Desconocido por el gran público hace tan solo una década, Geralt de Rivia se ha convertido en uno de los grandes iconos de la cultura popular. Mayormente lo ha conseguido por los videojuegos, aunque su influencia se ha expandido a otros campos en tiempos recientes. Ahora, el título que le hizo saltar definitivamente a la fama, The Witcher 3, está de vuelta en mejores condiciones que nunca. En ese sentido, nosotros te contamos qué nos ha parecido nuestro regreso al GOTY 2015 en nuestro análisis de The Witcher 3: Wild Hunt Next-Gen para Xbox Series X, una nueva versión gratuita para quienes ya tuvieran el juego original y que hace que merezca la pena hasta el último segundo de este rejugado.
Un viaje épico mejorado como nunca
Aunque The Witcher 3 es un videojuego extremadamente popular, vamos a ponernos rápidamente en contexto. El título de CD Projekt RED y distribuido por Bandai Namco nos pone en la piel de un Geralt de Rivia ahora en busca de las dos personas más importantes de su vida. La primera, la hechicera Yennefer de Vengerberg, su amante durante años. La segunda, Ciri, su hijastra y protegida, su Niña de la Sorpresa, ahora ya crecida y que está siendo perseguida por la Cacería Salvaje por ser la última portadora de la Vieja Sangre. Para ello, el cazador de monstruos tendrá que recorrer Velen, Novigrado y las islas Skellige en busca de sus seres queridos, hallando pistas, lo que mejor se le da.
Por el camino, por supuesto, se topará con decenas de personajes ya conocidos, tanto de los libros como originales. Jaskier, Zoltan, Triss Merigold, Vesemir, Djikstra, Vernon Roche, el Barón Sanguinario y un larguísimo etcétera de personajes memorables y que harán de nuestra aventura una única e inigualable. Bajo nuestro punto de vista, no se ha conseguido replicar una narrativa de semejante calidad en un videojuego de mundo abierto y que dura más de cien horas. Y eso que han pasado más de siete años desde el estreno original de The Witcher 3. Pero centrémonos por un momento en las mejoras que incorpora a esta obra maestra su nueva versión next-gen.
Qué hay de nuevo, Gwynbleidd
A nivel puramente de contenido, The Witcher 3: Wild Hunt se mantiene prácticamente intacto en su nueva edición, lo cual no es nada problemático teniendo en cuenta que ha sido mejorado un título que, jugado a conciencia, puede durar perfectamente unas 120 horas y también lo han sido sus expansiones Heart of Stone y Blood & Wine, dos completas imprescindibles. El principal añadido de esta versión de nueva generación es una misión completamente original que sirve para obtener el equipo de brujo basado en la serie de The Witcher de Netflix, la que porta Henry Cavill. Cualquiera podría pensar que CD Projekt nos daría esta armadura por las buenas o que sería una mera skin. Nada más lejos de la realidad.
Para conseguirla tenemos que completar una misión hecha desde cero y que, sin entrar en spoilers, te diremos que es fantástica. Tiene su toque de tenebrosidad, su narrativa intrincada y algunas decisiones interesantes. Eso sí, te recomendamos hacerla cuando hayas terminado la línea de misiones secundarias de Keira Metz. Ya comprenderás por qué. Lo que nos ha sorprendido es que no se trata de una armadura para usar desde el principio del juego, sino que hay que esperar para disfrutarla. La misión en cuestión se recomienda jugarla cuando se sea nivel 15, mientras que el equipo de The Witcher de Netflix no es usable hasta el nivel 20. Tendrás que avanzar un buen trecho para poderle sacar partida, pero tenemos la sensación de que merecerá la pena.
Este no es el único contenido de Netflix que se suma a The Witcher 3. También tenemos las controvertidas armaduras nilfgaardianas de la primera temporada de la serie, activables (o desactivables) desde el menú principal del juego; y un nuevo aspecto para Jaskier, que si bien no es cien por cien idéntico a Joey Batey, sí guarda más semejanzas con la representación del personaje de Netflix que con la que conocimos originalmente en el videojuego hace más de un lustro. Más allá de estos contenidos, la versión next-gen de The Witcher 3 incluye otros varios retoques aquí y allá, además de otros añadidos que pasamos a comentarte a continuación.
Como cualquier juego next-gen que se precie, una de las incorporaciones más destacadas es la posibilidad de escoger modo gráfico. Por un lado tenemos el modo ray-tracing, que suma esta tecnología puntera, pero nos limita a 30 frames por segundo. El juego se ve increíble de esta forma, eso sí. En el modo rendimiento se mueve a 60 fps sólidos como rocas, aunque sin ray-tracing. Nosotros hemos pasado la mayor parte del tiempo con este segundo modo y te podemos asegurar que se sigue viendo espectacular y preciosista. No cambiaría mis 60 fps por el ray-tracing.
