El género de terror ha visto un rebrote tremendo estos últimos años. Después de una evolución hacia la acción para contentar a las mayores masas de jugadores, parecía que el terror puro y duro quedaba relegado a juegos de menor presupuesto. La escena indie aprovechó el tirón y nos ha traído interesantes propuestas que, desde luego, no podríamos ver en un juego AAA. Con sagas como Resident Evil volviendo un poco más a sus raíces y con cada vez más fans que consiguen ver lo bello de estas macabras propuestas, el género de terror está en una segunda ¿quizás tercera? juventud.
Así pues, raro es el mes que no tenemos un lanzamiento de un juego que se identifica como survival, o juego de terror, incluso psicológico. Those Who Remain es uno de esos títulos. El juego de Camel 101 me llamó mucho la atención por cómo estaba planeado, su ambientación y por un apartado gráfico bastante prometedor pese a ser un juego independiente.
El resultado es… cuestionable. No porque el juego sea malo, que ya os adelanto que no es así, pero bien es cierto que cae en multitud de clichés del género y no ofrece algo innovador. Además, su apartado técnico lo convierte en un título que definiría como injugable. Sí, más adelante ahondaré en el tema, pero pese a haberlo jugado en Xbox One X, Those Who Remain cuenta con un rendimiento pobre que me ha provocado más de una vez dejar el mando en la mesa y reposar la vista tras pocos minutos.
Desde SomosXbox os traemos el análisis de Those Who Remain para Xbox One. Ponemos a prueba el título de Wired Productions y Camel 101, que nos acaba dejando con un sabor agridulce.
Yendo a asegurar
Those Who Remain es un juego que no se esfuerza por ofrecer algo rompedor e innovador, algo que solemos ver en los juegos independientes y que -con éxito o sin él- al menos consiguen aportar un soplo de aire fresco a la industria o al propio género. Those Who Remain tiene muchas, quizás demasiadas, similitudes con un juego que recientemente llegó a Xbox Game Pass: Alan Wake. Al igual que en el título de Remedy, la luz y la oscuridad juegan un papel clave.
Mientras que en Alan Wake podemos contar con un arma y una linterna para debilitar a nuestros enemigos, que irán a atacarnos en cuanto nos vean, en Those Who Remain nuestros enemigos (la mayoría) se quedarán quietos en la oscuridad. Nuestro cometido es el de encontrar la forma de crear caminos donde la luz los aparte de nosotros y consigamos avanzar.
Hablo sobre la mayoría de enemigos, unos seres extraños con ojos azules, como gente que no nos atacará, porque hay otros tipos de enemigos, como una extraña ¿mujer? desnuda que nos persigue con un faro en la cabeza y que sirve para introducir la mecánica del gato y el ratón que llevamos viendo en juegos como Amnesia o Outlast, por decir unos pocos casos con juegos del mismo calibre.
Pero de normal, los enemigos del juego estarán ahí, plantados delante de nosotros mirándonos de forma desconcertante con sus ojos azules. No nos atacarán a menos que vayamos hacia la oscuridad. Si por lo que sea encendemos la luz de forma que les impacte directamente desaparecerán. Por lo demás el juego no tiene muchos más secretos. Hay puzzles, consistentes en encontrar objetos en una zona para utilizarlos en otra de antes, o en la misma, investigar sitios por los que avanzar una vez no puedes encender una luz, encontrar la forma de encender una luz… Ya lo digo, Those Who Remain no inventa nada nuevo.
Aunque quizás, lo más destacable y lo que más esperanza me dio mientras jugaba, eran los puzzles que utilizaban el otro mundo, o una especie de mundo alternativo donde los objetos y el entorno en sí se encontraba en otro estado. Por ejemplo, un coche que en nuestra realidad se encontraba inaccesible tenía como causa que en la otra realidad estaba cubierto por una maleza que teníamos que eliminar. A esa otra realidad accedíamos por una puerta de la que emanaba una potente luz y volvíamos por una puerta de las mismas características. Esa mecánica de los dos mundos resulta interesante, no lo voy a negar, y me parece lo más potable de un gameplay conservador.
A pedales
Lo peor del juego es, desde luego, su apartado técnico. Debo decir que gráficamente no me parece mal juego. No tiene unos gráficos que te tiren para atrás pero se ve bien. El problema está en su rendimiento. No soy experto en adivinar los framerates de los juegos ni tengo las herramientas para ello, pero Those Who Remain es un juego que te marea jugarlo, tal cual. En Xbox One X, donde he podido jugar a varios juegos a 4K y 60fps es inadmisible que un título -sea del origen que sea- tenga un rendimiento muy por debajo de los 30fps, congelándose la pantalla y con input lag en los controles.
Es una pena, porque aunque el juego sea algo costumbrista, Those Who Remain no es mal juego, pero es que su apartado técnico hará que muchos jugadores lo abandonen a los 5 minutos porque literalmente no se puede jugar. Es un título que marea y agota la vista, supongo que a parte de por su bajo framerate por el constante stuttering.
Viniendo de un juego que ya sufrió múltiples retrasos para lanzarse en buenas condiciones, el trabajo hecho con el juego tal y como está de salida es pésimo y Camel 101 debe trabajar en un parche cuanto antes, ya que ningún usuario merece jugar un juego con estas condiciones.
Por lo demás, nos encontramos con unas voces (en inglés) correctas. El juego cuenta con subtítulos al castellano, aunque no se activan de inicio y debemos ir expresamente a cambiarlos una vez iniciado el juego si no nos damos cuenta.
Análisis de Those Who Remain – Xbox One
Those Who Remain es un juego correcto de terror, con momentos que nos han asustado pero con una trama y gameplay que nos habrá sonado ver en multitud de juegos. Por lo demás, su pésimo apartado técnico nos deja con un juego a medias, una versión early access que ni de broma debería haberse lanzado en estas condiciones.
Camel 101 lo puede hacer mucho mejor, sobre todo en lo técnico. Una vez solucionado estos problemas, seguro que muchos usuarios fans del género encuentran en Those Who Remain un buen juego, pero de momento es imposible hacerlo.