego de supervivencia pura. Su aspecto gráfico quizás pueda transmitir la sensación de que se trata de una experiencia más amigable, pero es más bien ardua y exigente. Nuestro personaje tendrá los habituales parámetros de sed, hambre, frío o cansancio. Y nuestro principal preocupación será en todo momento la de mantenerlos estables para evitar que enferme o nos ocurra alguna desgracia. La muerte es permanente y solo tenemos una oportunidad, por eso cualquier descuido puede ser mortal. Claro que, las necesidades biológicas no son los únicos peligros que enfrentar; en The Long Dark no tenemos zombis u otros elementos sobrenaturales, pero sí una buena cantidad de peligros naturales, desde simples caídas hasta lobos que nos acecharán en más de una ocasión.
La mecánica de looteo será básica. Pasaremos la mayor parte de cada día rebuscando entre mochilas, cajas, casas o incluso entre la vegetación. Prácticamente cualquier cosa que encontremos puede resultarnos útil de algún modo, ya sea para reparar otras cosas, para interaccionar con ellas (para crear fuego, por ejemplo, que es algo vital) o para usar directamente. Esto no tardará en acarrearnos un nuevo problema: el peso. No podemos cargar con todo lo que encontremos, ya que no suele ser lo mejor agotar nuestras fuerzas y hacernos demasiado pesados. Por eso la elección entre lo que es más o menos necesario es otra cuestión importante, que no nos quedará más remedio que ir aprendiendo a la fuerza a base de horas de juego, y de varias muertes. Porque al final estas pequeñas decisiones son apuestas que hacemos, y que pueden terminar saliendo mejor o peor.
Algo que está en relación con otras dos cuestiones importantes. Las calorías que consumismos en realizar cada acción, desde movernos o correr a despedazar algo del mobiliario para obtener madera. Otro elemento que tenemos que ir cuidando, al igual que el tiempo que vamos a tardar en llevar a cabo cada acción, para evitar las horas más peligrosas del día; que en el caso de la nieve son lógicamente las nocturnas.
Sin sentimientos
Cuando hablaba de la naturalidad no me refería a la consideración más metafísica con la que algunos títulos han intentado lidiar, sino a su modo de tratar la vida humana de forma plenamente biológica. The Long Dark no da más de una oportunidad, y la muerte es permanente, obligándonos a comenzar una nueva partida. Esto hace que realmente lleguemos a ser muy cuidadosos a la hora de valorar nuestras opciones, que tengamos siempre en cuenta la fragilidad del personaje y los peligros que nos acechan a la hora de tomar decisiones. No se trata por ello de una experiencia fluida, y a veces ni siquiera agradable, porque la sensación de estar en constante riesgo puede agobiar. Pero consigue crear una experiencia a partir de eso, que aprendamos a gestionar los recursos disponibles y en definitiva que aprendamos a sobrevivir en su mundo.
Hay otros juegos que han empleado la muerte permanente en un elemento jugable más, sin necesidad de convertirlo necesariamente en algo trascendental. Los Sims, o XCOM, por ejemplo, hacen uso de ella. Pero creo que la unión que hace Hinterland Studio con ella y el género de la supervivencia es el mayor acierto de su propuesta, y lo que la convierte en algo bastante especial para los jugadores exigentes, con ganas de cosas diferentes y con paciencia; porque no olvidéis que sin esto último difícilmente vais a cogerle el gusto a The Long Dark. Es un juego lento, pero también es cierto que el aspecto de algunos paisajes, en especial en determinados momentos del día, es muy bello e invita a tomarse las cosas con calma. Al fin y al cabo, no hay prisa por morir, ¿no?
Wintermute
Hasta salir de su fase Game Preview el modo de supervivencia era el principal. Pero con el lanzamiento final llega una primera temporada de un modo historia con dos capítulos, que no está nada mal. Wintermute, como se llama este modo de juego, viene a ser un modo supervivencia guiado por una trama. Nos ponemos en la piel de Will Mackenzie, a quien tras un accidente de avión le tocará hacer todo lo posible por encontrar a su exmujer y sobrevivir a la naturaleza. Por el camino tenemos algunos personajes secundarios y todo lo que ya nos topábamos en el modo supervivencia. La duración de este modo historia es variable, en función de vuestra experiencia previa, pero no se hace para nada corto, y supera muy fácilmente las 10 horas. La curva de dificultad además está muy bien llevada, y se convierte en el mejor modo de introducirse en The Long Dark. La historia no es la más emotiva que hemos visto, pero está muy bien soportada.
También se han incorporado una serie de desafíos que incrementan mucho la dificultad, y son el reto idóneo para que los más expertos no se aburran. La verdad es que si os gusta el tema de la supervivencia y tenéis paciencia, The Long Dark es un juego profundo y bien llevado a cabo, tanto en lo técnico (con algunas caídas de fps que no son demasiado molestas) como en lo jugable, que os ofrece muchas horas de entretenimiento y aprendizaje, a la vez de suponer una experiencia muy interesante.
Conclusión
Se ha convertido en uno de esos juegos interesados en transmitirnos algo más, en lugar de hacernos pasar un rato entretenidos sin más. Su modo de afrontar la naturaleza es verosímil (salvando quizás algún que otro detalle), como el de hacernos pasar por un calvario, tanto si somos principiantes, por el proceso de aprendizaje, como si somos expertos, por la posibilidad de modificar la dificultad, Porque la larga oscuridad, la de verdad, es la que hay después de cada partida, cuando todo termina. Por suerte, podemos afrontar ese momento una y otra vez, intentar hacerlo mejor, prolongarlo más.