Hay una nueva característica en The Witcher 3 next-gen a la que no mucha gente le ha ajustado cuentas, pero que para mí se ha convertido en uno de los principales motivos para rejugarlo. Hablamos de la cámara al hombro, una nueva perspectiva que puedes escoger de forma opcional y que transforma la manera en la que disfrutamos del título de CD Projekt. Se trata de una cámara mucho más moderna en la que no vemos a Geralt de cuerpo entero, sino que se le corta por las piernas. También podemos echarlo a un lado de la cámara en lugar de tenerlo en el centro de la misma. Lo mejor es que podemos decidir individualmente si queremos echar mano de esta función en tres situaciones distintas del juego: durante la exploración, durante el combate y mientras estemos montados sobre Sardinilla, nuestra yegua. ¿Nuestro consejo? Haz uso de la nueva perspectiva en las tres situaciones, lo agradecerás.
El modo foto es otro de esos añadidos que la comunidad llevaba tiempo pidiendo. Es cierto que no tiene demasiadas herramientas ni tanta profundidad como otros que hemos visto en tiempos recientes, pero la belleza del mundo de The Witcher 3 ya es suficiente. De entre todas las características nos quedamos con la posibilidad de mover con muchísima libertad la cámara. La podemos llevar adonde queramos, incluso a muchos metros de distancia y también de altura. Faltan posibilidades como el poder eliminar a los personajes de la imagen o estampar el logo del juego en nuestras capturas, pero es una herramienta en la que los fans dedicarán muchas horas, lo tenemos clarísimo.
Terminamos este apartado con algunas menciones relevantes en materia de calidad de vida y para que veas cómo CD Projekt ha renovado su gran obra maestra. Un buen ejemplo de ello son las señales rápidas. Hasta ahora, para usar las señales de Geralt teníamos que entrar en el menú radial y cambiar de magia en medio del combate. Ahora, si así lo deseas, puedes asignarles botones rápidos. Manteniendo RT, tendrás que pulsar A para Aard, B para Quen, X para Axia, Y para Yrden y LT para Igni. Te podemos decir que es otra de esas cosas que ha cambiado nuestra forma de jugar para bien. Ahora invocar señales es más cómodo y agradable que nunca. No queremos acabar sin comentar otros retoques como que ahora esprintar ya no consume resistencia, de modo que esos inacabables paseos entre el poste de viaje rápido de Percha del Cuervo y el castillo del Barón Sanguinario ya no serán tan insufribles. Tú ya me entiendes. También ahora podemos ajustar y ampliar el tamaño de los subtítulos a nuestro gusto, mientras que Sardinilla tiene un nuevo movimiento hacia atrás que puede ser útil para momentos en que se quede en una posición que nos dificulte el maniobrar.
El The Witcher 3 de siempre, para bien y para mal 
Sí, ha habido muchísimos añadidos en esta versión next-gen de The Witcher 3 y la mayoría muy interesantes y atractivos tanto para el jugador que regresa como para el que se embarca en esta aventura por primera vez. Pero a fin de cuentas esto sigue siendo The Witcher 3: Wild Hunt, el de siempre, para bien y para mal. Puede que te agobie verte con quince contratos de monstruos pendientes o los inacabables interrogantes de su mapa. También te toparás con los clásicos bugs del juego: una textura que falla a lo lejos, un interrogante que no se completa porque un enemigo no aparece, etc. Todo ello es subsanable o poco importante. Lo relevante es que, como hemos dicho, es el The Witcher 3 de siempre, y ya sabes lo que eso implica.
Voy a ponerme un poco personal en esta parte. En los últimos años cada vez se me hace más complicado dedicar más de un par de horas consecutivas a cualquier juego, pero con The Witcher 3 eso nunca me ocurre. En menos de una semana (desde que tuvimos acceso a esta versión next-gen) he podido jugar más de 26 horas al título protagonizado por Geralt de Rivia, sin apenas avanzar en la trama principal. Las secundarias, los interrogantes, el Gwent y un sinfín de cosas me han mantenido entretenido durante más de un día y dos horas. Y las que quedan.
Con esto queremos decir que The Witcher 3: Wild Hunt merecía esta nueva versión next-gen, quizá más que cualquier otro juego. Sigue teniendo sus defectillos, por supuesto, pero no son nada en comparación con una aventura mastodóntica, gigante y casi interminable (en el buen sentido) que nunca decae en lo narrativo. Los paisajes, la música, Geralt y sus socarronas respuestas, los personajes que nos rodean, las decisiones y sus consecuencias, los múltiples finales, sus expansiones. Todo ello y mucho más hacen de The Witcher 3 uno de los mejores videojuegos de todos los tiempos. Normalmente aprovechamos estas líneas finales para decirte si el juego en cuestión es recomendable o no. Eso hoy no aplica. Rejuega a The Witcher 3, gratis además si ya lo tenías. Y si nunca lo habías jugado, querido lector, te envidio. Disfrútalo.